miércoles, 25 de agosto de 2010

FOBAPROA-IPAB: El COSTO del Rescate Bancario Volumen I

EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO VOLUMEN I
ÍNDICE
Prólogo
Rosa Albina Garavito Elías 9
Agradecimientos 21
El costo del rescate bancario en México y sus consecuencias:
nueve años de debate público 23
Capítulo 1
Antes del debate sobre el Fobaproa
Un modelo de saldos y flujos financieros de la economía mexicana 109
Jesús Marcos Yacamán 159
El error de diciembre 163
Capítulo 2
El debate sobre el Fobaproa
Primeras reflexiones respecto a las iniciativas
en materia financiera enviadas por el Ejecutivo
al Congreso en marzo de 1998 169
8
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
Comportamiento del margen financiero de la banca comercial 175
Comentarios a la propuesta de la Presidencia
del Partido de la Revolución Democrática
con relación al Fobaproa 179
El problema del Fobaproa: causas y alternativas de solución 191
Consideraciones sobre el tipo de sistema financiero
que se debe construir en México 207
Fobaproa: el gran atentado contra la economía nacional
Alternativas para impedirlo 213
Propuesta del Partido de la Revolución Democrática
para resolver el problema del Fobaproa 239
Posición del Partido de la Revolución Democrática respecto
a la parte económica del 4o Informe de Gobierno 245
El problema del Fobaproa: elementos para entenderlo
y posibles alternativas para su solución 249
Fobaproa: avanza el gran atentado 307
La política del PRD respecto al Fobaproa:
una política de principios 315
Comentarios al documento “Posición del PRD con relación
al Fobaproa” presentado por el diputado Ricardo García Sáinz 323
9
Finalmente Juan se decidió a compilar y publicar sus análisis sobre el
fraudulento rescate bancario legalizado como deuda pública con los
votos del PRI y el PAN en 1998. El lector tiene en sus manos una compilación
de documentos de alto valor histórico, pues en ellos se analiza uno
de los procesos legislativos más vergonzosos de las últimas décadas perpetrado
en el Congreso de la Unión.
Aunque la historia comienza años atrás, sale a la luz pública en marzo
de 1998, cuando el entonces presidente de la República, Ernesto Zedillo,
envía a la Cámara de Diputados un paquete de iniciativas y reformas financieras
entre las cuales aparece la solicitud al Congreso de la Unión de reconocer
como deuda pública los pasivos del Fondo Bancario de Protección
al Ahorro (Fobaproa). Según el Resumen Ejecutivo de las Operaciones de
dicho fondo, al 28 de febrero de 1998, esos pasivos ascendían a 552 300
millones de pesos.
Cuatro meses antes, el 11 de noviembre de 1997, Ernesto Zedillo había
hecho llegar a la Cámara de Diputados el documento de Criterios Generales
de Política Económica que define, desde las proyecciones del Ejecutivo
Federal, el entorno económico en el que se aplicará el Proyecto de Presupuestos
de Egresos de la Federación y la Ley de Ingresos para el año siguiente.
En un escueto Apéndice D, al final de aquel documento aparecía un
cuadro en el que se estimaba el costo fiscal total de los programas de alivio
PRÓLOGO
ROSA ALBINA GARAVITO ELÍAS■
■ Profesora investigadora del Departamento de Economía de la UAM-Azcapotzalco.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
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a los deudores y de saneamiento financiero. Dicha estimación era de 379 800
pesos, equivalente a 11.9 por ciento del PIB para ese año. A pesar de lo elevado
de la cantidad, el presidente enviaba un mensaje tranquilizador a los
legisladores, pues señalaba que ese costo “se absorberá de manera gradual
a lo largo de la vigencia de los programas, esto es en el transcurso de los
próximos 30 años”. Más adelante insistía en que “[d]ado que la mayor parte
de los costos derivados de los programas se devengarán de manera gradual
en el tiempo, el gobierno no se verá obligado a hacer frente a estos compromisos
de manera inmediata”. No se alertaba entonces de ninguna presión
sobre las finanzas públicas.
¿Qué había sucedido entre noviembre de 1997 y marzo de 1998? ¿Cómo
explicar un incremento de 45 por ciento en el costo del rescate bancario en
relación con el monto informado cuatro meses antes? A los legisladores se
les pedía aprobar la legalización de esos pasivos como parte de la deuda
pública sin mayor información, y en medio de una agresiva campaña sobre
la urgente necesidad de rescatar al sistema bancario, el mismo que se había
reprivatizado siete años atrás.
¿Cuáles eran los entretelones del Fobaproa? ¿Cómo se había llegado a
acumular tal cantidad de pasivos en ese fideicomiso creado en julio de 1990
como sustituto del Fondo de Apoyo Preventivo a las Instituciones de Banca
Múltiple (Fonapre)? ¿Cómo distinguir entre los créditos rescatados que
cumplían con los requisitos del reglamento de operaciones del Fobaproa y
aquellos que se dejaron a la discrecionalidad del Comité Técnico? ¿Cuántos
de esos créditos eran irregulares y hasta ilegales? ¿Cómo abatir el costo
fiscal de ese rescate? El doctor en Historia Económica por la UCLA Juan
Moreno Pérez tuvo respuestas puntuales y rigurosas, a todas estas preguntas,
para los legisladores del PRD interesados en entender cómo se había
gestado uno de los fraudes financieros más costosos de la historia económica
moderna del país, e interesados también en construir una propuesta
que cumpliera con el objetivo de rescatar el sistema bancario al menor
costo fiscal.
La capacidad y oportunidad de respuesta que Juan tuvo frente al problema
no era producto de la casualidad. Su formación de economista, no sólo
en las aulas sino también a través de la experiencia adquirida en el desempeño
de diversos cargos en la Dirección General de Política Económica de la
PRÓLOGO
11
extinta Secretaría de Programación y Presupuesto, lo hizo desarrollar un
sensible y atinado olfato para detectar las trampas gubernamentales en la
presentación de las estadísticas en materia financiera. Esta formación y experiencia,
junto con una notable inteligencia, hacen de Juan uno de los mejores
expertos en finanzas públicas del país. Por fortuna, la vida lo llevó
desde las entreguistas tareas de las oficinas gubernamentales, hasta el equipo
de asesoría económica en el GPPRD en el Senado durante la LVII Legislatura
(1997-2000). En ese espacio intentábamos precisamente diagnosticar de
manera objetiva la política económica y social del gobierno, y a partir de ahí
proponer soluciones, sin dejar de lado, por supuesto, la denuncia política
sobre los costos que la estrategia gubernamental venía causando al país.
Siempre he estado convencida de que una izquierda moderna debe ser
capaz de apoyar la denuncia y las propuestas de solución con datos incontrovertibles;
sobre todo si esa izquierda pretende colocarse como alternativa
real de poder y asume seriamente el reto de gobernar al país. Juan
Moreno contribuyó de manera excepcional a responder a esos desafíos.
En el libro que usted tiene en sus manos encontrará los valiosísimos
documentos que lograron abrir las entrañas del Fobaproa y expusieron a la
luz pública la serie de trampas con las que el gobierno pudo esconder hasta
marzo de 1998 la transferencia de recursos públicos a un rescate ilegal e
irregular como pudo documentarse. A la pregunta de qué había sucedido
entre noviembre de 1997 y marzo de 1998 que había obligado al gobierno a
reconocer la presión que sobre las finanzas públicas estaba ejerciendo el
rescate bancario, la respuesta de Juan fue contundente. El precio internacional
del petróleo había empezado a caer, de manera que los excedentes petroleros
ya no estarían disponibles para hacer el rescate subrepticio, así que
era necesario hacerlo público y tratar de legalizarlo como deuda pública.
Este es un hilo de la historia magistralmente documentada por Juan, a partir
de sus minuciosas investigaciones sobre la Cuenta Pública en donde se evidenciaban
las transferencias indebidas entre el presupuesto aprobado por la
Cámara de Diputados en diversos rubros durante varios años, y lo realmente
ejercido. En todos los casos, las diferencias fueron a parar al ramo 29
(saneamiento financiero).
Fue así como pudo denunciarse, con los datos en la mano, la discre cionali
dad en el uso del presupuesto; la ordeña fiscal de Pemex; y un tema que
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nadie había hecho público: la opacidad de las finanzas públicas que detrás
de los supuestos equilibrios escondían los déficit en orden de magnitud
semejantes a los registrados en el último año de gobierno de José López
Portillo. En efecto, sumados los requerimientos financieros ineludibles del
gobierno federal (eufemismo para denominar la deuda escondida, que incluye
el costo fiscal del rescate bancario y otros) al déficit tradicional reconocido
por éste, resulta que el déficit real de las finanzas públicas llegó
en 1998 a 13 por ciento del PIB.
La falta de transparencia en las finanzas públicas que al gobierno servía
para ocultar el desastre financiero a que había conducido su política, no fue
el único problema que enfrentamos y denunciamos. Nos topamos también,
por supuesto, con la contundente negativa a disponer de la información
necesaria –las listas nominales de los créditos rescatados, es decir, los nombres
de los beneficiarios del rescate bancario– con el argumento del respeto
al secreto bancario. Pero, ¿cuál secreto bancario se habría violado al
proporcionar la información solicitada? La Secretaría de Hacienda blandía
el artículo 117 de la Ley de Instituciones de Crédito, que establecía: “Las
instituciones de crédito en ningún caso podrán dar noticias o información
de los depósitos, servicios o cualquier tipo de operaciones, sino al depositante
[…]”. Sin embargo, de acuerdo con la misma ley, en su artículo 2, el
servicio de banca y crédito sólo podrían prestarlo instituciones de crédito,
que podrían ser: I. Instituciones de banca múltiple, y II. Instituciones de
banca de desarrollo. El Fobaproa no se encontraba en ninguno de los casos.
Se trataba de un fideicomiso que por lo demás no tenía el carácter de entidad
de la administración pública federal y por lo tanto no estaba sujeto a las
disposiciones aplicables a dichas entidades (art. 122 de la ley citada). Esto
significa que no era sujeto de presupuesto y tampoco de asignación de recursos
públicos, como pretendía –y logró– el gobierno federal. Este y otros
argumentos nos llevaron a fundamentar la necesidad de declarar la nulidad
legal del Fobaproa. Por si fuera poco, en el convenio del 3 de mayo de 1996
entre la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (fideicomitente) y el Banco
de México (fiduciario), se realizaron modificaciones al contrato constitutivo
del Fobaproa por las cuales ya no se obligaba a garantizar el pago
puntual y oportuno del apoyo preventivo que recibían las instituciones del
Fondo, tampoco establecía la obligación del Comité Técnico del Fondo de
PRÓLOGO
13
expedir las reglas de operación, lo cual elevó el grado de discrecionalidad
del rescate y aumentó los alicientes perversos a los banqueros.
Sin duda, convertir en deuda pública los pasivos de un fideicomiso y
mantener en secreto las operaciones del rescate bancario que dieron lugar
a dichos pasivos fue ilegal e inmoral. Como dato curioso aparece en mis
notas de las discusiones del Grupo de Alto Nivel1 para el tema del Fobaproa,
que en la reunión del viernes 31 de julio de 1998, el secretario de
Gobernación, Francisco Labastida Ochoa, sugirió que se reformara la ley
para permitir el acceso a esa información, a lo que uno de los representantes
del PAN saltó indignado argumentado que ninguna ley podía tener
efecto retroactivo. La ingenuidad de la entonces legisladora Garavito la
hizo asentar en sus notas lo siguiente: “La discusión tendrá que seguir,
pero seguramente ninguna ley puede ser obstáculo para que los intereses
de la nación se supediten al interés de los particulares protegidos por el
secreto bancario. Sin duda la sugerencia del secretario de Gobernación
retoma la naturaleza política del problema y abre perspectivas interesantes
para su solución”. (¡Ay!)
En la reunión del 21 de septiembre del mencionado grupo, la suerte
quedó echada. A nuestra insistencia sobre la entrega de las listas nominales
para depurar créditos inaceptables y así reducir el costo fiscal del rescate,
el diputado Francisco Paoli tomó la palabra para afirmar que para el PAN
dicha información no era indispensable, pues lo que ese partido exigía era que
se contratara una auditoría externa a las operaciones del Fobaproa y que la
ley establecería que cualquier crédito irregular o ilegal que hubiese sido
absorbido tendría que ser devuelto y solventado por la entidad responsable.
Algunos miembros de las bancadas panistas en el Congreso se resistían a
aprobar como deuda pública los pasivos privados de los bancos. Hasta ahí
llegó el entonces precandidato a la Presidencia de la República Vicente Fox
para presionarlos a votar a favor. En ese entonces el presidente del PAN era
Felipe Calderón, quien también contribuía a disciplinar a sus legisladores.
1 El Grupo estaba integrado por el secretario de Gobernación, el secretario de Hacienda y
Crédito Público, los coordinadores de los grupos parlamentarios en el Congreso de la Unión,
y los responsables del tema en esos grupos.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
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Así fue como se dio luz verde a la aprobación de la ley que creó el Instituto
de Protección al Ahorro tuto Bancario (IPAB) el 12 de diciembre de 1998. Así
también se aprobó la realización de esa auditoría externa que quedó en manos
del despacho del canadiense Michael Mackey, mismo que dejó asentado en el
documento entregado a la Cámara de Diputados en julio de 1999, que sólo
estaba en condiciones de entregar un informe, ya que la negativa a proporcionarle
la información necesaria, le impidió realizar la auditoría para la cual
fue contratado. El auditor fue honesto, y el atentado a la economía nacional
denunciado por la bancada del PRD en el Congreso de la Unión se había consumado.
Endosar el oneroso rescate bancario a la población por quienes
votaron a favor de la Ley de Protección al Ahorro Bancario, no sólo constituyó
un acto que profundizó la impunidad en el país, sino que además violó
la ley que ellos mismos votaron, en su artículo quinto transitorio. Sin duda
el Fobaproa constituye un expediente abierto.
Al año 2000, el saldo neto de los pasivos del rescate bancario equivalían
a 20 por ciento del PIB. Cuando nos preguntemos por qué el país tiene las
tasas de crecimiento económico más bajas de América Latina, una de las explicaciones
la podemos encontrar en el uso de recursos públicos para financiar
el oneroso costo del rescate bancario. Así terminó la historia de la reprivatización
bancaria en manos de capitales nacionales, pues después de este
rescate el sistema quedó en manos del capital extranjero, sin que ello haya
significado recursos frescos para el financiamiento de las actividades productivas,
ya que sin prestar un solo peso, los nuevos dueños tienen garantizado
el cobro de los intereses de los pagarés que se convirtieron en deuda pública;
y si a ello agregamos las altas comisiones, nos podemos explicar la paradoja
existente entre una banca que no cumple con la obligación de prestar y su
alta rentabilidad.
Un negocio redondo para “la nueva clase empresarial” del salinismo;
un negocio redondo para el capital extranjero; un descalabro total para la
economía nacional. Juan explica muy bien en alguna parte de este libro,
la génesis de este fenómeno. La construcción de una economía ficticia
durante el salinato; la recuperación casi inmediata de la inversión en la
compra de los bancos por el disparo del margen de intermediación y de
la rentabilidad bancaria; la falta de supervisión adecuada a las operaciones
bancarias en manos de nuevos e inescrupulosos banqueros; y el
PRÓLOGO
15
aliciente perverso que otorgaba la garantía gubernamental del cien por
ciento de los depósitos, condujeron a una quiebra técnica de los bancos
nunca sancionada por las leyes del mercado, tal como lo dicta el supuesto
neoliberalismo en el que se fundamenta la estrategia económica gubernamental
a partir de 1983. La alianza histórica entre el PRI y el PAN
reconocida por Carlos Salinas a finales de su sexenio, daba de nuevo
resultados.
El aliento a la economía ficticia del sexenio de Salinas se mantuvo por
supuesto durante el gobierno de Zedillo; un rescate bancario sin apego al
Estado de derecho es la mejor prueba de ello. Juan nos narra cómo un grupo
de amigos allegados al gobierno, ofrecieron en 1995 al flamante presidente
un diagnóstico sobre la situación económica y financiera del país, en el
cual la quiebra bancaria se veía venir. Sin embargo, el presidente respaldó
la tesis de la solidez de la economía y de que el gran bache de ese año era
sólo un problema de liquidez de corto plazo, de manera que para dar certidumbre
a los mercados lo mejor era resolver el problema de Chiapas mediante
una intervención militar. Desde entonces asomaba la tentación de las
“soluciones militares”: en aquel momento, contra el levantamiento por la
autonomía de los pueblos indios del EZLN y en el contexto de una caída del
PIB de 6.9 por ciento; ahora, para profundizar una guerra contra el narcotráfico
en el marco de una crisis económica al menos de la magnitud de la que
el país vivió en 1995.
Pero volvamos al tema del Fobaproa. Fue también en una de las reuniones
del Grupo de Alto Nivel en el mes de septiembre, en el Salón de Protocolos de
la Cámara de Diputados, que a la pregunta inicial del moderador sobre cuál
era la valoración de los hechos de la semana sobre el tema que nos convocaba,
de una esquina de la mesa salió una voz cavernosa diciendo: “Lo que
debería hacerse es ponerles un bozal a las perras del PRD”. Quien hablaba
era el entonces coordinador parlamentario del PRI, Arturo Núñez, quien con
desagrado y a hurtadillas dirigía su mirada hacia Dolores Padierna y hacia
mí. Porfirio Muñoz Ledo y Pablo Gómez, molestos, se pusieron de pie para
reclamar a Núñez. Padierna y yo tardamos en recuperarnos de la sorpresa.
Hoy Arturo Núñez, por decisión de A. M. López Obrador, es senador del PRD
en la LX Legislatura. Si no pidió disculpas públicas por el daño que hizo al
país con su aprobación de esa deuda bancaria como deuda pública, ¡mucho
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
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menos pidió disculpas a las que después se convirtieron en sus “correligionarias”!
¡El pragmatismo electoral hacía de las suyas!
El tema de la discrecionalidad en el uso de los recursos públicos nos
llevó en el mismo 1998 a tratar de identificar el derroche de recursos públicos
ejercido por el gobierno mediante los gastos superfluos. En un año en
que la caída de los precios del petróleo provocó tres recortes presupuestales
que significaron 1.8 por ciento del PIB respecto de los ingresos de 1997,
era indispensable desnudar esos gastos superfluos. Sí, pero también requería
un trabajo titánico. Significaba no quedarse en el primer tomo del Proyecto
del Presupuesto de Egresos, de los 33 que el Ejecutivo envía a la
Cámara de Diputados, sino diseccionar en el nivel de partida la información
contenida en esos 33 tomos. Y ello en menos de un mes, pues en esos años
la ley permitía al Ejecutivo enviar su proyecto a más tardar el 15 de noviembre.
¡Un trabajo de locos! Y bueno, Juan, que está un poco loco, con un pequeño
equipo, logró identificar esos gastos superfluos. Aún recuerdo de
memoria, que por ejemplo el ingreso personal de José Ángel Gurría, el entonces
secretario de Hacienda, no eran los 110 mil pesos mensuales que se
consignaba en el primer tomo, sino que sumadas todas su prestaciones y
prebendas (625 pesos diarios para alimentos, gasolina para un auto que
funciona los 365 días del año las 24 horas del día, etcétera), su ingreso mensual
real ascendía a 436 mil pesos.
Y gracias a ese excelente trabajo de Juan, el tema de los gastos superfluos
de parte del gobierno se convirtió en uno de los ejes políticos de la campaña
del PRD, y sobre todo de Andrés Manuel López Obrador. E iría un poco
más allá: lo que antes era una sospecha por parte de la ciudadanía en términos
de los privilegios de la alta burocracia, terminó por convertirse en
parte del sentido común. La respuesta de la Secretaría de Hacienda no se
hizo esperar para descalificar los resultados de esa investigación, pero los
hallazgos fueron rotundos, por lo que la Secretaría no logró su cometido.
En 1999 volvimos al ataque sobre el mismo tema, con la experiencia adquirida
en 1998, pero además con el apoyo de 40 jóvenes ceuístas amigos de
los hijos de Juan, quienes después de disuelta su huelga estudiantil caminaban
por la vida con las alas caídas. “¿Quieren hacer algo por su país? ¡Pues
vengan a ayudarnos a desnudar el uso indebido del presupuesto público!”,
les propuso Juan. Conseguimos computadoras prestadas y durante varias
PRÓLOGO
17
semanas, llegar al piso 27 de la Torre de El Caballito, implicaba el riesgo de
pisar a algún joven envuelto en un saco de dormir; o encontrarse a una mamá
preguntando, ¿de verdad mi hija está trabajando aquí día y noche? En efecto,
no eran métodos muy ortodoxos de trabajo, tenían poco que ver con la asepsia
de la academia, pero sin duda combinaban el rigor y la objetividad, con
la pasión política. La dedicación de aquellos jóvenes permitió consolidar el
trabajo del año anterior y colocarlo como piso ineludible, en términos de
calidad, en las negociaciones presupuestales que cada año se realizan en la
Cámara. Ya no es necesario el trabajo voluntario de decenas de jóvenes universitarios,
pues por fortuna ese saber hacer se ha socializado y además, los
tiempos legales para la dictaminación del Proyecto de Presupuestos de Egresos
de la Federación han aumentado significativamente con el adelanto de
la fecha de entrega por parte del Ejecutivo.
Por desgracia fue difícil seguir alimentando la pasión política que apoyaba
aquellas titánicas tareas. El año de 1999 fue también el inicio de la
debacle del PRD con aquellas elecciones internas que evidenciaron a una
izquierda con prácticas fraudulentas propias del régimen que decía combatir.
Incluyendo la planilla que encabecé, todas las que participaron hicieron
uso de los peores vicios de la cultura priista (que evidentemente
era nacional).
En las dos ocasiones en que fui legisladora por el PRD, tuve la fortuna
de contar con equipos de colaboradores de primera calidad. El trabajo legislativo
de ese partido no podría explicarse sin la calidad de sus asesores.
Mientras el PRI fue el partido eterno en el gobierno, y el Poder Legislativo la
ventanilla de trámites de las iniciativas del Ejecutivo, ese trabajo legislativo
se realizaba sin pudor alguno en las oficinas del gabinete presidencial. Por
su parte, el PAN, un partido de larga existencia, alimentaba esas tareas con
las fundaciones de estudio organizadas para tal efecto. A diferencia de ellos,
y sobre todo en las primeras etapas del PRD, los grupos de asesoría legislativa
eran verdaderos espacios de investigación en donde concurría el ánimo
de jóvenes universitarios deseosos de contribuir a la construcción de propuestas
alternativas. Cierto también, que desde los primeros grupos parlamentarios
de ese partido, parte de los recursos de contratación de asesores
se han dedicado a financiar a los operadores políticos de los diversos grupos
y con ello a alimentar el atávico clientelismo; pero también es verdad que a
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
18
pesar de ese despilfarro, los grupos de asesores parlamentarios han sido un
semillero de nuevas ideas, y de rigor en el trabajo.
Alguna vez sugerí a un connotado legislador del PRD que deberíamos
impulsar la profesionalización de los equipos de asesores garantizando su
permanencia y capacitación mediante el establecimiento de una especie de
carrera civil. Como si me contestara desde la “más alta tribuna de la Nación”
me respondió que “la mejor profesionalización del trabajo legislativo era la
reelección de los legisladores”(!). Así que hasta hoy, los cambios de legislatura
significan para los asesores parlamentarios del PRD la incertidumbre
sobre su futuro ocupacional, y en la mayoría de los casos el no reconocimiento
a sus derechos laborales. Un partido de izquierda que desconoce
esos derechos, ¿puede llamarse de izquierda?
Un partido que aspira al poder debería dar la más alta prioridad a la
formación de sus cuadros pensantes. Como directora del Instituto de Estudios
de la Revolución Democrática (IERD), fui la última en enterarme de un
recorte presupuestal de 50 por ciento para esta instancia del PRD, pues para
el presidente del partido, la pregunta era, ¿para qué sirven los intelectuales?
Así que los proyectos de promover la investigación sobre los diversos temas
de la propuesta programática del PRD fueron seriamente debilitados. Sin
embargo, el trabajo voluntario que se alimenta de la mística de que otro
mundo es posible, en muchas ocasiones animó esas investigaciones. Fue el
caso de los abogados laboralistas más connotados del país, que hizo posible
que en ese instituto se elaborara el Anteproyecto de reforma laboral del PRD
(1998), mismo que la presidencia del Partido guardó en una gaveta, pues
demandas como la libertad sindical podían desalentar alianzas con algunos
grupos del sindicalismo oficial. ¡Con el pragmatismo electoral perredista,
otra vez topamos!
Sobre las irregularidades y las ilegalidades del Fobaproa se tendió el velo
de la impunidad, como tantos más se han tendido sobre otros temas de relevancia
nacional: los responsables de la masacre estudiantil de 1968; de los
asesinatos del 10 de junio de 1971; los responsables de los crímenes de
Estado cometidos durante la guerra sucia de la década de los setenta; los
que perpetraron el fraude electoral de 1988; los que provocaron la crisis
económica de 1995 con tal de mantenerse en el poder; los que violaron de
manera masiva los derechos humanos de los pobladores de Atenco y de los
PRÓLOGO
19
altermundistas en Guadalajara en 2005, sólo para citar algunos. La impunidad
pareciera etérea porque gracias a ella los responsables de grandes crímenes
políticos y económicos se esfuman, desaparecen; sin embargo, nada más
contundente para seguir profundizando la larga crisis nacional, que las complicidades
que posibilitan que la impunidad continúe socavando los cimientos
del Estado mexicano. Quizá algún día el riguroso testimonio que Juan
aporta en esta compilación de documentos pudiera ser materia prima para una
fiscalía especializada sobre el tema, o al menos para que de una comisión de la
verdad, los responsables de este atentado contra la economía nacional salieran
a la luz. Por eso repito, el Fobaproa es un expediente abierto.
Pero además del altísimo valor histórico de este libro, desde las primeras
páginas usted se dará cuenta de que está animado también por un
reclamo personal, y se refiere al hecho de que Juan se siente maltratado
y agraviado en su vida profesional, pues no se le ha dado el reconocimiento
suficiente a su trabajo. Y el episodio que aquí narra tiene como protagonista
del papel de hada mala (¿bruja?) a la que esto escribe. Quizá Juan
me invitó a escribir este prólogo para deshacer ese maleficio que, pareciera,
desde entonces lo ha acompañado. ¡Que también para ello sirva
este libro!
La historia personal que atraviesa a este libro es que mientras los dioses
del Olimpo de la economía mexicana dictaban sus designios vía PAN y PRI
para que a los sufridos habitantes de este país nos endosaran una onerosa
deuda por mil millones de pesos, de manera simultánea, una hada mala en
la vida de Juan (yo), eludió darle el crédito en el documento base para el
debate nacional que el PRD levantó con el propósito de intentar evitar la
socialización de las pérdidas bancarias. Dicho documento es “Fobaproa: el
gran atentado contra la economía nacional (alternativas para impedirlo)”
del 29 de junio de 1998. Como coordinadora del Área de Economía del GPPRD
en el Senado, elaboré ese documento a partir de análisis y diagnósticos
fundamentales presentados por Juan; también con la orientación del gran
jurista Alfredo del Valle (†), quien tampoco tiene crédito en ese documento;
y con las propuestas de solución que estaban emergiendo del movimiento
de El Barzón encabezado por Alfonso Ramírez Cuéllar. El mérito de ese
documento es haber aportado una visión integral del problema a partir de
las tres vertientes que menciono.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
20
Como coordinadora de dicha área nunca acepté de Juan una nota que
no estuviera firmada, incluyendo la elaboración de los cuadros estadísticos.
“¿Entonces Juan, cómo es que no te di el crédito correspondiente, más allá
de mencionar la colaboración del Área de Economía del GPPRD en el Senado?”,
le pregunto al autor de este libro ahora, es decir, once años después.
“Es que en realidad no me conocías bien, yo estaba como asesor externo
y me incorporé de tiempo completo meses después”. Es posible que esa
sea la razón, no lo sé. Y confieso que tampoco me parece tan relevante,
pues quienes conocieron el trabajo de Juan bajo mi coordinación, pudieron
constatar que era todo, menos clandestino; que era todo, menos no reconocido.
Pero también celebro que para Juan la falta de crédito en ese documento
sea una herida de tal tamaño, que para cicatrizarla no haya
encontrado mejor bálsamo que compilar sus trabajos que sirvieron de
base para el debate nacional sobre el Fobaproa que el PRD obligó a abrir
en aquellos meses, a contrapelo de gobierno,2 PRI y PAN. Este libro le hacía
falta a Juan, le hacía falta al país. ¡Enhorabuena!
2 En julio de 1998 las secretarías de Gobernación y de Hacienda y Crédito Público publicaron
un boletín de prensa (el número 172) en el que denunciaban que la campaña informativa y
la consulta popular sobre el Fobaproa que el PRD organizaba “pone en duda la viabilidad
de las instituciones”.
21
Q
uisiera agradecer en primer lugar a Rosa Albina Garavito Elías, por
haberme permitido participar en la batalla para denunciar el Fobaproa
en 1998, por darme la idea de publicar estos trabajos, por escribir
el prólogo y por ayudarme a deshacer finalmente “el viejo maleficio”. Qcribir También quiero agradecer a los participantes en esa batalla de 1998, en
particular a Alfonso Ramírez Cuéllar y a Dolores Padierna Luna.
Gracias también a mis tres hijos, Héctor, Juan Ernesto y Jorge Guillermo
Federico, quienes me apoyaron en todo momento, como en la aventura de
fines de 1999, que recuerda Rosa Albina en el prólogo. En esa aventura participó
también Viridiana, quien se transformaría después en mi nuera y
terminaría convirtiéndome en abuelo.
Asimismo, agradezco a mi hijo Héctor por criticar duramente una primera
versión del texto introductorio. Mi hijo Juan Ernesto, no sólo coincidió
con su hermano, sino que trabajó de manera ardua en el borrador, sugiriéndome
cambios que me ayudaron a mejorarlo.
Mi gratitud también al diputado Javier González Garza, coordinador del
Grupo Parlamentario del PRD en la Cámara de Diputados durante la LX Legislatura,
quien además de autorizar la publicación de este libro, me dejó
en absoluta libertad para que incluyera en él “lo que me diera la gana”.
Particular agradecimiento a Renata Soto-Elízaga, quien no sólo se encargó
de cuidar la edición y corregir algunos errores, sino que me estimuló y
presionó en todo momento para que este trabajo viera finalmente la luz.
También expreso mi gratitud a Fidel González Zurita, Carlos López Ángel
y Fernando Baca, quienes leyeron parte del texto introductorio, me hicieron
AGRADECIMIENTOS
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
22
sugerencias y, sobre todo, me ayudaron a convencerme de que contar muchas
de esas anécdotas no era un disparate.
Finalmente, además de agradecer su apoyo en todas las imaginables
circunstancias, quiero dedicar este trabajo a mi esposa, Martha.
23 de junio de 2009
23
El 26 de marzo de 1998, el entonces presidente de la República, Ernesto
Zedillo, envió a la Cámara de Diputados una serie de iniciativas
de ley donde daba a conocer, por primera vez de manera formal, que
existía un pasivo por 552 mil millones de pesos, como resultado del rescate
bancario iniciado en 1995, el cual proponía que fuera convertido en
deuda pública.
A partir de la llegada de esas iniciativas se inició una discusión nacional
después conocida como el debate del Fobaproa, debido a que fue precisamente
el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (cuyas siglas eran Fobaproa)
el mecanismo que utilizó el gobierno federal para llevar adelante el
rescate bancario, resultando los pasivos señalados una deuda en la que incurrió
ese fondo, con el aval del gobierno federal.
Cuando se inició ese debate yo era asesor de la senadora Rosa Albina
Garavito Elías, quien había sido postulada por el Partido de la Revolución
Democrática (PRD). Entre mis tareas se encontraban las de analizar y dar
seguimiento a las iniciativas de ley en materia económica. Por ello, poco
después de llegadas las iniciativas del Ejecutivo elaboré algunas notas para
alertar respecto a su importancia.
Durante la LVII Legislatura (1997-2000), el PRD tenía 15 senadores y 126
diputados federales. Con la anuencia de Rosa Albina, el tiempo que me quedaba
libre trataba de dar asesoría también a los diputados perredistas interesados
en el asunto del Fobaproa. Por ello, pronto me enfrenté con otro
problema, la necesidad de explicar con claridad un asunto extremadamente
complejo a personas no familiarizadas con temas financieros.
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO
Y SUS CONSECUENCIAS:
NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
20 DE JUNIO DE 2009
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
24
El asunto se hizo más grave cuando el entonces presidente del PRD,
Andrés Manuel López Obrador, dio a conocer una propuesta a fines del mes
de mayo, en la cual planteaba que el PRD estaría dispuesto a aceptar que se
convirtieran cada trimestre 100 mil millones de pesos de los pasivos del
Fobaproa en deuda pública. En ese momento me di cuenta de que nadie en
el PRD realmente entendía no sólo la naturaleza del problema, sino su gravedad
para la economía del país.
Después de analizar el documento que sirvió de base para la propuesta
de López Obrador, escribí una nota muy crítica, la cual entregué a Rosa
Albina Garavito. Recuerdo que le dejé la nota, y después de leerla me llamó
por teléfono, sumamente preocupada. Traté de explicarle algunos detalles,
pero me dijo que eso debíamos discutirlo en persona. Lo hicimos durante
varias horas, y al final me dijo: “Juan, me convenciste, voy a defender la
posición de oponernos a la conversión de los pasivos del Fobaproa en
deuda pública, y le voy a llevar tu nota a Andrés Manuel”, lo cual hizo ese
mismo día. En la noche me dijo que Andrés Manuel nos esperaba a la mañana
siguiente.
Rosa Albina y yo llegamos a las oficinas del PRD en la calle de Monterrey.
Ahí nos recibió López Obrador. En lugar de la áspera discusión que yo esperaba,
sólo me dijo: “Espero que como criticas, propongas”. Claro que sí, le respondí.
Luego me preguntó en cuánto tiempo tendría una propuesta alternativa. En
una semana, le contesté, a lo que respondió: “Tienes tres días para hacerlo”.
Regresamos a las oficinas en el Senado y Rosa Albina me ordenó concentrar
todo mi esfuerzo en la tarea encomendada. En pocos días escribí mi
propuesta, la cual entregué a Rosa Albina. Ella discutió con un equipo designado
por el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Partido. Tomando como
base mi trabajo, así como otros que se habían elaborado para demostrar la
ilegalidad de la política usada para rescatar a los bancos, se integró un documento
denominado Fobaproa: el gran atentado contra la economía nacional,
el cual se dio a conocer el 15 de julio de 1998.
Puedo afirmar que prácticamente todo el análisis económico del Fobaproa,
así como la propuesta básica que se desprendió de ese análisis, y que
se convirtió luego en bandera del PRD, es decir, la oposición a que los pasivos
del Fobaproa se convirtieran en deuda pública, salieron de las notas que
yo había escrito. Sin embargo, por razones que aún hoy, once años después,
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
25
ignoro, nadie me dio crédito. El citado documento fue firmado por todo el CEN
del PRD, así como por los grupos parlamentarios de ese partido en el Senado
y en la Cámara de Diputados. Además, se habló de una comisión redactora,
en la cual había varias personas que no sólo no redactaron nada, sino
que ni siquiera entendieron el asunto del Fobaproa.
No sólo Rosa Albina y López Obrador supieron que yo había hecho la
crítica al documento que el entonces presidente del PRD había dado a conocer
a fines de mayo, así como la propuesta alternativa que se tomó como
base para el documento del 15 de julio. También lo supieron otras personas,
como los diputados encargados del debate del Fobaproa: Dolores Padierna
Luna, Alfonso Ramírez Cuéllar y Jorge Silva Morales, a quienes di copia de
las notas que había escrito.
Un año después, en julio de 1999, el auditor canadiense Michael Mackey,
contratado por la Cámara de Diputados, presentó su Informe sobre las operaciones
del Fobaproa. Para mi gran satisfacción, pude ver que Mackey
había llegado prácticamente a las mismas conclusiones que yo en mis notas
de 1998, las cuales habían quedado plasmadas en el citado documento del
PRD. Aunque claro que hubo una gran diferencia, ya que a Mackey le pagaron
varios millones de dólares por su trabajo.
Entre 1998 y 2006 escribí mucho sobre el asunto del Fobaproa. La mayor
parte de mis textos pueden considerarse “políticos”, es decir, orientados
a alimentar la política del PRD en esa materia. Eso no quiere decir que
carecieran de rigor. Por supuesto que lo tuvieron. Por ello me atreví a
publicar la mayoría de ellos, y ahora me atrevo a publicarlos juntos. Si
bien, la mayoría no reúne los requisitos académicos usuales, son resultado
de una continua investigación sobre ese complejo tema, de un análisis
serio que buscaba en todo momento evitar que un costo tan elevado se
cargara, por la vía fiscal, sobre las espaldas del pueblo mexicano.
Algunos textos fueron publicados en distintos medios, pero destaca la
serie de artículos que pude publicar en el periódico La Jornada, entre 1999
y 2000. Otros textos quedaron inéditos, y sólo fueron conocidos por los legisladores
a quienes asesoraba, y algunas veces por periodistas, cuando
eran distribuidos. Entre ellos se encuentran algunas de las notas de 1998.
Los documentos que se reúnen en este libro son 50, de los cuales, sólo 16
estaban inéditos hasta el día de hoy.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
26
Los documentos incluidos son de mi exclusiva autoría, con excepción de
dos de ellos. Uno es el más famoso, titulado “Fobaproa: el gran atenta do contra
la economía nacional / Alternativas para impedirlo”, fechado el 15 de julio
de 1998 y distribuido entonces ampliamente, del cual reclamo, al menos, una
autoría parcial. El otro es el titulado “El rescate bancario: la otra guerra sucia”,
fechado en septiembre de 2004 y publicado en la revista Memoria, que fue
escrito en coautoría con Rosa Albina Garavito.
Esta presentación de los documentos está dividida en seis apartados y
una reflexión final. En el primero, denominado “Antes del debate del Fobaproa”,
cuento cómo se llevó a cabo mi aprendizaje sobre el sector financiero
de la economía, el cual inicié desde muy joven y viví de manera muy
inusual. En esta parte aprovecho para recordar a mis maestros, algunos ya
fallecidos, así como para contar varias anécdotas que recuerdo y que me
gustaría compartir. Concluyo comentando los dos primeros trabajos que se
publican, los cuales me permitieron tener en 1998 una ventaja para entender
el asunto del Fobaproa y comunicarlo con claridad. También presento dos
artículos que, aunque escritos en fecha posterior, se refieren a asuntos tratados
en esta parte.
En el siguiente, “El debate del Fobaproa”, hablo de las primeras notas
que elaboré en 1998, las cuales desembocaron en el documento del 15 de
julio. Luego, comento una serie de textos referidos al asunto del Fobaproa,
incluido uno escrito con un fin meramente didáctico. También recuerdo
algunas anécdotas respecto a cómo fue posible que un asunto tan complejo
se convirtiera no sólo en materia de debate público, sino en un verdadero
escándalo nacional.
En el tercer apartado, “El Informe de Michael Mackey”, explico cómo se
generó ese documento, el cual fue entregado a la Cámara de Diputados en
julio de 1999, y comento los textos elaborados para entender sus principales
características. Pongo también atención al debate sobre las “operaciones
reportables” detectadas por Mackey y cuento algunas anécdotas
respecto a cómo pudieron darse a conocer.
En “El rescate de Banca Serfín”, me refiero a los textos que escribí res pecto
a ese asunto en particular. El rescate de ese banco no sólo fue el más costoso
de todos los efectuados por el Fobaproa, sino que resultó también un muestrario
de los abusos e ilegalidades en que incurrieron los responsables de
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
27
operar ese rescate, lo cual también explica el elevado costo fiscal que implicó.
Para mi buena suerte, de los siete artículos que se incluyen, seis fueron publicados
en La Jornada, y el texto restante, el de mayor extensión por cierto,
aunque quedó inconcluso, fue el que sirvió de base para los demás, y estaba
inédito hasta el día de hoy.
En “Las consecuencias del rescate bancario”, comento algunos textos
elaborados para denunciar las consecuencias de la manera como se llevó
a cabo el rescate bancario. La principal consecuencia señalada fue la generación
de un auténtico desastre fiscal, que condujo al gobierno a registrar
en las finanzas públicas, de manera indebida, una doble contabilidad. El
resultado de todo eso fue una creciente deuda pública escondida, la cual
incluyó no sólo los pasivos del Fobaproa, sino también la deuda asociada
a los ahora famosos proyectos de inversión con registro diferido en el gasto
(pidiregas).
En el apartado final, “La última batalla para reducir el costo del rescate
bancario”, reúno algunos trabajos publicados entre 2004 y 2006, mientras me
desempeñaba como asesor de los diputados del PRD en la LIX Legislatura.
En esos textos se describe la lucha para obligar a que los bancos pagaran la
parte que les correspondía del costo del rescate, como resultado de las revisiones
efectuadas por la Auditoría Superior de visiones la Federación (ASF). Esa
reducción del costo cargado al pueblo mexicano no fue conseguida debido
a la complicidad de la Suprema Corte de Justicia de la Nación con el entonces
presidente de la República, Vicente Fox.
Como conclusión, planteo una breve reflexión final respecto a esta rica
experiencia, la cual resultó vital para mí. Además, expongo algunas de las
enseñanzas que considero me dejó.
■ ANTES DEL DEBATE DEL FOBAPROA
La historia de los documentos que se publican en este libro es similar a mi
propia historia, la cual está llena de hechos que se podrían considerar un
tanto atípicos. Quisiera aprovechar esta oportunidad para contar algunas
anécdotas que aunque no se relacionan directamente con los textos aquí
reunidos, sí ayudan a entender su origen, a la vez que también me permiten
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
28
agradecer, por este medio, a algunas personas que jugaron un papel muy
importante en mi formación, varias de ellas ya fallecidas.
Mi experiencia como economista me indica que la mayoría de la gente
no entiende lo fundamental de esa compleja e interesante ciencia llamada
Economía. Pero también he aprendido con los años que la gran mayoría de
los propios economistas ignoran asimismo las complejidades del sistema
monetario y financiero. Cuando se inició el debate del Fobaproa creo que
yo tenía dos ventajas: por un lado, había acumulado el conocimiento necesario
para entender ese asunto; y por el otro lado, estaba cerca de políticos
que pudieron transformar ese complejo asunto en un tema de debate nacional.
En esta primera parte quiero contar cómo conseguí ese conocimiento.
Obtuve mi formación como economista en dos instituciones muy diferentes,
de manera paralela. Una fue la Facultad de Economía de la UNAM, y la
otra, la Dirección General de Política Económica y Social (DGPES) de la entonces
Secretaría de Programación y Presupuesto (SPP), oficina que en ese tiempo
tenía fama de ser una suerte de cerebro económico del gobierno federal.
Mi aprendizaje de la economía y de los secretos del sector financiero,
así como tantas cosas más que me han sucedido en la vida, se llevó a cabo
de manera muy inusual. Un primer ejemplo de ello es que, a diferencia de
lo que le ha sucedido a la mayoría de los economistas que conozco, yo
primero empecé a trabajar en labores de economista, sin serlo, y fue hasta
casi un año después de estar trabajando en esas labores cuando inicié mis
estudios formales de Economía.
En ese tiempo yo venía de varios años de militancia política en la izquierda,
organizando grupos clandestinos en muchas fábricas. A fines de 1977, al
igual que muchos otros, me vi en un dilema: avanzaba en el proceso de legalización
de la izquierda, que entonces no sólo me parecía una claudicación
a los ideales revolucionarios, sino también la entrega de nuestras organizaciones
a la labor corruptora del gobierno; o me hundía en lo que quedaba
de la guerrilla, entonces en franca tendencia suicida. Pero encontré una
tercera opción: regresar a mis abandonados estudios formales y conseguir
un trabajo que no tuviera nada que ver con mi anterior militancia política.
Con ello lograría sacar adelante a mi familia, además de darme los medios
para reflexionar y entender lo que sucedía en el país. Entonces tenía sólo 25
años de edad, estaba casado y ya tenía dos hijos.
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
29
Lo primero que hice fue inscribirme al tercer año de preparatoria, para
concluir los estudios que había abandonado cuatro años atrás para dedicarme
exclusivamente al trabajo entre los obreros. Paralelamente busqué a algunos
amigos que eran profesores universitarios para que me recomendaran en algún
trabajo que no tuviera nada que ver con mis anteriores actividades políticas.
Uno de ellos, Roberto Castañeda Rodríguez Cabo, me envió a la DGPES, con el
entonces director general, Alejandro Castillón Garcini, quien había sido integrante
del grupo político Punto Crítico, al cual había pertenecido también
Roberto. De inmediato me presenté con Castillón, quien creía que ya estaba
estudiando la carrera de Economía, y al ver que apenas trataba de terminar
la preparatoria, me envió con el subdirector general, Ciro Velazco, quien me
dijo que sólo tenían disponible una plaza de intendente, la cual acepté.
Luego de llevar mis papeles y realizar los trámites necesarios, me presenté
a trabajar el 16 de abril de 1978. Ese día pedí hablar de nuevo con Ciro
Velazco, y le dije que yo consideraba que todo tipo de trabajo era digno,
pero como mi plan era estudiar Economía, el dedicarme a barrer los pisos
no me ayudaría a aprender nada. Por ello, le pedí que me diera la oportunidad
de trabajar y aprender con los economistas. Para ello, le ofrecí esforzarme
al máximo y le aseguré que no tendría ninguna queja. Ciro sonrió y
me dijo: “Te voy a mandar con los economistas, pero a la primera queja, te
vas a barrer los pisos”. Estuve de acuerdo y me mandó al Departamento de
Análisis de Políticas Financieras, entonces a cargo de Arturo Blancas y Calderón,
quien fue mi primer maestro, no sólo de Economía, sino también de
análisis del sistema financiero. Pocos años después, Ciro fue uno de mis
profesores en la Universidad y llegamos a recordar esa anécdota.
Mi primer encuentro con la burocracia gubernamental fue desconcertante.
Mientras que de obrero yo trabajaba más de ocho horas diarias, en
labores muy pesadas, en la DGPES mi horario era de 9 de la mañana a 3 de la
tarde, lo que me permitía estudiar el resto del día. Pero lo mejor era que me
pagaban el doble de lo que antes ganaba. Arturo, mi jefe, debía sufrir a sus
analistas subordinados, quienes, con excepción de uno llamado Óscar Montes
Ahumada, llegaban tarde y hacían lo que se les pegaba la gana, es
decir, nada. Recuerdo uno que orgullosamente decía, casi a gritos, “Hoy no
hice nada”. Arturo no le decía nada, ya que ese tipo era amigo de un alto
fun cionario y, además, presumía de ser “de izquierda”.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
30
Arturo, al ver que yo sí ponía todo mi entusiasmo en el trabajo, me enseñó
a utilizar la calculadora, a sacar tasas de crecimiento y a estimar estructuras
porcentuales. Luego, me puso a hacer una serie de cuadros estadísticos
sobre el encaje legal aplicado a los bancos, usando datos de los informes
anuales del Banco de México, los cuales estudié con todo cuidado. Arturo
me explicó lo que eran los activos y los pasivos, y por qué algunas tasas de
interés eran llamadas pasivas y otras activas. También me enseñó que dividiendo
una serie entre un índice de precios podía pasarla a términos reales.
Recuerdo la gran revelación cuando Arturo me explicó la fórmula para calcular
la tasa de crecimiento geométrica, y así obtener el incremento promedio
de varios años, para una variable.
Pero así como tuve la ayuda generosa de personas como Arturo, también
viví algunas tristes experiencias. Como en ese tiempo la única economía
que yo había estudiado era la marxista, le pedí a uno de los
haraganes que me recomendara un libro para empezar a estudiar economía
moderna. El libro sugerido resultó ser uno de los más avanzados y
complejos, y caro por añadidura, que no me sirvió de nada entonces.
Cuando Arturo supo eso, me recomendó un libro realmente introductorio,
y barato, por cierto.
A principios de 1979, cuando ya tenía nueve meses trabajando con los
economistas, empecé mi carrera de Economía en la UNAM. Los cursos se me
hicieron fáciles, ya que durante mis años de militante había estudiado bastante
a Marx, y media carrera estaba dedicada a estudiar a ese autor. Recuerdo
que después del primer semestre, estudié de manera simultánea el
segundo y el cuarto semestres, y luego el tercero y el quinto. Para ello, me
inscribía en las seis materias exigidas, más otras tres posibles. Las restantes
tres materias las presentaba en examen extraordinario, sin haberlas cursado.
Mi idea era acabar la carrera en la mitad del tiempo, lo cual no pude lograr,
porque las necesidades de mi familia me obligaron después a trabajar de
tiempo completo, quedándome muy poco tiempo para la escuela.
A mediados de 1979, el entonces secretario de Programación y Presupuesto,
Ricardo García Sáinz, renunció, y con él también Alejandro Castillón.
Como secretario llegó Miguel de la Madrid Hurtado, y como titular de la
DGPES fue nombrado Carlos Salinas de Gortari. Este personaje despidió a 90
por ciento del personal, en su inmensa mayoría egresados de la UNAM. Entre
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
31
el 10 por ciento que sobrevivió estaba yo, con mi humilde plaza de intendente,
que a nadie le interesó.
Para mi buena fortuna, el nuevo jefe del Departamento de Análisis de
Políticas Financieras fue Óscar Montes Ahumada, quien, como señalé, había
trabajado ahí unos meses antes, y sabía que, además de Arturo Blancas, el
único que trabajaba ahí era yo. De inmediato me adoptó y yo seguí trabajando
igual. Con Óscar llegó de subjefe Abel Cárdenas Barragán. Completaron
el equipo Josué Suárez Villaseñor y Guillermo Sánchez Arriaga. Los cuatro
eran egresados del Tecnológico de Monterrey.
Pronto me di cuenta de que para sustituir a los de la UNAM que habían
sido despedidos, el nuevo equipo contrataba sólo egresados de dos instituciones
privadas: el citado Tecnológico de Monterrey y el Instituto Tecnológico
Autónomo de México (ITA M). El líder de los del Tecnológico de
Monterrey era el nuevo subdirector general Rogelio Montemayor Seguy. En
ese grupo estaba un subdirector sonorense muy simpático, llamado Luis
Donaldo Colosio Murrieta. Había muchos otros que luego alcanzaron alguna
fama, como Eduardo Sojo y Tomás Yárrington. Recuerdo a otros como Luis
Jáuregui, quien años después alcanzó fama como historiador económico.
Entre los que yo identificaba con el ITAM se encontraba un extraño personaje
llamado Manuel Cavazos Lerma, a quien Salinas le dio una dirección
de área. Ese tipo tenía fama de ser algo así como el campeón del monetarismo,
la nueva ideología que querían imponer. Recuerdo que a los pocos de
la UNAM que quedábamos nos obligaron a tomar un curso de dos semanas
sobre la teoría de Milton Friedman, que impartió Cavazos en las oficinas de
la DGPES. Cavazos presumía que había estudiado en la Universidad de Chicago,
pero no faltó quien me contara que era tan “mamón” que ni en Chicago
lo habían aguantado, ya que era en verdad insoportable.
Por cierto, a uno de los más simpáticos Chicago-boys que conocí entonces,
un yucateco llamado Humberto Molina Medina, le pregunté por qué
eran tan raros en su comportamiento los egresados de esa universidad, y
me contestó que ésos “ya eran raros antes de ir a Chicago”. Entonces le hice
otra pregunta: “¿Qué tiene Chicago que atrae a tanta gente rara?”, lo cual ya
no me pudo contestar.
Rogelio Montemayor tenía tres afinidades: los del Tecnológico de Monterrey,
los egresados de la Universidad de Pensilvania, donde había adquirido
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
32
su doctorado, y los nacidos en Coahuila, su lugar de origen. Yo no podía entrar
en los primeros dos grupos, pero sí en el tercero, ya que había nacido precisamente
en Coahuila, aunque no había regresado a ese lugar desde que era
niño. Aunque parezca tonto, eso me ayudó entonces, cuando mi mayor preocupación
era conservar mi trabajo, ya que había nacido mi tercer hijo.
Para mi gran fortuna, nombraron subdirector a Jorge Cambiaso Ropert,
quien me enseñó los trucos del sistema financiero y me ayudó a tener una
visión diferente de la economía. Jorge era chileno, con doctorado en la Universidad
de Wisconsin (Madison), buen conversador y con una gran capacidad
didáctica. Entre 1980 y 1981 Jorge y yo hablamos un promedio de ocho
horas diarias, o más bien, él hablaba y yo trataba de manipular la inevitable
conversación para llevarla a los temas de economía que me interesaban.
Tal vez Jorge fue mi más importante maestro, ya que me descubrió,
entre tantas cosas, las complejidades del sistema financiero. También me
consiguió una plaza de analista a mediados de 1980, lo que duplicó mi sueldo,
pero me hizo pasar a trabajar de tiempo completo, es decir, todo el día,
y hasta la medianoche con mucha frecuencia. En el poco tiempo que me
quedaba seguí estudiando la carrera de Economía en la UNAM. A pesar de
haber logrado cursar la mitad de la carrera en un año y medio, terminé obteniendo
mi título hasta doce años después, a principios de 1992.
En 1982, la DGPES se llenó de egresados de la Universidad de Chicago,
los auténticos Chicago-boys. Aunque con algunos no me entendí, con otros
no sólo lo hice, sino que me ayudaron y enseñaron mucho. Entre ellos, recuerdo
particularmente a Flavio Avilés González y a Enrique Barraza Allande,
quienes además habían estudiado la licenciatura en la Universidad de Nuevo
León (UANL). Ellos me promovieron a jefe del Departamento de Análisis
Financiero en diciembre de 1982. El subdirector, quien sustituyó a Cambiaso,
fue Isaak Katz, el monetarista más puro que he conocido en mi vida, y de
quien también aprendí mucho.
Por cierto, poco antes de ser nombrado jefe de departamento tuve un
maestro que resultó extraordinario, sin proponérselo. Se trata de Ar mando
Baqueiro Cárdenas, un yucateco que entonces trabajaba en el Banco de
México. Armando estuvo seis meses de 1982 en la DGPES, prestado para
que aprendiera finanzas públicas y nos enseñara programación financiera.
Creo que lo primero lo hizo muy bien, y respecto a lo segundo, pienso que
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
33
fui el único que lo aprovechó. Durante los meses que Armando estuvo ahí,
yo fui su ayudante, casi esclavo, voluntario. Al encargarme muchas tareas,
fui aprendiendo los principios del modelaje de la banca y del resto del
sector financiero. Prácticamente fotocopié toda la información que llevaba
Armando, mucha de ella no publicada, con su consecuente enojo
cuando me descubrió.
En 1984, Flavio Avilés fue nombrado director y me promovió para subdirector
de Política Financiera. En ese puesto empecé a trabajar en la construcción
de un modelo de programación financiera, siguiendo las reglas
aprendidas con Baqueiro. En 1985, Jonathan Heath, quien había trabajado
en la DGPES, me invitó a visitar Filadelfia, para ayudarle a diseñar la parte
financiera del modelo Wharton para México, lo cual hice en el mes de agosto
de ese año. Al año siguiente volví a Filadelfia y escribí un artículo que me
publicaron allá: “El déficit operacional”.
Ahora quisiera recordar una interesante anécdota. Resulta que Lawrence
Klein, profesor de la Universidad de Pensilvania, había ganado el premio
Nobel de Economía por esos años, y me tocó conocerlo en Wharton, durante
uno de mis viajes a Filadelfia. Un día, Klein nos dio una plática a un
grupo pequeño. Recuerdo que dijo algunas cosas que me enseñaron mucho.
Afirmó que en el modelaje económico muchas de las relaciones de comportamiento
que se estimaban, eran en realidad identidades contables.
Agregó que las auténticas relaciones de comportamiento eran muy inestables,
y que las razonablemente estables eran muy raras, pero resultaban
básicas para el modelaje de la economía.
Klein nos dijo algo así: “Denme una relación de comportamiento estable,
y yo les doy una teoría”. Recordó que la teoría de Marx había sido construida
sobre una relación de comportamiento estable, la referida a la decisión de
invertir, en función de la tasa de ganancia. Lo mismo sucedió con John Maynard
Keynes, cuya teoría se basaba en la función consumo, otra relación muy estable.
Y concluía el argumento recordando que Milton Friedman basaba su
teoría monetaria en la función demanda por dinero (en una economía cerrada),
la cual había demostrado también ser muy estable.
En 1986, siendo mi jefe inmediato otro Chicago-boy muy inteligente, Héctor
Orozco Vázquez, México vivió una coyuntura económica muy difícil. El
precio del petróleo se desplomó y el gobierno mexicano se negó a llevar a
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
34
cabo la severa política de ajuste que recomendaba (o exigía) el Fondo Monetario
Internacional (FMI). El héroe de esa jornada fue el entonces director
general de la DGPES, José Córdoba Montoya, personaje después vilipendiado,
pero que yo recuerdo como, tal vez, el economista más inteligente que llegué
a conocer, ya que combinaba un conocimiento profundo, tanto de la teoría
marxista, con todo y sus sutilezas hegelianas, como de la teoría económica
neoclásica.
Entre marzo y julio de ese año se abrió una coyuntura que yo aproveché
muy bien. Resulta que como Miguel Mancera, entonces director del Banco
de México, apoyaba la posición del FMI, ordenó a Armando Baqueiro que no
nos proporcionara los ejercicios de programación financiera que realizaba,
lo que nos dejaría desarmados para la siguiente etapa de negociación con ese
organismo internacional. Trabajando como loco, construí mi propio modelo
de programación financiera, parecido al de Baqueiro, pero sin depender de
la información que sólo el Banco de México tenía. Con ayuda de Héctor Orozco
y de Flavio Avilés, pude presentar a José Córdoba mi modelo, quien me
preguntó si podía integrar el cálculo del déficit operacional, lo cual hice con
mucha facilidad.
El déficit operacional era el déficit público tradicional, al que se le deducía
el efecto inflacionario implícito en el pago de los intereses de la deuda
pública. El argumento teórico, iniciado por unos economistas brasileños,
era que la reducción del déficit en su definición tradicional, como lo exigía
el FMI, representaba un ajuste excesivo, ya que ese indicador no reflejaba
sólo el exceso de la demanda agregada, sino el efecto inflacionario incluido
en el servicio de la deuda. Por ello, se argumentaba que el déficit operacional
era un mejor indicador del esfuerzo de ajuste fiscal de un gobierno. José
Córdoba logró que el FMI aceptara finalmente esa nueva definición.
A fines de ese año de 1986, con mi modelo como juguete nuevo, competí en
la discusión técnica para elaborar el paquete económico para 1987. Con José
Córdoba y Héctor Orozco, asistí a las reuniones de discusión con los equipos
técnicos de la Secretaría de Hacienda y del Banco de México. Al principio me
trataron de ignorar, pero me hice escuchar, ya que pensaba que mi modelo era
bueno, y además, representaba el arduo trabajo de mis colaboradores.
En la etapa final del diseño de la política económica para 1987, mis proyecciones
financieras compitieron de manera feroz con las presentadas por
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
35
Armando Baqueiro, con quien entonces pude discutir de igual a igual. Al
final, José Córdoba dijo que le convencían más mis proyecciones. Entonces,
Baqueiro se paró de la mesa, muy enojado, y se retiró. Yo me levanté también
y lo seguí. Muchos de los presentes nos siguieron, para ver qué pasaba.
Alcancé a Baqueiro y le dije: “Armando, quiero que sepas que el modelo que
diseñé fue posible gracias a lo que aprendí contigo en 1982”, y agregué: “No
sé si tú me reconozcas como alumno, pero yo sí te reconozco como maestro”.
Baqueiro se me quedó viendo un momento, pasando del coraje al desconcierto,
y luego, con una sonrisa, me contestó: “Has avanzado mucho, Juan,
y te felicito, adelante”, y me dio un abrazo.
Otra anécdota que quiero recordar se refiere a mis discusiones con los
integrantes del equipo de la Secretaría de Hacienda, encabezados por Jesús
Reyes Heroles, entonces director general de Planeación Hacendaria, y en la
actualidad director general de Pemex. Los técnicos que participaban en las
discusiones con nosotros y con los del Banco de México, como Baqueiro,
eran sobre todo Mauricio González y Mariano Ruiz Funes. La anécdota que
quiero recordar se refiere a éste último.
Mariano era del ITAM, inteligente y carismático. Cuando yo aparecí con
mi modelo, las discusiones con él se intensificaron. El incidente que recuerdo
fue una discusión, creo que sobre una proyección de la tasa de interés.
Mariano habló de una ecuación que tenía y que era muy eficaz para predecir
el comportamiento de esa variable. Fue una discusión técnica muy enconada.
Al final, Mariano acudió a un recurso que hace que recuerde aún esa
anécdota. Me trató de descalificar, argumentando que él había estudiado en
el ITAM, mientras que yo era de la UNAM, la cual “no tenía buenos profesores”.
Me enojé mucho, tal vez porque lo que decía Mariano era cierto, al menos
parcialmente. Con una gran rapidez, traté de recordar algún maestro con
prestigio, para matarle el argumento.
El maestro que recordé fue un republicano español, llamado Antonio
Sacristán Colás, con quien tomé un curso y me enseñó mucho, en particular
los argumentos teóricos que entonces usaba para explicar la tasa de interés.
Sacristán ya era muy viejo cuando fue mi maestro, pero nunca faltó a su
clase, ni tampoco llegó tarde jamás. En 1986, cuando sucedió el incidente
con Mariano que ahora estoy contando, el profesor Sacristán tenía poco
tiempo de haber fallecido.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
36
Mi respuesta a Mariano Ruiz Funes fue algo así: “Por supuesto que la
UNAM tiene profesores muy buenos, como Antonio Sacristán Colás, quien
me enseñó la teoría de la tasa de interés y no tiene nada que pedir a los del
ITAM”. Para mi sorpresa, Mariano pasó súbitamente de una actitud muy
agresiva a un silencio total, el cual fue seguido de unas notorias lágrimas.
No recuerdo quién fue, pero alguien me dijo, “Ya ni la chingas, don Antonio
era el abuelo de Mariano”. Por supuesto que yo no sabía eso.
Han pasado 23 años, y dudaba en contar esta anécdota, ya que la versión
que recuerdo respecto a que Antonio Sacristán Colás era abuelo de Mariano
Ruiz Funes Macedo no parecía cierta, debido a la falta de coincidencia
de los apellidos. Para salir de dudas, mientras escribía esto, me atreví a
llamarle a su oficina en Pemex el jueves 4 de junio de 2009. Mariano no recordaba
la anécdota, pero sí le pareció plausible, al aclararme que Sacristán
Colás había sido socio de su abuelo materno, Pablo Macedo. Me comentó
además que conocía a don Antonio desde niño, que su familia estaba emparentada
con la de él, y que le había sido entrañable.
Después de esas interesantes discusiones, mis proyecciones quedaron por
primera vez en los Criterios Generales de Política Económica para 1987. Para
mi fortuna, esa experiencia se repitió durante los siguientes tres años,
para los Criterios de 1988, 1989 y 1990. Mi conocimiento del sistema financiero
se acrecentó durante esos años, ya que cotidianamente corría mi
modelo y ajustaba mis proyecciones, comparando en todo momento lo que
realmente había sucedido, con las predicciones que antes había hecho. Ese
continuo ejercicio fue muy formativo, en realidad maravilloso. Así, mi modelo
se convirtió en “el modelo de programación financiera de la SPP”, que
pudo seguir compitiendo con los modelos del Banco de México y de la Secretaría
de Hacienda.
También recuerdo algunas personas muy desagradables, como Pedro
Aspe Armella. En una reunión técnica llevada a cabo en un salón de Palacio
Nacional, donde estábamos como 30 personas, llegó Aspe, se me
quedó viendo fijamente y dijo: “Espero que entre los presentes no haya
ningún pendejo, porque los pendejos le hacen más daño al país, que los
corruptos”. Sólo recuerdo que, tal vez, yo era el único a quien él no conocía.
Pero fui el que finalmente hizo las proyecciones macroeconómicas
que se aceptaron.
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
37
Durante 1987 me tocó participar en una de las discusiones más formativas
que recuerdo, la referida a la naturaleza de la inflación que entonces se
encontraba desbocada. Con la dirección de José Córdoba, un inteligente
Chicago-boy llamado José Alberro construyó un modelo donde estimaba el
componente “inercial” de la inflación. Ese descubrimiento, junto con la medición
del esfuerzo fiscal utilizando el déficit operacional, que yo había estando
estimando desde el año anterior, se constituyeron en la base que
permitió diseñar a fines de ese año la política que consiguió abatir la inflación
en 1988.
Aquí recuerdo otra reunión en Palacio Nacional, precisamente en la sala
de juntas del cuarto piso, con ventanas hacia el zócalo, donde meses antes
Pedro Aspe había preguntado si se encontraba ahí algún “pendejo”. Esa vez,
Aspe no pudo entender la explicación de la inflación que hizo José Córdoba,
en especial su naturaleza inercial. Aspe se atrevió a decir que la inflación
inercial no existía, porque no podía existir, ya que la única inflación posible
era la de demanda. José le contestó, “eso es cierto pero sólo en tu mundo
neoclásico, ya que en el mundo real sucede otra cosa, como Alberro ya lo
demostró empíricamente”. Desesperado, Aspe le preguntó a Córdoba: “A
ver, Pepe, en tu visión, ¿de qué es función la inflación?”, José Córdoba le
contestó: “Si quieres saber mi verdadera opinión, como diría el viejo Marx,
a quien dudo que hayas leído, la inflación es en realidad función de la lucha
de clases, ya que se trata de una pugna por la distribución del ingreso”.
Pocas veces recuerdo haberme sentido más contento. José Córdoba le
había dado una lección al pedante de Pedro Aspe, demostrando ante todos
que éste no sólo era dogmático, sino también ignorante. Y Aspe era formalmente
el jefe de Córdoba, ya que mientras el primero era subsecretario de
Egresos, el segundo sólo era director general de Política Económica y Social.
Pero, como todos sabíamos, el hombre de confianza del secretario Salinas
era Córdoba, no Aspe.
A fines de 1987, Salinas se fue de candidato a la Presidencia de la República,
y con él también se fue Córdoba. Fue nombrado titular de la DGPES
Pascual García Alba Iduñate, y el nuevo subsecretario resultó ser Ernesto
Zedillo Ponce de León. Los dos eran egresados de la Universidad de Yale,
y su enfoque, menos dogmático que el de los Chicago-boys, me gustó. En
diciembre de ese año, a propuesta de Héctor Orozco, quien había sido
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
38
nombrado director coordinador, yo fui también promovido a director de
Análisis Macroeconómico.
Con Pascual me tocó trabajar en el pequeño equipo técnico que hizo las
muchas simulaciones que desembocaron en la exitosa política antiinflacionaria
que se aplicó en 1988. Ese equipo, coordinado por Pascual, lo integramos
Héctor Orozco, Antonio Alvarado y yo, por parte de la SPP, y Decio de María
(el que ahora se dedica al futbol), por parte del Banco de México. El equipo
de Hacienda, de Reyes Heroles, fue inexplicablemente marginado durante
esa experiencia. Durante varias semanas estuvimos encerrados en un área
de Palacio Nacional, elaborando todo tipo de escenarios hasta que se concluyó
con el que fue anunciado como Pacto de Solidaridad Económica.
Con la responsabilidad de una dirección, en un medio tan competitivo
como ése, yo sentía que mi formación estaba incompleta, pero mis planes
de estudiar un doctorado en el extranjero se habían ido esfumando. Para
esas fechas pensaba que mis sueños de estudiar en la Universidad de Pensilvania,
la cual visité en 1985 y 1986, como señalé antes, serían sólo eso,
sueños. Pero conseguí que José Córdoba me propusiera para tomar un
curso de seis meses en el Fondo Monetario Internacional, en Washington,
durante la primera mitad de 1988.
Sin embargo, Pascual me informó que se había cancelado el permiso
para que yo asistiera al citado curso, ya que mi permanencia en México
era “indispensable” para efectuar el seguimiento, con mi modelo, de la
evo lu ción de las variables financieras y de la economía en general, durante
el proceso de reducción de la inflación a lo largo de ese año. Ahora
pienso que Pascual tenía razón, y la experiencia que viví ese año fue muy
buena, pero aun así, me hubiera gustado poder asistir a ese curso, aunque
fuera en otra ocasión.
A fines de 1988 tuve una experiencia técnica de particular complejidad:
la elaboración y estimación de un modelo macroeconómico, diseñado en
términos conceptuales por Pascual García Alba. Pascual sólo me explicó la
idea del modelo, me dio una serie de hojas con cálculos matemáticos –las
cuales aún conservo–, y me planteó que el modelo debía estar funcionando
en menos de un mes.
Como director de Análisis Macroeconómico de la DGPES, el “cerebro”
económico del gobierno, sólo tenía una opción: entender y construir el
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
39
modelo. No podía salirle a Pascual con que no le entendía. Pero la verdad
es que no comprendía bien las hojas llenas de ecuaciones que me había
dado Pascual. Recuerdo una larga noche que me pasé sufriendo, tratando
de desentrañar esos cálculos matemáticos. Finalmente, decidí acudir a mi
hermano Arnoldo, quien es matemático. Al ver las ecuaciones, Arnoldo sólo
me dijo, de manera pedante: “Pero si eso es trivial”. Entonces le supliqué
que me hiciera los desarrollos que ahí estaban implícitos, paso por paso,
para que yo los pudiera entender. Arnoldo lo hizo y pude finalmente comprender
toda la lógica del modelo, la cual además me maravilló por las interrelaciones
de las finanzas públicas y el sector externo, que para mí no
resultaban obvias.
Lo que siguió fue sólo encontrar las series estadísticas que se necesitaban
y estimar las relaciones que señalaba el modelo. Por primera vez construí
series largas del producto interno bruto, enlazando las existentes, con
diferente año base. Algunas series que no existían, como los acervos de
capital, las construí, con base en el método del inventario perpetuo, que
entonces aprendí por mi cuenta –como tantas y tantas cosas más–, y el
modelo estuvo funcionando en un mes.
Pascual publicó el modelo primero en El Economista Mexicano. Años
después, integró ese trabajo con otros de su autoría y lo publicó en el libro
titulado Testimonios de política económica 1982-1988, editado por la Universidad
Autónoma versidad Metropolitana (UAM) en 1993. El bello modelo macroeconómico
está descrito con todo detalle en el capítulo 6 de ese libro,
denominado “Deuda y estancamiento”. En la introducción del libro (p. 35),
Pascual recuerda que el modelo fue elaborado en la DGPES de la SPP donde
“conté con el apoyo eficaz de Juan Moreno para la elaboración del
capítulo 6”.
A fines de 1988, cuando empezó el gobierno de Salinas, Zedillo fue promovido
a secretario, y Pascual a subsecretario. Como titular de la DGPES llegó
Carlos Hurtado López, un Chicago-boy recién desempacado. Mi amigo y protector
Héctor Orozco se fue con Pascual. Aunque Carlos contrató sólo a egresados
del ITAM, yo seguí con mi equipo integrado exclusivamente por egresados de
instituciones públicas, como la UNAM, la UAM, el IPN y la UANL.
A fines de 1989, Pascual me pidió que enlazara, aunque fuera parcialmente,
el nuevo modelo macroeconómico con mi modelo de programación financiera.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
40
Con ello, hicimos las proyecciones que se incluyeron en el Plan Nacional de
Desarrollo 1989-1994. Hasta principios de 1990, estuve trabajando en un nuevo
modelo que integrara todo, con base en series trimestrales. Por desgracia, no
pude concluir ese proyecto.
También en 1989 participé en las negociaciones con la misión del Fondo
Monetario Internacional (FMI). Para ello, hice equipo con el nuevo grupo
de la Secretaría de Hacienda, encabezado por Luis Téllez Kuénzler, quien
había trabajado en la DGPES, y con Jorge Chávez Presa, a quien conocí entonces.
Por parte del Banco de México, seguían asistiendo a las negociaciones
mi antiguo maestro Armando Baqueiro y el muy brillante Jesús Marcos
Yacamán.
Recuerdo que cuando llegaba la misión del FMI, lo primero que esperaba
con ansiedad era una copia de los cuadros estadísticos con sus estimaciones.
Teniendo esa copia, yo contaba con sólo 24 horas para
reconstruir los cálculos que hubieran hecho, y con ello, identificar los
supuestos implícitos que traían. Mi tarea era, en una palabra, desnudarlos.
Si lo conseguía, a partir de la siguiente reunión teníamos una gran ventaja
para la negociación.
Mi trayectoria en la DGPES concluyó en agosto de 1990, cuando decidí
renunciar, ante la imposibilidad de alcanzar el siguiente puesto, el de director
coordinador, sólo abajo del de director general. Honesta, o cínicamente,
Carlos Hurtado me dijo que no podía ser promovido al escalón siguiente,
por no poseer un doctorado. Aunque ni siquiera me había titulado de licenciado
en Economía, en poco más de doce años había logrado pasar de intendente
(aunque nunca barrí, como ya dije) a ser el segundo, de hecho, en
la DGPES, consiguiendo llevar a buen puerto todas las tareas que se me encomendaron,
algunas de gran complejidad y responsabilidad.
Después de seis meses dedicado a otras actividades de asesoría, regresé
a trabajar como asesor de Pascual García Alba, entonces subsecretario de
Egresos de la SPP. Mi última batalla en materia financiera fue cuando Pascual
me integró al equipo técnico que analizaba la propuesta del secretario de
Hacienda, Pedro Aspe, quien proponía eliminar el concepto “intermediación
financiera” del cálculo del déficit fiscal. Por supuesto que me opuse, no sólo
por la opacidad que generaría, sino por el posible comportamiento irresponsable
que se induciría mediante esa vía de endeudamiento público. Aunque
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
41
Pascual convenció a Ernesto Zedillo, entonces secretario de Programación
y Presupuesto, Aspe terminó ganando y se eliminó ese concepto de la contabilidad
del déficit.
Antes de pasar a otro tema, quisiera contar otra anécdota que considero
importante. Cuando Pascual García Alba era subsecretario de Egresos,
es decir, el responsable del gasto público federal, como todos los funcionarios
de ese nivel, tenía una partida presupuestal para “gastos de representación”,
de la cual podía hacer uso mediante una tarjeta bancaria. Sin
embargo, siempre que nos invitaba a comer a sus colaboradores, no usaba
esa tarjeta. Una vez le pregunté si nunca la utilizaba y me dijo que sí, pero
sólo cuando tenía que comer con un embajador de otro país, o alguien así.
Afirmó que usarla para gastos personales era una inmoralidad.
Ese comportamiento despertó de inmediato mi insaciable curiosidad.
Indagué aquí y allá, y pude corroborar que, efectivamente, Pascual casi no
usaba esa partida. Al terminar 1991, pude también constatar, gracias a amigos
en la Dirección de Administración, que Pascual sólo había ejercido en
el año poco menos de 10 por ciento de esa partida. Pero no faltó quien, cínicamente,
me agregara que esas economías habían sido desviadas por el
oficial mayor, para apoyar las campañas del PRI. Recuerdo que se lo comenté
a Pascual y sólo me respondió que lo único que le importaba era no haber
sido él quien hiciera mal uso de los recursos públicos.
Creo que, además de mí, muy poca gente se enteró de eso, lo cual tampoco
me sorprende, ya que gente como Pascual se conducía así no con el
fin de aparecer como honesto, sino porque en realidad lo era, simplemente
por ello. De esa estirpe eran muchos de esos técnicos que, como ahora
entiendo tan bien, no sólo me enseñaron Economía. Creo que de esa estirpe
eran también personas como Arturo Blancas, Jorge Cambiaso, Flavio Avilez,
Enrique Barra za, Héctor Orozco y algunos más.
A mediados de 1991, el profesor James W. Wilkie, de la Universidad de
California en Los Ángeles (UCLA), me invitó a estudiar en esa institución. Esa
posibilidad me abrió un nuevo panorama, ya que podía intentar alcanzar lo
que me faltaba, el doctorado, a pesar de haber cumplido ya 38 años de edad.
El inicio de esa aventura coincidió con la desaparición de la SPP, lo cual
sucedió en febrero de 1992, siendo sus funciones asimiladas por la Secretaría
de Hacienda, encabezada entonces por Pedro Aspe.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
42
En marzo de 1992 obtuve mi título de licenciado en Economía en la UNAM
y a fines de ese mes ya estaba en la UCLA. Terminé el doctorado a principios
de septiembre de 1997, cinco años y medio después. Durante los veranos,
para completar mi exigua beca, trabajé en México como consultor de mi
amigo Enrique Barraza, entonces funcionario de la Secretaría de Comercio
y Fomento Industrial (Secofi). También realicé trabajos para una consultora
de los Estados Unidos, la cual me pagaba en efectivo, es decir, fui una suerte
de mojado intelectual.
Primero estudié la maestría en Estudios Latinoamericanos. Entonces
tomé algunos cursos en el Departamento de Economía, ya que mi plan original
era estudiar el doctorado en esa materia. Para esas fechas, algunos
profesores famosos de la Universidad de Chicago, encabezados por el propio
Arnold Harberger, se habían trasladado al Departamento de Economía de
UCLA, el cual era entonces reputado como “el Chicago de antes”.
Sin embargo, y como una más de tantas paradojas que me ha tocado
vivir, luego de tomar un curso con Arnold Harberger, el papá de todos los
Chicago-boys, y otro con Sebastián Edwards, un chileno egresado de Chicago,
además hijo avanzado de Harberger, decidí cambiar mis planes y estudiar
el doctorado en el Departamento de Historia, especializándome en Historia
Económica, con Wilkie.
Recuerdo que en una clase con Harberger, el famoso “alito”, hablé de la
inflación inercial, y el simpático, pero muy dogmático, profesor Harberger
me dijo que ese tipo de inflación no sólo no existía, sino que era imposible,
pues la única posible era la de demanda. Entonces recordé que eran los
mismos argumentos que le había escuchado a Pedro Aspe, años antes, en su
discusión con José Córdoba. Quise responder a Harberger que eso había
sido probado en México, no sólo teóricamente, sino en la práctica, al conseguir
bajar la inflación en 1988. Harberger concluyó diciendo que en su curso,
es decir, en la única verdad aceptada por él, cosas como la inflación inercial
no existían. Tontamente le dije que eso me parecía “ideología”, y Harberger
se ofendió tanto que por poco me expulsa de su curso.
Con Sebastián Edwards la situación fue un poco diferente, aunque también
ayudó a que decidiera que mi camino al doctorado no podía pasar por esos
profesores tan intolerantes y dogmáticos. Aunque su curso me gustó, no me
agradó su autoritarismo, llevado al grado de exigir que todos lleváramos a
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
43
clase el Financial Times, prohibiendo los otros periódicos, en especial el Wall
Street Journal, que Edwards odiaba y yo acostumbraba leer.
Pero lo que más me desagradó fue la manera como trataba a sus estudiantes,
con insultos, casi a patadas, como si fuera un dios. Recuerdo una vez que
encontré a uno de sus estudiantes de doctorado golpeando enloquecidamente
un árbol y repitiendo injurias, solo, contra Edwards. Creo que hasta entonces
pude entender por qué tantos egresados de Chicago (como dije antes,
Harberger y Edwards eran “el Chicago de antes”) eran tan raros, pues se asemejaban
a los niños maltratados, pero ellos pisoteados por sus profesores,
tal vez para que aprendieran y no olvidaran nunca la única verdad económica
posible. Tal vez exagere un poco, pero esa sigue siendo mi percepción.
Como resulta obvio, un alma libre como la mía no podía soportar esa
dictadura ideológica. Hice mi doctorado en el Departamento de Historia, y
mis profesores me dieron todo el apoyo y la libertad imaginables, enseñándome
lo mejor de ellos. Pasé años en la inmensa y maravillosa biblioteca de
la UCLA, contando en todo momento con el competente personal de la misma.
En particular quedé agradecido para siempre con los tres miembros del
Comité que me evaluó: James W. Wilkie, James Lockhart y John Skirius.
Para mi fortuna, durante mi estancia en la UCLA también tuve amigos
que me ayudaron. Gente como Sara Barrañón Carapia, que había trabajado
conmigo en la DGPES y entonces tenía una dirección en la Secretaría de Hacienda,
me envió todos esos años información de coyuntura, en particular
financiera, de la economía mexicana. Otros, como Abel Cárdenas Barragán,
entonces director regional del INEGI en Sonora, me envió continuamente las
publicaciones estadísticas de ese instituto.
A fines de 1994, cuando apenas empezaba el gobierno de Ernesto Zedillo,
y estaba por estallar la crisis financiera que condujo al problema del Fobaproa,
vine a México y visité a mis amigos en la Secretaría de Hacienda. Pascual
García Alba había quedado como coordinador de asesores de Jaime Serra
Puche, el nuevo secretario. Encontré también a Héctor Orozco trabajando con
Pascual. Lo primero que me sorprendió fue que me dijeran que el anterior
gobierno, la gente de Aspe, no sólo no había dejado ningún análisis técnico
respecto a lo que pasaba, sino que habían destruido la tradición de tener
modelos y llevar un seguimiento detallado del comportamiento de la economía,
así como de efectuar proyecciones respecto a lo que podría esperarse.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
44
Un día antes, el nuevo presidente Zedillo había enviado al Congreso
los Criterios Generales de Política Económica para 1995, con puras cuentas
alegres. Cuando les pregunté cómo habían construido esas proyecciones
tan optimistas, el mismo Pascual me dijo que las había hecho él solo, en
un día, sin modelos ni nada. Luego me pidieron que regresara a trabajar
con ellos y reconstruyera los modelos. Quedé de pensarlo, pero, la verdad,
no quería interrumpir mis estudios de doctorado. Me regresé a Los Ángeles
precisamente el día que se devaluó el peso.
Poco después, en enero de 1995, Enrique Barraza me llamó a Los Ángeles,
me platicó que todo indicaba que la crisis era de mayor profundidad
de lo que Zedillo creía, y que un grupo de amigos, de distintas áreas del
gobierno, se estaba reuniendo de manera informal para analizar la crisis
y hacer recomendaciones al nuevo presidente. Para ello, me invitó a incorporarme
a ese trabajo, por sólo dos semanas, pagándome el viaje y el
hospedaje.
Regresé a México. Mi tarea fue reconstruir y actualizar mi modelo de
programación financiera. Pedí la información que necesitaba. Los amigos
de la Secretaría de Hacienda y del Banco de México, que estaban en el grupo,
proporcionaron los datos que requerí. Los cálculos de los saldos y flujos
financieros resultantes mostraron cómo el presidente Salinas había financiado
la expansión de los últimos años, y por qué la economía estaba estallando.
El modelo hizo evidente lo que las maquilladas cifras ocultaban. Por
ejemplo, el déficit oficial para 1994 era de cero, pero sólo el concepto “intermediación
financiera”, que Pedro Aspe había ocultado, alcanzaba 4 por
ciento del producto interno bruto (PIB). Esa magnitud del déficit era congruente
con el hoyo externo que se observaba.
Pero lo peor se registraba en el frente financiero. La forma como se había
privatizado la banca, y el mantenimiento de la garantía sobre cien por ciento
de los depósitos bancarios, junto con la escasa y permisiva vigilancia, había
permitido que los bancos prestaran sin ningún control, asumiendo riesgos
de manera irresponsable, lo cual hizo inmanejable la situación financiera a
principios de 1995, luego de la devaluación cambiaria y del disparo en las
tasas de interés. La conclusión de mi modelo era que se acercaba, a corto
plazo, una posible quiebra en cadena de los bancos, con una interrupción
del sistema de pagos y la consecuente catástrofe en la economía.
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
45
Mi colaboración, tal vez la más modesta, se conjuntó con las que habían
hecho los demás de ese grupo de amigos. Se elaboró una nota ejecutiva con
los resultados encontrados y una serie de recomendaciones de política,
frente a una crisis de enormes dimensiones. La nota fue entregada al presidente
Zedillo por Pascual García Alba, quien era su amigo cercano, ya que
ambos habían estudiado juntos la maestría en El Colegio de México y el
doctorado en Yale.
Pero la nota “salvadora del país” no tuvo ningún efecto. Desconozco los
entretelones de lo sucedido, pero el hecho es que alguien, o algunos, convencieron
a Zedillo de que los fundamentos de la economía en realidad estaban
bien, como tanto habían presumido Salinas y Aspe; que la crisis era
sólo de liquidez, de corto plazo, y que si arreglaba el asunto de Chiapas, la
confianza regresaría, y con ella los capitales, el peso se revaluaría, y todos
felices. Así, a principios de febrero, Zedillo ordenó la operación militar de
Chiapas, que no resolvió nada, ni los problemas de ese estado, ni la situación
económica.
Como en la vida muy pocas cosas son neutrales, la creencia de que el
problema era de corto plazo, y que la solución se encontraba en la acción
militar en Chiapas, representó la pérdida de un tiempo precioso, en una
situación económica que se deterioraba de manera acelerada. Esa pérdida
de tiempo significó que en el mes de marzo, el presidente Zedillo no sólo
estuviera de acuerdo con las recomendaciones del FMI, sino que aceptara
amortizar, sin ningún castigo, los tesobonos que estaban venciendo, con
lo que inició un ajuste perverso que condujo finalmente al problema del
Fobaproa.
Regresé a Los Ángeles y escribí el primer documento que ahora doy a
la imprenta, denominado “Un modelo de saldos y flujos financieros de la
economía mexicana”, fechado en julio de 1995, y que hasta la fecha permanecía
inédito. Una primera versión en inglés de ese documento me permitió
ganar algún dinero, para completar mi beca, con la mencionada consultora
estadounidense.
Al siguiente año, en 1996, preparé una versión actualizada del modelo,
incluyendo los datos de 1995, lo cual permitió apreciar la magnitud del
ajuste registrado durante ese año. Aquí incluyo una parte de esa versión,
como anexo del modelo de saldos y flujos financieros, fechado en 1996 y que
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
46
también permanecía inédito. Ese trabajo se utilizó como una asesoría para
Enrique Barraza. Un alumno de Enrique, Jaime Vargas, usó esos datos para su
tesis de licenciatura que presentó en el ITAM, y que ganó el segundo lugar
en el premio Banamex de ese año.
A fines de 1997 terminé mi doctorado y regresé a México. Desde 1994,
después del asesinato de Luis Donaldo Colosio, yo había decidido no regresar
a trabajar en el gobierno federal. Mi plan era combinar un trabajo
académico con tareas de asesoría, en especial al PRD, que entonces me
parecía la opción que venía a democratizar al país. El trabajo académico
no fue posible, debido a una aventura muy desagradable, que no viene al
caso contar ahora. El hecho es que a principios de 1998 me encontraba sin
trabajo.
Con ayuda de mi amiga Rocío Mejía, conseguí una entrevista con la
entonces senadora Rosa Albina Garavito Elías, en febrero de 1998. Recuerdo
que la primera vez que la vi me dijo: “Si la cuarta parte de lo que Rocío
dice de ti es cierto, estás contratado”. Y empecé a trabajar con ella. Sólo
un mes después, el entonces presidente Zedillo envió unas iniciativas al
Congreso, en las que proponía la conversión de 552 mil millones de pesos
de los pasivos del Fobaproa en deuda pública. Entonces yo tenía el conocimiento
y experiencia suficientes para entender con claridad ese asunto.
Además, también me encontraba cerca de los políticos que pudieron convertir
ese complicado asunto en un escándalo nacional.
Después de pensarlo un poco, decidí incluir aquí dos artículos inéditos
que no tienen que ver directamente con el Fobaproa, pero sí ayudan a entender
mejor algunos aspectos de lo planteado en este apartado. Esos dos
artículos fueron enviados a La Jornada, pero no merecieron ser publicados,
quedando inéditos hasta la fecha. El primero fue escrito a principios de
1999, y el segundo a fines de 2000.
En el primer artículo, “Jesús Marcos Yacamán” (19 de enero de 1999),
narro una interesante anécdota que me tocó presenciar en 1989, diez años
antes. El evento sucedió mientras llevábamos a cabo una negociación con
el FMI, y cuento cómo el héroe de esa ocasión derrotó a los técnicos del
FMI. Cuando sucedió ese evento, estaban presentes también Armando Baqueiro,
Luis Téllez, Jorge Chávez Presa, Carlos Hurtado y Héctor Orozco,
entre otros.
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
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El segundo artículo, “El error de diciembre”, fechado el 8 de octubre de
2000, consiste en una breve reflexión respecto a la responsabilidad que tuvieron,
tanto Carlos Salinas como Ernesto Zedillo, en la gestación de la crisis
económica que se inició en diciembre de 1994. Lo incluyo porque tiene algunos
comentarios interesantes respecto a la coyuntura de finales de 1994,
que todavía no son bien conocidos.
■ EL DEBATE DEL FOBAPROA
Los documentos que se agrupan en esta parte, muchos aún inéditos, se refieren
al debate registrado en el interior del PRD durante 1998. Ese año fue
cuando el asunto del Fobaproa pasó de ser algo sólo entendido por iniciados,
a constituirse en un tema de discusión y verdadero escándalo nacional,
donde todo el mundo dio su opinión.
Aunque el rescate bancario había empezado desde 1994, su operación
por parte del gobierno federal se mantuvo bastante disimulada, usando de
manera creciente los excedentes petroleros. Pero a principios de 1998 el
precio del petróleo se derrumbó, y con él, el mecanismo para seguir financiando
el Fobaproa de manera subrepticia. Por esa razón, el último día del
mes de marzo de 1998, el entonces presidente Ernesto Zedillo se vio obligado
a hacer explícito ese problema y envió al Congreso de la Unión una iniciativa
de decreto donde se expedían dos leyes y se reformaban otras.
Las dos nuevas leyes proponían crear dos organismos públicos: el
Fondo de Garantía de Depósitos (Fogade) y la Comisión para la Recuperación
de Bienes (Corebi). Las leyes que se pretendía reformar eran las del
Banco de México, de Instituciones de Crédito, del Mercado de Valores, para
Regular las Agrupaciones Financieras, y General de Deuda.
Con el primer organismo, el Fogade, se buscaba crear un fondo a fin de
administrar un seguro para los depósitos bancarios y poner límites a la garantía
gubernamental a los mismos, la cual alcanzaba hasta entonces cien por
ciento, y había permitido todo tipo de abusos por parte de los banqueros. El
segundo organismo, la Corebi, se encargaría de recuperar lo que se pudiera de
los depreciados activos que quedaban en el Fobaproa. La reforma de las otras
leyes sólo pretendía ajustarlas para incluir los dos nuevos organismos.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
48
Como ahora se sabe, el debate nacional respecto al Fobaproa se llevó a
cabo a lo largo de ocho meses y medio, hasta concluir a mediados del mes
de diciembre, cuando el Congreso de la Unión aprobó la nueva Ley del Instituto
para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB), organismo que conjuntó
las tareas que originalmente se querían encargar, por separado, al Fogade y
a la Corebi.
La clave de todo el asunto se encontraba en el primer párrafo del artículo
cuarto transitorio de la iniciativa para crear la Corebi, el cual decía
lo siguiente:
Las obligaciones contraídas por el Fondo Bancario de Protección al Ahorro y el
Fondo de Apoyo al Mercado de Valores, que cuenten con el aval o la responsabilidad
solidaria del Gobierno Federal, así como los compromisos adquiridos
por el Fondo Bancario de Protección al Ahorro, y las obligaciones de las instituciones
de banca múltiple intervenidas por la Comisión Nacional Bancaria y
de Valores, y apoyadas por el propio Fondo, pasarán a formar parte de la deuda
directa del Gobierno Federal. La consolidación de estos pasivos será por un
monto de 552 300’000 000.00 de pesos (quinientos cincuenta y dos mil trescientos
millones de pesos), fecha valor 28 de febrero de 1998, y deberá formalizarse,
junto con sus accesorios, a más tardar el 31 de diciembre de 1998.
El anterior planteamiento significaba que, a criterio del gobierno federal,
la manera como se había llevado a cabo el rescate bancario representaba
un costo fiscal de 552 300 millones de pesos, a valor del mes de febrero, el
cual se proponía convertir en deuda pública “directa”. A dicho monto se
agregarían los “accesorios”, es decir que el valor señalado debería ser actualizado,
de manera automática, según las condiciones pactadas, sobre
todo en materia de tasas de interés.
Además, la propuesta de convertir los pasivos del Fobaproa en deuda
directa del gobierno federal, se complementaba con el segundo párrafo del
mismo artículo cuarto transitorio de la iniciativa para crear la Corebi, en el
cual se señalaba que:
En razón de lo anterior, se incrementa en la cantidad indicada en el párrafo precedente
el monto de endeudamiento neto interno autorizado por el Congreso de
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
49
la Unión, en la Ley de Ingresos de la Federación para el ejercicio fiscal 1998 y su
correspondiente efecto en el Decreto por el que la Cámara de Diputados aprobó
el Presupuesto de Egresos de la Federación para el mismo ejercicio fiscal.
Así, además de cargarle a la deuda pública ese enorme monto de pasivos,
se proponía hacer legal su contratación, de manera extemporánea, ya que
la Constitución establece con toda claridad que el endeudamiento público
debe ser aprobado por el Congreso de la Unión de manera previa a su contratación.
Es decir, en este párrafo el gobierno federal estaba aceptando
tácitamente que ese endeudamiento se había contraído de manera ilegal.
Así empezó el debate del Fobaproa. Tratando de sacar ventaja de la ignorancia
en materia de asuntos financieros, no sólo de la mayoría de la
gente, sino de los propios legisladores, el presidente Zedillo pretendió que
el Congreso aprobara al vapor la iniciativa enviada, es decir, sin la discusión
que un tema de tal importancia ameritaba.
Sin embargo, una serie de asuntos fortuitos impidieron que eso sucediera.
Durante el mismo mes de abril, antes de que terminara el periodo ordinario
de sesiones del Congreso, algunos diputados del PRD, como Alfonso
Ramírez Cuéllar y Dolores Padierna Luna, se manifestaron en contra de
dictaminar esas iniciativas antes de hacer una revisión minuciosa del asunto.
Así, se empezó a hablar de la necesidad de llevar a cabo auditorías al
Fobaproa.
El primer documento que comento, “Primeras reflexiones respecto a las
iniciativas en materia financiera enviadas por el Ejecutivo al Congreso en marzo
de 1998” (16 de abril de 1998), y que había permanecido inédito hasta la
fecha, fue elaborado para alertar a Rosa Albina Garavito respecto a la importancia
de las iniciativas enviadas por el Ejecutivo y sus posibles consecuencias.
Además, por primera vez intenté explicar lo que generó la crisis bancaria y
las características de la política aplicada, a la cual califiqué de crimen.
El siguiente documento, denominado “Comportamiento del margen financiero
de la banca comercial” (21 de abril de 1998), también inédito, tuvo
dos propósitos, uno didáctico y otro analítico. El primer propósito era empezar
la tarea pedagógica de explicar cómo operan los bancos y cómo se
gestó la crisis bancaria. Para ello, trataba de explicar el concepto de “margen
financiero”. El objetivo analítico era mostrar cómo los bancos, luego de ser
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
50
privatizados, habían llevado ese margen a extremos muy abusivos, contribuyendo
con eso a la gestación de la crisis. Como este documento le gustó
mucho a Rosa Albina, fue el primero que se reprodujo ampliamente.
Con abril también concluyó el periodo ordinario de sesiones del Congreso,
quedando pendiente la discusión de las iniciativas referidas al Fobaproa.
Durante el mes de mayo, el Ejecutivo presionó fuertemente para que el
asunto se dictaminara lo más pronto posible, y se aprobara en un periodo
extraordinario, antes del mes de septiembre.
El 22 de mayo, luego de una reunión con Francisco Labastida, entonces
secretario de Gobernación, el coordinador de los senadores del PRD, Ernesto
Navarro, anunció un “acuerdo” para llamar a un periodo extraordinario,
en cuanto se tuviera el dictamen. Ese “acuerdo” se trató de afianzar durante
una reunión del presidente Zedillo con los diferentes coordinadores
parlamentarios, el 26 de mayo. A dicha reunión asistió, además del propio
Ernesto Navarro, el coordinador de los diputados perredistas, Porfirio
Muñoz Ledo.
Dos días después, el 28 de mayo, el entonces presidente del PRD, Andrés
Manuel López Obrador, dio a conocer un “Manifiesto a la Nación”, donde
presentaba, de manera sorpresiva, una propuesta para resolver el asunto
del Fobaproa. Esa propuesta era resultado de una falta de comprensión de
la naturaleza del Fobaproa y de sus posibles consecuencias. Como esa propuesta
fue luego convenientemente olvidada, no está de más reproducir
textualmente sus siete puntos, según el desplegado publicado en la página
16 del periódico La Jornada del 29 de mayo de 1998. Andrés Manuel López
Obrador proponía lo siguiente:
1. Que las auditorías al Fobaproa sean la base para que el gobierno renegocie los
bonos emitidos con los banqueros, porque si los mexicanos van a perder lo
que no gastaron, con mayor razón ellos tienen que asumir parte de la deuda.
No aceptamos que los mexicanos paguen lo que gobierno y banqueros dilapidaron
irresponsablemente.
2. Que en la medida del avance de las auditorías, y las negociaciones banco
por banco, expediente por expediente, caso por caso, y se vaya depurando
la cantidad global, el PRD está en condiciones de aprobar que cada trimestre
se conviertan en deuda pública 100 mil millones, pero plenamente
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
51
transparentados y tras saber qué porcentaje asumirán los bancos al comprobar
que son responsables de operaciones irregulares. Desde luego,
también fincando a banqueros y autoridades las responsabilidades legales
que se deriven de auditorías que vayan auténticamente al fondo de los
secretos del Fobaproa.
3. Que se analice la real situación de cada banco, ya que de vender todos los
activos del Fobaproa, cada uno tendría que pagar el 15% de las pérdidas, y
podrían declararse otra vez en insolvencia. En función de este análisis, entonces
decidir qué bancos habrán de seguir funcionando, y cuáles deberán
venderse, fusionarse o liquidarse, porque no aceptamos la visión de bancos
quebrados y banqueros ricos.
4. Ante la política del miedo, el chantaje y anuncios de caos financiero tanto de
funcionarios como banqueros, que ya está repercutiendo en la paridad cambiaria
y la fuga de capitales, tal y como ya se hizo en Japón y en España, el
gobierno retome el control de los bancos que así lo requieran, los reordene,
y con una mecánica honrada y distinta a la que aplicó Carlos Salinas, se reprivaticen
nuevamente, para que formen parte de un esquema financiero
moderno y eficiente.
5. Que a partir de convertir en deuda el primer monto trimestral, para recuperar
el daño de los recortes presupuestales a los niveles de vida del pueblo se
establezca una política social de Estado, con rango constitucional. El financiamiento
para esta política social de Estado podría iniciar con la creación
de una cuenta bancaria o bolsa que reciba los incrementos que el precio del
petróleo siga teniendo, entre otras fuentes.
6. Que se incorporen al texto constitucional las figuras delictivas y sanciones
relacionadas con los dineros públicos destinados a campañas electorales.
Está evidenciado que las crisis económicas recurrentes, incluido el sistema
financiero, se dan porque los recursos del erario se destinan para financiar
campañas electorales de candidatos oficiales a toda clase de cargos electorales,
municipales, estatales y, especialmente, para la Presidencia de la República.
Desde luego, esto deberá reflejarse no sólo en las leyes electorales,
sino en los códigos penales, federales y de los estados.
7. La incorporación de un capítulo en la Constitución sobre el combate a la
corrupción pública y privada, para evitar de una vez por todas los saqueos
del erario por gobernantes como Carlos Salinas, o de empresarios coludidos
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
52
con el poder, tal y como se ha visto en este dramático caso del rescate
bancario.
Como puede apreciarse, además de la usual retórica, la propuesta aceptaba
de hecho algunos de los aspectos más perversos del rescate bancario,
sobre todo si se analiza con cuidado el contenido de los puntos 2 y 4. También,
al revisar el contenido del punto 5 se puede ver que la propuesta
mostraba una total incomprensión de la manera como se había venido financiando,
de manera subrepticia, el rescate bancario.
En el punto 2 se decía que “el PRD está en condiciones de aprobar que
cada trimestre se conviertan en deuda pública 100 mil millones”. A pesar de
condicionarse, de manera correcta, al resultado de las auditorías, se aceptaba
la conversión de pasivos asumidos de manera ilegal, en deuda pública,
aunque fuera trimestralmente.
El punto 4 resulta más sutil, ya que cuando afirma que el PRD acepta que
“el gobierno retome el control de los bancos que así lo requieran, los reordene,
y con una mecánica honrada y distinta a la que aplicó Carlos Salinas,
se reprivaticen nuevamente”, está aceptando implícitamente que lo que ya
habían hecho el Fobaproa y la CNBV, se continuará haciendo, asumiendo el
gobierno como deuda pública los pasivos que siguieran resultando.
El punto 5, donde parece incluirse la demanda más “radical”, la de que
se estableciera una “política social de Estado”, el problema no era enunciarla,
ni darle “rango constitucional”, sino cómo financiarla, al mismo tiempo
que se aceptaba retirar una enorme cantidad de recursos presupuestales
para destinarlos al servicio de la nueva deuda directa, resultado de convertir
100 mil millones de pesos de pasivos del Fobaproa en deuda pública cada
trimestre.
Al parecer, como resultado más de una ocurrencia que de un estudio
serio, la propuesta incluida en el punto 5 era “la creación de una cuenta
bancaria o bolsa que reciba los incrementos que el precio del petróleo siga
teniendo, entre otras fuentes”. Como resulta evidente que se ignoraba que
el rescate bancario se había financiado desde 1995, precisamente usando
los excedentes petroleros, ahora, que el precio del petróleo estaba por los
suelos y ya no existían tales excedentes, se aceptaba esperar a que volvieran
a existir, para financiar con ellos la “nueva” política social.
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
53
Tal vez por todo esto, la respuesta del gobierno fue el silencio, no la
descalificación y la histeria, como sucedió mes y medio después, al presentarse
una propuesta alternativa a la que se comenta. La primera reacción
vino de dentro del propio PRD, ya que la propuesta de López Obrador había
sido hecha sin consultar a nadie. El lunes 1º de junio se llevó a cabo una
reunión “de más de cinco horas”, del Comité Ejecutivo Nacional del PRD,
con la asistencia del coordinador de los senadores, Ernesto Navarro, y del
de los diputados, Porfirio Muñoz Ledo, donde “se aprobó” el Manifiesto a la
Nación dado a conocer días antes, pero se acordó hacer una nueva reunión
los días 11 y 12 de junio “para definir conjuntamente con sus legisladores
una postura única ante el Fobaproa” (La Jornada, 2 de junio de 1998).
Al día siguiente, el martes 2 de junio, los coordinadores parlamentarios
de los distintos partidos políticos se reunieron con Francisco Labastida,
secretario de Gobernación, José Ángel Gurría, secretario de Hacienda, y con
Guillermo Ortiz, director del Banco de México. La propuesta de los representantes
del gobierno fue que se discutiera el Fobaproa “en 10 días”. De
parte del PRD asistieron Porfirio Muñoz Ledo, Ricardo García Sáinz, Jesús
Martín del Campo y Demetrio Sodi. Al salir, García Sáinz “leyó un comunicado”
donde señaló los “acuerdos” logrados, como reunirse el siguiente jueves
para evaluar el avance en la elaboración de los dictámenes sobre temas
como el paquete financiero y, en su caso, “sugerir a los coordinadores parlamentarios
medidas que coadyuven al logro de acuerdos”. Ese mismo día,
Jesús Ortega, entonces secretario general del PRD, señaló que se “aplicarán
modificaciones de tipo técnico a la propuesta que sobre el Fobaproa se
presentó la semana pasada” (La Jornada, 3 de junio de 1998).
El lunes 8 de junio, López Obrador publicó en La Jornada un desplegado
con una carta a Felipe Calderón, entonces presidente del Partido Acción
Nacional (PAN), donde le propuso convocar juntos a una consulta nacional
sobre el Fobaproa, con tres preguntas, si se aceptaba la propuesta del gobierno,
si se rechazaba, o una tercera opción, la que él había dado a conocer
a fines de mayo, de convertir cada trimestre 100 mil millones de pesos de
pasivos del Fobaproa en deuda pública.
El jueves 11 de junio empezó por fin a circular el documento que López
Obrador había tomado como base para su “Manifiesto a la Nación”, denominado
“Propuesta de la Presidencia del Partido con relación al Fobaproa”.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
54
Ese mismo día apareció en La Jornada una entrevista de Jaime Avilés a López
Obrador, donde éste comentaba el documento, al cual calificaba de “estudio
técnico serio, responsable, científico, que analiza cómo el Fobaproa va a
impactar la economía nacional”.
Rosa Albina me dio copia del documento y me pidió que le hiciera un
comentario. A la fecha, todavía no sé con certeza quién o quiénes elaboraron
el citado documento. En todo caso, los asesores entonces cercanos a López
Obrador eran Macario Schettino, Carlos Urzúa y Rogelio Ramírez de la O.
Para esas fechas yo estaba reflexionando mucho sobre el Fobaproa,
intercambiando ideas con dos amigos, Rafael del Villar, entonces funcionario
del Banco de México y, sobre todo, con Enrique Barraza, que seguía en la
Secofi. Mediante las discusiones con ellos, se me habían ido aclarando muchas
dudas respecto a lo sucedido con el famoso Fobaproa. Por ello, cuando
leí el documento que había tomado López Obrador como base, me sorprendió
la superficialidad y la falta de conocimiento que se advertía.
Durante un fin de semana elaboré el siguiente documento que presento
ahora, denominado “Comentarios a la propuesta de la Presidencia del Partido
de la Revolución Democrática con relación al Fobaproa” (16 de junio de
1998), y que también permanecía inédito hasta ahora. Como se puede comprobar
en el texto, se trata de una crítica durísima al documento que había
tomado el presidente del PRD como base para su propuesta. Lo que más me
sorprendió, y me sorprende todavía, es cómo alguien sin ningún conocimiento
del tema se atrevió a hacer un “análisis” y “propuesta” sobre un tema tan
complicado y con implicaciones tan importantes para el país. Todavía no sé
si sólo fue una gran irresponsabilidad, o la respuesta a un interés político
inmediato.
El propio 16 de junio le dejé mi documento a Rosa Albina. Al día siguiente,
ella me llamó por teléfono y me dijo que teníamos que discutir mi texto,
pero en persona. Esa tarde nos encerramos en su oficina y le expliqué todo
lo que había encontrado y lo que pensaba del complejo asunto del Fobaproa.
Al final, como no lo he olvidado, me dijo “Juan, me convenciste”, y con gran
valentía agregó: “Voy a pelear para que se evite la conversión de los pasivos
del Fobaproa en deuda pública”. Al final me dijo que le llevaría mi documento
a Andrés Manuel, lo cual hizo. En la noche me informó que al día
siguiente él nos esperaba.
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
55
En efecto, al día siguiente fui con Rosa Albina a la oficina del presidente
del PRD en la calle de Monterrey. Andrés nos recibió. Yo iba preparado no
sólo para explicarle las razones de mi crítica, sino para discutirlo en los detalles
que fuera necesario con sus asesores. Pero los asesores habían desaparecido.
Y no hubo ningún tipo de discusión. Sólo recuerdo que López
Obrador me dijo: “Espero que como criticas, propongas”, y me preguntó en
cuánto tiempo le podía tener un documento alternativo. Le pedí una semana
y sólo me dijo: “Tienes tres días”.
Y en tres días escribí el siguiente documento que ahora presento, titulado
“El problema del Fobaproa: causas y alternativas de solución” (22 de junio
de 1998), hasta hoy inédito. Creo que este es uno de los documentos que me
han dejado más satisfecho en mi vida, ya que logré plasmar los aspectos más
importantes de ese complejo asunto, así como las razones de la principal
demanda política que se desprendía de ese análisis: la oposición a la conversión
de los pasivos del Fobaproa en deuda pública. Ese documento, como
señalé, fue redactado en un tiempo muy breve. Recuerdo que casi no dormí
ese fin de semana, y las pocas horas que lo hice, seguí soñando en los detalles
del documento. Casi un locura, una fascinante locura.
Después de entregar a Rosa Albina el documento, en los siguientes días
redacté otro, que también ahora presento, “Consideraciones sobre el tipo
de sistema financiero que se debe construir en México” (29 de junio de 1998),
también inédito. En este trabajo plasmé mis ideas respecto a cómo debía
organizarse el sistema financiero, para ser realmente moderno y parte de
una sociedad en verdad democrática, previniendo “posibles nuevos atentados
contra la economía nacional, como es el caso del Fobaproa”.
Fue entonces cuando Rosa Albina tomó partes de mis diferentes documentos,
agregando algo aquí y algo allá, y editó uno nuevo, más extenso,
que englobaba todo de una mejor manera, incluyendo una serie de planteamientos
políticos. El documento se llamó “Fobaproa: el gran atentado contra
la economía popular (alternativas para impedirlo)”.
La copia del documento que conservo está fechada el 29 de junio de
1998, y en su primera página trae una nota con lo siguiente:
Proyecto elaborado por la Sen. Rosa Albina Garavito y presentado al grupo de
análisis sobre Fobaproa nombrado por el CEN del PRD. Además de los oficiales,
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
56
para la elaboración de este documento se utilizaron materiales del Área de
Economía del GPPRD en el Senado y en la Cámara de Diputados, de la Presidencia
Nacional del PRD, del Área Jurídico-Legislativa del IERD, y El Colegio de
México. Apoyo técnico de Carmen Lloréns y Andrea Medina.
Creo que mis textos fueron el alma y el corazón del citado documento,
pero sólo se me dio un “crédito” de manera anónima, al decir que se habían
utilizado materiales del Área de Economía del GPPRD en el Senado.
Lo que siguió fue la redacción de otro documento que incluyo aquí, el
famoso folleto titulado “Fobaproa: el gran atentado contra la economía nacional.
Alternativas para impedirlo” (15 de julio de 1998), y publicado por el CEN
y los grupos parlamentarios del PRD. Este folleto se imprimió por miles y se
distribuyó de manera profusa por todo el país, dentro de la campaña para
efectuar la consulta nacional sobre el Fobaproa, que se efectuó el 30 de agosto
de 1998, y en la cual participaron tres millones y medio de personas.
Aunque en este documento, que considero histórico, tampoco se me da
ningún crédito, reclamo al menos parte de su autoría. Me parece que lo
sucedido sólo se viene a agregar a tantas cosas atípicas que me han sucedido
en la vida, el que uno de mis mejores textos, o parte de él, sobre un
asunto de gran importancia nacional, haya conseguido una enorme difusión,
pero sin mi firma.
En la última página del documento que reproduzco se dice lo siguiente:
La elaboración de este documento estuvo a cargo de una comisión integrada
por tres representantes del Grupo Parlamentario del Senado –Jorge Calderón,
Rosa Albina Garavito y Ernesto Navarro–; cinco representantes del Grupo
Parlamentario de la Cámara de Diputados –Ricardo García Sáinz, Pablo Gómez,
Carlos Heredia, Dolores Padierna y Alfonso Ramírez Cuéllar–; tres representantes
del CEN del PRD –Asa Cristina Laurell, Jesús Ortega y Manuel Ortega– e
Ifigenia Martínez, representante del Consejo Político-Consultivo del PRD. Asimismo,
participaron activamente en la discusión el presidente del PRD, Andrés
Manuel López Obrador, el coordinador del Grupo Parlamentario, Porfirio Muñoz
Ledo, y los diputados de las comisiones económicas de la Cámara de
Diputa dos, Álvaro Arceo, José Luis Sánchez, Jorge Silva, Demetrio Sodi y
Cuauhté moc Velasco.
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
57
No tengo la menor duda de que todos los arriba enlistados asistieron a
las reuniones donde se discutió el documento. Tampoco dudo que algunos
hasta se pelearon por aparecer como autores. Pero de algo también estoy
seguro, que cuando menos la mitad de ellos ni siquiera entendió la esencia
del complejo problema del Fobaproa.
Después de la publicación del documento comentado, todo mi trabajo
se concentró en explicar lo que significaba el Fobaproa, no sólo a los senadores,
sino también a los diputados perredistas. El conocimiento y la capacidad
de asimilación de este complejo asunto resultaron muy diferentes
entre los distintos legisladores. Recuerdo una conferencia de prensa que
dieron juntas Rosa Albina y Dolores Padierna. Me sentaron en medio de ellas,
de manera que las pudiera auxiliar con las preguntas, y al final, me pidieron
que contestara algunas de ellas. Al terminar, Dolores le preguntó a Rosa
Albina si le podía “prestar” a su asesor, y ésta le contestó que yo era libre
de ayudar a quien quisiera.
La discusión del asunto del Fobaproa en la Cámara de Diputados era
impulsada por tres personajes: Alfonso Ramírez Cuéllar, Dolores Padierna
Luna y Jorge Silva Morales. Como es común en el PRD, y entonces no era tan
claro para mí, los tres pertenecían a distintas corrientes o tribus, que se
disputaban todo, ocultándose información y tratando de aparecer como los
mejores. Su rivalidad llegaba a veces a situaciones de verdadero odio. Para
mi fortuna, ninguno de ellos me pagaba, por lo que podía intentar asesorarlos
a todos, de manera muy libre, buscando ayudar a construir una política
unificada del PRD para un asunto tan importante.
Como Alfonso era cercano a Rosa Albina, mi encuentro con él fue muy
fácil. Además, su carisma, su enorme atractivo personal y sus muchas otras
cualidades facilitaron las cosas. Un elemento que hizo que después de la
primera discusión nos viéramos como viejos amigos fue el identificar en él
los mismos valores que adquirí en la niñez, un cristianismo básico combinado
con los valores “rancheros” de hablarse de frente, sin dobleces, y
respetar la palabra empeñada, sobre todas las cosas.
Alfonso era dirigente de la organización conocida como “El Barzón”, que
agrupaba a pequeños y medianos deudores que se enfrentaban a los bancos
para evitar ser despojados de su patrimonio. Los otros dirigentes también
eran muy combativos y simpáticos como Alfonso. En especial recuerdo a
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
58
Liliana Flores Benavides y Manuel Ortega González, El Pariente. Otro dirigente,
viejo conocido mío, era el senador Juan José Quirino Salas, El Chivo,
quien merece un comentario particular.
Debe haber sido en 1988, porque yo ya era director de Análisis Macroeconómico
en la SPP, cuando llegó a mi oficina en Palacio Nacional un muchacho
de Zacatecas. Me dijo que era estudiante y que “se ayudaba” vendiendo quesos
que traía de su tierra. Entonces, me pidió que lo avalara por escrito, para
que lo dejaran vender los quesos. Confié en él y le entregué un oficio donde
me responsabilizaba si hacía algo indebido –cosa que no ocurrió. Desde ese
día, repartía sus quesos a todo el mundo, sólo apuntando en su libreta, y al
llegar la quincena, se aparecía para cobrar.
En 1998, diez años después de lo que acabo de contar, cuando empezaba
a asesorar a Rosa Albina, me encontré a ese mismo muchacho en el
edificio de Reforma donde el Senado tiene sus oficinas. Él fue quien me reconoció,
y me preguntó si era Juan Moreno. De inmediato lo reconocí, aunque
no recordaba su nombre. Le dije: “Eres el de los quesos”. Luego, le
pregunté si había terminado su carrera o seguía vendiendo quesos. Y me
contestó: “Ahora soy senador de la República”.
Mi encuentro con Dolores Padierna fue un poco distinto. A diferencia de
Alfonso, de quien mucha gente hablaba bien, de Dolores, mucha gente se
expresaba con desconfianza, diciendo que pertenecía a la Corriente de Izquierda
Democrática (CID), a la que acusaban de llevar a cabo prácticas
clientelares y corruptas. Pero Dolores me agradó desde un principio. Como
la tradición “ranchera” me indica que sólo debo creer en lo que veo, y lo que
entonces vi fue a una mujer interesada en denunciar las injusticias, como la
del Fobaproa, con gran carácter, simpatía y, además, con algo que me encantó,
una gran capacidad para confiar en mí, al grado de repetir ciegamente
los argumentos que yo ponía en las notas que le entregaba.
Dolores mostraba además una gran hambre de aprender. Todo lo que yo
le daba, no sólo lo leía, sino que lo estudiaba, subrayando partes enteras, y
preguntándome una y otra vez sus dudas, sin temor a parecer ignorante. Creo
que su formación original de maestra le ayudó a entender la importancia de
preguntar, para realmente aprender.
Con Jorge Silva Morales, el encuentro resultó más difícil. En primer lugar,
era contador y parecía no necesitar mi asesoría. Pero para mí era importante
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
59
estar cerca de él, ya que era el representante del PRD en el Comité de Contrataciones
de las Auditorías del Fobaproa, que era la ventana por la que se recibía
mucha información. Como ni Alfonso ni Dolores simpatizaban con Jorge, y tampoco
él con ellos, tuve que indagar a qué corriente o tribu del PRD pertenecía.
Cuando me enteré de que era de los “cívicos”, hablé con el senador Mario Saucedo,
cabeza de ese grupo. Mario arregló una reunión con Jorge, donde le dijo: “Lo
que te pida Juan es como si te lo pidiera yo”, y así fue, a partir de ese momento.
Sería muy prolijo tratar de contar las muchas anécdotas que me tocó vivir
con esos tres diputados, Alfonso, Dolores y Jorge, tan capaces y tan diferentes.
El único rasgo que realmente los unificaba era su incapacidad para trabajar
como grupo, como lo que supuestamente eran, militantes del mismo partido.
No sé con qué grado de éxito, pero la verdad es que traté de inducir en ellos
una política unificada, para que los tres empujaran en el mismo sentido. Les
di la misma asesoría y traté en todo momento de distribuir entre ellos la información
que conseguía, la mayor parte proveniente de ellos mismos, pero
que simultáneamente se obstinaban en ocultarse. En todo caso, me quedaron
excelentes recuerdos de los tres.
La demanda para que diera conferencias sobre el Fobaproa en todas partes
se incrementó durante el mes de agosto, mientras se acercaba el día 30,
fecha determinada para la consulta nacional que López Obrador había logrado
sacar adelante. Incluso viajé con él a Chihuahua, donde impartí pláticas a
varios grupos. Durante ese viaje hablé muy poco con López Obrador. En realidad
recuerdo que hablé mucho más con su ayudante, Pepe Zamarripa.
El 20 de agosto, el PAN dio a conocer su propuesta para resolver el problema
del Fobaproa. Aunque me sorprendieron las grandes coincidencias
con el diagnóstico del documento del 15 de julio, sus propuestas continuaron
siendo bastante ambiguas. Pocos días después, el PRI también presentó su
propuesta, la cual, como era de esperarse, resultó similar a la del gobierno.
La consulta nacional convocada por el PRD fue un éxito, ya que participaron
tres millones y medio de personas. Como era de esperarse, la inmensa
mayoría de los consultados se pronunció en contra de la conversión de
los pasivos del Fobaproa en deuda pública, lo cual también se transformó
en un mandato para el propio PRD. Luego vino el 4° Informe de Gobierno de
Zedillo, y la respuesta del PRD estuvo a cargo de Rosa Albina, quien se había
ganado a pulso esa oportunidad.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
60
En el mes de septiembre, el gobierno propuso la creación de una mesa de
negociación a la que denominó “Grupo de Alto Nivel”. Mediante ese mecanismo
se buscaba negociar los principales asuntos de la agenda nacional, incluyendo
el problema del Fobaproa. El PRD aceptó participar y contribuir a la
construcción de una solución, siempre que estuviera en concordancia con los
principios del documento del 15 de julio y del citado mandato de la consulta
del 30 de agosto.
La primera reunión del Grupo de Alto Nivel se llevó a cabo el lunes 14
de septiembre. Ahí se presentaron nueve principios básicos que habrían de
normar la discusión, los cuales fueron festinados por el gobierno como si
representaran el primer gran avance en los acuerdos. La verdad es que sólo
se trataba de principios muy generales, aceptables para todos. También se
decidió crear dos comisiones, una para estudiar la parte legal, y otra para
encargarse de los asuntos técnicos del Fobaproa.
Los problemas empezaron con la primera reunión de la comisión técnica,
la cual se reunió el 17 de septiembre. En esa junta, Martín Werner, entonces
subsecretario de Hacienda y uno de los personajes que había
operado el rescate bancario, presentó su diagnóstico de partida para buscar
las posibles soluciones. En la nota presentada por Werner, los 552 mil
millones de pesos de los pasivos del Fobaproa se dividían en tres partes:
la primera incluía 361 mil millones, de los pasivos de los bancos “intervenidos”;
la segunda parte representaba 160 mil millones, de los pagarés de
los bancos aún “vivos”; y los restantes 31 mil millones de pesos estaban
clasificados como “otros pasivos”.
En la visión de Werner, la única parte que aún se podía modificar era la
de los pasivos originados en los bancos “vivos”, ya que el resto de los pasivos
eran ya propiedad del Fobaproa y, según él, “ya no había a quién reclamar”.
Con esa postura, el grupo de trabajo debería reconocer de entrada
como deuda 361 mil millones de pesos, las dos terceras partes de los pasivos.
Para la otra tercera parte, Werner proponía que si las auditorías encontraban
algún crédito otorgado de manera ilegal, se regresaría al banco correspondiente,
quien podría sustituirlo por “cartera legal”.
Esa posición resultaba inaceptable, ya que significaba no sólo reconocer
las dos terceras partes de los pasivos del Fobaproa, sino aceptar que ni siquiera
se revisaran, ya que supuestamente no se podía hacer nada, pues “ya
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
61
no había a quién reclamar”. Tal posición generó confusión en algunos legisladores
del PRD que participaban en esa negociación. Además, Werner empezó
a mostrar la carta que pretendía tener escondida, la salida para el
problema de los deudores, condicionada a que se aceptara su enfoque.
La referida confusión se vio reflejada al día siguiente, en un artículo
publicado por el entonces diputado Pablo Gómez y titulado “Deshacer el
Fobaproa” (La Jornada, 18 de septiembre de 1998). Gómez se concentró en
los cinco bancos vivos, explorando algunas salidas. Respecto a los otros,
sólo señaló que “queda por definir la conducta del Estado frente a unos 350
mil millones de rescates de los bancos muertos o moribundos, en los cuales
el problema es mayor debido a que el gobierno ha realizado ya muchas
operaciones de venta y reventa de sucursales y bancos completos, asumiendo
compromisos demasiado pesados”. Lo preocupante de ese artículo era
que se aceptaba tácitamente el enfoque de Werner.
Como la siguiente reunión era el lunes 21 de septiembre, durante el fin
de semana previo se elaboró el siguiente documento que aquí se reproduce,
“Propuesta del Partido de la Revolución Democrática para resolver el problema
del Fobaproa” (21 de septiembre de 1998), también inédito. Este
texto, según recuerdo, es resultado de una discusión de Rosa Albina con
Alfonso, y tal vez también con Dolores, con el fin de llevar una posición
coherente a la citada reunión.
En el documento se planteaba una alternativa al enfoque de Martín Werner,
expresando que “se rechaza la pretensión de dividir el tratamiento de
los pasivos totales del Fobaproa, separándolos entre los destinados a apoyar
a los bancos considerados vivos (los que no fueron intervenidos ni revendidos
por el gobierno), de los pasivos por recursos utilizados para sanear
y vender los bancos intervenidos”. Luego, se agregaba que “aceptar esa
separación significaría reconocer la legitimidad de las múltiples operaciones
realizadas por el Fobaproa para ocultar o desaparecer un gran número de
créditos probablemente fraudulentos”.
A continuación, se proponía llevar a cabo una “separación del total de
los pasivos del Fobaproa, en función de los beneficiarios originales de los
créditos amparados”. Dicha clasificación debería hacerse en tres partes. En
la primera se incluirían los créditos destinados a los pequeños o medianos
deudores. En la segunda parte se integrarían los préstamos “legítimos” a los
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
62
grandes deudores. En la última parte se meterían los créditos “ilegítimos y
fraudulentos” de los grandes deudores. Lo legítimo o fraudulento se determinaría
a partir de las auditorías que se practicaran.
Finalmente, se proponía un tratamiento diferenciado para cada tipo de
crédito clasificado, buscando proteger los depósitos de los ahorradores y
previniendo así que los bancos siguieran quebrando. Como resultado final
de la propuesta, se asumiría un inevitable costo fiscal, pero sólo después de
transparentar las operaciones, y de evitar que se incluyeran créditos fraudulentos.
Además, se daría una salida a los miles y miles de deudores, quienes
eran verdaderas víctimas de la crisis, evitando que fueran despojados
de sus propiedades.
En síntesis, la propuesta planteada en este texto constituía una salida
basada en los principios del documento del 15 de julio y en el mandato de
la consulta del 30 de agosto. Pero, para ser defendida, debería ser comprendida,
lo que algunas veces resulta difícil, sobre todo si a la ignorancia se
agregan la arrogancia y la soberbia.
En la reunión del lunes 21 de septiembre estuvieron presentes cinco legisladores
del PRD: Rosa Albina Garavito Elías, Alfonso Ramírez Cuéllar, Dolores
Padierna Luna, Pablo Gómez Álvarez y Ricardo García Sáinz. No puedo
dar detalles, porque no estuve presente, ya que mientras los funcionarios de
la Secretaría de Hacienda podían llevar a sus asesores, eso no era permitido
a los legisladores que participaban en la reunión. Pero, según los testimonios
de ese día, tanto los obtenidos de manera personal, como los que quedaron
plasmados en la prensa, sucedió lo que comento enseguida.
En primer lugar, Martín Werner presentó la misma propuesta que había
dado a conocer el 17 de septiembre, pero ahora como si hubiera sido
resultado de un acuerdo de todos los integrantes de la comisión técnica.
En segundo lugar, la propuesta alternativa del PRD fue prácticamente ignorada
por Werner. Y en tercer lugar, Werner trató de meter, como moneda
de cambio, algunas alternativas para atender el problema de los
deudores. La discusión se enconó, hasta que Rosa Albina Garavito y Dolores
Padierna decidieron retirarse de la reunión, ante la falta de respuesta
a los planteamientos del PRD. Los otros tres legisladores perredistas se
quedaron, haciendo parecer que no compartían las posiciones de quienes
se habían retirado.
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
63
En la prensa del día siguiente se incluyeron algunas declaraciones de
Martín Werner, como las siguientes: “No hubo un retiro del PRD; lo que tuvimos
fueron dos PRD en la reunión”, “Lo que sí lamentamos es que las posiciones
que planteó el brazo femenino del PR D en la primera etapa no
coincidía en muchos temas con lo que planteó el diputado Gómez en la segunda
etapa” (Reforma, 22 de septiembre de 1998).
Otro comentario de la prensa reprodujo las declaraciones de Werner
así: “Hubo en la reunión dos perredés, uno que en un principio estuvo representado
por Dolores Padierna y Rosa Albina Garavito que hicieron señalamientos
confusos, y prefirieron retirarse para ceder sus lugares a los
diputados Pablo Gómez, Alfonso Ramírez Cuéllar y Ricardo García Sáinz,
quienes plantearon sugerencias muy diferentes” (El Universal, 22 de septiembre
de 1998).
Finalmente, en un tercer periódico se destacaron las afirmaciones de
Martín Werner de la siguiente manera: Luego de señalar que no había ruptura
con el PRD, agregó que el problema “es que no tienen una postura
concreta, las legisladoras –Garavito y Dolores Padierna– plantearon una cosa
y los diputados –Pablo Gómez, Ricardo García Sáinz y Alfonso Ramírez Cuéllar–
plantearon otra” (La Jornada, 22 de septiembre de 1998).
Esa división dentro del PRD fue rápidamente eliminada, ya que el Comité
Ejecutivo Nacional del Partido, luego de una reunión llevada a cabo el 22
de septiembre, acordó que el PRD suspendía su participación en la comisión
técnica para discutir el Fobaproa. Al terminar la citada reunión, Andrés
Manuel López Obrador, según la prensa, insistió en su rechazo a convertir
los pasivos del Fobaproa en deuda pública. Al día siguiente, el diputado
Pablo Gómez acusó a los subsecretarios Martín Werner y Jorge Alcocer de
haber “conspirado” para lastimar la negociación sobre el Fobaproa. A partir
de ese momento, el PRD ya no volvió a la mesa de negociación.
El siguiente texto que incluyo en esta colección es el titulado “Posición
del Partido de la Revolución Democrática respecto a la parte económica del
4º Informe de Gobierno” (23 de septiembre de 1998), también inédito. En él
critico los intentos del entonces presidente Zedillo de justificarse respecto
a las decisiones adoptadas durante el rescate bancario.
“El problema del Fobaproa: elementos para entenderlo y posibles alternativas
para su solución” (1º de octubre de 1998), publicado en la revista
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
64
El Cotidiano (núm. 92, noviembre-diciembre de 1998, editada por la Universidad
Autónoma Metropolitana, Azcapotzalco), tiene una historia interesante,
la cual cuento a continuación.
A partir de que se dio a conocer el documento del 15 de julio, como ya
dije, me invitaron a dar una gran cantidad de pláticas sobre el Fobaproa. En
especial, me convertí en uno de los invitados favoritos de los integrantes de
El Barzón. También, muchos legisladores perredistas me empezaron a consultar.
Pronto tuve un problema que exigía una rápida solución: disponer de
buenos ejemplos para ilustrar lo que era el Fobaproa. Además, tuve que
imaginar toda una serie de recursos didácticos. Mi mayor preocupación era
transmitir lo que realmente había sucedido, sin mentiras y sin la demagogia
que tanto gusta a muchos políticos.
Un día en la tarde, estando yo en mi oficina de la torre del Senado, llegó
de manera intempestiva Alfonso Ramírez Cuéllar. Apenas lo vi entrando, al
momento que escuchaba cómo cerraba la puerta de la oficina a sus espaldas.
Con una gran sonrisa me dijo algo así: “Me vale madres lo que estés haciendo,
pero no voy a salir de esta oficina hasta que me expliques con todo detalle
cómo funciona un banco”. Por fortuna tenía tiempo, y las siguientes
dos horas las dediqué a esa encomienda.
Recuerdo que empecé por lo más simple, es decir, por los principios
básicos de contabilidad. Llenando hojas y hojas de papel con ejemplos numéricos,
pasé de las finanzas de una familia a las de una empresa, hasta llegar
a lo que hace particulares a los bancos. Expliqué conceptos como los de
riesgo, solvencia y garantía. De ahí, pasé a explicar cómo funcionan los bancos
eficientes y cómo el correcto cálculo de riesgos resulta muy benéfico para la
economía. Luego, revisamos lo que había sucedido en México, y cómo terminamos
hundidos en el problema del Fobaproa.
Alfonso se fue muy contento y agradecido, pero más contento y agradecido
quedé yo, ya que me había obligado a hacer algo que yo pretendía
hacer desde semanas antes, pero no había tenido la voluntad de hacerlo,
o no me había dado el suficiente tiempo para ello: preparar una explicación
realmente didáctica del problema del Fobaproa. Le conté lo sucedido a Rosa
Albina, quien me propuso preparar un artículo y me prometió someterlo
para su publicación en la revista El Cotidiano, que por cierto ella había
fundado. Trabajé duro hasta armar ese trabajo y pudo ver la luz a fin de
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
65
año. A pesar de sus defectos, y de haber sido escrito en el clima que existía
con la discusión de ese asunto, todavía es uno de mis trabajos favoritos
sobre el Fobaproa.
El siguiente texto de este libro, “Fobaproa: avanza el gran atentado”
(15 de octubre de 1998), fue publicado en el semanario Propuesta, entonces
editado por el PRD. En este artículo critico los resultados alcanzados el 7
de octubre por la “Mesa de Alto Nivel”, que seguía funcionando sin el PRD.
El texto resulta interesante ya que comento y doy respuesta a cada uno de
los 10 puntos en que se consiguió un acuerdo. El propósito de este tipo
de ar tícu los no sólo era la denuncia, sino estar preparados por si el PRD
regresaba a la mesa de negociación.
Entre los acuerdos anunciados entonces, se enfatizaba que los pasivos
del Fobaproa no se consolidarían como deuda del gobierno, quedando a
cargo de un nuevo organismo público. Así, en el punto 6 acordado se señalaba
que “el organismo encargado de la recuperación de activos emitirá
bonos negociables que sean atractivos para las instituciones tenedoras de
los pagarés emitidos por el Fobaproa, quienes podrán devolver estos pagarés
y recibir los bonos que emita el nuevo organismo”.
En mi respuesta a este punto, incluida en el artículo, decía:
En este punto está la esencia de toda la discusión respecto al Fobaproa: la conversión
de sus actuales pasivos en deuda pública oficial. Esta conversión significa
que los actuales pagarés del Fobaproa en poder de los bancos, los cuales
no son negociables, tienen intereses teóricos que también se capitalizan de
manera teórica, en una frase, que son auténticos asientos contables, sean canjeados
por nuevos instrumentos de deuda pública oficial, es decir, por bonos
reconocidos legalmente, que sean negociables, que se puedan vender y cambiar
por dinero, y que reciban intereses efectivos, para lo cual se necesitará una
partida presupuestal adicional a partir del próximo año. Para esa conversión,
resulta indiferente que los nuevos bonos sean emitidos “directamente” por el
gobierno federal, o lo sean por el nuevo organismo público que sustituirá al
Fobaproa. Los efectos económicos y fiscales serán exactamente los mismos.
Del mismo estilo es el siguiente artículo compilado aquí, “La política del
PRD respecto al Fobaproa: una política de principios” (22 de octubre de
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
66
1998), y también publicado en el periódico del PRD Propuesta. Este extenso
artículo fue escrito para comentar la decisión adoptada por el Consejo Nacional
del Partido el 17 de octubre de 1998, en la que instruyó a todos los
legisladores perredistas para que se abstuvieran de firmar acuerdos con el
PAN, hasta que ese partido se deslindara claramente de la posición del gobierno.
El artículo hace un recuento del debate del Fobaproa y califica la
última decisión adoptada como el refrendo de una política de principios.
El último texto de esta parte se titula “Comentarios al documento ‘Posición
del PRD con relación al Fobaproa’ presentado por el diputado Ricardo
García Sáinz” (30 de octubre de 1998), hasta hoy inédito. Incluyo esta breve
nota porque refleja una situación que se mantuvo hasta fines de 1998, la
insistencia de algunos legisladores perredistas en recuperar el enfoque que
había propuesto Martín Werner el 21 de septiembre, que propició la salida
del PRD de las negociaciones.
Durante noviembre, prácticamente me olvidé del Fobaproa, ya que Andrés
Manuel López Obrador le había encargado una nueva tarea a Rosa Albina,
y a su equipo, coordinado entonces por mí: efectuar, por primera vez,
una verdadera disección del proyecto de Presupuesto de Egresos enviado
por el entonces presidente Zedillo, para ejercerse en 1999. Con un equipo
de sólo ocho personas, trabajamos día y noche, incluyendo los fines de
semana. Mediante una exhaustiva revisión de los “anexos analíticos”, logramos
examinar el presupuesto con sus desgloses hasta nivel de unidad responsable
de gasto, así como de concepto y partida presupuestal.
Como resultado de ese minucioso trabajo, por primera vez pudimos
identificar con todo detalle y rigor las abusivas prebendas de los altos funcionarios
del gobierno federal. También se elaboró una propuesta de recorte
y reasignación de los recursos incluidos en el proyecto de presupuesto.
Esa propuesta fue dada a conocer por López Obrador a principios de diciembre,
pocos días antes de que se terminara de legalizar el Fobaproa.
Lo que siguió es conocido. El gobierno y el PAN lograron un acuerdo pa ra
in tegrar en uno los dos organismos propuestos, denominado Instituto pa ra la
Protección al Ahorro Bancario (IPAB), el cual asumió los pasivos del Fobaproa.
Entre los cambios que se consiguieron al final estuvo que los pagarés en poder
de los bancos “vivos” no se convirtieran todavía en títulos negociables, es decir
que se quedaran como habían sido emitidos, hasta la fecha de su vencimiento.
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
67
Esa decisión dio algún margen de maniobra presupuestal, aminorando el
impacto, al menos durante los primeros años.
La nueva Ley de Protección al Ahorro Bancario fue aprobada por la mayoría
de la Cámara de Diputados el 12 de diciembre. A pesar de la confusión
de muchos legisladores del PRD, y de la notoria oposición de algunos del PAN,
e incluso de unos del PRI, se impusieron las respectivas disciplinas de partido.
El apoyo de Felipe Calderón Hinojosa, entonces presidente del PAN, presionado
al final por el mismo Vicente Fox, alineó a la mayoría de los panistas.
Los diputados del PRD y del PRI fueron disciplinados por sendos líderes
tabasqueños: Andrés Manuel López Obrador, entonces presidente del PRD,
y Arturo Núñez, quien era coordinador de los legisladores del PRI. Resulta
muy notable y curioso que mientras uno de los tabasqueños amenazaba con
expulsar del PRD al que votara a favor del Fobaproa; el otro repartía las
mismas amenazas, pero en sentido contrario, diciendo que expulsaría del
PRI al que no votara a favor de legalizar el Fobaproa. Quién hubiera podido
imaginar entonces que años después Arturo Núñez resultaría purificado por
la mano de López Obrador, sin requerírsele ninguna autocrítica, y además,
pretendería enseñar democracia al PRD.
■ EL INFORME DE MICHAEL MACKEY
A principios de septiembre de 1998, el Comité de Contrataciones creado en
la Cámara de Diputados seleccionó al auditor canadiense Michael Mackey
para que llevara a cabo las tan anunciadas auditorías a las operaciones del
Fobaproa.
Como el mismo Mackey expresó al año siguiente, durante los primeros
meses de su trabajo, las autoridades encargadas de proporcionarle la información
requerida para efectuar las revisiones, se mostró muy renuente
y puso toda clase de objeciones y obstáculos. Aquí se puede observar que
se manejó un doble discurso por parte del gobierno y de los legisladores
del PRI. Por un lado decían que los resultados de las auditorías serían la
base para legislar; pero, por otro lado, se obstaculizaba el trabajo de Mackey,
con el objetivo de asegurar que primero se legislara, y de lo que quedara,
se revisara lo menos posible para justificar lo que fuera necesario.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
68
Como se reseñó antes, a mediados de diciembre de 1998 el Congreso de
la Unión aprobó la Ley de Protección al Ahorro Bancario. En el artículo
quinto transitorio de la misma se mandató que las auditorías se concluyeran
en un plazo máximo de seis meses. El Comité de Contrataciones de la Cámara
de Diputados se convirtió entonces en el Comité de Seguimiento de las
auditorías. El único integrante del PRD en ese comité siguió siendo el diputado
Jorge Silva Morales.
Durante los primeros meses de 1999, el PRD vivió una campaña interna
para elegir al nuevo titular de la presidencia de ese partido. Los candidatos
fueron cuatro: Rosa Albina Garavito, Amalia García, Mario Saucedo y Jesús
Ortega. Como resulta obvio, yo apoyé a Rosa Albina, como también lo hicieron
Dolores Padierna y Alfonso Ramírez Cuéllar. Sin embargo, esa elección
resultó una verdadera cochinada, donde se usaron métodos peores que los
del PRI. La elección fue anulada y se nombró al diputado Pablo Gómez como
presidente interino del PRD, mientras se organizaba otra elección.
Este antecedente es importante debido a lo sucedido cuando Michael
Mackey entregó su Informe de revisión de las operaciones del Fobaproa. Dicha
entrega se llevó a cabo el lunes 19 de julio de 1999. Como se sabía que ese
día sería entregado el señalado informe, me trasladé a las oficinas de los
auditores, en la calle de Ayuntamiento. Ahí encontré a muchos periodistas
esperando lo mismo. Como a las 11 de la mañana, vi salir a Jorge Silva y le
pedí copia del texto. Pero Jorge, prácticamente corrió, se subió a su carro
y desapareció.
Todo el día busqué sin éxito a Jorge Silva. Acudí a Alfonso Ramírez Cuéllar,
a Dolores Padierna y a la propia Rosa Albina, pero no sabían nada. Era
increíble, todo mundo quería conocer el resultado de las famosas auditorías
del Fobaproa, y la única copia entregada al PRD había sido escondida por
Jorge Silva. Pero no había sido decisión suya, sino de Pablo Gómez, quien,
en forma autoritaria le había ordenado que sólo le entregara la copia “a él”.
Pero, como Pablo andaba en provincia (creo que en Nayarit), Jorge Silva
tuvo que esperar hasta que regresara a la Ciudad de México en la noche.
Lo anterior lo supe por Alfonso Ramírez Cuéllar, quien me invitó a ir
con él al local de la calle de Monterrey, a esperar a que llegara Pablo. La
esperanza era que, como por arte de magia, también hiciera su aparición
Jorge Silva con el esperado Informe. Y así sucedió. Estaba yo con Alfonso y
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
69
con Jesús Martín del Campo, cuando Jorge le entregó el archivo electrónico
a Pablo. Un rato después, Pablo me entregó copia del archivo, y delante de
Alfonso y de Jesús, me ordenó: “No quiero que entregues copia a nadie”.
Además, me pidió que estudiara el Informe y le tuviera una opinión para la
mañana siguiente. Además, tendría que exponer lo que hubiera encontrado
en una reunión que se efectuaría con legisladores del PRD en la Cámara de
Diputados.
De inmediato me fui a mi casa, hice una impresión del texto de Mackey,
y me puse a estudiarlo. Pienso que la encomienda que me dio Pablo se debió
a dos razones. La primera, porque confiaba en mi conocimiento y experiencia
en la materia; pero la segunda, quizás la más importante, porque el
texto estaba en inglés y, como me di cuenta en la reunión del día siguiente,
casi todos los diputados del PRD ignoraban ese idioma. La versión en español
del Informe estuvo disponible hasta dos semanas después. Este es un
ejemplo más de las muchas trampas que existieron para evaluar el famoso
Fobaproa.
La revisión del texto me llevó toda la noche. Esa tarea fue agotadora,
pero fascinante. Lo que más me preocupaba era tener una opinión general,
que pudiera ser compartida con los legisladores del PRD. De inmediato me
di cuenta de que el Informe, si bien no era una auditoría, era un trabajo de
excelente calidad, que no merecía ser descalificado a lo tonto por el PRD.
Pero lo más fascinante fue descubrir que Mackey prácticamente había llegado
a las mismas conclusiones que el documento del PRD, dado a conocer
el 15 de julio de 1998, un año antes.
El martes 20 de julio, todo desvelado, me fui a la Cámara de Diputados.
La reunión tuvo lugar con un grupo de unos veinte diputados, entre los que
recuerdo a Pablo Gómez, Jesús Martín del Campo, Alfonso Ramírez Cuéllar,
Dolores Padierna, Jorge Silva y José Luis Sánchez. Del Senado sólo estaba
Rosa Albina Garavito. Les hice una exposición lo más clara posible, buscando
las palabras en español, para algunos términos de Mackey en inglés. Sólo
recuerdo que Jesús hacía algún esfuerzo para entender el inglés, que medio
había estudiado.
La reunión fue muy buena, y creo que logré transmitirles las dos ideas que
consideraba realmente importantes: que no se trataba de una auditoría, como
Mackey lo señalaba con todas sus palabras; y que el Informe no sólo valía la
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
70
pena, sino que confirmaba el diagnóstico que habíamos defendido durante el
último año. Recuerdo que algunas preguntas de Pablo me desesperaron, llegando
a pensar que no entendía nada. Pero un rato después, cuando lo acompañé
a dar una conferencia de prensa, pude ver cómo hablaba y hablaba, y
parecía ser un verdadero experto.
Al día siguiente escribí y mandé a La Jornada el texto titulado “El Informe
Mackey: la auditoría que no fue” (21 de julio de 1999), pero permaneció inédito
porque a Luis Hernández Navarro, supremo censor de ese periódico,
no le pareció digno de ser publicado. Lo reproduzco aquí, porque condensa
las opiniones que transmití en esa reunión, inmediatamente después de una
primera y agotadora lectura de ese importante documento.
Pocos días después elaboré otro artículo, que también envié a La Jornada,
y que de igual manera resultó indigno de ser publicado. Su encabezado
fue “Informe Mackey: el necesario debate” (3 de agosto de 1999), inédito
hasta el día de hoy. En ese texto se enfatiza que el Informe de Mackey no fue
la auditoría prometida y se denuncia también la campaña de encubrimiento
de las ilegalidades del Fobaproa.
El siguiente texto es un artículo que sí logró ser publicado en La Jornada,
“El Fobaproa y el PAN” (18 de octubre de 1999). Este texto constituye una
denuncia, a partir de una información que acababa de publicar la revista
Milenio: que el propio Vicente Fox y su familia eran beneficiarios del Fobaproa.
Ese hecho también explicaba la aparición de Fox, a fines de 1998, presionando
a los diputados del PAN para que aprobaran el Fobaproa.
En septiembre de 1999, dos meses después de entregar su informe sobre
las operaciones del Fobaproa, Michael Mackey concluyó su trabajo y acabó
de cobrar sus honorarios (entre 20 y 25 millones de dólares), luego de entregar
dos reportes respecto a las “operaciones reportables”, es decir, los créditos
que había detectado como susceptibles de ser revisados, ya que era
posible que fueran irregulares. El primer reporte, de 76 páginas, era una relación
detallada, banco por banco, de los 2 407 créditos sobre los cuales alertaba
para que fueran revisados. El segundo archivo contenía los nombres de
los beneficiarios, pero encriptado, a petición de los propios diputados, con
una clave de acceso fragmentada en cinco partes. Mackey entregó una clave
a cada uno de los cinco partidos, de manera que para poder abrirlo deberían
estar de acuerdo todos. Otra copia, sin encriptar, fue entregada al IPAB.
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
71
En octubre de 1999 se inició otro proceso inacabable donde parte de la
Cámara de Diputados pidió al IPAB que diera a conocer la lista de beneficiarios
incluidos en el reporte de Mackey, del cual tenían copia, pero no
podían abrirlo, a menos que todos los grupos parlamentarios estuvieran
de acuerdo. El 15 de marzo de 2000, el IPAB entregó a los diputados un “Informe
sobre las transacciones reportables”, sin incluir la lista nominal de
los beneficiarios.
Tomando como base esos textos, elaboré el siguiente documento que
presento aquí, “Las operaciones reportables del Fobaproa” (marzo de 2000),
publicado en la revista Coyuntura del Instituto de Estudios de la Revolución
Democrática. En éste efectué un análisis, banco por banco, de los citados créditos
irregulares, destacando su elevada concentración. No resisto la tentación
de reproducir aquí la entrada de ese documento, la cual me sigue gustando
mucho: “En cualquier país civilizado, lo peor de un crimen es que permanezca
impune. Pero en México, el país de la impunidad, un crimen sin castigo no es
lo peor, lo es todavía más su desconocimiento, que ni siquiera se sepa qué
pasó ni se conozca a los responsables de lo sucedido”.
Una versión muy condensada de ese trabajo fue publicada en La Jornada,
con el título de “Las operaciones del Fobaproa” (4 de abril de 2000). De este
texto sólo quiero recordar un párrafo particularmente importante:
Lo primero que llama la atención en el reporte de Mackey es la enorme concentración
de las operaciones reportables en muy pocos acreditados, ya que los
219 créditos con montos mayores a 50 millones de pesos alcanzan un saldo de
60 253 millones (a valor original), y comprenden casi 82 por ciento del total
reportado. A los restantes 2 188 créditos les corresponde el otro 18 por ciento.
El siguiente texto es “El Fobaproa y las mentiras de Fox” (5 de mayo de
2000), publicado en La Jornada. En este artículo respondo a los argumentos
de Vicente Fox respecto a que no era beneficiario del Fobaproa, ya que
había de jado de ser accionista de las empresas de su familia. Al comentar
su “declaración patrimonial”, dada a conocer como parte de su campaña a
la Presidencia, concluía que, sin lugar a dudas, Fox estaba mintiendo.
El artículo finaliza con un párrafo que ahora reproduzco, ya que creo
que resultó visionario:
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
72
El conocer estos hechos es muy triste, sobre todo cuando mucha gente piensa
que, por primera vez en décadas, parece posible derrotar al PRI, si se vota por
Fox. Podemos imaginar un México sin PRI, pero no necesariamente ese paraíso
de seguridad, bienestar y optimismo que ofrece Fox. También podemos imaginar
un México con Fox, con un presidente de ocurrencias, ignorante, demagogo,
autoritario y, como ahora sabemos, mentiroso.
Luego siguió la discusión para que se dieran a conocer las diferentes
claves de acceso al archivo electrónico que había dejado Mackey, con la lista
nominal de los beneficiarios de las operaciones reportables. Para fines del
mes de mayo de 2000, sólo dos claves habían sido difundidas, la del PRD
(tmofapit259) y la del PT (iawwi859), y quedaban pendientes las del PAN, PVEM
y PRI. Al final de un debate entre los tres principales candidatos a la Presidencia
de la República, Vicente Fox anunció que daría a conocer la clave en poder
de los dos partidos que lo apoyaban. Así, el 31 de mayo dijo cuáles eran las
claves en poder del PAN (saskatoon) y del PVEM (tcccsta965).
A propuesta de la diputada Dolores Padierna, la Cámara de Diputados
creó ese año la Comisión para Investigar el Funcionamiento del IPAB (CIIPAB).
Pero, como resultado de las usuales pugnas tribales dentro del PRD, quedó
Alfonso Ramírez Cuéllar como integrante de dicha comisión, siendo excluida
Dolores. Yo continué la política que había seguido desde 1998 y mantuve
informada de todo a Dolores (habría hecho exactamente lo mismo si el excluido
hubiera sido Alfonso). La mecánica acordada fue que presidiría la
Comisión el PAN durante el mes de mayo, el PRD en junio, y el PRI durante
julio, mes en que concluirían sus trabajos.
Alfonso asumió la presidencia de la Comisión el jueves 1º de junio, y
recibió junto con toda la documentación, el archivo electrónico que había
dejado Mackey desde septiembre de 1999. Ese archivo había sido mantenido,
hasta entonces, fuera del alcance de los demás legisladores, por el dipu tado
panista Fauzi Hamdan, quien había presidido el Comité Técnico de Seguimiento
a las Auditorías del Fobaproa. Recuerdo que le propuse a Alfonso
tratar de abrir el archivo, con el fin de dar a conocer las famosas listas de
beneficiarios del Fobaproa antes del 2 de julio, día de la elección para presidente
de la República. Esa misma noche me dio una copia y empezó la aventura
de los famosos hackers.
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
73
De inmediato puse a trabajar a Fidel González Zurita, mi colaborador
con mayor experiencia en computación. También pedí ayuda a mi hermano
Arnoldo, quien es matemático y experto en seguridad informática. Arnoldo
estudió el asunto y consiguió varios softwares llamados crackers, diseñados
precisamente para descifrar las claves de acceso de un archivo. Para entonces
ya habían sido dados a conocer cuatro de los cinco fragmentos que
creíamos integraban la clave completa. Pero al dar el primer paso para abrir
el multicitado archivo, encontramos que existía una sexta parte (trsttu333),
que había que activar antes de meter las otras cinco.
Lo primero que evaluamos fue que cuatro de las cinco partes identificadas
de la clave eran alfanuméricas, es decir, integradas por letras y números.
Sólo la parte del PAN, según la información dada a conocer por Fox
(saskatoon), estaba integrada sólo por letras. Otro patrón identificado fue
que los números siempre eran tres, y el primero no se repetía. Como la
cantidad de letras era variable, no podíamos saber la cantidad de caracteres
que debería tener el fragmento faltante, el ocultado por el PRI. Así,
empezamos a trabajar con cinco computadores, a la cual se agregó una
sexta, la más potente que pudimos conseguir. Las seis computadoras estuvieron
trabajando las 24 horas del día durante varias semanas, con los
crackers, siguiendo instrucciones diferenciadas.
Pronto se corrió el chisme de que, con la ayuda de unos hackers, se estaba
tratando de abrir el famoso archivo. Alfonso trató de que la comisión
investigadora aprobara por mayoría la contratación de los famosos hackers,
pero los panistas Fauzi Hamdan y Édgar Ramírez se sumaron a los diputados
del PRI, haciendo mayoría en contra de esa propuesta. Lo que estaba sucediendo
en ese momento es el tema de otro artículo publicado en La Jornada,
el cual también incluyo aquí, que se titulaba “Las listas del Fobaproa” (21 de
junio de 2000).
Después siguió un penoso incidente, típico de la eterna disputa tribal
dentro del PRD. Resulta que el sábado 17 de junio, Dolores Padierna, entonces
candidata a jefa delegacional en Cuauhtémoc (Alfonso era igualmente
candidato a jefe delegacional en Venustiano Carranza), dijo a la prensa que
ella tenía una copia del archivo de las operaciones reportables y que unos
hackers estaban trabajando para abrirlo. El martes 20 de junio, en una conferencia
de prensa, Pablo Gómez y Jesús Martín del Campo dijeron que el
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
74
único archivo existente seguía en la Cámara de Diputados y que Dolores
mentía. Pablo Gómez llegó al extremo de acusar a Dolores de “delatora”,
como si el PRD viviera en la clandestinidad.
Ese día me sentí muy mal. El trabajo que estaba llevando a cabo pretendía
que fuera para todo el PRD, no sólo para alguna de sus tribus. Pensaba que
Dolores tenía el mismo derecho que Alfonso o cualquier otro, a conocer lo
que encontráramos. Además, desde 1998 había seguido la política de mantenerme
fuera de las tribus, buscando contribuir a que existiera una política
unificada respecto a asuntos como el del Fobaproa. Entonces tomé una decisión.
Saqué una copia más al archivo y se la llevé a Dolores. Recuerdo que
le dije “aunque creo que tus declaraciones fueron imprudentes, te doy esta
copia del archivo para que nadie te llame mentirosa”.
Mi hermano Arnoldo sospechaba que la clave del PAN dada a conocer
por Vicente Fox podría estar equivocada, ya que no seguía el patrón alfanumérico
de las demás que ya conocíamos. Sin embargo, no estaba seguro de
ello, porque decía que también podría ser la correcta. Aunque sólo se trataba
de una sospecha, el viernes 23 de junio, Pablo Gómez y Alfonso Ramírez
Cuéllar dieron una conferencia de prensa donde acusaron a Fox de
haber mentido al proporcionar una clave falsa. Para nuestra suerte, la conjetura
resultó cierta, ya que apenas cinco horas después, ese mismo día, el
panista Fauzi Hamdan dio a conocer la clave correcta (aarotbc168), la cual
resultó congruente con el patrón de las demás.
El tiempo pasaba y los crackers no avanzaban a la velocidad que queríamos,
acercándose rápidamente el día 2 de julio. Mi hermano Arnoldo
opinó que si tuviéramos acceso a alguna computadora más grande, quizá
podríamos avanzar más rápido. Para no hacer la historia muy larga, terminé
viajando con el archivo hasta Los Ángeles, California, para tratar de
abrirlo en las computadoras de la UCLA. Pero mis amigos de esa universidad
tuvieron que acudir a algunos técnicos que yo no conocía. Cuando me preguntaron
por el contenido del archivo que quería abrir, respondí que no
podía decírselos, de lo que concluyeron que podría tratarse de algo ilegal,
que podría representarles mucho dinero. Cuando uno de ellos me ofreció
abrir el archivo a cambio de 30 mil dólares, decidí regresar a México, no
sólo por carecer de esa suma, sino porque percibí que me estaba deslizando
en una situación de dudosas posibilidades y de mucho riesgo.
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
75
Llegó el 2 de julio y no pudimos abrir el famoso archivo. Decidí dejar
trabajando las computadoras, ya que aunque se tardaran casi un año, como
estimaba mi hermano Arnoldo, terminarían descifrando la clave. De todos
modos, el conocimiento de esa información sería importante para el país.
Pasó una semana, hasta que el martes 11 de julio, en la tarde, Alfonso me
llamó para pedirme que fuera a la Cámara de Diputados. En la sala de juntas
de la oficina de Pablo Gómez, me encontré a éste, con Alfonso y con el asesor
en computación de Pablo, Hilario Juárez Trejo, conocido como El Greñas.
Pablo me dio en un papel el segmento faltante de la clave, el que tanto había
ocultado el PRI (wtpopb549).
Fui entonces a mi oficina del Senado, le di la clave faltante a Fidel y a
Arnoldo, y de inmediato abrieron el famoso archivo, lo cual confirmé por
teléfono a Alfonso. Al día siguiente, Pablo y Alfonso dieron a conocer la
clave en una conferencia de prensa, agregando que sus técnicos habían logrado
descifrarla. Además, pusieron la famosa lista del Fobaproa a disposición
de quien quisiera consultarla, en la página de internet del Grupo
Parlamentario del PRD.
Días después, pregunté a Alfonso cómo habían conseguido el fragmento
faltante de la clave. Recuerdo que Alfonso me dijo que “alguien” del PRI se
la había entregado a Pablo Gómez. Ese “alguien” estaba molesto con el presidente
Zedillo, debido a que había declarado ganador a Vicente Fox, la
misma noche del 2 de julio, antes de que se contaran los votos. Esa versión
resultaba congruente con una declaración del senador priista Víctor Hugo
Islas, el viernes 7 de julio, quien aseguró que su partido “entregaría la clave”
en su poder (El Universal, 8 de julio de 2000).
Como Pablo Gómez había declarado que los técnicos del PRD habían descifra
do la clave, a diferencia de lo que me había sucedido con la autoría del
documento del 15 de julio de 1998, ahora, muchos creían que mi equipo era
el que había logrado abrir el famoso archivo. Pero siempre aclaré que eso no
era cierto, que sí lo habíamos intentado, aunque no lo habíamos logrado.
Esa era la verdad.
Al estar escribiendo esto, el viernes 12 de junio de 2009, llamé por
teléfono a Alfonso Ramírez Cuéllar y le pedí que me revelara el nombre
de ese “alguien” del PRI que había entregado la clave a Pablo. Alfonso me
dijo, “fue el coordinador de la fracción del PRI”. Luego agregó que quienes
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
76
nunca dieron su clave fueron los del PAN. No fue así, le aclaré a Alfonso,
Fox primero dio una clave equivocada, pero luego dio la correcta. La faltante
era la del PRI. Alfonso insistió, pero le aclaré que conservaba mis
notas de entonces, además de haberlo corroborado mediante una investigación
hemerográfica.
Como la memoria de Alfonso no parecía un buen medio para reconstruir
lo sucedido, acudí a otro recurso en busca de la verdad. Ese mismo
día busqué a Hilario Juárez Trejo, el famoso Greñas, quien me dijo que él
y su equipo sí habían descifrado la clave. Dudando, le pedí que me dijera
la verdad. Enseguida le pregunté por los detalles, y El Greñas me dijo
cómo lo habían logrado. Recordó que la parte numérica comprendía
siempre tres números, sin que se repitiera el primero. Me dijo que usó el
software para el ZIP, para descifrar las letras, combinado con un programita
que él diseñó, que hacía todas las combinaciones posibles de los
números faltantes.
¿Cuál es la verdad? No lo sé con certeza. Las dificultades que tuvo mi
equipo, así como el clima que recuerdo, hacen factible la versión de que
“alguien” del PRI haya entregado la clave a Pablo Gómez. Pero la argumentación
de Hilario me pareció convincente, por ello la dejo aquí apuntada. Es
posible que Hilario y su equipo hayan sido más capaces que mi equipo, o
hayan tenido más suerte. Sólo puedo concluir que no tengo razones sólidas
para dudar del testimonio de Hilario.
El último texto agrupado en este apartado es “Las listas de Mackey y la
impunidad”, publicado el 17 de julio de 2000 en La Jornada. Termino mis
comentarios respecto al Informe de Mackey citando un párrafo de este artículo,
en el cual escribí entonces:
En septiembre de 1999, Mackey entregó el archivo encriptado a los diputados
y una copia adicional, con la clave de acceso, al IPAB. Así, se llegó a un absurdo
muy mexicano: los resultados de la supuesta auditoría no pudieron
ser conocidos por quienes la habían encargado y pagado, los diputados, pero
sí fueron conocidos por los auditados. Para que no quedara duda de que
México es un país realmente kafkiano, se permitió además que el auditado,
el Fobaproa, decidiera la información que podía proporcionar al auditor
Mackey.
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
77
■ EL RESCATE DE BANCA SERFÍN
En esta parte se incluye un documento un poco extenso, que se mantuvo
inédito porque no tuve tiempo para concluir su redacción. Además, se presentan
seis artículos que fueron publicados en el periódico La Jornada. Todos
los textos se refieren al rescate de Banca Serfín, llevado a cabo primero por
el Fobaproa, y concluido por el IPAB. El costo fiscal de este rescate ascendió
a 172 mil millones de pesos (a valor de abril de 2000), el más caro de todos
los efectuados. Además, las operaciones para este rescate constituyen una
suerte de resumen de los errores, abusos y posibles casos de corrupción que
provocaron que los pasivos del Fobaproa crecieran tanto.
El primer artículo fue publicado a fines de septiembre de 1999. Pero los
otros seis textos fueron elaborados y publicados entre el 24 de mayo y el
14 de junio de 2000, es decir, en un lapso inferior a un mes. Tras la publicación
de estos artículos hubo una entrevista en la revista Proceso, y uno de
ellos fue también la nota de primera plana del periódico La Jornada. La
discusión se continuó mediante un intercambio epistolar con el encargado
de comunicación social del IPAB. Todo ese debate se efectuó dentro del
clima generado por la campaña electoral de ese año.
Los señalados textos fueron también el resultado de una exhaustiva
investigación que puso a prueba todo el conocimiento y experiencia para
analizar temas financieros que había podido acumular durante muchos
años. El estudio de algunas de las operaciones resultó muy complejo, no
sólo por su propia naturaleza, sino porque mucha de la información proporcionada
por la Secretaría de Hacienda, la CNBV, el Fobaproa y el IPAB,
con frecuencia resultó incompleta, incluso fragmentaria, como buscando
que no se pudiera tener la película completa. Esa información, en lo posible,
fue complementada por otras fuentes. La reconstrucción de lo sucedido
no puede considerarse completa, y mucho menos perfecta. Pero sigo
pensando que lo encontrado resulta muy cercano a la realidad.
En el primer artículo que escribí respecto a este tema, “El rescate de
Serfín y el riesgo moral” (30 de septiembre de 1999), publicado en el periódico
La Jornada, critiqué la decisión del IPAB de eliminar el acuerdo de
participación en pérdidas que existía con Serfín, y alerté sobre la posibilidad
de que eso pudiera hacerse extensivo a los demás bancos que poseían
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
78
pagarés emitidos por el Fobaproa, con el consecuente incremento del ya
muy elevado costo fiscal del rescate bancario.
Como puede recordarse, los pagarés que emitió el Fobaproa, y que logró
evitarse en 1998 que se convirtieran en deuda directa del gobierno federal,
quedaron por lo pronto con las características originales. Dichos pagarés
amparaban carteras de créditos que no habían podido recuperarse. El compromiso
de los bancos era recuperar lo que pudieran, y la pérdida final (la
diferencia entre el valor de los pagarés y la cartera recuperada) se dividiría,
en la mayoría de los casos, en 75 por ciento para el IPAB (costo fiscal) y el
restante 25 por ciento sería absorbido por los bancos.
En ese artículo criticaba que cien por ciento de la pérdida fuera asumido
por el IPAB, lo cual introducía incentivos perversos a los otros bancos poseedores
de pagarés del IPAB, quienes ya no se esforzarían por recuperar
los préstamos que habían otorgado, esperando un tratamiento similar, por
parte del IPAB. Esa decisión conformaba un caso típico de riesgo moral.
En ese texto comentaba que el riesgo moral (moral hazard) “aparece
cuando hay un tercero (normalmente el gobierno) que se compromete a
pagar los costos de decisiones equivocadas, impidiendo que las mismas
se tomen con responsabilidad, calculando adecuadamente los riesgos”.
Luego, agregaba que “cuando existe el riesgo moral, se crean incentivos
perversos que inducen un comportamiento irresponsable como el protagonizado
de manera persistente por muchos banqueros. Mediante ese
mecanismo, se premia cualquier abuso, ya que el gobierno termina socializando
las pérdidas que se ocasionan”.
En el siguiente artículo, “El gran desfalco de Serfín” (24 de mayo de 2000),
también publicado en La Jornada, comenté la venta de Serfín, llevada a cabo
por el IPAB, el 8 de mayo de ese año. En el artículo se contrastaba el precio
de venta de ese banco, 12 650 millones de pesos, con el costo fiscal de su
rescate, el cual fue estimado en 172 mil millones de pesos.
En el artículo expuse una suerte de resumen de las principales fallas
registradas durante el rescate bancario. Afirmé que:
[…] en cualquier país democrático, cuando se ha presentado un quebranto
bancario de la magnitud del observado en México a principios de 1995, se
han adoptado al menos tres medidas: los funcionarios que ejercieron durante
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
79
la gestación del quebranto son removidos, aunque estén fuera de toda sospecha;
se dan a conocer reglas generales para el uso de los fondos públicos;
esas reglas incluyen los incentivos de mercado correctos, para evitar el
abuso y propiciar una corrección a fondo de la situación que generó los
problemas.
Más adelante expuse que:
[…] por desgracia, en México se hizo exactamente lo contrario: los funcionarios
que estuvieron en la gestación de la crisis bancaria, fueron los encargados de
corregirla, y se mantienen en sus puestos a pesar del vendaval de críticas. Las
reglas para el uso de fondos públicos, en un principio pretendidamente generales,
pronto se olvidaron, pasando a un nivel de discrecionalidad escandaloso.
Esa práctica conformó una situación de riesgo moral, el cual aparece cuando
los usuarios de los recursos perciben que un tercero, en este caso el Fobaproa,
les resolverá todos sus problemas, presentes y futuros.
Luego, sostuve que “la aplicación de todo tipo de medidas, impregnadas
del pernicioso riesgo moral, es lo que explica que el costo fiscal del quebranto
bancario, estimado en 5 por ciento del PIB a fines de 1995, haya alcanzado
la enorme magnitud que ahora tiene (20 por ciento del PIB)”. Además,
expuse que Serfín estuvo intervenido, de facto, desde abril de 1996, pero no
se hizo de manera formal hasta mediados de 1999, después de que Mackey
terminó sus auditorías, que incluían todas las operaciones, pero sólo de los
bancos formalmente intervenidos.
Ese artículo, con una enorme riqueza de información, fue una versión
muy condensada de un estudio más completo, respecto al rescate de Banca
Serfín, el cual, aunque inacabado, sirvió como base también para los otros
artículos que se incluyen en este apartado. Ese estudio llevaba por título “El
rescate de Banca Serfín: un gran desfalco a la nación” (25 de mayo de 2000)
y se mantuvo inédito ya que se trata realmente de un borrador que no concluí.
Aunque algunas partes pueden considerarse terminadas, otras, sobre
todo las últimas, están sólo esbozadas. Sin embargo, la investigación se
completó, como puede verse en los siguientes artículos, pero no tuve tiempo
para armar un sólo texto con todo.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
80
El estudio se divide en siete partes. En la primera se analiza cómo se
llevó a cabo en 1995 el primer intento de rescate de Banca Serfín, entonces
el tercer banco en importancia del país, sólo después de Banamex y Bancomer.
Aquí se describe cómo se generó la situación que desembocó en la
emisión del primer pagaré del Fobaproa para este banco. Se incluye una
explicación detallada de las características de este tipo de pagarés.
La segunda parte está dedicada a la intervención disfrazada que se registró
en abril de 1996. El gobierno decidió que no podía dejar quebrar a un
banco tan importante como Serfín, pero también decidió que se vería muy
mal una intervención formal en dicho banco. Por ello, simuló que no estaba
intervenido, impulsando todo tipo de operaciones para capitalizarlo, acudiendo
a fuentes privadas, pero siempre terminando con las mismas fuentes
públicas, con un costo fiscal acrecentado.
La tercera parte analiza el frustrado intento de saneamiento, llevado a
cabo en 1997. Esta parte, tal vez la más difícil de desentrañar, significó entender
la lógica y razón de una serie de operaciones financieras cruzadas.
Lo más escandaloso fueron las condiciones leoninas que se le dieron a HSBC,
para que aceptara realizar una inversión equivalente a 19.9 por ciento del
capital de Serfín. Entre esas condiciones estuvo una “protección” a la inversión
de ese banco extranjero, la cual significaba que el riesgo en que él
había incurrido era de cero, cargándose todo al Fobaproa. Ese tipo de
acuerdos entreguistas son muy raros en el mundo y sólo se observan donde
hay tiranías anacrónicas.
En la cuarta parte se comenta cómo se encubrió el desfalco de Serfín
durante 1998, cuando el problema del Fobaproa se hizo explícito y se generó
el gran debate nacional sobre ese asunto. En la quinta parte se analiza
la intervención formal de Serfín, llevada a cabo por el IPAB en 1999. Ahí se
expone que el retraso en dicha intervención fue parte del encubrimiento
del desfalco generado por la forma como se rescató ese banco. Como sólo
permitieron que Mackey revisara los créditos amparados por los pagarés,
la mayor parte de las operaciones efectuadas quedaron fuera del alcance
del auditor.
La sexta parte del documento se dedica a analizar la venta de Banca
Serfín al Grupo Financiero Santander, en mayo de 2000. Se comenta cómo se
saneó el banco antes de iniciarse su licitación. Luego, se describe cómo, ya
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
81
estando en proceso la licitación, se restructuraron los pagarés en poder de
Serfín, cambiando sus características, como las tasas de interés aplicables
y los plazos de amortización. Finalmente, se comenta el pago de 12 650 millones
de pesos que efectuó el ganador, el Grupo Financiero Santander.
La séptima y última parte sólo está esbozada. Se comenta el cálculo
del costo final del rescate de Banca Serfín, el cual se estimó en 172 387
millones de pesos, a valor del mes de abril de 2000, una semana antes de
efectuada la venta del banco. Dicha estimación se consiguió agregando el
valor de todas las operaciones realizadas a lo largo del rescate de ese
banco, las cuales fueron actualizadas a precios de abril de 2000. Como
anexo hay un cuadro con el resumen de dichos cálculos.
El detalle respecto al cálculo del costo fiscal se desarrolló después en
los artículos que se comentan más adelante: “El rescate de Serfín” I y II. Mi
idea era integrar el contenido de esos artículos dentro del texto general,
pero la dinámica de trabajo no me dejó tiempo para hacerlo. Sólo basta
recordar que entonces yo estaba más preocupado tratando de abrir el archivo
con las listas del Fobaproa, por lo que carecía de tiempo para completar
ese interesante estudio.
El documento, inacabado, fue distribuido a la prensa a fines de mayo de
2000, y resultó comentado en la revista Proceso del 28 de mayo, por los reporteros
Carlos Acosta Córdova y Agustín Vargas Medina, quienes también publicaron
una entrevista conmigo. Además, dichos reporteros dieron a conocer
unos documentos internos de la CNBV, donde se incluían muchos detalles del
rescate de Serfín y se mencionaban los nombres de algunos de los principales
beneficiarios del desfalco.
El siguiente artículo, “Rescate bancario y gasto público”, publicado en La
Jornada el 2 de junio de 2000, aborda el enorme costo fiscal del rescate de
Serfín, al que se debe agregar otro también muy elevado, el correspondiente
a Bancrecer. Los nuevos pagarés emitidos para los dos bancos ascendían
entonces a 21 750 millones de dólares, y sus plazos de vencimiento se situaban
entre 2003 y 2004, comprometiendo 4 y 8 por ciento, respectivamente,
de los presupuestos de egresos proyectados para esos años.
En el artículo se preguntaba a los candidatos que entonces se disputaban
la Presidencia de la República si eran conscientes de ese preocupante problema.
Ese texto concluía así:
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
82
Por todo lo anterior, la propuesta de Cuauhtémoc Cárdenas, de revisar a fondo
todas las operaciones llevadas a cabo durante el interminable rescate bancario,
resulta vital, si realmente se quieren atacar los muchos males que aquejan a las
mayorías. Si no consideran la terrible herencia del Fobaproa, las propuestas de
Francisco Labastida se tornan huecas, y las de Vicente Fox quedan como lo que
siempre han sido, ocurrencias sin ningún sustento.
Este artículo, junto con los documentos internos de la CNBV, respecto
al rescate de Serfín, dados a conocer por la revista Proceso, mereció la
primera plana del periódico La Jornada del viernes 2 de junio de 2000. Ese
gran impacto noticioso tuvo una respuesta inmediata, mediante una carta
de Vicente Rodríguez Woog, entonces director general de Comunicación
Social del IPAB, la cual fue publicada en La Jornada del día siguiente, sábado
3 de junio.
El vocero del IPAB se dirigía exclusivamente a mi artículo “Rescate bancario
y gasto público”. Después de poner en duda mi estimación de 172 mil
millones de pesos del costo fiscal del rescate de Serfín, recordaba la reunión
que habíamos tenido Vicente Corta, secretario ejecutivo del IPAB, así como
otros funcionarios, como José Antonio Meade y él mismo, el 4 de mayo anterior,
en las instalaciones de La Jornada, donde, según él, debí haber manifestado
mis inquietudes. Luego expresaba que la restructuración de los
pagarés de Serfín no se había llevado a cabo por requerimiento de los participantes
en la licitación, como yo afirmaba, ya que eso se había decidido
mucho antes, desde el 20 de julio del año anterior. Terminaba su carta sosteniendo
que mis datos también estaban mal porque ya se habían liquidado
19 mil millones de los pagarés de Serfín, de manera anticipada.
Yo le respondí de inmediato. El lunes 5 de junio de 2000 se publicó en La
Jornada mi carta de respuesta. Lo primero que hice fue defender mi estimación
de 172 mil millones de pesos del costo fiscal del rescate de Serfín. Respecto a
la restructuración de los pagarés, lo acusé de “faltar a la verdad”, ya que en un
documento enviado por el IPAB a la Cámara de Diputados el mes de abril anterior,
se señalaba que los plazos de amortización de los pagarés, y los compromisos
de capitalizar sus intereses hasta el vencimiento, se mantenían. Como
la modificación de esas características se anunció después, si el vocero del
IPAB se sostenía en lo que afirmaba, necesariamente estaba mintiendo.
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
83
Finalmente, en la citada carta reconocí, porque era cierto, que al escribir
mi artículo desconocía el pago anticipado de parte de los pagarés. Sin embargo,
concluía diciendo que mi cálculo del costo fiscal de ese rescate se mantenía,
“ya que los 19 mil millones utilizados fueron fondeados en Banamex o mediante
la colocación de bonos, y tendrán que pagarse intereses similares a los que
se hubieran devengado al mantener el valor anterior de los pagarés”.
Pocos días después, La Jornada publicó otros dos artículos míos sobre
el mismo asunto. En “El rescate de Serfín I” (7 de junio de 2000) y “El rescate
de Serfín II” (8 de junio de 2000) explico en detalle cómo efectué la estimación
del costo fiscal del rescate de ese banco. El segundo artículo lo
concluí así:
[…] la estimación de que el costo del rescate de Serfín asciende a 172 mil millones
de pesos, aunque no es exacta ni perfecta, parece bastante sólida, ya que
está calculada tomando como base la documentación disponible. Lo que originó
ese enorme costo, así como sus verdaderos beneficiarios, es algo que debería
ser aclarado e investigado por las autoridades, para evitar que algo así
vuelva a repetirse.
El último artículo incluido en esta parte es el titulado “Serfín: la quiebra
oculta”, publicado también en La Jornada, el 14 de junio de 2000. Redactado
como los otros, de manera muy didáctica, este texto se refiere a los verdaderos
beneficiarios de la quiebra de Serfín. Para entender eso, distinguí
entre dos tipos de deudores:
[En un primer grupo] muchos deudores de buena fe, que habían adquirido
préstamos tomando como base las tasas de interés que existían hasta fines de
1994, se encontraron en una situación de insolvencia, incapacitados para cumplir
con sus obligaciones. Estos deudores fueron verdaderas víctimas de la
crisis y requirieron ayuda de la sociedad. Los apoyos a esta clase de deudores,
sin duda implicaron un costo fiscal, pero se justificaron, al evitar la quiebra de
los bancos, y con ella, la posible pérdida de los ahorros.
[…] existe otro tipo de deudores de los bancos. Se trata de los propios
banqueros o de gente directamente relacionada con ellos, a quienes se les hicieron
préstamos cuantiosos, muchas veces sin garantía alguna. Estos deudores
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
84
no pueden ser considerados víctimas de la crisis. Sus muchos abusos, así como
la complicidad de las autoridades financieras, es lo que explica que el rescate
haya alcanzado un costo tan grande.
Muchos años después, José Antonio Meade –ahora subsecretario de Ingresos
de la Secretaría de Hacienda– y yo recordamos esa polémica sobre
Banca Serfín. Me dio gusto que Meade recordara la seriedad y el rigor de mis
argumentos, y cómo les preocupaban mis artículos. Para mí también fue una
gran satisfacción hacer un esfuerzo de análisis y comprensión, buscando
encontrar verdaderas soluciones, de manera honesta y constructiva. Mi enfoque
era y sigue siendo ése, y no tiene nada que ver con la descalificación
fácil, las opiniones sin fundamento y las mentiras, todas ingredientes de la
demagogia, fenómeno tan dañino para el país.
■ LAS CONSECUENCIAS DEL RESCATE BANCARIO
En este apartado se reúnen varios trabajos elaborados para analizar las consecuencias
de la manera como se llevó a cabo, tanto el rescate bancario,
como la legalización del Fobaproa con la aprobación de la Ley de Protección
al Ahorro Bancario. Entre esas consecuencias, probablemente la más importante
fue la decisión del gobierno de usar, de manera realmente excesiva, los
ingresos petroleros para financiar el servicio de la nueva deuda adquirida.
Esto propició la gestación de una creciente deuda pública escondida.
Para incrementar el uso de los ingresos petroleros y financiar así el
rescate bancario, se utilizó el perverso régimen fiscal entonces aplicable
a Pemex. Ese régimen fiscal fue modificándose de manera paulatina, permitiendo
que la paraestatal fuera exprimida al máximo y se quedara sin
recursos para invertir. Con el fin de compensar esa pérdida de ingresos,
se diseñó un nuevo mecanismo de inversión llamado “proyectos de inversión
con registro diferido en el gasto”, los después famosos pidiregas.
Para poder acomodar todo eso, manteniendo la ficción de finanzas públicas
sanas, el gobierno incurrió también en la perniciosa práctica de
llevar una doble contabilidad para disimular la señalada deuda pública
escondida.
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
85
En el primer artículo agrupado en esta parte, “El disimulado desastre
fiscal”, que fue publicado el 20 de agosto de 1999 en el periódico La Jor nada,
expongo cómo las autoridades hacendarias intentaban disimular la situación
de desastre de las finanzas públicas, registrando como ingreso el rema nente de
ope ración del Banco de México generado el año anterior; además, estaban obligadas
por la nueva Ley de Protección al Ahorro Bancario a utilizar ese remanente
para amortizar un crédito originado por el rescate bancario.
Ese asunto se trató con más detalle en el siguiente documento compilado
aquí, “Asignación de los ingresos petroleros excedentes para el rescate bancario,
y simulación de superávit fiscal” (22 de septiembre de 1999), que permanecía
inédito hasta hoy. En él se describía uno de tantos mecanismos del gobierno
para encubrir los mecanismos del rescate bancario. Se afirmaba que:
[…] entre los 552.3 mil millones de pesos de pasivos del Fobaproa estimados
para febrero de 1998, se encontraba un préstamo del Banco de México al Fobaproa
por 46.5 millones, en su mayor parte destinado a sanear a Inverlat. La Ley de
Protección al Ahorro Bancario, elaborada por la Secretaría de Hacienda y luego
impuesta al Congreso el 12 de diciembre de 1998 (con la complicidad de los legisladores
del PAN) incluyó un artículo transitorio, el octavo, en el que se ordenó
que ese crédito fuera quebrantado por la institución que lo otorgó, para evitar
que fuera parte del paquete que se convertiría en deuda pública oficial, una vez
concluidas las auditorías a las operaciones del Fobaproa.
Luego se agregaba que:
Con esta inclusión en la Ley de Protección al Ahorro Bancario se buscaban
dos objetivos: por un lado garantizar el cumplimiento de los leoninos compro misos
acordados por el Fobaproa con el Scotiabank de Canadá, el cual acordó comprar
Inverlat en marzo del año 2000, siempre y cuando el gobierno ya lo hubiera saneado
totalmente, y no mediante los famosos pagarés, sino con dinero contante y
sonante. El otro objetivo fue sacar esos pasivos de la contabilidad de la deuda
pública, ya que el Banco de México no es, formalmente, parte del sector público.
Ese documento fue utilizado por Rosa Albina durante una comparecencia
en el Senado del entonces secretario de Hacienda, José Ángel Gurría, la cual
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
86
se llevó a cabo en septiembre de 1999. Todavía recuerdo cómo puso Rosa Albina
contra la pared a ese funcionario, demostrándole que estaba mintiendo
al registrar un remanente del Banco de México conseguido en 1998, como si
se hubiera generado en 1999, a la vez que trataba de ocultar el uso de esa
fuente de ingresos públicos para amortizar el citado préstamo del banco central
al Fobaproa. Gurría terminó reconociendo que Rosa Albina tenía razón.
Cuánta nostalgia siento al escribir esto, al recordar a legisladoras como
Rosa Albina Garavito, que combinaban una gran inteligencia con una integridad
personal a toda prueba. A las cualidades antes mencionadas se
agregaba la valentía para pelear por sus convicciones y la voluntad para
resistir toda clase de embates. Todavía me pregunto, ¿qué hubiera hecho
Gurría en esa ocasión si hubiera encontrado algún punto débil en la inteligente
argumentación de Rosa Albina? O más aún, ¿cómo hubiera respondido,
si no con palabras, al menos con claros gestos, si hubiera sabido de alguna
incongruencia, o de alguna corruptela de Rosa Albina?
Entonces, algunos creíamos que el PRD se estaba preparando para gobernar
de una manera diferente, con honestidad y eficiencia. Por ello, las discusiones
en el Congreso se debían llevar a cabo con argumentos sólidos, basados
en estudios serios, que ayudaran a desentrañar la naturaleza y complejidad
de los problemas, y proponiendo soluciones viables, eficaces, posibles. Eso
requería preparación y estudio, mucho estudio, no sólo de parte de los legisladores,
sino también de sus asesores. Qué lejanas resultan ahora esas ideas,
sobre todo comparadas con las propuestas superficiales, sin ningún sustento,
que me tocaría ver años después. Qué contraste con la demagogia, con la
mentira como arma fundamental para descalificar al adversario.
Por cierto, la disposición incluida en el artículo octavo transitorio de la
Ley de Protección al Ahorro Bancario, en el sentido de usar el remanente de
operación del Banco de México para amortizar el crédito que ese instituto
central había otorgado al Fobaproa en 1995, terminó liquidándose muchos
años después, hasta fines de marzo de 2009. En el balance del Banco de México,
incluido en la última página de su Informe Anual para 2008, se sostiene
que fueron utilizados 63 570 millones de pesos para la “amortización del crédito
IPAB”. Si no hubiera habido rescate bancario, esos 63 570 millones de
pesos de ingresos públicos habrían estado disponibles para otros fines, en
estos tiempos de crisis.
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
87
Adicionalmente, en el mismo balance del Banco de México para 2008, se
informa que fueron enterados 95 mil millones de pesos a la Tesorería de la Federación,
correspondientes al remanente de operación generado durante ese
año. Pero en el reporte de las Finanzas Públicas de abril de 2009, el ahora secretario
de Hacienda, Agustín Carstens, repite el truco utilizado por su antecesor
Gurría, diez años antes, registrando ese remanente como si se hubiera
generado en 2009, cuando en realidad fue un resultado del año anterior. Por
desgracia, ahora no hubo una Rosa Albina con capacidad para poner contra la
pared a Carstens y obligarlo a reconocer públicamente que estaba mintiendo.
En el siguiente texto, “Frustrado engaño a los legisladores” (11 de octubre
de 1999), también publicado en La Jornada, comenté cómo se deshizo
el engaño antes mencionado. Recordé que:
El pasado mes de septiembre varios funcionarios de la Secretaría de Hacienda,
encabezados por el secretario Gurría, intentaron engañar a los legisladores,
tratando de ocultar una decisión que habían tomado: utilizar los mayores ingresos
derivados del alza del precio del petróleo, para el rescate bancario.
Este engaño fue puesto al descubierto por varios legisladores del PRD, los
cuales mostraron que ya no es posible continuar con el tipo de trampas y
simulacio nes que acostumbran algunas autoridades.
Concluí el artículo afirmando que:
[…] la maniobra de las autoridades hacendarias, descubierta por el PRD, no
puede ser revertida, ya que actualmente se carece de recursos legales para
ello. Al igual que ha sucedido con muchos capítulos del ya interminable rescate
bancario, las autoridades han promovido adecuaciones jurídicas que les
permiten adoptar medidas discrecionales que afectan a los ingresos y al patrimonio
de la mayoría de los mexicanos, sin violentar ninguna disposición
legal.
El siguiente artículo que se incluye aquí, “La deuda pública escondida”,
puede considerarse histórico, porque creo que fue la primera vez que alguien
escribió en algún medio de difusión respecto a la deuda pública escondida.
Ese artículo fue publicado el 24 de febrero de 2000 en el periódico La Jornada.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
88
Luego de criticar los resultados de las finanzas públicas, dados a conocer,
señalé que “[d]esafortunadamente, detrás de las maquilladas cifras de Hacienda,
se oculta una situación de verdadero desastre fiscal, con ingresos
estancados y una creciente deuda pública escondida”. No resisto la tentación
de citar este artículo en extenso:
Pero lo más importante, las autoridades tratan de disimular a toda costa, el
espectacular crecimiento de la deuda pública durante los últimos años. Esa
de u da escondida incluye no sólo los conocidos pasivos Fobaproa-IPAB, sino
la de u da implícita asociada a la reforma de la seguridad social; los compromisos
adquiridos mediante el mecanismo conocido como “pidiregas”; así
como las deudas ocultas en la banca de desarrollo y los fideicomisos de
fomento.
Describí la primera parte de la deuda escondida así:
La deuda derivada del rescate bancario incluye los 725 mil millones de pesos
de pasivos transferidos al IPAB; los 91 mil millones del rescate carretero, ahora
en un fideicomiso de Banobras denominado Fiedeicomiso de Apoyo para el
Rescate de Autopistas Concesionadas (FARAC); el crédito por más de 60 mil
millones otorgado por el Banco de México al Fobaproa; y los prés tamos distribuidos
entre Nafinsa y Bancomext. Todos estos pasi vos alcanzan 21 por ciento
del PIB, y son deuda pública, aunque no se registren como tal.
El segundo segmento de esa deuda lo reseñé de la siguiente manera:
La reforma de la seguridad social ha implicado una erogación presupuestaria de
alrededor de uno por ciento del PIB a partir de 1997. Ese compromiso del gobierno
significa una virtual asunción de deuda. El monto de la misma es desconocido,
pero suponiendo una tasa de interés real de 4 por ciento (la observada en promedio
en México durante los últimos 40 años), se puede estimar en casi 28 por
ciento del PIB.
Respecto a la tercera parte identificada de la deuda escondida, destacaba
que:
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
89
Para enfrentar los costos del rescate bancario, el gobierno dejó sin fondos para
invertir a Pemex y la Comisión Federal de Electricidad (CFE). En compensación,
se diseñó un nuevo mecanismo para efectuar la inversión indispensable: los
proyectos de inversión con registro diferido en el gasto, o pidiregas. Su aplicación
ha significado una acumulación de deuda escondida que a la fecha asciende a
358 mil millones de pesos, casi 8 por ciento del PIB.
El cuarto y último segmento de la deuda, lo describí así:
Se ha mantenido oculta la verdadera situación financiera de la banca de desarrollo
y de los fideicomisos de fomento, como: Fideicomisos Instituidos en
Relación con la Agricultura (FIR A), Fondo para la Vivienda (Fovi), Fondo para
el Desarrollo Comercial (Fidec) y Fideicomiso Liquidador (Fideliq). Aunque
las denuncias de fraude han sido frecuentes, no se conoce con certeza la
magnitud de la deuda pública ahí escondida. Tomando como base los datos
del último reporte de deuda pública, esos pasivos son de, cuando menos, 177
mil millones de pesos, 3.9 por ciento del PIB.
Agregando las cuatro partes, concluía que:
En suma, se estima que la deuda pública escondida asciende a cerca de 60 por
ciento del PIB. Si se agrega la deuda oficialmente reconocida, de 25 por ciento
del PIB, se puede concluir que el actual gobierno está heredando al siguiente
una deuda por alrededor de 85 por ciento del PIB. Aunque esa carga es mucho
mayor que la recibida del anterior gobierno, la única virtud del actual es haberla
hecha más manejable, distribuyendo los compromisos de pagos durante
muchos años.
El siguiente texto de este apartado, “El Fobaproa y el PRD”, fue publicado
el 9 de marzo de 2000 en La Jornada. En él respondí a algunas críticas
efectuadas por el panista Diego Fernández de Cevallos y por Porfirio Muñoz
Ledo, entonces candidato a la Presidencia de la República por el PARM, y
quien poco después declinó a favor de Vicente Fox. Como ambos personajes
coincidían en acusar al PRD de “colaboracionismo” con el gobierno al haber
aprobado recursos presupuestarios para el IPAB, describí cómo se había
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
90
dado esa votación y las razones de la misma, asegurando que el PRD había
mantenido una política de principios.
Del mismo estilo es el siguiente texto seleccionado aquí, ya que responde
también a una crítica puntual. Se trata del artículo titulado “El petróleo y el
Fobaproa”, que fue asimismo publicado en La Jornada el 6 de abril de 2000.
Yo había publicado otro texto en ese periódico (el cual no forma parte de
esta colección porque no se refiere al rescate bancario), donde defendía la
decisión del gobierno de plegarse a la política de la OPEP para tratar de mantener
los precios del petróleo. Como respuesta a ese artículo, recibí un alud
de críticas. Para contestar a las mismas, por primera vez publiqué mi opinión
respecto al vínculo directo entre la deuda pública escondida gestada mediante
los pidiregas, y el rescate bancario efectuado por el Fobaproa.
Para responder a las muchas acusaciones que había recibido, en el
texto afirmé:
Estas críticas, carentes de sustento, eluden la discusión de cosas verdaderamente
importantes en la materia. Por ejemplo, la disimulada vinculación entre los
ingresos petroleros y el Fobaproa, y la carencia de una auténtica política petrolera.
Las acciones tomadas por el gobierno han estado orientadas a exprimir fiscalmente
a Pemex para compensar la caída en la recaudación tributaria y obtener
recursos adicionales para enfrentar los crecientes costos del rescate bancario.
Luego, describía el mecanismo que utilizó el gobierno entre 1995 y 1997
para financiar al Fobaproa, de manera subrepticia, usando los ingresos petroleros
excedentes: “El régimen fiscal aplicable a Pemex implica que la tributación
de esa paraestatal debe alcanzar 60.8 por ciento de sus ingre sos, que dan do el
restante 39.2 por ciento como ingreso propio”. Pero agregaba que eso sólo se
cumplía si “el precio del petróleo supuesto en la Ley de Ingresos coincidía con
el observado a lo largo del ejercicio”. No obstante, “si el precio era subestimado,
los ingresos generados por encima de ese supuesto se canalizaban íntegramente
al gobierno federal, mediante el aprovechamiento considerado en esa ley”.
[Para financiar el Fobaproa,] entre 1995 y 1997, se aumentó la exportación de
petróleo y se subestimó el precio calculado en la Ley de Ingresos. Con los ingresos
de las mayores exportaciones, se creó una partida presupuestal destinada
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
91
al rescate bancario. Mediante el aprovechamiento, el fisco pudo captar el
total de los ingresos excedentes y asignarlos a esa partida, por en ci ma de lo
presupuestado.
El mecanismo para financiar de manera subrepticia el creciente costo del
Fobaproa, exprimiendo fiscalmente a Pemex, se sostuvo mientras los petroprecios
se mantuvieron elevados. Cuando el precio del petróleo se derrumbó,
a principios de 1998, el escondido mecanismo diseñado para canalizar recursos
hacia el rescate bancario dejó de operar. Esa fue una de las razones que
condujeron al presidente Zedillo a explicitar el problema del Fobaproa en
marzo de 1998.
A continuación señalaba que “a partir de 1997 se introdujo un nuevo
mecanismo denominado pidiregas, mediante el cual, Pemex ha podido ofrecer
proyectos de inversión a privados, quienes consiguen el financiamiento
para los mismos”. Luego agregaba que:
Una de las ventajas de los pidiregas es que la inversión se puede efectuar sin
recurrir a los recursos extraídos para el rescate bancario. Pero la mayor ventaja
para el gobierno federal es que esas operaciones, y los compromisos financieros
asumidos con ellas, no se tienen que registrar dentro de la contabilidad
normal de las finanzas públicas, disimulando su impacto sobre las mismas y
manteniendo la imagen de finanzas sanas.
Concluía afirmando que:
La inversión mediante los pidiregas ha resultado más costosa que si se hubiera
efectuado con recursos propios, debido a los riesgos asumidos por los inversionistas
y a la posible corrupción involucrada. Este esquema de inversión
también se ha aplicado a la Comisión Federal de Electricidad (CFE). A la fecha,
el gobierno federal ha acumulado una deuda escondida, por ese concepto, que
ya casi alcanza ocho puntos del PIB.
El siguiente texto incluido es “La renuncia de Vicente Corta”, publicado
el 25 de julio de 2000 en La Jornada. En él sostuve que la renuncia del secretario
ejecutivo del IPAB “esconde más cosas de las que parecen a primera
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
92
vista”, y agregué que: “Aunque la tarea encomendada a ese funcionario era
concluir la gran operación de despojo a la población conocida como Fobaproa,
sus intentos para hacerla más manejable y reducir, en lo posible, el
enorme costo fiscal, lo llevaron a tratar de afectar algunos intereses de poderosos
banqueros”.
Enseguida, comenté dos ejemplos. El primero se refería al intento de
lograr un compromiso de Banamex, en el sentido de no repartir dividendos
y aumentar su participación en las pérdidas que generara la falta de recuperación
de la cartera amparada por sus pagarés. El segundo ejemplo era
más interesante, ya que se refería a un intento de pago anticipado del pagaré
más caro emitido por el Fobaproa, el correspondiente a Banca Confía,
entonces en poder de Citibank.
Concluí ese artículo afirmando que: “Decisiones como las comentadas,
hicieron de Vicente Corta un personaje incómodo para muchos banqueros,
nacionales y extranjeros, los cuales sólo buscan sacar el mayor provecho
de la debilidad de las instituciones nacionales y de la complicidad de las
autoridades”.
Ese fue el último artículo respecto al Fobaproa que publiqué en La Jornada.
Todavía me publicaron algunos artículos referidos a otros asuntos.
Mi colaboración con ese periódico se interrumpió de manera abrupta y
absurda. Resulta que me atreví a enviar un artículo donde criticaba el despilfarro
que con recursos públicos llevaba a cabo entonces la jefa de Gobierno
del Distrito Federal, Rosario Robles. Ese sólo intento fue suficiente
para que el supremo censor de ese diario, Luis Hernández Navarro, me
informara que no podría volver a publicar ahí. Sólo entonces entendí que
en ese periódico podía criticar al gobierno federal, a los banqueros y al
ejército, como lo hice, pero no a quien estuviera al frente del Gobierno del
Distrito Federal.
En el mantenimiento de esa política, el periódico La Jornada ha sido muy
congruente a lo largo de los años. Basta con revisar sus ediciones desde
1997 hasta la fecha, para confirmar que mientras estuvieron al frente de ese
gobierno, Cárdenas, Robles, López Obrador y Encinas, jamás recibieron una
crítica. Hubo que esperar a que dejaran ese puesto para poder ser criticados,
y hasta vilipendiados. Ahora, esa prensa democrática y de izquierda no se
atreve a criticar a Marcelo Ebrard. De verdad, qué triste.
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
93
El último texto de esta parte es “Las secuelas del rescate bancario y la
necesaria reforma fiscal”, publicado en 2004 en el tercer tomo de la compilación
titulada El nuevo milenio mexicano. Los coordinadores de esta obra
en cuatro tomos fueron mi antiguo jefe, Pascual García Alba, así como Lucino
Gutiérrez y Gabriela Torres Ramírez. La obra fue publicada por la Universidad
Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco y Ediciones y Gráficos Eón.
En este texto desarrollé muchas ideas esbozadas durante años anteriores,
algunas de ellas publicadas en mis artículos de La Jornada. Como señalé
en la introducción:
La hipótesis básica que se plantea aquí, es que existe una vinculación directa
entre los mecanismos que se utilizaron para llevar a cabo el rescate bancario,
y la aparición de los proyectos de inversión con registro diferido en el gasto
(pidiregas). Los dos tipos de mecanismos han tenido como base el despilfarro
de los recursos petroleros, lo cual ha generado además una enorme deuda pública,
que se ha pretendido disimular, y que representa una severa restricción
para las finanzas públicas.
En este trabajo actualicé la investigación llevada a cabo durante los años
anteriores y concluí que la única salida para la comprometida situación de
las finanzas públicas, era una verdadera reforma fiscal. Esta reflexión también
me sirvió como preparación para la última batalla, donde se intentó disminuir
el costo fiscal del rescate bancario.
Sólo quisiera agregar que este trabajo, uno de los pocos donde tuve
tiempo para seguir las usuales reglas académicas, fue posible no sólo por
la invitación de mi amigo Pascual García Alba, sino también por la generosa
ayuda de otro de los compiladores, Lucino Gutiérrez, a quien creo que
nunca le di las gracias.
■ LA ÚLTIMA BATALLA PARA REDUCIR
EL COSTO DEL FOBAPROA
Durante tres años estuve dedicado a otros asuntos. Luego regresé de nuevo
a la interminable discusión del Fobaproa. A fines de 2003, al iniciarse la
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
94
LIX Legislatura participé en el primer (y único) concurso abierto de oposición
para ser asesor del Grupo Parlamentario del PRD (GPPRD) en la
Cámara de Diputados. Como resulté seleccionado, entre las primeras tareas
que me propuse estuvo la de continuar la lucha por reducir, en lo posible,
el costo fiscal que se generaría al concluirse la última etapa del famoso
rescate bancario: la referida a la conversión final de los pagarés de capitalización
y compra lización de cartera (PCCC) en nuevos títulos del IPAB, negociables
y con todas las características de bursatilidad normales. Para ello, el punto
de partida era exigir que se tomaran en cuenta los resultados de las
revisiones que había efectuado la Auditoría Superior de la Federación (ASF),
los cuales permitirían, si había real voluntad, reducir el costo fiscal de esa
operación.
Para ello, durante la discusión de la agenda legislativa del nuevo GPPRD
propuse que se retomara el tema y se impulsara la creación de una nueva comi
sión investigadora del IPAB y, de ser posible, también de una auténtica
co misión de la verdad, que revisara todo lo sucedido, desde la gestación de
la crisis hasta la forma como se había llevado a cabo el rescate bancario, y
su posterior legalización.
Por fortuna, tuve el apoyo de dos diputados que habían participado en
el debate del Fobaproa de 1998, y que ahora volvían a ser representantes
populares en la LIX Legislatura: Alfonso Ramírez Cuéllar y Dolores Padierna
Luna. Pero, por desgracia, las diferencias tribales en el PRD habían hecho
que la antipatía entre estos dos personajes se enconara, haciendo realmente
difícil una mínima colaboración auténtica entre ellos.
El primer asunto en que hizo su aparición esa rivalidad fue durante la
creación de la nueva Comisión Investigadora del IPAB. Como la Junta de Coor
dinación Política de la Cámara de Diputados había decidido que dicha
co mi sión fuera presidida por un diputado del PAN, la discusión dentro del
PRD se centró en quién ocuparía la secretaría de la Comisión y, por tanto,
sería parte de su Mesa Directiva. El pleno del GPPRD, mostrando el respectivo
peso de cada tribu, decidió que ese puesto fuera ocupado por
Alfonso, con el consecuente enojo de Dolores, quien sólo quedó como
integrante de la Comisión.
Así como me desempeñé durante el debate del Fobaproa de 1998, cuando
asesoré y actué como intermediario entre Alfonso, Dolores y entonces también
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
95
Jorge Silva, ahora lo intenté de nuevo, una y otra vez, buscando que los dos
impulsaran una política unificada. Sin embargo, eso no fue siempre posible,
e incluso se llegó al caso de manifestarse posturas contradictorias, sobre
todo cuando los funcionarios del IPAB comparecían ante los diputados.
Como parte de ese esfuerzo de unificar la política del nuevo GPPRD
respecto al asunto del Fobaproa, escribí el siguiente trabajo incluido aquí,
“El Fobaproa: origen, evolución y situación actual” (1º de marzo de 2004),
que fue publicado a principios de ese año en el libro Apuntes para la agenda
legislativa del PRD.
El primer propósito de ese trabajo fue presentar un resumen de lo sucedido
con el rescate bancario, pensando en los diputados que no estaban
familiarizados con el tema. Además, señalé lo que consideraba “la gran tarea
pendiente”, que consistía en retomar todo el asunto de nuevo, y no sólo
concentrarse en el próximo canje de los PCCC por nuevos títulos del IPAB.
Mi propuesta decía lo siguiente:
La actual legislatura debe retomar ese asunto. La posición del PRD debe partir
de una interpretación general sobre lo sucedido, enfatizando la necesidad de
realizar una investigación a fondo, como se planteó en 1998. No es posible convalidar
lo sucedido, ignorando los resultados del Informe de Mackey, confirmados
por las auditorías practicadas por la ASF.
Agregaba que:
La principal tarea es exigir la constitución de una Comisión Nacional de Transparencia,
que investigue a fondo lo sucedido, no sólo con el Fobaproa, sino
también con la banca de desarrollo, las cajas de ahorro y la forma como se financió
el rescate bancario, incluyendo el uso de los ingresos petroleros hasta
el grado de dejar a Pemex sin fondos para invertir, generando otra deuda pública
escondida a través de los pidiregas.
Concluía mi propuesta diciendo que:
Además de aclarar lo sucedido y castigar a los responsables, la tarea será hacer
un gran esfuerzo de recuperación de lo robado, para disminuir en lo posible el
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
96
costo que tendrá que pagar la población. La siguiente tarea deberá ser concluir
la revisión de la legislación, a la luz de lo sucedido, con el fin de poner, de una
vez por todas, las bases de un auténtico sistema financiero moderno.
Poco después, el IPAB anunció que daba inicio al proceso mediante el
cual se llevaría a cabo la conversión final de los PCCC en títulos de deuda del
IPAB, según lo establecido en el artículo quinto transitorio de la Ley de Protección
al Ahorro Bancario. Para que los diputados del PRD pudieran participar
con todo conocimiento de causa en ese debate, elaboré siete notas con
un examen exhaustivo del asunto. Las notas, que también se reproducen
aquí, fueron publicadas en una edición especial de Ágora, boletín del Grupo
Parlamentario del PRD en la Cámara de Diputados, el 29 de julio de 2004.
La primera de esas notas, “Los créditos reportados por el auditor Mackey
durante su revisión de los pagarés de capitalización y compra de cartera
del Fobaproa”, se refiere a los resultados de las nuevas auditorías
practicadas a las operaciones reportadas por Mackey, durante la revisión
realizada por la ASF, entre 1998 y 1999, a los créditos incluidos en los PCCC,
avalados por el Fobaproa.
En esa nota recopilé la información de la ASF, y presenté un cuadro
agregado y varios adicionales, pagaré por pagaré, con los montos de los
créditos irregulares identificados por Mackey dentro de las carteras avaladas
por esos títulos, en poder entonces de Bancomer, BBV, Banamex, Bital
y Banorte.
En la segunda nota, “Los créditos observados durante las revisiones
efectuadas por la Auditoría Superior de la Federación a los pagarés de capitalización
y compra de cartera del Fobaproa, pagaré por pagaré”, presenté
la información más detallada respecto a las observaciones efectuadas
por la ASF durante las revisiones realizadas a la Cuenta Pública en sus ediciones
de 2000, 2001 y 2002.
En esa nota inicié el análisis de las observaciones de la ASF, efectuadas
más allá de las operaciones reportadas por Mackey. Entonces sostuve:
Durante las revisiones a la Cuenta Pública de 1998 y de 1999, la ASF efectuó
varias observaciones a los PCCC, pero en general. En la revisión de la Cuenta
Pública de 2000, por primera vez, la ASF revisó los créditos incluidos en las
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
97
carteras que amparan los dos pagarés en poder de Banamex. Para 2001, las
revisiones incluyeron los pagarés en poder de Bancomer, dos de Bital (ahora
HSBC) y dos de Banorte, y de nuevo, el primer pagaré de Banamex. En la revisión
de la Cuenta Pública de 2002, la última efectuada, se incluyeron los pagarés de
BBV, y por tercera vez, el primer pagaré de Banamex.
Así, agregaba: “A la fecha, la ASF ha auditado la información en poder
del IPAB, respecto a las carteras que amparan casi todos los PCCC. Sólo faltan
de auditar dos pagarés, el tramo III de Bital y el tramo III de Banorte”. Por
cierto, estos dos pagarés fueron los únicos que quedaron finalmente sin ser
revisados por la Auditoría Superior de la Federación.
En la nota señalaba además que:
Las observaciones se clasifican en cinco grupos de créditos: en litigio; menores
a 200 mil pesos; grado de riesgo E (irrecuperables); relacionados; e intere ses
moratorios. Todos estos tipos de crédito no reunían los requisitos existentes en
las bases originalmente acordadas para el programa de los PCCC. Por tanto, deberán
sustituirse o deducirse de los pagarés actuales, antes de realizar la conversión
en títulos del IPAB. La deducción es obligatoria si se considera que el banco es
responsable de la irregularidad.
La tercera nota, “Los créditos observados durante las revisiones
efectuadas por la Auditoría Superior de la Federación a los pagarés de
capitalización y compra de cartera del Fobaproa, cuadros resumen”, incluyó,
como su título lo señala, una serie de cuadros resumen, agrupados
por cada tipo de crédito, mostrando su valor histórico, es decir, el que
existía en la fecha cuando se emitió cada pagaré, y el valor estimado para
marzo de 2004, fe cha de inicio del proceso de conversión, o sea, el precio
actualizado.
En la cuarta nota, “La solventación de las observaciones de la Auditoría
Superior de la Federación a los pagarés de capitalización y compra de cartera
del Fobaproa”, mostré también en cuadros resumen, clasificados por
tipo de crédito, los montos solventados y no solventados, según las observaciones
efectuadas por la ASF. También incluí los cálculos a valor histórico
y actualizado.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
98
En la quinta nota, “La estimación de la reserva del IPAB para asumir
las pérdidas esperadas por los pagarés de capitalización y compra de
cartera del Fobaproa”, se describe la manera como el IPAB calcula la reserva,
que incluye en sus estados financieros, para hacer frente a las
pérdidas esperadas cuando se conviertan los PCCC en títulos del IPAB. Se
incluyeron los valores estimados de los PCCC, de 1999 a marzo de 2004.
Luego, la distribución estimada, entre IPAB y bancos, de la participación
en pérdidas, la famosa loss-sharing, para llegar al valor final, incluyendo
el costo fiscal en que se incurriría. En la nota se agregaron también los
cálculos banco por banco.
En la sexta nota, “La estimación de la conversión de los pagarés de
capitalización y compra de cartera del Fobaproa en nuevos títulos de deuda
del IPAB”, agregué, a la manera como el IPAB estaba realizando los cálculos,
“una estimación de cuánto se podría reducir el costo fiscal de esta
operación, si hubiera voluntad para conseguirlo”. Así, partiendo del monto
de 107 206 millones de pesos de la estimación del IPAB, podía llegar a
una estimación “límite”, deduciendo todos los créditos irregulares, de sólo
46 011 millones. La diferencia, 61 195 millones de pesos, era el monto del
costo fiscal, que podía ser reducido, si había voluntad para cumplir estrictamente
la legalidad.
Concluía diciendo que ese monto de 61 195 millones de pesos “es la
esencia de todo el asunto”. Y agregaba que:
La campaña de encubrimiento que realizan las autoridades de la Secretaría
de Hacienda y el IPAB, así como los recursos interpuestos por los bancos,
está destinada a evitar que este monto irregular sea descontado durante
la con versión de los PCCC. Si no se hace nada, ese monto será cargado a la
deu da pública, como ha sucedido con los otros pasivos generados por el
Fo baproa.
En la séptima nota, “Estimación del costo actual del rescate bancario”,
calculé que dicho costo ascendía en marzo de 2004, a “un billón (un millón
de millones) 251 mil 967 millones de pesos”, lo que representaba “18.5 por
ciento del producto interno bruto (PIB) de 2003”. Ese costo se dividía entre
el ya pagado y el todavía pendiente de pagar, es decir, la deuda.
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
99
Señalaba que el monto pagado “asciende a 483 785 millones de pesos, a
precios de marzo de 2004”, y que esa cifra “corresponde a lo erogado desde 1995
mediante los ramos presupuestales 29 y 34. Además, incluye el monto amortizado
por el Banco de México (Banxico), por el crédito otorgado al Fobaproa”.
Estimaba la deuda pendiente en:
768 182 millones de pesos, 11.4 por ciento del PIB. La mayor parte corresponde
a los pasivos netos del IPAB, quedando el resto en Banxico. Los pasivos
del IPAB se pueden dividir en originales y refinanciados. Los originales
son los que quedan de las operaciones de saneamiento de los bancos liquidados
o vendidos, así como el costo que tendrán los PCCC, según lo calculado
por el IPAB. Los pasivos refinanciados corresponden a las emisiones
realizadas de bonos y la contratación de créditos con los bancos, entre los
cuales se incluyen los préstamos de Nafinsa, que están fondeados con deuda
externa.
Como es evidente, el objetivo de las siete notas comentadas, era contar
con una evaluación, lo más rigurosa y detallada posible, pagaré por pagaré,
con el fin de tener suficientes argumentos para el debate que se acercaba
y que consistía en lo que he puesto como título de esta parte: la
última batalla para reducir el costo del Fobaproa.
De inmediato envié copia de las siete notas antes señaladas a Rosa Albina
Garavito, quien después de su gestión como senadora había regresado
a su trabajo como profesora de la UAM. Luego de leerlas, Rosa Albina me
propuso escribir un artículo juntos, lo cual acepté de inmediato. El artículo
se tituló “El rescate bancario: la otra guerra sucia”, el cual fue publicado en
la revista Memoria, en septiembre de 2004.
Al igual que en 1998, Rosa Albina fue capaz no sólo de transformar algunos
textos técnicos y poco comprensibles para la mayoría de la gente, en
algo entendible para el gran público, sino que además vinculó un asunto tan
árido como el rescate bancario, con la guerra sucia. El anuncio de la conversión
de los PCCC en nuevos títulos del IPAB, sin descontar los muchos créditos
irregulares detectados, se llevó a cabo de manera paralela al anuncio
de que no se ejercería acción penal contra el expresidente Luis Echeverría,
por los crímenes de la guerra sucia.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
100
Como planteamos en ese artículo, nuestro objetivo era:
Documentar cómo llegó a legalizarse ese atraco a las finanzas públicas, cuáles
son sus consecuencias, cuáles sus vías de solución, y cuál el significado del
canje de los pagarés anunciado por la SHCP y el IPAB el pasado 13 de julio […]
Su elaboración está animada por la conciencia de que mientras en México no
se abra paso a la transparencia, a la verdad y a la rendición de cuentas por
parte de los gobernantes en todos los órdenes de la vida pública, el camino
hacia un sistema plenamente democrático seguirá lleno de obstáculos y de
riesgos de involución política. Quienes reclaman olvido sobre los crímenes
del pasado, en realidad están demandando impunidad para los que se cometan
en el futuro.
Una de las costumbres más perniciosas en la discusión de muchos asuntos
de interés público es la falta de rigor, la acusación fácil, sin fundamento,
cuyo único objetivo es posicionarse, como dicen muchos políticos demagogos.
Esas acusaciones no reflejan un auténtico interés, no sólo por entender
los problemas, sino por proponer soluciones que ayuden al país, y que impulsen
la democratización de la toma de decisiones sobre asuntos que
competen a toda la población.
Por fortuna, puedo afirmar que todos los textos que elaboré para este
largo debate sobre el Fobaproa y la manera como se llevó a cabo el rescate
bancario, se hicieron con ese doble propósito: entender la naturaleza de
los problemas y proponer soluciones que limitaran en lo posible los im pac tos
negativos sobre la población. Por ello, creo que siempre tuve una suerte de
interlocución con las autoridades gubernamentales criticadas, a diferencia
de otros críticos ligeros y demagogos, que siempre fueron ignorados.
A principios de 2005, el IPAB organizó un foro para discutir una serie
de asuntos de competencia de ese instituto. En dicho evento presenté un
documento, “El rescate bancario en México y los problemas para la administración
de los pasivos resultantes” (8 de marzo de 2005). Esa ponencia
fue luego publicada en la Memoria del Foro sobre Protección al Ahorro Bancario,
organizado por el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario
(disponible en el sitio web de ese instituto: 02proteccion/02_05_seminarios.htm>).
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
101
Durante mi participación en el citado foro, tuve la oportunidad de exponer
mis ideas y discutirlas con un funcionario del IPAB y con otros expertos.
Esa discusión se llevó a cabo frente a funcionarios del IPAB, de la Secretaría
de Hacienda, de la CNBV, académicos y estudiantes. En mi ponencia y mi
exposición verbal traté de hacer una suerte de resumen de lo que había
denunciado durante los últimos años.
Al comentar las revisiones efectuadas por la ASF a los PCCC, señalé que
“Un resultado interesante de esas revisiones fue que los bancos participantes
en ese programa nunca debieron ser apoyados con recursos fiscales, ya
que en todo momento registraron niveles de capitalización superiores a los
exigidos por la Ley”. Sin embargo, agregué que:
Este es un resultado muy ilustrativo de lo que sucede cuando no existen reglas
adecuadas de transparencia. La observación de la ASF es atinada, respecto a que
los bancos señalados mostraban niveles de capitalización superiores al mí nimo
exigido por la ley. Pero ello no era cierto, ya que la CNB permitía registrar
como capital algunas partidas que en realidad no lo eran, manteniendo una
apariencia de solidez, que en realidad no existía. Como las autoridades sabían lo
que de verdad sucedía, permitieron que esos bancos participaran en el PCCC.
Después de consumada la multicitada conversión de los PCCC en 2005, la
única tarea pendiente era asegurar que el asunto se supiera, que no fuera
olvidado. Ese empeño se mantuvo durante los trabajos de la Comisión Investigadora
del IPAB, de la Cámara de Diputados, la cual concluyó sus funciones
al mismo tiempo que la LIX Legislatura, en agosto de 2006.
A invitación del presidente de la Comisión, el diputado panista Manuel
Pérez Cárdenas, así como del coordinador de la investigación de la Comisión,
José Luis Medina, participé en el equipo técnico de la Comisión, buscando
que en su Informe final se incluyera toda la información disponible, y sobre
todo, que se dijera la verdad respecto a lo sucedido. Pero eso no se pudo
conseguir, debido a que la mayoría de diputados del PAN y del PRI impusieron
en el Informe la visión justificatoria de la Secretaría de Hacienda.
Lo que sí se consiguió incluir, como anexo del informe oficial, fue un documento
con la posición del GPPRD, el cual incluyo también aquí, titulado “Consideraciones
del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
102
respecto al Informe de la Comisión de Investigación sobre el Instituto para la
Protección del Ahorro Bancario”, fechado en agosto de 2006 y publicado como
parte integrante del Informe final de la Comisión de Investigación sobre el IPAB.
Elaboré ese documento y lo discutí múltiples veces con Alfonso Ramírez
Cuéllar y con Andrea González, cuyas atinadas opiniones enriquecieron
mucho el texto. Los otros tres diputados integrantes de la Comisión no
participaron en la discusión. A dos de ellos, César Chávez y Carlos Silva,
creo que no les interesó; la tercera, Dolores Padierna, me imagino que evitó
participar por su eterna rivalidad con Alfonso.
Aquí es bueno recordar una anécdota más. Resulta que Dolores Padierna
comunicó a Manuel Pérez Cárdenas, el presidente panista de la Comisión,
según comentó este último, que ella no estaba de acuerdo con la pro puesta
de Alfonso Ramírez Cuéllar. Esa opinión fue aprovechada por el panista para
tratar de evitar que ese documento fuera parte integrante del Informe de
la Comisión, ya que “no había consenso en los integrantes del PRD”. Entonces
hablé con Dolores, y ella me reafirmó una vez más su confianza. En mi
presencia, llamó por teléfono a Manuel Pérez Cárdenas y le dijo “si el documento
es avalado por Juan Moreno, puedes poner mi firma”. Tal vez por
ello, entre otras razones, Alfonso decidió que el documento terminara firmado
no sólo por los diputados, sino también por mí.
Aproveché ese texto para hacer un recuento de todo lo sucedido con el
rescate bancario, así como durante el reciente proceso de conversión de los
PCCC, manteniendo los créditos ilegales detectados, y evitándose que el
costo fiscal fuera reducido en hasta 85 mil millones de pesos, según mi última
estimación. Pero hubo un asunto de primera importancia que por primera
vez denuncié en ese documento: que esa reducción en el costo fiscal
no pudo llevarse a cabo debido a la posición adoptada por la Suprema Corte
de Justicia de la Nación (SCJN), la cual pudo estar contaminada por un
asunto de conflicto de intereses.
Por ello, aunque la cita es un poco larga, quisiera recordar algo que expuse
en dicho documento:
Esa situación se resolvió con la resolución de la SCJN a la demanda de controversia
constitucional que había promovido el Ejecutivo contra la solicitud de la ASF en el
sentido de que se depuraran los créditos ilegales incluidos en los PCCC. La SCJN
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
103
señaló que los oficios donde la ASF hacía esas solicitudes invadían la esfera de
competencia del Ejecutivo al interpretarse como órdenes. Hasta ahí la resolución
sólo habría invalidado los oficios, pero la SCJN decidió ir más lejos y determinó
dejar sin efecto, además, las auditorías llevadas a cabo por la ASF. Para justificar
esa decisión, la SCJN adujo el principio de anualidad en las revisiones, señalando
que la ASF no estaba facultada para auditar lo sucedido en años anteriores.
Esta determinación de la SCJN, si bien legalmente inapelable ya que se trata
de la última instancia, no deja de estar señalada por la sospecha y podría reflejar
un conflicto de intereses. Se puede recordar que durante la revisión que
llevó a cabo la ASF a la Cuenta Pública de 2003, descubrió que la SCJN había
violado la ley al utilizar remanentes presupuestales por 162 millones de pesos
para financiar un fideicomiso destinado a proveer pensiones complementarias
a los funcionarios superiores del Poder Judicial.
Para solventar esa observación de la ASF, la SCJN tuvo que retirar los 162
millones de pesos del fideicomiso, y reintegrarlos a la Tesorería de la Federación
a finales de 2004. Además, tuvo que regresar también los 14.2 millones
de pesos correspondientes a los intereses generados durante el tiempo que
esos recursos estuvieron depositados, de manera irregular, en el citado
fideicomiso.
Pero la situación no concluyó ahí, ya que la ASF decidió auditar el origen de
los recursos depositados en los 11 fideicomisos administrados por el Poder
Judicial, de los cuales, siete son administrados directamente por la SCJN. El
monto de los recursos en esos fondos ascendía a fines de 2003 a 3 273 millones
de pesos. Cuando la ASF descubrió en uno de esos fondos otro remanente, ilegalmente
desviado en el año 2000 y solicitó su reintegro a la Tesorería con todos
los intereses que hubiera generado desde esa fecha, el ente auditado adujo el
principio de anualidad, para evitar que la ASF siguiera revisando lo sucedido
con todos los fideicomisos en años anteriores.
Este antecedente permite imaginar que la excesiva postura adoptada por
la SCJN, al aducir el principio de anualidad para anular los resultados de las
auditorías efectuadas por la ASF a los diferentes programas aplicados durante
el rescate bancario, no fue resultado exclusivamente de un criterio jurídico, sino
de un posible conflicto de intereses.
Hasta aquí la larga cita.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
104
Después de describir a detalle todos los cálculos efectuados respecto a
los PCCC, concluí diciendo:
Como se puede ver, la resolución de la SCJN que invalidó las auditorías efectuadas
por la ASF y que dio así la razón al Ejecutivo en su controversia constitucional,
le costó al pueblo mexicano 85 202 millones de pesos. Lo más grave, como
se dijo en secciones anteriores, fue que esa decisión estuvo signada por un
posible conflicto de intereses de la propia SCJN.
■ REFLEXIÓN FINAL
Con la publicación de estos 50 documentos espero contribuir a que no se
olviden las principales características del rescate bancario llevado a cabo en
México mediante el Fobaproa, y luego a través del IPAB. Considero que el
costo fiscal que se cargó sobre las espaldas del pueblo mexicano fue excesivo.
Afirmo esto, aunque reconozco que la crisis que estalló a fines de 1994 obligó
a la intervención del Estado. Acepto también que esa intervención resultó
ineludible, ya que ningún gobierno responsable podía permitir que quebrara
el sistema bancario y se interrumpiera el sistema de pagos de la economía.
Pero, como cualquiera puede imaginar, hay de intervenciones a intervenciones,
como lo muestra con toda claridad la experiencia que está viviendo
actualmente nuestro vecino del norte. El programa de rescate bancario que
ha estado aplicando el presidente Obama, no sólo ha garantizado una total
transparencia en el uso de los recursos públicos, sino que los mecanismos
utilizados han sido diseñados cuidando mantener en todo momento los incentivos
de mercado correctos. Por ello, los resultados positivos empiezan
a estar a la vista. Al momento de escribir esto (junio de 2009), los primeros
bancos están empezando a regresar los recursos públicos que recibieron
hace apenas unos meses.
Por desgracia, desde que se inició la crisis en México, los programas
estuvieron mal diseñados, o mejor dicho, unos programas que pudieron
estar inicialmente bien diseñados, fueron modificados una y otra vez, y la
discrecionalidad se constituyó en la verdadera norma. Además, el rescate
EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO EN MÉXICO Y SUS CONSECUENCIAS: NUEVE AÑOS DE DEBATE PÚBLICO
105
bancario mediante el Fobaproa estuvo inmerso, desde el principio, en una
gran opacidad. De ahí a transitar hacia decisiones ilegales, y posiblemente
corruptas, hubo sólo un paso.
Por ello, el costo fiscal del rescate bancario resultó excesivo. Ese resultado
también muestra lo costoso que es para un país la falta de un Estado de
derecho efectivo; la ausencia de una cultura de la transparencia; y la debi lidad
de las instituciones encargadas de la vigilancia y regulación de organismos
tan importantes como los bancos. Deficiencias de tal magnitud facilitan todo
tipo de abusos e injusticias.
Como economista y como asesor parlamentario, mi participación en el
estudio y en la denuncia de este asunto, tan lesivo para los intereses de la
mayoría de los ciudadanos, ha sido una de las experiencias más enriquecedoras
de mi vida. Puedo afirmar que en todo momento me propuse comprender
lo que realmente estaba sucediendo, y siempre me opuse a formular
acusaciones falsas, que, aunque fáciles de explotar por parte de los demagogos,
terminan siendo inútiles para resolver los grandes problemas del país.
Como señalé en líneas anteriores, durante ese interesante año de 1998,
el equipo de trabajo organizado por Rosa Albina Garavito en el Senado, que
tuve la fortuna de coordinar, no sólo llevó a cabo el análisis del problema
del Fobaproa, sino que, también por primera vez, efectuó un estudio detallado
y minucioso del proyecto de Presupuesto de Egresos. Gracias a ese
arduo y meticuloso trabajo, se consiguió identificar en qué despilfarraba el
gobierno parte de los escasos recursos públicos, en particular, mediante
la existencia de prebendas muy abusivas para los altos funcionarios del
gobierno federal.
Pero, como una gran paradoja de la vida, el PRD, y en especial Andrés
Manuel López Obrador, quedaron como condenados a repetir los resultados
de esas dos sólidas investigaciones, durante los siguientes once años.
Esos resultados no han podido ser rebatidos con seriedad por los apologistas
del gobierno. Pienso que ello ha sido posible debido a la solidez de
origen, al cuidado, la inteligencia, la responsabilidad y el entusiasmo que se
puso desde un inicio para estudiar esos asuntos, buscando realmente salidas
viables, en beneficio del país.
Fuera de ello, creo que el PRD, y en particular López Obrador, han planteado
con frecuencia una gran cantidad de asuntos sin ningún sustento, que
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
106
así como han sido denunciados, luego han sido también olvidados, ya que
no representaron auténticas propuestas, con resultados viables y útiles para
el país. Pienso en algunas mentiras, y hasta verdaderas locuras, que se
mantuvieron durante meses en la prensa, pero que luego cayeron por su
propio peso y ya nadie se acuerda de ellas, incluyendo los mismos que las
originaron.
Quisiera concluir esta introducción a los documentos que se publican
ahora, señalando lo que considero que fue la principal enseñanza de esta
experiencia: que un asunto de gran importancia, como el del Fobaproa, necesariamente
debe ser tratado con todo rigor, seriedad y solidez, ya que si no
se hace así, sólo sirve como argumento para demagogos, es decir, no sirve
realmente para nada, o al menos, no le es útil a la mayoría de la población.
CAPÍTULO 1
ANTES DEL DEBATE SOBRE EL FOBAPROA
109
Los recientes acontecimientos en México han sorprendido al mundo,
ya que la economía mexicana, considerada por muchos como muy
saludable y en franco proceso de transformación en la dirección
correcta, de pronto se vio envuelta en una profunda crisis. En un principio
se pensó que el problema era sólo una crisis de confianza de corto plazo,
ya que los fundamentos económicos se consideraban correctos. Sin embargo,
el deterioro económico se profundizó y el gobierno tuvo que cambiar
tres veces su programa económico durante un trimestre. El colapso sólo se
pudo evitar mediante una cuantiosa inyección de recursos financieros del
Fondo Monetario Internacional y del Tesoro de los Estados Unidos. Esos
hechos mostraron que los problemas de la economía mexicana eran más
serios y profundos de lo que se creía.
Como parte de un proyecto para evaluar la situación de la economía
mexicana, se elaboró un modelo para estimar la magnitud de los saldos y
flujos financieros de México, el cual se describe brevemente en este texto.
El trabajo se divide en siete partes. Primero se presentan algunos antecedentes
para situar la importancia del modelo. En la segunda parte se describe
la estructura básica del modelo y se definen los principales conceptos.
En los siguientes cuatro apartados se describen los cuatro sectores básicos
del modelo: el financiero, el público, el privado y el externo. En la última
parte se presentan los balances financieros netos de la economía, resultado
final del modelo.
UN MODELO DE SALDOS Y FLUJOS
FINANCIEROS DE LA ECONOMÍA MEXICANA
JULIO DE 1995
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
110
■ ANTECEDENTES
México, en contraste con otros países de Latinoamérica, tiene una vieja
reputación de poseer gran cantidad de estadísticas económicas de todo
tipo. Pero lo que es poco conocido fuera de México, es que también posee
una vieja tradición de esconder parcial o totalmente muchas estadísticas,
limitando la posibilidad de que la sociedad pueda interpretar eficazmente
la actuación del gobierno. Muchas de las estadísticas que se publican están
sujetas a todo tipo de cambios, debido a que son “preliminares”, a cambios
de metodología, de cobertura, etcétera. Esta situación da una ventaja al
gobierno, quien es el único que realmente sabe qué pasa y siempre tiene
algún argumento cuantitativo para responder a cualquier crítica.
Algo poco conocido, incluso en México, es que el gobierno también
posee una vieja tradición de contar con equipos técnicos que concentran
toda la información disponible –publicada y no publicada–, analizan lo que
está sucediendo y proponen alternativas de política económica. En esos
equipos existe una serie de reglas y compromisos para mantener en secreto
lo que ahí se hace, considerándose casi una traición divulgarlo.
Lo sorprendente es que esos mismos equipos que normalmente hacen
los análisis de lo que está sucediendo, también elaboran la versión diseñada
para la opinión pública. Muchas veces, ambas versiones discrepan
ampliamente, ya que el mismo equipo puede estar detectando una situación
alarmante y aconsejando acciones urgentes de política para corregirla, y
elaborando al mismo tiempo una versión para el público donde se dice
que todo va bien. Esa tarea es posible debido a que la sociedad no cuenta
con toda la información para evaluar lo que está haciendo el gobierno.
Hasta 1991, existía dentro del gobierno mexicano un arreglo institucional
que permitía limitar la posibilidad de cometer errores en el análisis de la
situación económica. Dicho arreglo se basaba en la existencia de tres equipos
técnicos que operaban independientemente: el de la Secretaría de Programación
y Presupuesto (SPP), el de la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público (SHCP) y el del Banco de México (Banxico).
Cada equipo tenía su propio análisis basado en sus propias técnicas y
modelos. Cuando se requería convocar al gabinete económico para discutir
problemas económicos y decidir la política a seguir, los tres equipos se reunían,
UN MODELO DE SALDOS Y FLUJOS FINANCIEROS DE LA ECONOMÍA MEXICANA
111
discutían, contrastaban enfoques y análisis y elaboraban un diagnóstico y
propuesta unificados, resultado de esa discusión. Así, la probabilidad de que
algo importante no se detectara, era mínima, y se garantizaba un sistema
eficaz de detección económica.
Ese arreglo institucional operó de manera muy adecuada durante los
años del ajuste estructural de la economía mexicana (1983-1991). Su eficacia
quedó demostrada en el diseño y ejecución del programa de estabilización
denominado Pacto de Solidaridad Económica (PSE), con el cual se logró
disminuir la inflación, avanzar en la liberalización de los mercados y evitar
una recesión en 1988.
Sin embargo, ese arreglo se modificó en 1992, cuando desapareció la SPP,
fusionándose con la SHCP, y se cambiaron las responsabilidades del Banco
de México. Así, de los tres equipos originales, sólo quedó uno, el de la SHCP,
con una agravante, que mucha gente con experiencia fue sustituida por jóvenes
inexpertos, aunque muchos con doctorado en los Estados Unidos.
Dicho equipo no mantuvo viva la gran tradición técnica heredada de los tres
equipos anteriores, y pasaron a elaborar análisis simplistas basados en libros
de texto sobre problemas de gran complejidad.
Así, la vieja labor de esconder datos y encubrir lo que realmente pasa,
se mantuvo. Pero la también vieja tradición de analizar lo que realmente
sucede, parece que se perdió, y se sustituyó por una visión simplista de que
todo va bien, creyéndose de algún modo sus propias mentiras. Esa situación
se tornó sumamente grave a principios de diciembre de 1994, cuando se
inició la administración del presidente Zedillo.
El programa económico diseñado a principios de diciembre reflejaba
una visión absolutamente superficial de lo que sucedía con la economía
mexicana, ignorando una situación próxima a estallar. A fines de ese mes,
después de la sorpresiva devaluación del peso, la interpretación de que los
fundamentos de la economía mexicana estaban bien, no se modificó. Entonces
se armó el segundo paquete de política para enfrentar una situación
considerada como de pérdida de confianza que se podía resolver en el corto
plazo. Como la situación se deterioró rápidamente y sólo se salvó del
colapso por el apoyo internacional masivo, finalmente se presentó un tercer
programa en marzo de 1995, el cual contempla una fuerte contracción económica,
pero no explica realmente lo que pasó ni por qué pasó.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
112
A fines del mes de enero, un grupo de técnicos provenientes de los viejos
equipos de detección económica se reunió y diseñó un programa para reconstruir
los instrumentos técnicos que permitan entender lo que está pasando
con la economía mexicana y diseñar alternativas de política. Como
parte de ese programa se construyó el modelo de saldos y flujos financieros
que se describe a continuación.
■ LA ESTRUCTURA BÁSICA DEL MODELO
El punto de partida fue un modelo de programación financiera elaborado en
1986 en la Secretaría de Programación y Presupuesto. Ese modelo fue usado
para la programación económica del gobierno para los años 1987-1991; para
diseñar y aplicar la política de estabilización que permitió bajar la inflación
en 1988; y para efectuar las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional
en 1989 y 1990. El modelo estaba diseñado para un sistema financiero
cerrado, como el prevaleciente hasta 1990. Por ello, fue necesario ampliar
la cobertura del modelo para considerar de manera completa la participación
de inversionistas extranjeros, la cual se incrementó a partir de 1991.
Con base en la estructura institucional de la economía mexicana, el
modelo considera cuatro sectores básicos: el sistema bancario, el sector
público no financiero, el sector privado no financiero y el sector externo.
Las características de cada sector se describen a continuación.
El sistema bancario se integra por el Banco de México, la banca de desarrollo
y la banca comercial. El Banco de México es el banco central. Este
instituto tiene el monopolio en la emisión de billetes y monedas, y la responsabilidad
de aplicar la política monetaria buscando la estabilidad de
todo el sistema. Aunque formalmente es autónomo, en la práctica no se
puede hablar de un banco central realmente independiente de las decisiones
del gobierno.
La banca de desarrollo es de propiedad estatal y su objetivo básico es
apoyar actividades económicas consideradas prioritarias por el gobierno.
Los principales bancos de este grupo son la Nacional Financiera (Nafinsa),
el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), el Banco Nacional
de Comercio Exterior (Bancomext) y el Banco Nacional de Crédito
UN MODELO DE SALDOS Y FLUJOS FINANCIEROS DE LA ECONOMÍA MEXICANA
113
Rural (Banrural). El primero canaliza recursos principalmente a la industria;
el segundo, al sector de la construcción y a los gobiernos locales; el tercero,
a actividades exportadoras; y el cuarto, al sector agropecuario. Aunque la
banca de desarrollo capta recursos en el mercado interno, la mayor parte
de sus fondos los obtiene en el exterior y los canaliza a la economía, muchas
veces asumiendo el riesgo cambiario.
La banca comercial está integrada por todos los bancos priva tiza dos
durante los últimos años. Estos bancos captan la mayoría de sus recur sos
en el mercado interno, pero también se endeudan en el exterior y tienen
instrumentos que se ofrecen en el mercado internacional. Esos fondos son
prestados a todo tipo de actividades, siguiendo las reglas usuales de rentabilidad
y riesgo.
Así, el primero de los cuatro sectores básicos del modelo, el sistema
bancario, se integra consolidando todas las operaciones entre estos tres
tipos de bancos, identificando las relaciones financieras que tiene con los
sectores público, privado y externo.
El segundo sector básico del modelo, el sector público no financiero, se
subdivide en dos partes: el sector público económico, y los gobiernos estatales
y municipales. El sector económico incluye todas las agencias y organismos
federales, desde el gobierno federal, el Departamento del Distrito
Federal y las empresas públicas como Petróleos Mexicanos (Pemex). En este
sector se incluyen también las empresas públicas fuera de presupuesto como
el Sistema de Transporte Colectivo (Metro) de la Ciudad de México. Los
gobiernos estatales y municipales son los gobiernos locales. La distinción
entre estos dos sectores es importante, ya que las estadísticas oficiales
frecuentemente se refieren sólo al sector económico, ignorando a los gobiernos
locales.
El tercer sector básico del modelo, el sector privado no financiero, está
integrado por todas las empresas que no son del gobierno, y por los particulares.
En este sector sólo se incluyen residentes en México.
El cuarto sector básico, el sector externo, está integrado por todos los
residentes fuera del país que tienen alguna relación financiera con la economía
mexicana.
En el modelo se consideran dos fuentes básicas de recursos financieros:
las de origen interno y las de origen externo. Las primeras son las generadas
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
114
por los sectores público y privado no financieros, incluyendo la emisión de
billetes y monedas por el banco central. Las segundas son todas las originadas
en el sector externo. Esta definición es importante para evitar confusiones
como la generada recientemente con los tesobonos, cuando a pesar
de que 75 por ciento se encontraba en poder de inversionistas extranjeros,
eran considerados por el gobierno mexicano como deuda interna. En el
modelo, como es en la realidad, el sistema bancario es sólo un intermediario
que recibe fondos de las dos fuentes señaladas y los canaliza a los distintos
sectores.
Adicionalmente, se consideran en el modelo los intermediarios financieros
no bancarios en cuanto reciben recursos netos del sistema bancario
y los canalizan al sector privado. También se consideran los valores emitidos
por los sectores público y privado, pero que no pasan por el sistema
bancario. Del sector público se incluyen instrumentos como cetes, bondes,
ajustabonos y tesobonos. Del sector privado se consideran el papel comercial,
las obligaciones y los pagarés.
En síntesis, los sectores e instrumentos básicos del modelo se pueden
ver a continuación:
• Sistema bancario
• Banco de México
• Banca de desarrollo
• Banca comercial
• Intermediarios financieros no bancarios
• Valores del sector privado
• Valores del sector público
• Sector público no financiero
• Sector público económico
• Estados y municipios
• Sector privado no financiero
• Sector externo
En los siguientes cuatro apartados se describen los balances financieros
de los cuatro sectores básicos. Para ello se utiliza sólo información de saldos
anuales en pesos corrientes para el periodo 1991-1994. El modelo también
UN MODELO DE SALDOS Y FLUJOS FINANCIEROS DE LA ECONOMÍA MEXICANA
115
incluye flujos y las series de datos tienen periodicidad mensual, las cuales
no se incluyen en el presente trabajo.
Es importante destacar que la principal virtud del modelo es cuantificar
los saldos y flujos financieros de la economía, como primer paso para
tratar de explicar lo que sucedió y por qué sucedió. Los datos que se presentan
en los siguientes cuadros, son el resultado de agrupar una gran
cantidad de conceptos, los cuales son ordenados para armar el modelo.
La información estadística utilizada se encuentra básicamente en los “Recursos
y Obligaciones del Sistema Bancario”, elaborados por el Banco de
México, los cuales no son de libre acceso y sólo se pueden obtener mediante
un arreglo especial con ese instituto. Un resumen de esa información se publica
mensualmente en los Indicadores Económicos del propio Banco de México,
pero dicha información no es suficiente para reconstruir el presente modelo,
siendo indispensables los múltiples detalles sólo existentes en la fuente original.
Otras fuentes utilizadas son el reporte trimestral de deuda pública elaborado
por la SHCP, la balanza de pagos estimada por el Banco de México, e
información estadística de la Bolsa Mexicana de Valores.
■ EL BALANCE DEL SISTEMA BANCARIO
La información de recursos financieros del Banco de México se agrupó para
identificar los sectores hacia los que canaliza esos fondos. El financiamiento
a banca de desarrollo, banca comercial e intermediarios financieros no
bancarios incluye compra de valores y crédito. Los intermediarios sólo incluyen
fondos de fomento del gobierno, los cuales canalizan los recursos
aquí obtenidos, hacia la banca de desarrollo y sobre todo hacia la banca
comercial, las que a su vez los prestan al sector privado no financiero.
El financiamiento del Banco de México al sector público no financiero
es la relación financiera neta entre ese instituto y el gobierno federal. Ese
concepto incluye compra de valores (valores del sector público) del gobierno
como cetes, tesobonos, etcétera, sin considerar la tenencia con propósitos
de regulación monetaria, y el crédito directo. El crédito se canaliza por
medio de la cuenta de la tesorería que se usa automáticamente para compensar
las diferencias entre los ingresos y gastos del gobierno. El saldo de
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
116
esa cuenta puede ser positivo o negativo, reflejando si existe un uso neto
de recursos o un depósito neto. Los activos con el sector externo representan
las reservas internacionales brutas del Banco de México, las cuales son
el resultado global de la balanza de pagos.
En el cuadro 1 se presentan los distintos conceptos de recursos del
Banco de México entre 1991 y 1994. Se puede ver que el financiamiento
a la banca comercial aumenta fuertemente en 1994. El financiamiento a
intermediarios financieros no bancarios se incrementa año con año. El
financiamiento al sector público no financiero disminuye los primeros
dos años hasta tornarse negativo en 1993, lo que significa que el sector
público no financiero tiene un depósito neto en el Banco de México, el
cual, sin embargo, disminuye de modo notable en 1994. Finalmente, se
observa una acumulación de reservas internacionales hasta 1993, seguida
de una brusca caída en 1994. Como las cifras están en pesos, se incluye
el efecto de la devaluación cambiaria de diciembre de 1994, lo cual
subestima dicha caída.
CUADRO 1
RECURSOS DEL BANCO DE MÉXICO
(SALDOS EN MILES DE ALDOS MILLONES DE PESOS)
1991 1992 1993 1994
Total 88 570 93 098 94 865 102 155
Sistema bancario 1 258 2 418 3 641 32 660
Banca de desarrollo 1 224 2 405 2 831 4 368
Banca comercial 34 13 810 28 292
Intermediarios financieros no bancarios 9 875 14 623 21 227 38 043
Sector público no financiero 21 867 16 065 -8 707 -1 287
Sector público económico 21 867 16 065 -8 707 -1 287
Estados y municipios 0 0 0 0
Sector privado no financiero 0 0 0 0
Sector externo 55 570 59 992 78 704 32 739
Entre las obligaciones del Banco de México se consideran las reservas
de la banca de desarrollo y de la banca comercial. También se encuentran
aquí los depósitos de los fondos de fomento (intermediarios financieros no
bancarios) y de empresas públicas, en especial Petróleos Mexicanos, que
UN MODELO DE SALDOS Y FLUJOS FINANCIEROS DE LA ECONOMÍA MEXICANA
117
se registran como parte del sector público económico. Las obligaciones con
el sector privado no financiero se refieren aquí a los billetes y monedas
emitidos por el Banco de México. La deuda con el sector externo incluye el
financiamiento obtenido en el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El concepto denominado “otros pasivos” (neto) se refiere a otros depósitos
provenientes básicamente del sector privado no financiero, como
los fondos que tenía el Fideicomiso para la Cobertura de Riesgos Cambiarios
(Ficorca) para pagar la deuda externa de empresas privadas renegociada
en 1983. También incluye fondos del Sistema de Ahorro para el
Retiro (SAR), el nuevo sistema de retiro individual de los trabajadores.
Estos fondos se depositan en el Banco de México, el cual los invierte en
valores del sector público por medio del Banco de México, no representando,
por ello, expansión primaria de crédito.
En el cuadro 2 se puede observar una gran estabilidad de las reservas
bancarias hasta 1993, con un leve aumento en 1994. Los depósitos del sector
público no financiero disminuyen en 1994, aunque su monto no es importante.
Dos conceptos sí muestran un fuerte aumento en el último año, los
depósitos de los intermediarios financieros no bancarios y los billetes y
monedas emitidos por el Banco de México, que se consideran obligaciones
con el sector privado no financiero.
CUADRO 2
OBLIGACIONES DEL BANCO DE MÉXICO
(SALDOS EN MILES DE MILLONES DE PESOS)
1991 1992 1993 1994
Total 88 570 93 098 94 865 102 155
Sistema bancario 7 380 7 523 7 046 9 054
Banca de desarrollo 1 038 1 604 1 949 2 454
Banca comercial 6 342 5 919 5 097 6 600
Intermediarios financieros no bancarios 5 628 3 484 5 801 8 884
Sector público no financiero 453 614 697 10
Sector público económico 453 614 697 10
Estados y municipios 0 0 0 0
Sector privado no financiero 32 416 38 012 43 228 51 870
Sector externo 20 757 18 560 15 639 20 555
Otros pasivos (neto) 21 936 24 905 22 454 11 782
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
118
Consolidando los recursos y obligaciones presentados en los dos cuadros
anteriores, se obtiene el balance neto del Banco de México, que se
puede ver en el cuadro 3. El total es necesariamente cero, debido a que la
suma de sus recursos es igual a la suma de sus obligaciones. Con esta presentación
se puede identificar claramente de dónde obtuvo el Banco de
México sus recursos y hacia dónde los envió.
Así podemos ver la relación entre las reservas internacionales netas y
su principal contrapartida, la emisión de billetes y monedas. Se puede observar
una relación bastante equilibrada los primeros dos años. La fuerte
acumulación de reservas que se registra en 1993, sólo se monetiza en parte.
Pero en 1994 ocurre el fenómeno contrario, una notable disminución en las
reservas internacionales compensada con un aumento en los billetes y monedas.
Este es el primer elemento importante para entender la situación que
condujo a la devaluación cambiaria de diciembre de 1994.
La banca comercial mantiene reservas positivas hasta 1993, tornándose
de manera abrupta en receptora neta de crédito en 1994. Los intermediarios
financieros no bancarios reciben financiamiento neto del
Banco de México, el cual se duplica entre 1993 y 1994. Por último, la posición
del sector público no financiero pasa de deudora neta hasta 1992
a acreedora neta en 1993; y aunque esta posición se mantiene en 1994, se
ve muy disminuida.
CUADRO 3
BALANCE NETO DEL BANCO DE MÉXICO
(SALDOS EN MILES DE ALDOS MILLONES DE PESOS)
1991 1992 1993 1994
Total 0 0 0 0
Sistema bancario -6 122 -5 105 -3 405 23 606
Banca de desarrollo 186 801 882 1 914
Banca comercial -6 308 -5 906 -4 287 21 692
Intermediarios financieros no bancarios 4 247 11 139 15 426 29 159
Sector público no financiero 21 414 15 451 -9 404 -1 297
Sector público económico 21 414 15 451 -9 404 -1 297
Estados y municipios 0 0 0 0
Sector privado no financiero -32 416 -38 012 -43 228 -51 870
Sector externo 34 813 41 432 63 065 12 184
Otros pasivos (neto) -21 936 -24 905 -22 454 -11 782
UN MODELO DE SALDOS Y FLUJOS FINANCIEROS DE LA ECONOMÍA MEXICANA
119
Ordenando de manera diferente el balance del Banco de México, se puede
derivar la base monetaria o dinero de alto poder, que usualmente se utiliza
para analizar la política monetaria, la cual se presenta en el cuadro 4. La base
monetaria se define por sus usos, resultando de sumar los billetes y monedas
más las reservas de la banca de desarrollo y de la banca comercial. Por el lado
de las fuentes, la base monetaria se divide básicamente en reservas internacionales
brutas y financiamiento interno. Este último, a su vez, se divide en
financiamiento bruto a la banca de desarrollo y a la banca comercial, y financiamiento
neto a intermediarios financieros no bancarios y sector público no
financiero. El residuo se denomina “otros conceptos” (neto), y comprende la
deuda con el sector externo y la captación de otros fondos del sector privado
no financiero. Este residuo tiene signo negativo, ya que siendo obligaciones
del Banco de México, se presentan en las cuentas de recursos.
En los cuadros 3 y 4 se puede ver claramente cómo el Banco de México
modificó la política monetaria en 1994. Esta institución afirma que su objetivo
fue sólo mantener una magnitud estable de la base monetaria, lo cual se
consiguió modificándose sólo su composición entre reservas internacionales
y financiamiento interno. Se puede advertir cómo a la caída de reservas, el
CUADRO 4
FUENTES Y USOS DE LA BASE MONETARIA
(SALDOS EN MILES DE ALDOS MILLONES DE PESOS)
1991 1992 1993 1994
Fuentes 39 796 45 535 50 274 60 924
Reservas internacionales 55 570 59 992 78 704 32 739
Financiamiento interno -15 774 -14 457 -28 430 28 185
Sector público no financiero 21 414 15 451 -9 404 -1 297
Banca de desarrollo 1 224 2 405 2 831 4 368
Banca comercial 34 13 810 28 292
Intermediarios financieros no bancarios 4 247 11 139 15 426 29 159
Otros conceptos (neto) -42 693 -43 465 -38 093 -32 337
Usos 39 796 45 535 50 274 60 924
Billetes y monedas 32 416 38 012 43 228 51 870
Reservas bancarias 7 380 7 523 7 046 9 054
Banca de desarrollo 1 038 1 604 1 949 2 454
Banca comercial 6 342 5 919 5 097 6 600
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
120
Banco de México respondió con una fuerte expansión en la emisión de billetes
y monedas, lo que permitió disminuir la posición acreedora neta del
sector público no financiero, y aumentar notablemente el financiamiento a
la banca de desarrollo, banca comercial e intermediarios financieros no bancarios,
siendo el destinatario final de estos recursos el sector privado no financiero,
como veremos más adelante.
Los conceptos de la banca de desarrollo se ordenaron igual que se hizo
con los del Banco de México. Como se muestra en el cuadro 5, los recursos
intermediados por la banca de desarrollo se incrementaron sistemáticamente,
pero su distribución entre los sectores no mostró fuertes cambios
en los primeros tres años. En 1994, la fuerte expansión del financiamiento
se concentró en el sector público no financiero, que casi duplicó su saldo.
La parte correspondiente a estados y municipios aumentó más de tres veces
entre 1991 y 1994. El financiamiento a la banca comercial y a los intermediarios
financieros no bancarios también aumentó notablemente en el periodo,
siendo el destinatario final el sector privado no financiero, como veremos
más adelante.
CUADRO 5
RECURSOS DE LA BANCA DE DESARROLLO
(SALDOS EN MILES DE ALDOS MILLONES DE PESOS)
1991 1992 1993 1994
Total 98 487 125 763 160 234 276 002
Sistema bancario 17 782 26 042 42 728 69 928
Banco de México 1 038 1 604 1 949 2 454
Banca comercial 16 744 24 438 40 779 67 474
Intermediarios financieros no bancarios 3 442 7 932 15 783 24 130
Sector público no financiero 55 678 60 720 62 727 115 069
Sector público económico 53 108 55 926 57 156 106 246
Estados y municipios 2 570 4 794 5 571 8 823
Sector privado no financiero 19 654 27 444 36 011 54 126
Sector externo 1 931 3 625 2 985 12 749
La banca de desarrollo obtiene recursos básicamente del sector externo,
como se puede advertir en el cuadro 6. En términos estrictos, esta fuente de
recursos es deuda pública, ya que la banca de desarrollo es propiedad estatal
y la mayor parte de esa deuda está garantizada por el gobierno federal.
UN MODELO DE SALDOS Y FLUJOS FINANCIEROS DE LA ECONOMÍA MEXICANA
121
Sin embargo, el sector público no financiero es sólo parcialmente usuario de
esos recursos, puesto que buena parte se canaliza al sector privado no financiero,
directamente o por medio de la banca comercial y de los intermediarios
financieros no bancarios, algunos del gobierno y otros privados.
CUADRO 6
OBLIGACIONES DE LA BANCA DE DESARROLLO
(SALDOS EN MILES DE ALDOS MILLONES DE PESOS)
1991 1992 1993 1994
Total 98 487 125 763 160 234 276 002
Sistema bancario 3 117 5 213 9 794 18 949
Banco de México 1 224 2 405 2 831 4 368
Banca comercial 1 893 2 808 6 963 14 581
Intermediarios financieros no bancarios 7 128 7 938 13 651 17 457
Sector público no financiero 4 560 4 440 4 544 6 512
Sector público económico 4 282 4 268 4 535 6 505
Estados y municipios 278 172 9 7
Sector privado no financiero 6 876 16 499 27 358 33 902
Sector externo 70 596 80 352 96 813 197 180
Otros pasivos (neto) 6 210 11 321 8 074 2 002
El balance neto de la banca de desarrollo se presenta en el cuadro 7. En
él se muestra hacia dónde se canalizan los recursos obtenidos mediante
CUADRO 7
BALANCE NETO DE LA BANCA DE DESARROLLO
(SALDOS EN MILES DE MILLONES DE PESOS)
1991 1992 1993 1994
Total 0 0 0 0
Sistema bancario 14 665 20 829 32 934 50 979
Banco de México -186 -801 -882 -1 914
Banca comercial 14 851 21 630 33 816 52 893
Intermediarios financieros no bancarios -3 686 -6 2 132 6 673
Sector público no financiero 51 118 56 280 58 183 108 557
Sector público económico 48 826 51 658 52 621 99 741
Estados y municipios 2 292 4 622 5 562 8 816
Sector privado no financiero 12 778 10 945 8 653 20 224
Sector externo -68 665 -76 727 -93 828 -184 431
Otros pasivos (neto) -6 210 -11 321 -8 074 -2 002
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
122
deuda externa. El principal usuario de dichos fondos es el sector público no
financiero, pero una parte considerable, y sobre todo creciente en términos
relativos, se presta al sector privado no financiero, directamente o mediante
la banca comercial y los intermediarios financieros no bancarios, como se
dijo antes.
El cuadro 8 contiene los distintos conceptos que integran los recursos
de la banca comercial. Como se puede observar, estos intermediarios son
los que manejan el mayor volumen de recursos financieros. Esos cuan tio sos
montos se duplicaron entre 1991 y 1994. Durante los primeros tres años se
observa una disminución en el saldo del financiamiento al sector público
no financiero, el cual fue compensado con un aumento de los fondos destinados
al sector privado no financiero. En 1994, el notable aumento de los
recursos intermediados por la banca comercial se trasladó casi en su totalidad
al sector privado no financiero.
CUADRO 8
RECURSOS DE LA BANCA COMERCIAL
(SALDOS EN MILES DE ALDOS MILLONES DE PESOS)
1991 1992 1993 1994
Total 321 183 395 041 466 690 667 262
Sistema bancario 8 235 8 727 13 060 21 181
Banco de México 6 342 5 919 5 097 6 600
Banca de desarrollo 1 893 2 808 6 963 14 581
Intermediarios financieros no bancarios 16 065 19 727 21 533 27 263
Sector público no financiero 69 408 33 099 16 101 25 469
Sector público económico 65 506 28 186 7 074 11 591
Estados y municipios 3 902 4 913 9 027 13 878
Sector privado no financiero 213 859 318 353 398 531 562 717
Sector externo 13 617 15 133 18 465 30 632
La principal fuente de recursos de la banca comercial es el sector privado
no financiero, cuya participación en el total se mantiene más o menos
estable hasta 1993, como se observa en el cuadro 9. Sin embargo, en 1994
se advierte un cambio brusco en la estructura de captación de la banca
comercial. Si bien la captación del sector privado no financiero aumenta, lo
hace en mucho menor proporción que otras fuentes, en especial la deuda
externa y el financiamiento proveniente del Banco de México, de la banca
UN MODELO DE SALDOS Y FLUJOS FINANCIEROS DE LA ECONOMÍA MEXICANA
123
de desarrollo y de los intermediarios financieros no bancarios. De hecho,
ese mayor endeudamiento externo y la canalización de recursos de los otros
tipos de intermediarios, como ya se había detectado en los balances anteriores,
parece responder a esa falta de dinamismo de la captación proveniente
del sector privado no financiero.
CUADRO 9
OBLIGACIONES DE LA BANCA COMERCIAL
(SALDOS EN MILES DE ALDOS MILLONES DE PESOS)
1991 1992 1993 1994
Total 321 183 395 041 466 690 667 262
Sistema bancario 16 778 24 451 41 589 95 766
Banco de México 34 13 810 28 292
Banca de desarrollo 16 744 24 438 40 779 67 474
Intermediarios financieros no bancarios 16 490 21 437 29 411 48 666
Sector público no financiero 2 341 2 406 2 634 3 176
Sector público económico 1 750 1 852 2 232 2 623
Estados y municipios 591 554 402 553
Sector privado no financiero 213 637 263 476 299 276 361 967
Sector externo 57 495 59 825 71 036 128 089
Otros pasivos (neto) 14 443 23 446 22 744 29 598
El balance neto que se presenta en el cuadro 10, permite identificar
las fuentes y usos netos de los recursos intermediados por la banca comercial.
El financiamiento neto al sector público no financiero disminuye
hasta 1993, y aunque repunta ligeramente en 1994, alcanza en ese año un
saldo tres veces menor que en 1991. El descubrimiento más notable es
sin duda la posición neta del sector privado no financiero. Este sector
pasa de tener casi equilibrados sus recursos y obligaciones con la banca
comercial en 1991, a una posición deudora neta creciente, la cual se duplica
en 1993 y lo vuelve a hacer en 1994. Esta situación se pudo sostener
aumentando la deuda externa e incrementando los recursos provenientes
del Banco de México y de la banca de desarrollo, directamente y mediante
los intermediarios financieros no bancarios, los cuales tuvieron como
destinatario final al sector privado no financiero, como se afirmó en párrafos
anteriores.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
124
CUADRO 10
BALANCE NETO DE LA BANCA COMERCIAL
(SALDOS EN MILES
DE MILLONES DE PESOS)
1991 1992 1993 1994
Total 0 0 0 0
Sistema bancario -8 543 -15 724 -29 529 -74 585
Banco de México 6 308 5 906 4 287 -21 692
Banca de desarrollo -14 851 -21 630 -33 816 -52 893
Intermediarios financieros no bancarios -425 -1 708 -7 878 -21 403
Sector público no financiero 67 067 30 693 13 467 22 293
Sector público económico 63 756 26 334 4 842 8 968
Estados y municipios 3 311 4 359 8 625 13 325
Sector privado no financiero 222 54 877 99 255 200 750
Sector externo -43 878 -44 692 -52 571 -97 457
Otros pasivos (neto) -14 443 -23 446 -22 744 -29 598
CUADRO 11
BALANCE DEL SISTEMA BANCARIO
(SALDOS EN MILES
DE MILLONES DE PESOS)
1991 1992 1993 1994
Recursos 451 720 543 856 614 497 846 643
Sector público no financiero 146 953 109 884 70 121 139 251
Sector público económico 140 481 100 177 55 523 116 550
Estados y municipios 6 472 9 707 14 598 22 701
Sector privado no financiero 233 649 355 222 444 222 631 272
Sector externo 71 118 78 750 100 154 76 120
Obligaciones 451 720 543 856 614 497 846 643
Sector público no financiero 7 354 7 460 7 875 9 698
Sector público económico 6 485 6 734 7 464 9 138
Estados y municipios 869 726 411 560
Sector privado no financiero 295 518 377 659 423 134 491 121
Sector externo 148 848 158 737 183 488 345 824
Balance neto 0 0 0 0
Sector público no financiero 139 599 102 424 62 246 129 553
Sector público económico 133 996 93 443 48 059 107 412
Estados y municipios 5 603 8 981 14 187 22 141
Sector privado no financiero -61 869 -22 437 21 088 140 151
Sector externo -77 730 -79 987 -83 334 -269 704
UN MODELO DE SALDOS Y FLUJOS FINANCIEROS DE LA ECONOMÍA MEXICANA
125
En el cuadro 11 se presenta el primero de los cuatro balances básicos
del modelo. Para consolidar los balances del Banco de México, banca de
desarrollo y banca comercial, primero se eliminaron las operaciones entre
ellos. El concepto de “otros” (neto) se integró al sector privado no financiero,
ya que es la fuente de la mayor parte de los fondos ahí incluidos. El
resultado neto de los intermediarios financieros no bancarios también se
agregó al sector privado no financiero, puesto que es el usuario final de
esos recursos.
Tres cambios muy importantes se pueden identificar en este cuadro, los
cuales explican en buena parte cómo la situación macrofinanciera de la
economía mexicana se hizo insostenible en 1994. Primero, la deuda neta del
sector público no financiero que había disminuido a menos de la mitad entre
1991 y 1993, años en que se efectuaron múltiples privatizaciones, se revierte
en 1994 volviendo a alcanzar casi el mismo nivel nominal que tenía tres
años antes. Segundo, la deuda externa neta que había aumentado sólo ligeramente
hasta 1993, se triplica en 1994. Tercero, el sector privado no financiero
pasa de ser un ahorrador neto durante los dos primeros años, a ser
un creciente deudor neto.
Con el fin de ver con mayor claridad los anteriores resultados, se presentan
los mismos conceptos en el cuadro 12, pero como proporciones del
producto interno bruto (PIB). Así, en 1994, la deuda neta del sector público
no financiero se duplica y la deuda con el sector externo se triplica. El sector
privado no financiero pasa de ser ahorrador neto por más de 7 por ciento
del PIB en 1991, a ser un deudor neto por más de 11 por ciento en 1994.
Para poder construir los otros tres balances básicos del modelo, es
necesario agregar las variables financieras no intermediadas por el sistema
bancario. En el cuadro 13 se presentan los valores emitidos por el sector
privado no financiero (valores del sector privado) y por el sector público
no financiero (valores del sector público), y colocados directamente en
sectores no bancarios.
Como se puede notar, la deuda privada colocada por este medio aumentó
hasta 1993 y disminuyó ligeramente en 1994. Aunque es sabido que parte de
estos títulos están en poder de inversionistas extranjeros, no se pudo determinar
su monto. Por esa razón, en el modelo se considera como si toda la
emisión estuviera en poder del sector privado no financiero.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
126
CUADRO 13
VALORES COLOCADOS FUERA DEL SISTEMA BANCARIO
(SALDOS EN MILES DE MILLONES DE PESOS)
1991 1992 1993 1994
Total 93 203 104 598 151 939 176 426
Valores del sector privado 14 746 23 775 29 936 28 327
Valores del sector público 78 457 80 823 122 003 148 099
Moneda nacional 77 384 79 777 117 506 38 616
Tesobonos 1 073 1 046 4 497 109 483
Sector público no financiero 2 602 4 680 4 999 6 501
Moneda nacional 2 602 4 669 4 978 3 403
Tesobonos 0 11 21 3 098
Sector privado no financiero 59 052 31 774 49 054 37 356
Moneda nacional 58 834 31 355 48 565 18 785
Tesobonos 218 419 489 18 571
Sector externo 16 803 44 369 67 950 104 242
Moneda nacional 15 948 43 753 63 963 16 428
Tesobonos (millones de dólares) 855 616 3 987 87 814
Sector externo 5 472 14 242 21 878 19 576
Moneda nacional 5 193 14 044 20 594 3 085
Tesobonos 278 198 1 284 16 491
CUADRO 12
BALANCE DEL SISTEMA BANCARIO
(PROPORCIONES RESPECTO AL PIB NOMINAL)
1991 1992 1993 1994
Recursos 52.21 53.36 54.50 67.57
Sector público no financiero 16.99 10.78 6.22 11.11
Sector público económico 16.24 9.83 4.92 9.30
Estados y municipios 0.75 0.95 1.29 1.81
Sector privado no financiero 27.01 34.85 39.40 50.38
Sector externo 8.22 7.73 8.88 6.08
Obligaciones 52.21 53.36 54.50 67.57
Sector público no financiero 0.85 0.73 0.70 0.77
Sector público económico 0.75 0.66 0.66 0.73
Estados y municipios 0.10 0.07 0.04 0.04
Sector privado no financiero 34.16 37.06 37.53 39.20
Sector externo 17.20 15.58 16.27 27.60
Balance neto 0.00 0.00 0.00 0.00
Sector público no financiero 16.14 10.05 5.52 10.34
Sector público económico 15.49 9.17 4.26 8.57
Estados y municipios 0.65 0.88 1.26 1.77
Sector privado no financiero -7.15 -2.20 1.87 11.19
Sector externo -8.98 -7.85 -7.39 -21.53
UN MODELO DE SALDOS Y FLUJOS FINANCIEROS DE LA ECONOMÍA MEXICANA
127
Respecto a los valores del gobierno (valores del sector público), se dividen
en dos grandes partes. Por un lado están los denominados en moneda
nacional, como los cetes, los bondes y los ajustabonos. Por otro lado están
los denominados en dólares, o sea los famosos tesobonos. Los dos tipos de
valores del sector público son adquiridos por el sector público no financiero,
el sector privado no financiero y el sector externo.
En el cuadro 13 se puede advertir cómo los tesobonos crecieron de manera
espectacular en 1994, compensando la notable disminución del monto
invertido en los otros tipos de bonos. Para mayor comodidad, los valores
del sector público en poder del sector externo se presentan también en
millones de dólares. Este aumento de los tesobonos es la contrapartida de
la expansión del crédito bancario al sector privado no financiero, y el intento
de mantener a toda costa una paridad cambiaria insostenible.
En el cuadro 14 se presentan los recursos del sector público no financiero
y del sector privado no financiero en el sector externo, así como sus
respectivas deudas externas directas, es decir, no intermediadas por el
sistema bancario. Los activos del sector público no financiero se refieren a
las garantías de la deuda externa renegociada en 1990. Los activos del sector
privado no financiero se estimaron partiendo de información del Banco Internacional
de Pagos para 1991. A esa cifra se le restaron los activos ya
identificados del sistema bancario. Para los siguientes años se agregaron los
flujos correspondientes de la balanza de pagos.
CUADRO 14
OTROS RECURSOS Y OBLIGACIONES CON EL SECTOR EXTERNO
(SALDOS EN MILES DE ALDOS MILLONES DE PESOS)
1991 1992 1993 1994
Recursos 213 835 207 568 226 497 418 880
Sector público no financiero 183 475 166 139 163 618 301 336
Sector privado no financiero 30 360 41 429 62 879 117 544
Obligaciones 62 063 45 939 65 396 123 412
Sector público no financiero 36 794 23 973 29 150 45 507
Sector privado no financiero 25 269 21 966 36 246 77 905
La deuda directa del sector público no financiero se obtuvo de los reportes
trimestrales sobre deuda pública, elaborados por la Secretaría de
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
128
Hacienda y Crédito Público, restando la parte contratada por la banca de
desarrollo y ya incluida antes. La deuda directa del sector privado no financiero
se obtuvo de estimaciones de la SHCP no publicadas.
■ EL BALANCE DEL SECTOR PÚBLICO NO FINANCIERO
En el cuadro 15 se muestra el segundo balance básico del modelo, el correspondiente
al sector público no financiero. Los recursos financieros de este
sector se integran por los depositados en el sistema bancario, la tenencia
propia de valores del sector público y las citadas garantías sobre la deuda
externa renegociada en 1990. Aunque estas últimas en realidad no están
disponibles, debido a que ya están comprometidas para la futura amortización
de la citada deuda renegociada, de todos modos se incluyen en el
modelo ya que representan un activo financiero.
Las obligaciones incluidas en este balance constituyen la deuda pública
bruta. Esta deuda está integrada también por tres partes. En primer lugar
está la deuda contratada con el sistema bancario, ya comentada antes. En
segundo lugar se encuentra la representada por los valores del sector público
en sectores no bancarios. Aquí sólo se consideran los valores del
sector público en poder de nacionales, ya que los poseídos por inversionistas
extranjeros se consideran deuda externa. Por último, se encuentra la
deuda externa bruta, incluyendo los valores del sector público en poder del
sector externo.
Como sucedió con el balance del sistema bancario, el balance neto del
sector público no financiero muestra su posición financiera neta. Pero, a
diferencia del sistema bancario que en su carácter de intermediario tiene
un monto de igual magnitud en sus recursos y en sus obligaciones, este
sector tiene más obligaciones que recursos, por lo que resulta un deudor
neto.
La deuda pública neta total disminuyó en términos absolutos entre 1991
y 1993. Este fenómeno se explica por el ajuste estructural de las finanzas
públicas de México, resultado del proceso de privatización de los bancos y
muchas otras empresas públicas. Pero esa deuda aumentó en 1994, debido
al incremento de la deuda con el sector externo.
UN MODELO DE SALDOS Y FLUJOS FINANCIEROS DE LA ECONOMÍA MEXICANA
129
En el cuadro 16 se presentan los mismos conceptos como proporción
del PIB. Así, la proporción de la deuda neta total, que había disminuido hasta
1993, aumenta bruscamente en 1994 alcanzando de nuevo el nivel que
tenía en 1991.
CUADRO 15
BALANCE DEL SECTOR PÚBLICO NO FINANCIERO
(SALDOS EN MILES DE ALDOS MILLONES DE PESOS)
1991 1992 1993 1994
Recursos 46 750 36 113 42 024 61 706
Sector público económico 45 881 35 387 41 613 61 146
Estados y municipios 869 726 411 560
Sistema bancario 7 354 7 460 7 875 9 698
Sector público económico 6 485 6 734 7 464 9 138
Estados y municipios 869 726 411 560
Valores del sector público 2 602 4 680 4 999 6 501
Sector público económico 2 602 4 680 4 999 6 501
Estados y municipios 0 0 0 0
Sector externo 36 794 23 973 29 150 45 507
Sector público económico 36 794 23 973 29 150 45 507
Estados y municipios 0 0 0 0
Obligaciones 408 884 356 846 355 742 588 686
Sector público económico 402 412 347 139 341 144 565 985
Estados y municipios 6 472 9 707 14 598 22 701
Sistema bancario 146 953 109 884 70 121 139 251
Sector público económico 140 481 100 177 55 523 116 550
Estados y municipios 6 472 9 707 14 598 22 701
Valores del sector público 61 654 36 454 54 053 43 857
Sector público económico 61 654 36 454 54 053 43 857
Estados y municipios 0 0 0 0
Sector externo 200 278 210 508 231 568 405 578
Sector público económico 200 278 210 508 231 568 405 578
Estados y municipios 0 0 0 0
Balance neto -362 134 -320 734 -313 718 -526 981
Sector público económico -356 531 -311 753 -299 531 -504 840
Estados y municipios -5 603 -8 981 -14 187 -22 141
Sistema bancario -139 599 -102 424 -62 246 -129 553
Sector público económico -133 996 -93 443 -48 059 -107 412
Estados y municipios -5 603 -8 981 -14 187 -22 141
Sector privado no financiero -59 052 -31 774 -49 054 -37 356
Sector público económico -59 052 -31 774 -49 054 -37 356
Estados y municipios 0 0 0 0
Sector externo -163 483 -186 536 -202 418 -360 072
Sector público económico -163 483 -186 536 -202 418 -360 072
Estados y municipios 0 0 0 0
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
130
■ EL BALANCE DEL SECTOR PRIVADO NO FINANCIERO
En el cuadro 17 se presenta el tercer balance básico del modelo, el correspondiente
al sector privado no financiero. Como ya se ha comentado, las
CUADRO 16
BALANCE DEL SECTOR PÚBLICO NO FINANCIERO
(PROPORCIONES RESPECTO AL PIB NOMINAL)
1991 1992 1993 1994
Recursos 5.40 3.54 3.73 4.92
Sector público económico 5.30 3.47 3.69 4.88
Estados y municipios 0.10 0.07 0.04 0.04
Sistema bancario 0.85 0.73 0.70 0.77
Sector público económico 0.75 0.66 0.66 0.73
Estados y municipios 0.10 0.07 0.04 0.04
Valores del sector público 0.30 0.46 0.44 0.52
Sector público económico 0.30 0.46 0.44 0.52
Estados y municipios 0.00 0.00 0.00 0.00
Sector externo 4.25 2.35 2.59 3.63
Sector público económico 4.25 2.35 2.59 3.63
Estados y municipios 0.00 0.00 0.00 0.00
Obligaciones 47.26 35.01 31.55 46.99
Sector público económico 46.51 34.06 30.25 45.17
Estados y municipios 0.75 0.95 1.29 1.81
Sistema bancario 16.98 10.78 6.22 11.11
Sector público económico 16.24 9.83 4.92 9.30
Estados y municipios 0.75 0.95 1.29 1.81
Valores del sector público 7.13 3.58 4.79 3.50
Sector público económico 7.13 3.58 4.79 3.50
Estados y municipios 0.00 0.00 0.00 0.00
Sector externo 23.15 20.66 20.54 32.37
Sector público económico 23.15 20.66 20.54 32.37
Estados y municipios 0.00 0.00 0.00 0.00
Balance neto -41.86 -31.47 -27.82 -42.06
Sector público económico -41.21 -30.59 -26.56 -40.29
Estados y municipios -0.65 -0.88 -1.26 -1.77
Sistema bancario -16.13 -10.05 -5.52 -10.34
Sector público económico -15.49 -9.17 -4.26 -8.57
Estados y municipios -0.65 -0.88 -1.26 -1.77
Sector privado no financiero -6.83 -3.12 -4.35 -2.98
Sector público económico -6.83 -3.12 -4.35 -2.98
Estados y municipios 0.00 0.00 0.00 0.00
Sector externo -18.90 -18.30 -17.95 -28.74
Sector público económico -18.90 -18.30 -17.95 -28.74
Estados y municipios 0.00 0.00 0.00 0.00
UN MODELO DE SALDOS Y FLUJOS FINANCIEROS DE LA ECONOMÍA MEXICANA
131
obligaciones de este sector aumentan más rápido que sus recursos entre
1991 y 1994. Este hecho hizo que la posición financiera neta del sector pasara
de ser ahorradora a deudora.
El mismo balance, pero como proporción del PIB, se muestra en el cuadro
18. Aquí se percibe con mayor amplitud el fenómeno que ya se había
CUADRO 18
BALANCE DEL SECTOR PRIVADO NO FINANCIERO
(PROPORCIONES RESPECTO AL PIB NOMINAL)
1991 1992 1993 1994
Recursos 45.61 44.66 47.75 50.66
Sistema bancario 34.16 37.06 37.53 39.20
Valores del sector público 6.83 3.12 4.35 2.98
Valores del sector privado 1.70 2.33 2.65 2.26
Sector externo 2.92 2.16 3.21 6.22
Obligaciones 32.22 41.25 47.63 62.03
Sistema bancario 27.01 34.85 39.40 50.38
Valores del sector privado 1.70 2.33 2.65 2.26
Sector externo 3.51 4.06 5.58 9.38
Balance neto 13.39 3.41 0.12 -11.37
Sistema bancario 7.15 2.20 -1.87 -11.19
Valores del sector público 6.83 3.12 4.35 2.98
Sector externo -0.59 -1.91 -2.36 -3.16
CUADRO 17
BALANCE DEL SECTOR PRIVADO NO FINANCIERO
(SALDOS EN MILES DE MILLONES DE PESOS)
1991 1992 1993 1994
Recursos 394 585 455 174 538 370 634 709
Sistema bancario 295 518 377 659 423 134 491 121
Valores del sector público 59 052 31 774 49 054 37 356
Valores del sector privado 14 746 23 775 29 936 28 327
Sector externo 25 269 21 966 36 246 77 905
Obligaciones 278 755 420 426 537 037 777 144
Sistema bancario 233 649 355 222 444 222 631 272
Valores del sector privado 14 746 23 775 29 936 28 327
Sector externo 30 360 41 429 62 879 117 544
Balance neto 115 830 34 748 1 333 -142 434
Sistema bancario 61 869 22 437 -21 088 -140 151
Valores del sector público 59 052 31 774 49 054 37 356
Sector externo -5 091 -19 463 -26 633 -39 639
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
132
descubierto al consolidar los balances bancarios. Así, el saldo ahorrador
neto del sector privado no financiero que alcanzaba más de 13 por ciento del
PIB en 1991, se transformó en un saldo deudor neto de más de 11 por ciento
en 1994. Otro descubrimiento notable es que los recursos que pudieron sostener
esta situación provinieron en su gran mayoría del sistema bancario.
■ EL BALANCE DEL SECTOR EXTERNO
Con el cuadro 19 se completa el cuarto balance básico del modelo. Los
recursos del sector externo representan la deuda externa bruta total de
México, la cual, medida en pesos, aumenta más del doble entre 1991 y 1994.
Las obligaciones de este sector, o sea, los activos de México con el sector
externo, aumentan más lentamente que la deuda en 1994. Esto se debe a
que la caída en las reservas internacionales se compensó con un aumento
de los activos del sector privado no financiero, resultado de la fuga de capitales
que se registró ese año, así como del incremento de la valuación en
pesos de las garantías de deuda en poder del sector público no financiero.
Así, la deuda neta externa de México, medida en pesos, aumentó más del
doble en 1994.
CUADRO 19
BALANCE DEL SECTOR EXTERNO
(SALDOS EN MILES DE ALDOS MILLONES DE PESOS)
1991 1992 1993 1994
Recursos 379 486 410 674 477 935 868 946
Sistema bancario 148 848 158 737 183 488 345 824
Sector público económico 200 278 210 508 231 568 405 578
Sector privado no financiero 30 360 41 429 62 879 117 544
Obligaciones 133 181 124 689 165 549 199 532
Sistema bancario 71 118 78 750 100 154 76 120
Sector público económico 36 794 23 973 29 150 45 507
Sector privado no financiero 25 269 21 966 36 246 77 905
Balance neto 246 305 285 985 312 385 669 414
Sistema bancario 77 730 79 987 83 334 269 704
Sector público económico 163 483 186 536 202 418 360 072
Sector privado no financiero 5 091 19 463 26 633 39 639
UN MODELO DE SALDOS Y FLUJOS FINANCIEROS DE LA ECONOMÍA MEXICANA
133
En el cuadro 20 se presenta el balance del sector externo como proporción
del PIB. Se evidencia cómo la deuda externa neta de México prácticamente
no había disminuido entre 1991 y 1993 y aumenta bruscamente en 1994.
Con el fin de eliminar el efecto de la devaluación cambiaria de diciembre
de 1994, en el cuadro 21 se presenta el mismo balance, pero medido en
CUADRO 21
BALANCE DEL SECTOR EXTERNO
(SALDOS EN MILLONES ALDOS DE DÓLARES)
1991 1992 1993 1994
Recursos 123 571 131 821 153 880 163 182
Sistema bancario 48 469 50 952 59 077 64 943
Sector público económico 65 216 67 570 74 557 76 165
Sector privado no financiero 9 886 13 298 20 245 22 074
Obligaciones 43 467 40 023 53 302 37 471
Sistema bancario 23 158 25 278 32 246 14 295
Sector público económico 11 981 7 695 9 385 8 546
Sector privado no financiero 8 228 7 051 11 670 14 630
Balance neto 80 203 91 797 100 578 125 712
Sistema bancario 25 311 25 675 26 831 50 649
Sector público económico 53 235 59 875 65 172 67 619
Sector privado no financiero 1 658 6 247 8 575 7 444
CUADRO 20
BALANCE DEL SECTOR EXTERNO
(PROPORCIONES RESPECTO AL PIB NOMINAL)
1991 1992 1993 1994
Recursos 43.86 40.30 42.39 69.35
Sistema bancario 17.20 15.58 16.27 27.60
Sector público económico 23.15 20.66 20.54 32.37
Sector privado no financiero 3.51 4.06 5.58 9.38
Obligaciones 15.39 12.23 14.68 15.93
Sistema bancario 8.22 7.73 8.88 6.08
Sector público económico 4.25 2.35 2.59 3.63
Sector privado no financiero 2.92 2.16 3.21 6.22
Balance neto 28.47 28.06 27.70 53.43
Sistema bancario 8.98 7.85 7.39 21.53
Sector público económico 18.90 18.30 17.95 28.74
Sector privado no financiero 0.59 1.91 2.36 3.16
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
134
millones de dólares. Aquí se advierte cómo la deuda externa neta de México
aumentó en 45 mil millones de dólares entre 1991 y 1994. La deuda neta del
sector bancario se duplicó en ese periodo, y la correspondiente al sector
privado no financiero aumentó más de cuatro veces. También resulta interesante
ver que mientras las reservas internacionales caían, los activos del
sector privado no financiero en el exterior aumentaban, logrando en 1994
una ligera disminución en su posición deudora neta.
En el modelo no se incluye la inversión extranjera directa, ni la parte de
la inversión en portafolio dirigida al mercado accionario. Por ello, el monto
de recursos provenientes del sector externo e invertidos en México, es bastante
mayor al medido en este modelo.
■ LOS BALANCES FINANCIEROS NETOS
DE LA ECONOMÍA MEXICANA
El cierre final del modelo se puede consultar en el cuadro 22, donde se presentan
los resultados netos de los cuatro balances básicos. Como ya se vio
anteriormente, el balance neto del sistema bancario es cero, ya que es sólo
un intermediario entre los ahorros y las deudas de los otros tres sectores.
La posición deudora total del sector público no financiero, que había disminuido
hasta 1993, se incrementa de nuevo en 1994. La posición ahorradora
neta del sector privado no financiero se torna deudora. Por último, el sector
externo pasa de ser un proveedor parcial neto de los recursos de la economía
mexicana, a un proveedor total de los mismos.
CUADRO 22
BALANCES FINANCIEROS NETOS DE LA ECONOMÍA MEXICANA
(SALDOS EN MILES DE ALDOS MILLONES DE PESOS)
1991 1992 1993 1994
Sistema bancario 0 0 0 0
Sector público no financiero -362 134 -320 734 -313 718 -526 981
Sector público económico -356 531 -311 753 -299 531 -504 840
Estados y municipios -5 603 -8 981 -14 187 -22 141
Sector privado no financiero 115 830 34 748 1 333 -142 434
Sector externo 246 305 285 985 312 385 669 414
UN MODELO DE SALDOS Y FLUJOS FINANCIEROS DE LA ECONOMÍA MEXICANA
135
En el cuadro 23 se muestran los mismos resultados, pero como proporción
del PIB. Aquí se advierte con toda claridad la dinámica macrofinanciera
que se hizo insostenible en 1994.
CUADRO 23
BALANCES FINANCIEROS NETOS DE LA ECONOMÍA MEXICANA
(PROPORCIONES RESPECTO AL PIB NOMINAL)
1991 1992 1993 1994
Sistema bancario 0.00 0.00 0.00 0.00
Sector público no financiero -41.86 -31.47 -27.82 -42.06
Sector público económico -41.21 -30.59 -26.56 -40.29
Estados y municipios -0.65 -0.88 -1.26 -1.77
Sector privado no financiero 13.39 3.41 0.12 -11.37
Sector externo 28.47 28.06 27.70 53.43
■ CONCLUSIONES
El modelo de saldos financieros de la economía mexicana presentado en
este trabajo permite medir la magnitud y los cambios de las relaciones financieras
más importantes entre los cuatro sectores básicos que inciden
sobre el comportamiento de la economía mexicana: el sistema bancario, el
sector público, el sector privado y el sector externo.
Una visión global como la presentada en este trabajo permite identificar
tres fenómenos de gran importancia: primero, la deuda pública no disminuyó
entre 1991 y 1994; segundo, la deuda externa aumentó notablemente en
ese periodo; y tercero, el sector privado pasó de ser un ahorrador neto a un
deudor neto. Así, toda la economía mexicana empezó a depender de manera
creciente e insostenible de la deuda externa.
El modelo está construido con una gran riqueza de detalles en series
mensuales, pudiéndose calcular los flujos financieros excluyendo los efectos
cambiarios, ya que todos los conceptos están desglosados por sus
componentes denominados en pesos o en dólares. Además, como la información
estadística completa para estimar el modelo se obtiene con retraso,
se han elaborado métodos para efectuar estimaciones basadas en la información
parcial, pero disponible de manera más oportuna.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
136
Por último, entre las tareas de reconstrucción de los instrumentos técnicos
para analizar la economía mexicana, se está trabajando en un nuevo
modelo, a partir de éste, que permita realizar proyecciones de las variables
más importantes, así como efectuar simulaciones sobre los efectos de cambios
en la política económica o choques provenientes del exterior. Con tareas
de este tipo se trata de recuperar la vieja tradición de los excelentes equipos
que hacían este trabajo en México en años anteriores.
137
ANEXO
CUADRO 1 (PRIMERA PARTE)
RECURSOS DE LA BANCA COMERCIAL
(SALDOS EN MILLONES DE PESOS)
1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995
Recursos totales 94 560 139 536 213 312 321 362 395 483 470 153 677 740 739 373
Moneda nacional 66 036 100 683 157 617 243 621 308 121 356 847 475 342 469 501
Moneda extranjera 28 524 38 853 55 695 77 740 87 362 113 306 202 398 269 872
(Millones de dólares) 12 505 14 711 18 909 25 314 28 042 36 481 38 009 35 312
Con sectores financieros
Total 9 562 8 132 14 708 24 478 28 898 37 056 57 891 132 246
Moneda nacional 7 827 5 931 13 148 21 437 25 037 32 987 53 151 101 530
Moneda extranjera 1 736 2 201 1 560 3 041 3 861 4 069 4 740 30 716
(Millones de dólares) 761 833 530 990 1 239 1 310 890 4 019
Con el sistema bancario
Total 8 846 6 747 6 227 8 413 9 169 15 523 30 628 33 142
Moneda nacional 7 276 4 615 5 606 7 946 7 986 14 249 29 670 31 314
Moneda extranjera 1 570 2 132 621 467 1 183 1 274 958 1 828
(Millones de dólares) 688 807 211 152 380 410 180 239
Reservas en Banxico 6 813 4 204 5 543 6 342 5 919 5 097 6 600 16 485
Moneda nacional 6 537 4 040 5 325 6 170 5 710 4 639 6 600 16 485
Moneda extranjera 276 164 218 172 209 458 0 0
(Millones de dólares) 121 62 74 56 67 147 0 0
Financiamiento
a banca de desarrollo 2 033 2 543 684 2 071 3 250 10 426 24 028 16 657
Moneda nacional 739 575 281 1 776 2 276 9 610 23 070 14 829
Moneda extranjera 1 294 1 968 403 295 974 816 958 1 828
(Millones de dólares) 567 745 137 96 313 263 180 239
Con otros intermediarios
Total 716 1 385 8 481 16 065 19 729 21 533 27 263 99 104
Moneda nacional 551 1 316 7 542 13 491 17 051 18 738 23 481 70 216
Moneda extranjera 166 69 939 2 574 2 678 2 795 3 782 28 888
(Millones de dólares) 73 26 319 838 860 900 710 3 780
Financiamiento a instituciones
financieras del sector público 70 347 647 1 298 281 123 176 69 300
Moneda nacional 52 347 572 1 042 281 123 176 46 186
Moneda extranjera 18 0 75 256 0 0 0 23 114
(Millones de dólares) 8 0 25 83 0 0 0 3 024
Financiamiento a instituciones
del sector privado 646 1 038 7 834 14 767 19 448 21 410 27 087 29 804
Moneda nacional 498 969 6 970 12 449 16 770 18 615 23 305 24 030
Moneda extranjera 148 69 864 2 318 2 678 2 795 3 782 5 774
(Millones de dólares) 65 26 293 755 860 900 710 756
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
138
...CUADRO 1 (SEGUNDA PARTE)
RECURSOS DE LA BANCA COMERCIAL
(SALDOS EN MILLONES DE PESOS)
1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995
Con sectores no financieros
Total 84 998 131 404 198 604 296 884 366 585 433 097 619 849 607 127
Moneda nacional 58 209 94 752 144 469 222 184 283 084 323 860 422 191 367 971
Moneda extranjera 26 789 36 652 54 135 74 699 83 501 109 237 197 658 239 156
(Millones de dólares) 11 744 13 878 18 380 24 324 26 803 35 171 37 119 31 293
Con el sector público no financiero
Total 38 495 44 297 54 439 69 408 33 099 16 101 26 500 27 487
Moneda nacional 27 542 30 316 40 182 60 444 26 748 12 174 18 065 19 992
Moneda extranjera 10 953 13 981 14 257 8 963 6 351 3 927 8 435 7 495
(Millones de dólares) 4 802 5 294 4 840 2 919 2 039 1 264 1 584 981
Financiamiento del sector
público económico 38 196 43 517 51 744 65 506 28 186 7 074 11 588 22 089
Moneda nacional 27 245 29 539 37 549 56 544 21 836 3 147 3 153 15 585
Moneda extranjera 10 951 13 978 14 195 8 961 6 350 3 927 8 435 6 504
(Millones de dólares) 4 801 5 293 4 819 2 918 2 038 1 264 1 584 851
Financiamiento a estados
y municipios 299 780 2 695 3 902 4 913 9 027 14 912 5 398
Moneda nacional 297 777 2 633 3 900 4 912 9 027 14 912 4 407
Moneda extranjera 2 3 62 2 1 0 0 991
(Millones de dólares) 1 1 21 1 0 0 0 130
Con el sector privado no financiero
Total 40 630 80 160 133 763 213 859 318 353 398 531 562 717 531 715
Moneda nacional 30 665 64 399 104 107 161 738 256 336 311 546 403 917 347 948
Moneda extranjera 9 965 15 761 29 656 52 121 62 017 86 985 158 800 183 767
(Millones de dólares) 4 369 5 968 10 069 16 972 19 907 28 006 29 822 24 045
Con el sector externo
Total 5 873 6 947 10 402 13 617 15 133 18 465 30 632 47 925
Moneda nacional 2 37 180 2 0 140 209 31
Moneda extranjera 5 871 6 910 10 222 13 615 15 133 18 325 30 423 47 894
(Millones de dólares) 2 574 2 616 3 470 4 433 4 857 5 900 5 713 6 267
Reservas internacionales 2 785 3 404 4 853 5 817 5 693 6 885 10 089 20 008
(Millones de dólares) 1 221 1 289 1 648 1 894 1 827 2 217 1 895 2 618
Financiamiento al sector
externo 3 088 3 543 5 549 7 800 9 440 11 580 20 543 27 917
Moneda nacional 2 37 180 2 0 140 209 31
Moneda extranjera 3 086 3 506 5 369 7 798 9 440 11 440 20 334 27 886
(Millones de dólares) 1 353 1 328 1 823 2 539 3 030 3 683 3 819 3 649
UN MODELO DE SALDOS Y FLUJOS FINANCIEROS DE LA ECONOMÍA MEXICANA
139
CUADRO 2 (PRIMERA PARTE)
OBLIGACIONES DE LA BANCA COMERCIAL
(SALDOS EN MILLONES DE PESOS)
1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995
Obligaciones totales 94 560 139 536 213 312 321 362 395 483 470 153 677 740 739 373
Moneda nacional 66 583 101 620 157 578 242 262 304 401 351 936 466 520 468 305
Moneda extranjera 27 978 37 916 55 734 79 099 91 082 118 217 211 220 271 068
(Millones de dólares) 12 265 14 357 18 922 25 757 29 236 38 062 39 666 35 468
Con sectores financieros
Total 10 360 14 197 23 668 34 496 45 888 71 000 144 432 201 556
Moneda nacional 6 778 8 735 13 950 22 366 30 230 48 301 94 392 149 284
Moneda extranjera 3 582 5 462 9 718 12 130 15 658 22 699 50 040 52 272
(Millones de dólares) 1 570 2 068 3 299 3 950 5 026 7 308 9 397 6 840
Con el sistema bancario
Total 2 390 3 872 11 090 18 006 24 451 41 589 95 766 114 664
Moneda nacional 1 809 2 499 4 575 8 852 10 662 21 703 50 206 67 551
Moneda extranjera 581 1 373 6 515 9 154 13 789 19 886 45 560 47 113
(Millones de dólares) 255 520 2 212 2 981 4 426 6 403 8 556 6 165
Reservas en Banxico 163 21 37 34 13 810 28 292 43 132
Moneda nacional 156 16 34 34 13 810 28 292 43 132
Moneda extranjera 7 5 3 0 0 0 0 0
(Millones de dólares) 3 2 1 0 0 0 0 0
Banca de desarrollo 2 227 3 851 11 053 17 972 24 438 40 779 67 474 71 532
Moneda nacional 1 653 2 483 4 541 8 818 10 649 20 893 21 914 24 419
Moneda extranjera 574 1 368 6 512 9 154 13 789 19 886 45 560 47 113
(Millones de dólares) 252 518 2 211 2 981 4 426 6 403 8 556 6 165
Con otros intermediarios
Total 7 971 10 325 12 578 16 490 21 437 29 411 48 666 86 892
Moneda nacional 4 970 6 236 9 375 13 514 19 568 26 598 44 186 81 733
Moneda extranjera 3 001 4 089 3 203 2 976 1 869 2 813 4 480 5 159
(Millones de dólares) 1 316 1 548 1 087 969 600 906 841 675
Intermediarios financieros
del sector público
7 547 10 003 11 562 14 901 19 372 24 053 36 634 72 799
Moneda nacional 4 738 6 097 8 567 12 145 17 771 21 963 33 641 69 934
Moneda extranjera 2 809 3 906 2 995 2 756 1 601 2 090 2 993 2 865
(Millones de dólares) 1 231 1 479 1 017 897 514 673 562 375
Intermediarios financieros
del sector privado
424 322 1 016 1 589 2 065 5 358 12 032 14 093
Moneda nacional 231 139 808 1 369 1 797 4 635 10 545 11 799
Moneda extranjera 193 183 208 220 268 723 1 487 2 294
(Millones de dólares) 84 69 71 72 86 233 279 300
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
140
...CUADRO 2 (SEGUNDA PARTE)
OBLIGACIONES DE LA BANCA COMERCIAL
(SALDOS EN MILLONES DE PESOS)
1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995
Con sectores no financieros
Total 82 466 121 846 185 758 273 496 325 729 372 976 493 288 647 453
Moneda nacional 58 851 89 914 137 868 206 212 253 555 289 375 338 029 451 219
Moneda extranjera 23 614 31 932 47 890 67 284 72 174 83 601 155 259 196 234
(Millones de dólares) 10 353 12 091 16 259 21 909 23 167 26 917 29 157 25 677
Con el sector público
no financiero
Total 913 1 232 1 811 2 364 2 428 2 664 3 894 7 172
Moneda nacional 645 883 1 693 1 971 2 328 2 525 3 619 5 947
Moneda extranjera 268 349 118 393 100 139 275 1 225
(Millones de dólares) 117 132 40 128 32 45 52 160
Sector público económico 800 1 075 1 472 1 773 1 874 2 262 3 341 4 299
Moneda nacional 532 726 1 354 1 510 1 774 2 131 3 069 3 159
Moneda extranjera 268 349 118 263 100 131 272 1 140
(Millones de dólares) 117 132 40 86 32 42 51 149
Estados y municipios 113 157 339 591 554 402 553 2 873
Moneda nacional 113 157 339 461 554 394 550 2 788
Moneda extranjera 0 0 0 130 0 8 3 85
(Millones de dólares) 0 0 0 42 0 3 1 11
Con el sector privado
no financiero
Total 62 441 96 035 142 945 213 637 263 476 299 276 361 305 486 448
Moneda nacional 57 969 88 863 135 744 203 752 250 894 286 786 334 310 444 512
Moneda extranjera 4 472 7 172 7 201 9 885 12 582 12 490 26 995 41 936
(Millones de dólares) 1 961 2 716 2 445 3 219 4 039 4 021 5 069 5 487
Con el sector externo
Total 19 111 24 579 41 002 57 495 59 825 71 036 128 089 153 833
Moneda nacional 237 168 431 489 333 64 100 760
Moneda extranjera 18 874 24 411 40 571 57 006 59 492 70 972 127 989 153 073
(Millones de dólares) 8 274 9 243 13 774 18 563 19 096 22 851 24 035 20 029
Otros pasivos (neto)
Total 1 735 3 493 3 886 13 370 23 866 26 177 40 020 (109 636)
Moneda nacional 953 2 971 5 760 13 684 20 616 14 260 34 099 (132 198)
Moneda extranjera 781 522 (1 874) (315) 3 250 11 917 5 921 22 562
(Millones de dólares) 343 198 (636) (102) 1 043 3 837 1 112 2 952
UN MODELO DE SALDOS Y FLUJOS FINANCIEROS DE LA ECONOMÍA MEXICANA
141
CUADRO 3 (PRIMERA PARTE)
BALANCE NETO DE LA BANCA COMERCIAL
(SALDOS EN MILLONES DE PESOS)
1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995
Total 0 0 0 0 0 0 0 0
Moneda nacional (547) (937) 39 1 359 3 720 4 911 8 822 1 196
Moneda extranjera 547 937 (39) (1 359) (3 720) (4 911) (8 822) (1 196)
(Millones de dólares) 240 355 (13) (443) (1 194) (1 581) (1 657) (156)
Con sectores financieros
Total (798) (6 065) (8 960) (10 018) (16 990) (33 944) (86 541) (69 310)
Moneda nacional 1 049 (2 804) (802) (929) (5 193) (15 314) (41 241) (47 754)
Moneda extranjera (1 846) (3 261) (8 158) (9 089) (11 797) (18 630) (45 300) (21 556)
(Millones de dólares) (809) (1 235) (2 770) (2 960) (3 787) (5 998) (8 507) (2 821)
Con el sistema bancario
Total 6 457 2 875 (4 863) (9 593) (15 282) (26 066) (65 138) (81 522)
Moneda nacional 5 467 2 116 1 031 (906) (2 676) (7 454) (20 536) (36 237)
Moneda extranjera 989 759 (5 894) (8 687) (12 606) (18 612) (44 602) (45 285)
(Millones de dólares) 434 287 (2 001) (2 829) (4 046) (5 992) (8 376) (5 925)
Reservas en Banxico 6 650 4 183 5 506 6 308 5 906 4 287 (21 692) (26 647)
Moneda nacional 6 381 4 024 5 291 6 136 5 697 3 829 (21 692) (26 647)
Moneda extranjera 269 159 215 172 209 458 0 0
(Millones de dólares) 118 60 73 56 67 147 0 0
Banca de desarrollo (194) (1 308) (10 369) (15 901) (21 188) (30 353) (43 446) (54 875)
Moneda nacional (914) (1 908) (4 260) (7 042) (8 373) (11 283) 1 156 (9 590)
Moneda extranjera 720 600 (6 109) (8 859) (12 815) (19 070) (44 602) (45 285)
(Millones de dólares) 316 227 (2 074) (2 885) (4 113) (6 140) (8 376) (5 925)
Con otros intermediarios
Total (7 254) (8 940) (4 097) (425) (1 708) (7 878) (21 403) 12 212
Moneda nacional (4 419) (4 920) (1 833) (23) (2 517) (7 860) (20 705) (11 517)
Moneda extranjera (2 836) (4 020) (2 264) (402) 809 (18) (698) 23 729
(Millones de dólares) (1 243) (1 522) (769) (131) 260 (6) (131) 3 105
Intermediarios financieros
del sector público (7 477) (9 656) (10 915) (13 603) (19 091) (23 930) (36 458) (3 499)
Moneda nacional (4 686) (5 750) (7 995) (11 103) (17 490) (21 840) (33 465) (23 748)
Moneda extranjera (2 791) (3 906) (2 920) (2 500) (1 601) (2 090) (2 993) 20 249
(Millones de dólares) (1 223) (1 479) (991) (814) (514) (673) (562) 2 650
Intermediarios financieros
del sector privado 222 716 6 818 13 178 17 383 16 052 15 055 15 711
Moneda nacional 267 830 6 162 11 080 14 973 13 980 12 760 12 231
Moneda extranjera (45) (114) 656 2 098 2 410 2 072 2 295 3 480
(Millones de dólares) (20) (43) 223 683 774 667 431 455
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
142
...CUADRO 3 (SEGUNDA PARTE)
BALANCE NETO DE LA BANCA COMERCIAL
(SALDOS EN MILLONES DE PESOS)
1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995
Con sectores no financieros
Total 798 6 065 8 960 10 018 16 990 33 944 86 541 69 310
Moneda nacional (1 595) 1 867 841 2 288 8 913 20 225 50 063 48 950
Moneda extranjera 2 393 4 198 8 119 7 730 8 077 13 719 36 478 20 360
(Millones de dólares) 1 049 1 590 2 757 2 517 2 593 4 417 6 850 2 664
Con el sector público
no financiero
Total 37 582 43 065 52 628 67 044 30 671 13 437 22 606 20 315
Moneda nacional 26 897 29 433 38 489 58 473 24 420 9 649 14 446 14 045
Moneda extranjera 10 685 13 632 14 139 8 570 6 251 3 788 8 160 6 270
(Millones de dólares) 4 684 5 162 4 800 2 791 2 006 1 220 1 532 820
Sector público económico 37 396 42 442 50 272 63 733 26 312 4 812 8 247 17 790
Moneda nacional 26 713 28 813 36 195 55 034 20 062 1 016 84 12 426
Moneda extranjera 10 683 13 629 14 077 8 698 6 250 3 796 8 163 5 364
(Millones de dólares) 4 683 5 161 4 779 2 832 2 006 1 222 1 533 702
Estados y municipios 186 623 2 356 3 311 4 359 8 625 14 359 2 525
Moneda nacional 184 620 2 294 3 439 4 358 8 633 14 362 1 619
Moneda extranjera 2 3 62 (128) 1 (8) (3) 906
(Millones de dólares) 1 1 21 (42) 0 (3) (1) 119
Con el sector privado
no financiero
Total (21 811) (15 875) (9 182) 222 54 877 99 255 201 412 45 267
Moneda nacional (27 304) (24 464) (31 637) (42 014) 5 442 24 760 69 607 (96 564)
Moneda extranjera 5 493 8 589 22 455 42 236 49 435 74 495 131 805 141 831
(Millones de dólares) 2 408 3 252 7 624 13 753 15 868 23 985 24 752 18 558
Con el sector externo
Total (13 239) (17 632) (30 600) (43 878) (44 692) (52 571) (97 457) (105 908)
Moneda nacional (235) (131) (251) (487) (333) 76 109 (729)
Moneda extranjera (13 004) (17 501) (30 349) (43 391) (44 359) (52 647) (97 566) (105 179)
(Millones de dólares) (5 701) (6 627) (10 304) (14 129) (14 239) (16 951) (18 322) (13 762)
Otros (neto)
Total 1 353 50 1 663 (5 570) (14 426) (14 597) (19 477) 137 553
Moneda nacional (951) (2 934) (5 580) (13 682) (20 616) (14 120) (33 890) 132 229
Moneda extranjera 2 305 2 984 7 243 8 113 6 190 (477) 14 413 5 324
(Millones de dólares) 1 010 1 130 2 459 2 642 1 987 (154) 2 707 697
UN MODELO DE SALDOS Y FLUJOS FINANCIEROS DE LA ECONOMÍA MEXICANA
143
CUADRO 4 (PRIMERA PARTE)
RECURSOS DE LA BANCA DE DESARROLLO
(SALDOS EN MILLONES DE PESOS)
1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995
Recursos totales 77 569 84 147 87 233 99 719 125 768 160 239 276 002 386 324
Moneda nacional 20 837 21 574 23 798 28 537 41 315 63 620 80 537 99 407
Moneda extranjera 56 732 62 573 63 435 71 182 84 453 96 619 195 465 286 917
(Millones de dólares) 24 872 23 693 21 537 23 179 27 108 31 108 36 707 37 542
Con sectores financieros
Total 6 435 7 879 14 570 22 452 33 974 58 511 94 058 102 048
Moneda nacional 2 894 3 289 5 603 10 688 15 704 31 457 39 647 40 741
Moneda extranjera 3 542 4 590 8 967 11 764 18 270 27 054 54 411 61 307
(Millones de dólares) 1 553 1 738 3 044 3 831 5 864 8 711 10 218 8 022
Con el sistema bancario
Total 3 129 4 667 12 042 19 010 26 042 42 728 69 928 75 666
Moneda nacional 2 073 2 776 4 848 9 049 10 959 21 204 22 422 24 603
Moneda extranjera 1 056 1 891 7 194 9 961 15 083 21 524 47 506 51 063
(Millones de dólares) 463 716 2 442 3 244 4 841 6 930 8 921 6 681
Reservas en Banxico 902 816 989 1 038 1 604 1 949 2 454 4 134
Moneda nacional 420 293 307 231 310 311 508 184
Moneda extranjera 482 523 682 807 1 294 1 638 1 946 3 950
(Millones de dólares) 211 198 232 263 415 527 365 517
Financiamiento a banca
de desarrollo 2 227 3 851 11 053 17 972 24 438 40 779 67 474 71 532
Moneda nacional 1 653 2 483 4 541 8 818 10 649 20 893 21 914 24 419
Moneda extranjera 574 1 368 6 512 9 154 13 789 19 886 45 560 47 113
(Millones de dólares) 252 518 2 211 2 981 4 426 6 403 8 556 6 165
Con otros intermediarios
Total 3 307 3 212 2 528 3 442 7 932 15 783 24 130 26 382
Moneda nacional 821 513 755 1 639 4 745 10 253 17 225 16 138
Moneda extranjera 2 486 2 699 1 773 1 803 3 187 5 530 6 905 10 244
(Millones de dólares) 1 090 1 022 602 587 1 023 1 780 1 297 1 340
Financiamiento a intermediarios
financieros del sector
público 3 304 3 150 2 081 1 989 1 394 1 718 3 212 4 374
Moneda nacional 819 458 319 230 242 358 928 928
Moneda extranjera 2 485 2 692 1 762 1 759 1 152 1 360 2 284 3 446
(Millones de dólares) 1 089 1 019 598 573 370 438 429 451
Financiamiento a intermediarios
financieros del sector
privado 3 62 447 1 453 6 538 14 065 20 918 22 008
Moneda nacional 2 55 436 1 409 4 503 9 895 16 297 15 210
Moneda extranjera 1 7 11 44 2 035 4 170 4 621 6 798
(Millones de dólares) 0 3 4 14 653 1 343 868 889
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
144
...CUADRO 4 (SEGUNDA PARTE)
RECURSOS DE LA BANCA DE DESARROLLO
(SALDOS EN MILLONES DE PESOS)
1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995
Con sectores no financieros
Total 71 134 76 268 72 663 77 267 91 794 101 728 181 944 284 276
Moneda nacional 17 944 18 285 18 195 17 849 25 611 32 163 40 890 58 666
Moneda extranjera 53 191 57 983 54 468 59 418 66 183 69 565 141 054 225 610
(Millones de dólares) 23 319 21 955 18 493 19 348 21 244 22 398 26 489 29 520
Con el sector público
no financiero
Total 57 490 60 584 56 038 55 682 60 725 62 732 115 069 186 778
Moneda nacional 9 074 7 193 5 772 3 534 4 690 4 867 7 358 11 976
Moneda extranjera 48 416 53 391 50 266 52 148 56 035 57 865 107 711 174 802
(Millones de dólares) 21 226 20 216 17 066 16 981 17 986 18 631 20 227 22 872
Financiamiento del sector
público económico 57 153 59 925 54 879 53 112 55 931 57 161 106 246 175 650
Moneda nacional 8 767 6 558 4 636 1 064 600 253 1 181 3 318
Moneda extranjera 48 386 53 367 50 243 52 048 55 331 56 908 105 065 172 332
(Millones de dólares) 21 213 20 207 17 058 16 948 17 760 18 323 19 731 22 549
Financiamiento a estados
y municipios 337 659 1 159 2 570 4 794 5 571 8 823 11 128
Moneda nacional 307 635 1 136 2 470 4 090 4 614 6 177 8 658
Moneda extranjera 30 24 23 100 704 957 2 646 2 470
(Millones de dólares) 13 9 8 33 226 308 497 323
Con el sector privado
no financiero
Total 12 698 14 650 15 636 19 654 27 444 36 011 54 126 73 535
Moneda nacional 8 869 11 091 12 423 14 315 20 921 27 296 33 532 46 690
Moneda extranjera 3 829 3 559 3 213 5 339 6 523 8 715 20 594 26 845
(Millones de dólares) 1 679 1 348 1 091 1 739 2 094 2 806 3 867 3 513
Con el sector externo
Total 946 1 034 989 1 931 3 625 2 985 12 749 23 963
Moneda nacional 0 1 0 0 0 0 0 0
Moneda extranjera 946 1 033 989 1 931 3 625 2 985 12 749 23 963
(Millones de dólares) 415 391 336 629 1 164 961 2 394 3 135
Reservas internacionales 247 213 187 754 1 461 625 4 513 13 519
(Millones de dólares) 108 81 63 246 469 201 848 1 769
Financiamiento al sector
externo 699 821 802 1 177 2 164 2 360 8 236 10 444
Moneda nacional 0 1 0 0 0 0 0 0
Moneda extranjera 699 820 802 1 177 2 164 2 360 8 236 10 444
(Millones de dólares) 307 310 272 383 695 760 1 547 1 367
UN MODELO DE SALDOS Y FLUJOS FINANCIEROS DE LA ECONOMÍA MEXICANA
145
CUADRO 5 (PRIMERA PARTE)
OBLIGACIONES DE LA BANCA DE DESARROLLO
(SALDOS EN MILLONES DE PESOS)
1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995
Obligaciones totales 77 569 84 147 87 233 99 719 125 768 160 239 276 002 386 324
Moneda nacional 21 760 21 534 24 209 30 392 42 470 62 645 79 975 96 192
Moneda extranjera 55 809 62 613 63 024 69 327 83 298 97 594 196 027 290 132
(Millones de dólares) 24 467 23 708 21 397 22 575 26 737 31 422 36 813 37 963
Con sectores financieros
Total 4 202 5 453 6 644 10 423 13 593 26 908 45 866 39 837
Moneda nacional 2 359 2 804 6 093 9 990 12 252 25 755 44 399 37 288
Moneda extranjera 1 843 2 649 551 433 1 341 1 153 1 467 2 549
(Millones de dólares) 808 1 003 187 141 430 371 275 334
Con el sistema bancario
Total 2 886 2 685 1 242 3 295 5 655 13 257 28 396 18 546
Moneda nacional 1 544 679 817 2 998 4 412 12 190 27 065 16 265
Moneda extranjera 1 342 2 006 425 297 1 243 1 067 1 331 2 281
(Millones de dólares) 588 760 144 97 399 344 250 298
Reservas en Banxico 853 142 558 1 224 2 405 2 831 4 368 1 889
Moneda nacional 805 104 536 1 222 2 136 2 580 3 995 1 436
Moneda extranjera 48 38 22 2 269 251 373 453
(Millones de dólares) 21 14 7 1 86 81 70 59
Banca de desarrollo 2 033 2 543 684 2 071 3 250 10 426 24 028 16 657
Moneda nacional 739 575 281 1 776 2 276 9 610 23 070 14 829
Moneda extranjera 1 294 1 968 403 295 974 816 958 1 828
(Millones de dólares) 567 745 137 96 313 263 180 239
Con otros intermediarios
Total 1 316 2 768 5 402 7 128 7 938 13 651 17 470 21 291
Moneda nacional 815 2 125 5 276 6 992 7 840 13 565 17 334 21 023
Moneda extranjera 501 643 126 136 98 86 136 268
(Millones de dólares) 219 243 43 44 31 28 26 35
Intermediarios financieros
del sector público 1 273 1 096 874 1 602 2 780 3 277 2 882 3 510
Moneda nacional 783 465 778 1 529 2 735 3 244 2 837 3 474
Moneda extranjera 490 631 96 73 45 33 45 36
(Millones de dólares) 215 239 33 24 14 11 8 5
Intermediarios financieros
del sector privado 43 1 672 4 528 5 526 5 158 10 374 14 588 17 781
Moneda nacional 32 1 660 4 498 5 463 5 105 10 321 14 497 17 549
Moneda extranjera 10 12 30 63 53 53 91 232
(Millones de dólares) 5 5 10 21 17 17 17 30
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
146
...CUADRO 5 (SEGUNDA PARTE)
OBLIGACIONES DE LA BANCA DE DESARROLLO
(SALDOS EN MILLONES DE PESOS)
1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995
Con sectores no financieros
Total 81 424 82 308 72 003 82 031 101 291 128 715 237 581 340 950
Moneda nacional 14 110 9 177 6 384 7 384 16 664 27 400 33 368 45 006
Moneda extranjera 67 314 73 131 65 619 74 647 84 627 101 315 204 213 295 944
(Millones de dólares) 29 511 27 691 22 278 24 307 27 164 32 620 38 350 38 723
Con el sector público
no financiero
Total 9 667 6 361 6 214 4 560 4 440 4 544 6 512 17 304
Moneda nacional 6 759 3 981 2 373 583 460 575 241 286
Moneda extranjera 2 908 2 380 3 841 3 977 3 980 3 969 6 271 17 018
(Millones de dólares) 1 275 901 1 304 1 295 1 278 1 278 1 178 2 227
Sector público económico 9 636 6 332 6 023 4 282 4 268 4 535 6 505 17 295
Moneda nacional 6 728 3 952 2 182 305 288 566 234 277
Moneda extranjera 2 908 2 380 3 841 3 977 3 980 3 969 6 271 17 018
(Millones de dólares) 1 275 901 1 304 1 295 1 278 1 278 1 178 2 227
Estados y municipios 31 29 191 278 172 9 7 9
Moneda nacional 31 29 191 278 172 9 7 9
Moneda extranjera 0 0 0 0 0 0 0 0
(Millones de dólares) 0 0 0 0 0 0 0 0
Con el sector privado
no financiero
Total 7 399 5 305 4 153 6 875 16 499 27 358 33 889 45 402
Moneda nacional 7 239 5 195 4 010 6 798 16 202 26 822 33 126 44 719
Moneda extranjera 160 110 143 77 297 536 763 683
(Millones de dólares) 70 42 49 25 95 173 143 89
Con el sector externo
Total 64 358 70 642 61 636 70 596 80 352 96 813 197 180 278 244
Moneda nacional 112 1 1 3 2 3 1 1
Moneda extranjera 64 246 70 641 61 635 70 593 80 350 96 810 197 179 278 243
(Millones de dólares) 28 166 26 748 20 926 22 987 25 791 31 170 37 029 36 407
Otros pasivos (neto)
Total (8 056) (3 614) 8 586 7 265 10 884 4 616 (7 445) 5 537
Moneda nacional 5 291 9 553 11 732 13 018 13 554 9 490 2 208 13 898
Moneda extranjera (13 347) (13 167) (3 146) (5 753) (2 670) (4 874) (9 653) (8 361)
(Millones de dólares) (5 851) (4 986) (1 068) (1 873) (857) (1 569) (1 813) (1 094)
UN MODELO DE SALDOS Y FLUJOS FINANCIEROS DE LA ECONOMÍA MEXICANA
147
CUADRO 6 (PRIMERA PARTE)
BALANCE NETO DE LA BANCA DE DESARROLLO
(SALDOS EN MILLONES DE PESOS)
1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995
Total 0 0 0 0 0 0 0 0
Moneda nacional (923) 40 (411) (1 855) (1 155) 975 562 3 215
Moneda extranjera 923 (40) 411 1 855 1 155 (975) (562) (3 215)
(Millones de dólares) 405 (15) 140 604 371 (314) (106) (421)
Con sectores financieros
Total 2 234 2 426 7 926 12 029 20 381 31 603 48 192 62 211
Moneda nacional 535 485 (490) 698 3 452 5 702 (4 752) 3 453
Moneda extranjera 1 699 1 941 8 416 11 331 16 929 25 901 52 944 58 758
(Millones de dólares) 745 735 2 857 3 690 5 434 8 339 9 943 7 688
Con el sistema bancario
Total 243 1 982 10 800 15 715 20 387 29 471 41 532 57 120
Moneda nacional 529 2 097 4 031 6 051 6 547 9 014 (4 643) 8 338
Moneda extranjera (286) (115) 6 769 9 664 13 840 20 457 46 175 48 782
(Millones de dólares) (125) (44) 2 298 3 147 4 442 6 586 8 671 6 383
Reservas en Banxico 49 674 431 (186) (801) (882) (1 914) 2 245
Moneda nacional (385) 189 (229) (991) (1 826) (2 269) (3 487) (1 252)
Moneda extranjera 434 485 660 805 1 025 1 387 1 573 3 497
(Millones de dólares) 190 184 224 262 329 447 295 458
Banca de desarrollo 194 1 308 10 369 15 901 21 188 30 353 43 446 54 875
Moneda nacional 914 1 908 4 260 7 042 8 373 11 283 (1 156) 9 590
Moneda extranjera (720) (600) 6 109 8 859 12 815 19 070 44 602 45 285
(Millones de dólares) (316) (227) 2 074 2 885 4 113 6 140 8 376 5 925
Con otros intermediarios
Total 1 991 444 (2 874) (3 686) (6) 2 132 6 660 5 091
Moneda nacional 6 (1 612) (4 521) (5 353) (3 095) (3 312) (109) (4 885)
Moneda extranjera 1 985 2 056 1 647 1 667 3 089 5 444 6 769 9 976
(Millones de dólares) 870 778 559 543 992 1 753 1 271 1 305
Intermediarios financieros
del sector público 2 031 2 054 1 207 387 (1 386) (1 559) 330 864
Moneda nacional 36 (7) (459) (1 299) (2 493) (2 886) (1 909) (2 546)
Moneda extranjera 1 995 2 061 1 666 1 686 1 107 1 327 2 239 3 410
(Millones de dólares) 875 780 566 549 355 427 420 446
Intermediarios financieros
del sector privado (40) (1 610) (4 081) (4 073) 1 380 3 691 6 330 4 227
Moneda nacional (30) (1 605) (4 062) (4 054) (602) (426) 1 800 (2 339)
Moneda extranjera (10) (5) (19) (19) 1 982 4 117 4 530 6 566
(Millones de dólares) (4) (2) (6) (6) 636 1 326 851 859
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
148
...CUADRO 6 (SEGUNDA PARTE)
BALANCE NETO DE LA BANCA DE DESARROLLO
(SALDOS EN MILLONES DE PESOS)
1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995
Con sectores no financieros
Total (2 234) (2 426) (7 926) (12 029) (20 381) (31 603) (48 192) (62 211)
Moneda nacional (1 457) (445) 79 (2 553) (4 607) (4 727) 5 314 (238)
Moneda extranjera (776) (1 981) (8 005) (9 476) (15 774) (26 876) (53 506) (61 973)
(Millones de dólares) (340) (750) (2 718) (3 086) (5 063) (8 653) (10 048) (8 109)
Con el sector público
no financiero
Total 47 823 54 223 49 824 51 122 56 285 58 188 108 557 169 474
Moneda nacional 2 315 3 212 3 399 2 951 4 230 4 292 7 117 11 690
Moneda extranjera 45 508 51 011 46 425 48 171 52 055 53 896 101 440 157 784
(Millones de dólares) 19 951 19 315 15 762 15 686 16 709 17 353 19 050 20 646
Sector público económico 47 517 53 593 48 856 48 830 51 663 52 626 99 741 158 355
Moneda nacional 2 039 2 606 2 454 759 312 (313) 947 3 041
Moneda extranjera 45 478 50 987 46 402 48 071 51 351 52 939 98 794 155 314
(Millones de dólares) 19 938 19 306 15 754 15 653 16 483 17 045 18 553 20 322
Estados y municipios 306 630 968 2 292 4 622 5 562 8 816 11 119
Moneda nacional 276 606 945 2 192 3 918 4 605 6 170 8 649
Moneda extranjera 30 24 23 100 704 957 2 646 2 470
(Millones de dólares) 13 9 8 33 226 308 497 323
Con el sector privado
no financiero
Total 5 300 9 345 11 483 12 779 10 945 8 653 20 237 28 133
Moneda nacional 1 631 5 896 8 413 7 517 4 719 474 406 1 971
Moneda extranjera 3 669 3 449 3 070 5 262 6 226 8 179 19 831 26 162
(Millones de dólares) 1 608 1 306 1 042 1 713 1 998 2 633 3 724 3 423
Con el sector externo
Total (63 412) (69 608) (60 647) (68 665) (76 727) (93 828) (184 431) (254 281)
Moneda nacional (112) 0 (1) (3) (2) (3) (1) (1)
Moneda extranjera (63 300) (69 608) (60 646) (68 662) (76 725) (93 825) (184 430) (254 280)
(Millones de dólares) (27 751) (26 357) (20 590) (22 358) (24 628) (30 209) (34 635) (33 272)
Otros (neto)
Total 8 755 4 435 (7 784) (6 088) (8 720) (2 256) 15 681 4 907
Moneda nacional (5 291) (9 552) (11 732) (13 018) (13 554) (9 490) (2 208) (13 898)
Moneda extranjera 14 046 13 987 3 948 6 930 4 834 7 234 17 889 18 805
(Millones de dólares) 6 158 5 296 1 340 2 257 1 552 2 329 3 359 2 461
UN MODELO DE SALDOS Y FLUJOS FINANCIEROS DE LA ECONOMÍA MEXICANA
149
CUADRO 7 (PRIMERA PARTE)
RECURSOS DEL BANCO DE MÉXICO
(SALDOS EN MILLONES DE PESOS)
1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995
Recursos totales 50 483 60 169 77 611 88 570 93 098 94 865 103 611 230 341
Moneda nacional 32 990 38 437 41 694 35 213 35 435 19 071 91 444 110 537
Moneda extranjera 17 493 21 732 35 917 53 357 57 663 75 794 12 167 119 804
(Millones de dólares) 7 669 8 229 12 194 17 375 18 509 24 403 2 285 15 676
Con sectores financieros
Total 2 799 3 319 6 393 11 133 17 041 24 868 70 703 123 023
Moneda nacional 2 744 3 276 6 368 11 131 16 772 24 617 70 330 122 570
Moneda extranjera 55 43 25 2 269 251 373 453
(Millones de dólares) 24 16 8 1 86 81 70 59
Con el sistema bancario
Total 1 016 163 595 1 258 2 418 3 641 32 660 45 021
Moneda nacional 961 120 570 1 256 2 149 3 390 32 287 44 568
Moneda extranjera 55 43 25 2 269 251 373 453
(Millones de dólares) 24 16 8 1 86 81 70 59
Financiamiento a banca
de desarrollo
853 142 558 1 224 2 405 2 831 4 368 1 889
Moneda nacional 805 104 536 1 222 2 136 2 580 3 995 1 436
Moneda extranjera 48 38 22 2 269 251 373 453
(Millones de dólares) 21 14 7 1 86 81 70 59
Financiamiento a banca
comercial
163 21 37 34 13 810 28 292 43 132
Moneda nacional 156 16 34 34 13 810 28 292 43 132
Moneda extranjera 7 5 3 0 0 0 0 0
(Millones de dólares) 3 2 1 0 0 0 0 0
Con otros intermediarios
Total 1 783 3 156 5 798 9 875 14 623 21 227 38 043 78 002
Moneda nacional 1 783 3 156 5 798 9 875 14 623 21 227 38 043 78 002
Moneda extranjera 0 0 0 0 0 0 0 0
(Millones de dólares) 0 0 0 0 0 0 0 0
Financiamiento a intermediarios
financieros del sector
público
1 783 3 156 5 798 9 875 14 623 21 227 38 043 78 002
Moneda nacional 1 783 3 156 5 798 9 875 14 623 21 227 38 043 78 002
Moneda extranjera 0 0 0 0 0 0 0 0
(Millones de dólares) 0 0 0 0 0 0 0 0
Financiamiento a intermediarios
financieros del sector
privado
0 0 0 0 0 0 0 0
Moneda nacional 0 0 0 0 0 0 0 0
Moneda extranjera 0 0 0 0 0 0 0 0
(Millones de dólares) 0 0 0 0 0 0 0 0
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
150
...CUADRO 7 (SEGUNDA PARTE)
RECURSOS DEL BANCO DE MÉXICO
(SALDOS EN MILLONES DE PESOS)
1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995
Con sectores no financieros
Total 47 684 56 850 71 218 77 437 76 057 69 997 32 908 107 318
Moneda nacional 30 246 35 161 35 326 24 082 18 663 (5 546) 21 114 (12 033)
Moneda extranjera 17 438 21 689 35 892 53 355 57 394 75 543 11 794 119 351
(Millones de dólares) 7 645 8 212 12 186 17 374 18 423 24 322 2 215 15 617
Con el sector público
no financiero
Total 32 657 38 734 40 958 21 867 16 065 (8 707) 169 (12 983)
Moneda nacional 30 246 35 161 35 326 24 082 18 663 (5 546) 21 114 (12 033)
Moneda extranjera 2 411 3 573 5 632 (2 215) (2 598) (3 161) (20 945) (950)
(Millones de dólares) 1 057 1 353 1 912 (721) (834) (1 018) (3 933) (124)
Financiamiento del sector
público económico
32 657 38 734 40 958 21 867 16 065 (8 707) 169 (12 983)
Moneda nacional 30 246 35 161 35 326 24 082 18 663 (5 546) 21 114 (12 033)
Moneda extranjera 2 411 3 573 5 632 (2 215) (2 598) (3 161) (20 945) (950)
(Millones de dólares) 1 057 1 353 1 912 (721) (834) (1 018) (3 933) (124)
Financiamiento a estados
y municipios
0 0 0 0 0 0 0 0
Moneda nacional 0 0 0 0 0 0 0 0
Moneda extranjera 0 0 0 0 0 0 0 0
(Millones de dólares) 0 0 0 0 0 0 0 0
Con el sector privado
no financiero
Total 0 0 0 0 0 0 0 0
Moneda nacional 0 0 0 0 0 0 0 0
Moneda extranjera 0 0 0 0 0 0 0 0
(Millones de dólares) 0 0 0 0 0 0 0 0
Con el sector externo
Total 15 027 18 116 30 260 55 570 59 992 78 704 32 739 120 301
Moneda nacional 0 0 0 0 0 0 0 0
Moneda extranjera 15 027 18 116 30 260 55 570 59 992 78 704 32 739 120 301
(Millones de dólares) 6 588 6 860 10 274 18 095 19 257 25 340 6 148 15 741
Reservas internacionales 15 027 18 116 30 260 55 570 59 992 78 704 32 739 120 301
(Millones de dólares) 6 588 6 860 10 274 18 095 19 257 25 340 6 148 15 741
Financiamiento al sector
externo
0 0 0 0 0 0 0 0
Moneda nacional 0 0 0 0 0 0 0 0
Moneda extranjera 0 0 0 0 0 0 0 0
(Millones de dólares) 0 0 0 0 0 0 0 0
UN MODELO DE SALDOS Y FLUJOS FINANCIEROS DE LA ECONOMÍA MEXICANA
151
CUADRO 8 (PRIMERA PARTE)
OBLIGACIONES DEL BANCO DE MÉXICO
(SALDOS EN MILLONES DE PESOS)
1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995
Obligaciones totales 50 483 60 169 77 611 88 570 93 098 94 865 103 611 230 341
Moneda nacional 32 148 36 932 48 189 59 752 70 427 75 651 45 648 93 491
Moneda extranjera 18 335 23 237 29 422 28 818 22 671 19 214 57 963 136 850
(Millones de dólares) 8 038 8 799 9 989 9 384 7 277 6 186 10 885 17 906
Con sectores financieros
Total 14 992 12 858 15 295 13 008 11 007 12 847 17 938 44 040
Moneda nacional 9 196 5 645 6 243 7 452 8 897 10 100 15 992 40 090
Moneda extranjera 5 796 7 213 9 052 5 556 2 110 2 747 1 946 3 950
(Millones de dólares) 2 541 2 731 3 073 1 809 677 884 365 517
Con el sistema bancario
Total 7 715 5 020 6 532 7 380 7 523 7 046 9 054 20 619
Moneda nacional 6 957 4 333 5 632 6 401 6 020 4 950 7 108 16 669
Moneda extranjera 758 687 900 979 1 503 2 096 1 946 3 950
(Millones de dólares) 332 260 306 319 482 675 365 517
Banca de desarrollo 902 816 989 1 038 1 604 1 949 2 454 4 134
Moneda nacional 420 293 307 231 310 311 508 184
Moneda extranjera 482 523 682 807 1 294 1 638 1 946 3 950
(Millones de dólares) 211 198 232 263 415 527 365 517
Banca comercial 6 813 4 204 5 543 6 342 5 919 5 097 6 600 16 485
Moneda nacional 6 537 4 040 5 325 6 170 5 710 4 639 6 600 16 485
Moneda extranjera 276 164 218 172 209 458 0 0
(Millones de dólares) 121 62 74 56 67 147 0 0
Con otros intermediarios
Total 7 277 7 838 8 763 5 628 3 484 5 801 8 884 23 421
Moneda nacional 2 239 1 312 611 1 051 2 877 5 150 8 884 23 421
Moneda extranjera 5 038 6 526 8 152 4 577 607 651 0 0
(Millones de dólares) 2 209 2 471 2 768 1 490 195 210 0 0
Intermediarios financieros
del sector público 7 277 7 838 8 763 5 628 3 484 5 801 8 884 23 421
Moneda nacional 2 239 1 312 611 1 051 2 877 5 150 8 884 23 421
Moneda extranjera 5 038 6 526 8 152 4 577 607 651 0 0
(Millones de dólares) 2 209 2 471 2 768 1 490 195 210 0 0
Intermediarios financieros
del sector privado 0 0 0 0 0 0 0 0
Moneda nacional 0 0 0 0 0 0 0 0
Moneda extranjera 0 0 0 0 0 0 0 0
(Millones de dólares) 0 0 0 0 0 0 0 0
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
152
...CUADRO 8 (SEGUNDA PARTE)
OBLIGACIONES DEL BANCO DE MÉXICO
(SALDOS EN MILLONES DE PESOS)
1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995
Con sectores no financieros
Total 25 366 32 871 44 661 53 736 57 301 59 575 72 435 192 777
Moneda nacional 13 372 18 248 24 973 32 787 38 506 43 476 51 872 60 661
Moneda extranjera 11 994 14 623 19 688 20 949 18 795 16 099 20 563 132 116
(Millones de dólares) 5 258 5 537 6 684 6 822 6 033 5 183 3 862 17 287
Con el sector público
no financiero
Total 1 193 679 888 453 614 698 10 6
Moneda nacional 213 256 370 371 494 248 2 6
Moneda extranjera 980 423 518 82 120 450 8 0
(Millones de dólares) 430 160 176 27 39 145 2 0
Sector público económico 1 193 679 888 453 614 698 10 6
Moneda nacional 213 256 370 371 494 248 2 6
Moneda extranjera 980 423 518 82 120 450 8 0
(Millones de dólares) 430 160 176 27 39 145 2 0
Estados y municipios 0 0 0 0 0 0 0 0
Moneda nacional 0 0 0 0 0 0 0 0
Moneda extranjera 0 0 0 0 0 0 0 0
(Millones de dólares) 0 0 0 0 0 0 0 0
Con el sector privado
no financiero
Total 13 159 17 992 24 603 32 416 38 012 43 228 51 870 60 655
Moneda nacional 13 159 17 992 24 603 32 416 38 012 43 228 51 870 60 655
Moneda extranjera 0 0 0 0 0 0 0 0
(Millones de dólares) 0 0 0 0 0 0 0 0
Con el sector externo
Total 11 014 14 200 19 170 20 867 18 675 15 649 20 555 132 116
Moneda nacional 0 0 0 0 0 0 0 0
Moneda extranjera 11 014 14 200 19 170 20 867 18 675 15 649 20 555 132 116
(Millones de dólares) 4 829 5 377 6 508 6 795 5 994 5 038 3 860 17 287
Otros pasivos (neto)
Total 10 125 14 440 17 655 21 826 24 790 22 443 13 238 (6 476)
Moneda nacional 9 580 13 039 16 973 19 513 23 024 22 075 (22 216) (7 260)
Moneda extranjera 545 1 401 682 2 313 1 766 368 35 454 784
(Millones de dólares) 239 530 232 753 567 118 6 658 103
UN MODELO DE SALDOS Y FLUJOS FINANCIEROS DE LA ECONOMÍA MEXICANA
153
CUADRO 9 (PRIMERA PARTE)
BALANCE NETO DEL BANCO DE MÉXICO
(SALDOS EN MILLONES DE PESOS)
1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995
Total 0 0 0 0 0 0 0 0
Moneda nacional 842 1 505 (6 495) (24 539) (34 992) (56 580) 45 796 17 046
Moneda extranjera (842) (1 505) 6 495 24 539 34 992 56 580 (45 796) (17 046)
(Millones de dólares) (369) (570) 2 205 7 991 11 232 18 217 (8 600) (2 230)
Con sectores financieros
Total (12 193) (9 539) (8 902) (1 875) 6 034 12 021 52 765 78 983
Moneda nacional (6 452) (2 369) 125 3 679 7 875 14 517 54 338 82 480
Moneda extranjera (5 741) (7 170) (9 027) (5 554) (1 841) (2 496) (1 573) (3 497)
(Millones de dólares) (2 517) (2 715) (3 065) (1 809) (591) (804) (295) (458)
Con el sistema bancario
Total (6 699) (4 857) (5 937) (6 122) (5 105) (3 405) 23 606 24 402
Moneda nacional (5 996) (4 213) (5 062) (5 145) (3 871) (1 560) 25 179 27 899
Moneda extranjera (703) (644) (875) (977) (1 234) (1 845) (1 573) (3 497)
(Millones de dólares) (308) (244) (297) (318) (396) (594) (295) (458)
Banca de desarrollo (49) (674) (431) 186 801 882 1 914 (2 245)
Moneda nacional 385 (189) 229 991 1 826 2 269 3 487 1 252
Moneda extranjera (434) (485) (660) (805) (1 025) (1 387) (1 573) (3 497)
(Millones de dólares) (190) (184) (224) (262) (329) (447) (295) (458)
Banca comercial (6 650) (4 183) (5 506) (6 308) (5 906) (4 287) 21 692 26 647
Moneda nacional (6 381) (4 024) (5 291) (6 136) (5 697) (3 829) 21 692 26 647
Moneda extranjera (269) (159) (215) (172) (209) (458) 0 0
(Millones de dólares) (118) (60) (73) (56) (67) (147) 0 0
Con otros intermediarios
Total (5 494) (4 682) (2 965) 4 247 11 139 15 426 29 159 54 581
Moneda nacional (456) 1 844 5 187 8 824 11 746 16 077 29 159 54 581
Moneda extranjera (5 038) (6 526) (8 152) (4 577) (607) (651) 0 0
(Millones de dólares) (2 209) (2 471) (2 768) (1 490) (195) (210) 0 0
Intermediarios financieros
del sector público (5 494) (4 682) (2 965) 4 247 11 139 15 426 29 159 54 581
Moneda nacional (456) 1 844 5 187 8 824 11 746 16 077 29 159 54 581
Moneda extranjera (5 038) (6 526) (8 152) (4 577) (607) (651) 0 0
(Millones de dólares) (2 209) (2 471) (2 768) (1 490) (195) (210) 0 0
Intermediarios financieros
del sector privado 0 0 0 0 0 0 0 0
Moneda nacional 0 0 0 0 0 0 0 0
Moneda extranjera 0 0 0 0 0 0 0 0
(Millones de dólares) 0 0 0 0 0 0 0 0
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
154
...CUADRO 9 (SEGUNDA PARTE)
BALANCE NETO DEL BANCO DE MÉXICO
(SALDOS EN MILLONES DE PESOS)
1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995
Con sectores no financieros
Total 12 193 9 539 8 902 1 875 (6 034) (12 021) (52 765) (78 983)
Moneda nacional 7 294 3 874 (6 620) (28 218) (42 867) (71 097) (8 542) (65 434)
Moneda extranjera 4 899 5 665 15 522 30 093 36 833 59 076 (44 223) (13 549)
(Millones de dólares) 2 148 2 145 5 270 9 799 11 823 19 021 (8 305) (1 773)
Con el sector público
no financiero
Total 31 464 38 055 40 070 21 414 15 451 (9 405) 159 (12 989)
Moneda nacional 30 033 34 905 34 956 23 711 18 169 (5 794) 21 112 (12 039)
Moneda extranjera 1 431 3 150 5 114 (2 297) (2 718) (3 611) (20 953) (950)
(Millones de dólares) 627 1 193 1 736 (748) (872) (1 163) (3 935) (124)
Sector público económico 31 464 38 055 40 070 21 414 15 451 (9 405) 159 (12 989)
Moneda nacional 30 033 34 905 34 956 23 711 18 169 (5 794) 21 112 (12 039)
Moneda extranjera 1 431 3 150 5 114 (2 297) (2 718) (3 611) (20 953) (950)
(Millones de dólares) 627 1 193 1 736 (748) (872) (1 163) (3 935) (124)
Estados y municipios 0 0 0 0 0 0 0 0
Moneda nacional 0 0 0 0 0 0 0 0
Moneda extranjera 0 0 0 0 0 0 0 0
(Millones de dólares) 0 0 0 0 0 0 0 0
Con el sector privado
no financiero
Total (13 159) (17 992) (24 603) (32 416) (38 012) (43 228) (51 870) (60 655)
Moneda nacional (13 159) (17 992) (24 603) (32 416) (38 012) (43 228) (51 870) (60 655)
Moneda extranjera 0 0 0 0 0 0 0 0
(Millones de dólares) 0 0 0 0 0 0 0 0
Con el sector externo
Total 4 013 3 916 11 090 34 703 41 317 63 055 12 184 (11 815)
Moneda nacional 0 0 0 0 0 0 0 0
Moneda extranjera 4 013 3 916 11 090 34 703 41 317 63 055 12 184 (11 815)
(Millones de dólares) 1 759 1 483 3 765 11 300 13 262 20 302 2 288 (1 546)
Otros (neto)
Total (10 125) (14 440) (17 655) (21 826) (24 790) (22 443) (13 238) 6 476
Moneda nacional (9 580) (13 039) (16 973) (19 513) (23 024) (22 075) 22 216 7 260
Moneda extranjera (545) (1 401) (682) (2 313) (1 766) (368) (35 454) (784)
(Millones de dólares) (239) (530) (232) (753) (567) (118) (6 658) (103)
UN MODELO DE SALDOS Y FLUJOS FINANCIEROS DE LA ECONOMÍA MEXICANA
155
CUADRO 10
RECURSOS DEL SISTEMA BANCARIO
(SALDOS EN ALDOS MILLONES DE PESOS)
1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995
Recursos totales 209 622 272 275 359 292 480 970 576 720 663 365 924 137 1‘202 209
Moneda nacional 109 553 153 183 212 085 289 120 363 777 400 695 562 944 578 960
Moneda extranjera 100 069 119 092 147 207 191 850 212 943 262 670 361 193 623 249
(Millones de dólares) 43 871 45 094 49 979 62 471 68 352 84 571 67 830 81 550
Con otros sectores financieros
Total 5 806 7 753 16 807 29 382 42 284 58 543 89 436 203 488
Moneda nacional 3 155 4 985 14 095 25 005 36 419 50 218 78 749 164 356
Moneda extranjera 2 651 2 768 2 712 4 377 5 865 8 325 10 687 39 132
(Millones de dólares) 1 162 1 048 921 1 425 1 883 2 680 2 007 5 120
Financiamiento a intermediarios
financieros del sector público 5 157 6 653 8 526 13 162 16 298 23 068 41 431 151 676
Moneda nacional 2 654 3 961 6 689 11 147 15 146 21 708 39 147 125 116
Moneda extranjera 2 503 2 692 1 837 2 015 1 152 1 360 2 284 26 560
(Millones de dólares) 1 097 1 019 624 656 370 438 429 3 475
Financiamiento a intermediarios
financieros del sector privado 649 1 100 8 281 16 220 25 986 35 475 48 005 51 812
Moneda nacional 501 1 024 7 406 13 858 21 273 28 510 39 602 39 240
Moneda extranjera 148 76 875 2 362 4 713 6 965 8 403 12 572
(Millones de dólares) 65 29 297 769 1 513 2 243 1 578 1 645
Con sectores no financieros
Total 203 816 264 522 342 485 451 588 534 436 604 822 834 701 998 721
Moneda nacional 106 399 148 198 197 990 264 115 327 358 350 477 484 195 414 604
Moneda extranjera 97 417 116 324 144 495 187 473 207 078 254 345 350 506 584 117
(Millones de dólares) 42 708 44 045 49 058 61 046 66 469 81 891 65 823 76 430
Con el sector público no financiero
Total 128 643 143 615 151 435 146 957 109 889 70 126 141 738 201 282
Moneda nacional 66 862 72 670 81 280 88 060 50 101 11 495 46 537 19 935
Moneda extranjera 61 780 70 945 70 155 58 897 59 788 58 631 95 201 181 347
(Millones de dólares) 27 085 26 863 23 818 19 178 19 191 18 877 17 878 23 729
Financiamiento del sector
público económico 128 006 142 176 147 581 140 485 100 182 55 528 118 003 184 756
Moneda nacional 66 258 71 258 77 511 81 690 41 099 (2 146) 25 448 6 870
Moneda extranjera 61 748 70 918 70 070 58 795 59 083 57 674 92 555 177 886
(Millones de dólares) 27 071 26 853 23 790 19 145 18 965 18 569 17 381 23 276
Financiamiento a estados
y municipios 637 1 439 3 854 6 472 9 707 14 598 23 735 16 526
Moneda nacional 604 1 412 3 769 6 370 9 002 13 641 21 089 13 065
Moneda extranjera 32 27 85 102 705 957 2 646 3 461
(Millones de dólares) 14 10 29 33 226 308 497 453
Con el sector privado no financiero
Total 53 328 94 810 149 399 233 513 345 797 434 542 616 843 605 250
Moneda nacional 39 534 75 490 116 530 176 053 277 257 338 842 437 449 394 638
Moneda extranjera 13 794 19 320 32 869 57 460 68 540 95 700 179 394 210 612
(Millones de dólares) 6 047 7 315 11 159 18 711 22 000 30 812 33 689 27 558
Con el sector externo
Total 21 845 26 097 41 651 71 118 78 750 100 154 76 120 192 189
Moneda nacional 2 38 180 2 0 140 209 31
Moneda extranjera 21 843 26 059 41 471 71 116 78 750 100 014 75 911 192 158
(Millones de dólares) 9 576 9 867 14 080 23 157 25 278 32 201 14 256 25 143
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
156
CUADRO 11. OBLIGACIONES DEL SISTEMA BANCARIO
(SALDOS EN ALDOS MILLONES DE PESOS)
1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995
Obligaciones totales 209 622 272 275 359 292 480 970 576 720 663 365 924 137 1‘202 209
Moneda nacional 94 357 127 012 184 487 267 940 339 010 405 564 493 673 683 063
Moneda extranjera 111 462 130 944 144 678 170 569 178 170 204 565 384 651 629 721
(Millones de dólares) 48 865 49 581 49 120 55 542 57 190 65 863 72 235 82 397
Con otros sectores financieros
Total 16 563 20 931 26 743 29 246 32 859 48 863 75 020 131 604
Moneda nacional 8 024 9 673 15 262 21 557 30 285 45 313 70 404 126 177
Moneda extranjera 8 540 11 258 11 481 7 689 2 574 3 550 4 616 5 427
(Millones de dólares) 3 744 4 263 3 898 2 504 826 1 143 867 710
Intermediarios financieros
del sector público
16 097 18 937 21 199 22 131 25 636 33 131 48 400 99 730
Moneda nacional 7 760 7 874 9 956 14 725 23 383 30 357 45 362 96 829
Moneda extranjera 8 337 11 063 11 243 7 406 2 253 2 774 3 038 2 901
(Millones de dólares) 3 655 4 189 3 817 2 412 723 893 571 380
Intermediarios financieros
del sector privado
467 1 994 5 544 7 115 7 223 15 732 26 620 31 874
Moneda nacional 264 1 799 5 306 6 832 6 902 14 956 25 042 29 348
Moneda extranjera 203 195 238 283 321 776 1 578 2 526
(Millones de dólares) 89 74 81 92 103 250 296 331
Con sectores no financieros
Total 189 255 237 025 302 422 409 263 484 321 561 266 803 304 1‘181 180
Moneda nacional 86 333 117 339 169 225 246 383 308 725 360 251 423 269 556 886
Moneda extranjera 102 922 119 686 133 197 162 880 175 596 201 015 380 035 624 294
(Millones de dólares) 45 121 45 318 45 222 53 038 56 364 64 720 71 368 81 687
Con el sector público no financiero
Total 11 773 8 272 8 913 7 377 7 482 7 906 10 416 24 482
Moneda nacional 7 617 5 120 4 436 2 925 3 282 3 348 3 862 6 239
Moneda extranjera 4 156 3 152 4 477 4 452 4 200 4 558 6 554 18 243
(Millones de dólares) 1 822 1 193 1 520 1 450 1 348 1 468 1 231 2 387
Sector público económico 11 629 8 086 8 383 6 508 6 756 7 495 9 856 21 600
Moneda nacional 7 473 4 934 3 906 2 186 2 556 2 945 3 305 3 442
Moneda extranjera 4 156 3 152 4 477 4 322 4 200 4 550 6 551 18 158
(Millones de dólares) 1 822 1 193 1 520 1 407 1 348 1 465 1 230 2 376
Estados y municipios 144 186 530 869 726 411 560 2 882
Moneda nacional 144 186 530 739 726 403 557 2 797
Moneda extranjera 0 0 0 130 0 8 3 85
(Millones de dólares) 0 0 0 42 0 3 1 11
Con el sector privado no financiero
Total 82 999 119 332 171 701 252 928 317 987 369 862 447 064 592 505
Moneda nacional 78 367 112 050 164 357 242 966 305 108 356 836 419 306 549 886
Moneda extranjera 4 632 7 282 7 344 9 962 12 879 13 026 27 758 42 619
(Millones de dólares) 2 031 2 757 2 493 3 244 4 134 4 194 5 213 5 577
Con el sector externo
Total 94 483 109 421 121 808 148 958 158 852 183 498 345 824 564 193
Moneda nacional 349 169 432 492 335 67 101 761
Moneda extranjera 94 134 109 252 121 376 148 466 158 517 183 431 345 723 563 432
(Millones de dólares) 41 269 41 368 41 209 48 345 50 882 59 059 64 925 73 724
Otros pasivos (neto)
Total 3 804 14 319 30 127 42 461 59 540 53 236 45 813 (110 575)
Moneda nacional 15 824 25 563 34 465 46 215 57 194 45 825 14 091 (125 560)
Moneda extranjera (12 021) (11 244) (4 338) (3 754) 2 346 7 411 31 722 14 985
(Millones de dólares) (5 270) (4 257) (1 473) (1 223) 753 2 386 5 957 1 961
UN MODELO DE SALDOS Y FLUJOS FINANCIEROS DE LA ECONOMÍA MEXICANA
157
CUADRO 12. BALANCE NETO DEL SISTEMA BANCARIO
(SALDOS EN ALDOS MILLONES DE PESOS)
1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995
Total 0 0 0 0 0 0 0 0
Moneda nacional 15 197 26 171 27 598 21 180 24 767 (4 869) 69 271 (104 103)
Moneda extranjera (11 393) (11 852) 2 529 21 281 34 773 58 105 (23 458) (6 472)
(Millones de dólares) (4 995) (4 488) 859 6 930 11 162 18 708 (4 405) (847)
Con otros sectores financieros
Total (10 757) (13 178) (9 936) 136 9 425 9 680 14 416 71 884
Moneda nacional (4 869) (4 688) (1 167) 3 448 6 134 4 905 8 345 38 179
Moneda extranjera (5 888) (8 490) (8 769) (3 312) 3 291 4 775 6 071 33 705
(Millones de dólares) (2 581) (3 215) (2 977) (1 078) 1 056 1 537 1 140 4 410
Intermediarios financieros
del sector público (10 940) (12 284) (12 673) (8 969) (9 338) (10 063) (6 969) 51 946
Moneda nacional (5 106) (3 913) (3 267) (3 578) (8 237) (8 649) (6 215) 28 287
Moneda extranjera (5 834) (8 371) (9 406) (5 391) (1 101) (1 414) (754) 23 659
(Millones de dólares) (2 558) (3 170) (3 193) (1 755) (353) (455) (142) 3 096
Intermediarios financieros
del sector privado 183 (894) 2 737 9 105 18 763 19 743 21 385 19 938
Moneda nacional 237 (775) 2 100 7 026 14 371 13 554 14 560 9 892
Moneda extranjera (55) (119) 637 2 079 4 392 6 189 6 825 10 046
(Millones de dólares) (24) (45) 216 677 1 410 1 993 1 282 1 314
Con sectores no financieros
Total 14 561 27 497 40 063 42 325 50 115 43 556 31 397 (182 459)
Moneda nacional 20 066 30 859 28 765 17 732 18 633 (9 774) 60 926 (142 282)
Moneda extranjera (5 505) (3 362) 11 298 24 593 31 482 53 330 (29 529) (40 177)
(Millones de dólares) (2 413) (1 273) 3 836 8 008 10 105 17 171 (5 545) (5 257)
Con el sector público no financiero
Total 116 870 135 343 142 522 139 580 102 407 62 220 131 322 176 800
Moneda nacional 59 245 67 550 76 844 85 135 46 819 8 147 42 675 13 696
Moneda extranjera 57 624 67 793 65 678 54 445 55 588 54 073 88 647 163 104
(Millones de dólares) 25 263 25 669 22 298 17 729 17 843 17 410 16 647 21 342
Sector público económico 116 377 134 090 139 198 133 977 93 426 48 033 108 147 163 156
Moneda nacional 58 785 66 324 73 605 79 504 38 543 (5 091) 22 143 3 428
Moneda extranjera 57 592 67 766 65 593 54 473 54 883 53 124 86 004 159 728
(Millones de dólares) 25 249 25 659 22 270 17 738 17 617 17 104 16 151 20 900
Estados y municipios 493 1 253 3 324 5 603 8 981 14 187 23 175 13 644
Moneda nacional 460 1 226 3 239 5 631 8 276 13 238 20 532 10 268
Moneda extranjera 32 27 85 (28) 705 949 2 643 3 376
(Millones de dólares) 14 10 29 (9) 226 306 496 442
Con el sector privado no financiero
Total (29 671) (24 522) (22 302) (19 415) 27 810 64 680 169 779 12 745
Moneda nacional (38 833) (36 560) (47 827) (66 913) (27 851) (17 994) 18 143 (155 248)
Moneda extranjera 9 162 12 038 25 525 47 498 55 661 82 674 151 636 167 993
(Millones de dólares) 4 017 4 558 8 666 15 467 17 866 26 618 28 476 21 981
Con el sector externo
Total (72 638) (83 324) (80 157) (77 840) (80 102) (83 344) (269 704) (372 004)
Moneda nacional (347) (131) (252) (490) (335) 73 108 (730)
Moneda extranjera (72 291) (83 193) (79 905) (77 350) (79 767) (83 417) (269 812) (371 274)
(Millones de dólares) (31 693) (31 501) (27 129) (25 187) (25 604) (26 858) (50 669) (48 580)
Otros (neto)
Total (3 804) (14 319) (30 127) (42 461) (59 540) (53 236) (45 813) 110 575
Moneda nacional (15 824) (25 563) (34 465) (46 215) (57 194) (45 825) (14 091) 125 560
Moneda extranjera 12 021 11 244 4 338 3 754 (2 346) (7 411) (31 722) (14 985)
(Millones de dólares) 5 270 4 257 1 473 1 223 (753) (2 386) (5 957) (1 961)
159
En días pasados, el presidente Zedillo sometió a la consideración de
la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, la designación
del doctor Jesús Marcos Yacamán como miembro de la Junta de Gobierno
del Banco de México, para un segundo periodo. Hasta el pasado día
31 de diciembre, el doctor Marcos no era sólo uno de los cuatro subgobernadores
del banco central, sino tal vez el más experimentado y brillante.
Por ello, su confirmación en esa responsabilidad resulta muy importante
para que el Banco de México siga contando con gente de ese calibre.
Con el doctor Jesús Marcos Yacamán no me liga ninguna relación, ni
directa, ni indirecta. Aunque me tocó coincidir con él en algunos equipos
de trabajo hace alrededor de diez años, desde esas fechas no he tenido ningún
contacto con él. Sin embargo, durante todos estos años he podi do
seguir su trayectoria, y sobre todo, conservar mis recuerdos, cuando lo vi
trabajar leal e inteligentemente por el país, lejos de los reflectores y de las
fanfarrias.
Recuerdo una anécdota cuyo protagonista fue él. Hace como diez años,
un grupo de técnicos del gobierno de México se encontraban discutiendo
con los miembros de una misión del Fondo Monetario Internacional (FMI),
el programa económico que se pretendía aplicar durante ese año. El ambiente
de esas reuniones era muy singular. Aunque lo que ahí se discutía, y se
decidía, tenía importantes implicaciones para la estabilidad de la economía
y para el bienestar de millones de mexicanos, a veces parecía más un debate
de otra naturaleza, donde los argumentos teóricos y técnicos parecían
desplazar a la discusión política.
JESÚS MARCOS YACAMÁN
19 DE ENERO DE 1999
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
160
Normalmente, la misión del FMI llegaba con una propuesta de programa
de ajuste económico, derivada de su visión simplista y dogmática, la cual
incluía además una serie de metas cuantitativas trimestrales, los famosos
candados. La tarea de los técnicos mexicanos era convencer a los de la misión
del FMI de que la situación de la economía mexicana era más compleja de
lo que pensaban, y acordar con ellos una flexibilización de las metas que
proponían.
Las discusiones se convertían en una suerte de competencia, donde
salían a relucir argumentos de todo tipo, a favor y en contra de cada planteamiento.
A veces, la polémica se centraba en alguno de los candados; por
ejemplo, en la meta de financiamiento interno del banco central. La gravedad
de ese tipo de discusiones era que la cifra que se acordara, podía significar
que miles de personas conservaran o perdieran sus empleos.
Varios participantes en esas discusiones perdían algunas veces el sentido
de las mismas, actuando como si estuvieran en una discusión académica,
donde era más importante la refinación teórica que las consecuencias
de los acuerdos. Había casos en que algunos técnicos mexicanos parecían
estar del lado de la misión del FMI, y con el tiempo llegaban a conseguir
algún jugoso empleo en esa institución internacional.
Al empezar una de esas reuniones, recuerdo que Claudio Loser, jefe de
la misión del FMI, anunció una sorpresa: había traído desde Washington al
famoso doctor Guillermo Calvo, para que destruyera los argumentos elaborados
por los técnicos mexicanos en reuniones anteriores. Todo el mundo
se sorprendió y empezó a escuchar los inteligentes planteamientos de Calvo.
Pero, cuando la misión del FMI parecía haber ganado el debate, y a los mexicanos
parecía no quedarnos más que la aceptación de su propuesta, el
doctor Marcos Yacamán pidió la palabra.
Mediante una magistral intervención, el doctor Marcos fue refutando paso
a paso la argumentación de Calvo, concluyendo con la demostración de que
había un error en una de las fórmulas desarrolladas por ese famoso asesor
del FMI. Al concluir, todos esperamos con estupor la respuesta de Calvo. Ese
estupor se transformó en entusiasmo cuando Calvo dijo: “Tiene razón”. Entonces,
Claudio Loser, haciendo un gesto, le indicó que mejor se callara. Pero
el debate había concluido, y a la misión del FMI no le quedó otra opción que
aceptar la posición mexicana.
JESÚS MARCOS YACAMÁN
161
El doctor Jesús Marcos Yacamán que yo recuerdo, era inteligente, experimentado
y con un gran don de gentes. Además, aunque había conseguido
un doctorado en el extranjero, nunca olvidaba que había aprendido
economía en una universidad pública, la de Nuevo León, lo que lo hacía
sensible a las necesidades del ciudadano común. Pero lo más importante,
era que pensaba como mexicano, sin perder nunca la brújula, sin olvidar
que en las discusiones con extranjeros, lo importante no era si tenían razón
o no, sino cuidar el interés nacional.
La personalidad del doctor Marcos contrasta con la de tantos muchachitos
“de buena familia”, que han transitado de Tecamachalco al ITAM, y
de ahí a una universidad extranjera, para regresar como subsecretarios, a
dirigir los destinos de una economía que no tuvieron oportunidad de estudiar,
ni de conocer. Todavía falta hacer una evaluación seria del costo que ha
significado para el país el situar en puestos elevados de la administración
pública a personas sin la experiencia y preparación adecuadas, aunque
tengan doctorados obtenidos en el extranjero.
Para nadie es un secreto que la conducción de la política económica durante
el presente sexenio ha estado, en buena medida, en las manos de inexpertos
e improvisados. Las consecuencias de esa impericia están a la vista:
el presente gobierno ha batido todas las marcas como hacedor de pobres. Pero
aún quedan algunos excelentes economistas en puestos de alta responsabilidad.
Jesús Marcos Yacamán es uno de ellos, y en mi modesta opinión, debería
continuar ahí.
163
La reciente visita del expresidente Carlos Salinas de Gortari ha causado
un gran revuelo en la opinión pública del país. Además de sus usuales
declaraciones, Salinas aparece ahora con un nuevo libro bajo el brazo,
buscando no sólo limpiar su nombre, sino convencer de que el presidente
Zedillo es el verdadero responsable de la crisis económica de 1995, debido
al llamado “error de diciembre”.
Aunque muchos comentaristas afirman que el pueblo mexicano ya
juzgó y condenó la gestión de Salinas, quedan aún demasiadas cosas sin
aclararse, y una correcta evaluación de lo sucedido a fines de 1994 resulta
sumamente importante, sobre todo ahora que está por iniciarse una nueva
administración gubernamental.
Un enfoque equivocado sería tratar de dilucidar quién tuvo en realidad
la culpa de la enorme crisis que azotó al país en 1995, si Salinas o Zedillo.
Para cualquiera que tenga un conocimiento razonable de la economía nacional,
puede parecerle bastante claro que las condiciones que propiciaron
la crisis se gestaron durante el gobierno de Salinas, por lo que este personaje
no puede eludir su parte de responsabilidad.
Pero lo que no termina de estar claro para mucha gente, es la parte de
responsabilidad que en realidad le corresponde al presidente Zedillo. Salinas
tiene razón, en parte, al afirmar que han tratado de responsabilizarlo de
todo, dejando al presente gobierno como heredero de una situación inmanejable,
que, como dicen algunos, estaba sólo pegada con alfileres.
Un punto rescatable de la argumentación salinista es la importancia del
adecuado manejo gubernamental de situaciones difíciles, y los enormes
EL ERROR DE DICIEMBRE
8 DE OCTUBRE DE 2000
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
164
costos que puede implicar una equivocada gestión coyuntural. En mi opinión,
Zedillo efectivamente heredó una situación difícil de sortear, pero su inadecuado
manejo de la coyuntura condujo a la enorme crisis que padecimos.
En este aspecto, Zedillo tampoco puede eludir su responsabilidad.
La acusación salinista respecto a que funcionarios del gobierno de Zedillo
proporcionaron información privilegiada a importantes empresarios,
y que eso condujo a una estampida sobre las reservas internacionales tornando
incontrolable el proceso devaluatorio, era un secreto a voces a principios
de 1995.
La versión completa de esa especie es que Jaime Serra Puche, entonces
recién estrenado secretario de Hacienda, había asegurado a los inversionistas
extranjeros que el peso no se devaluaría. Después, en un comportamiento
calificado de ingenuo por algunos, y de maquiavélico por otros, informó
a algunos poderosos personajes que el propósito del nuevo gobierno era
ampliar la banda de flotación del peso en 15 por ciento, pudiendo inducirse
una devaluación mayor, si era necesario.
Luego de que esa información privilegiada permitió a algunos banqueros
y empresarios nacionales hacer un gran negocio, comprando dólares baratos
y empujando hacia una devaluación incontrolada, los inversionistas
extranjeros exigieron a Zedillo la cabeza de Serra, quien tuvo que ser sustituido
por Guillermo Ortiz. Esta versión, ahora confirmada por Salinas, debería
ser investigada, ya que implicó un enorme costo para el pueblo
mexicano.
Otro asunto importante que se desprende de las confesiones de Salinas,
es la negativa de Pedro Aspe a entregar de manera ordenada la Secretaría
de Hacienda a Jaime Serra Puche; incluso, aquél llegó al extremo de autoproponerse
para continuar en el cargo, oferta que fue rechazada por Zedillo.
Aunque Salinas cree que si Aspe hubiera continuado, la crisis no se habría
producido, la confesión de estos hechos permite aclarar otro punto importante
respecto a lo sucedido a fines de 1994.
Como también es sabido, Serra recibió la Secretaría de Hacienda sin los
estudios de coyuntura y de prospección económica que siempre se realizaban
ahí. Por ello, la programación económica para 1995 se hizo prácticamente
sobre las rodillas, apostando a que todo seguiría bien. En esas condiciones,
la idea de devaluar, recomendable en un análisis muy abstracto, se tornaba
EL ERROR DE DICIEMBRE
165
muy peligrosa al carecer de una evaluación adecuada y completa sobre la
situación que en realidad estaba dejando el gobierno de Salinas.
El gran error de diciembre de Zedillo fue creer que los fundamentos de
la economía estaban bien, como se había encargado de pregonar Salinas, al
grado de creer posible realizar un ajuste cambiario sin que todo se desbordara.
Si a ello se agrega la información privilegiada que supuestamente
proporcionó Serra, una crisis de enorme magnitud, como la que se observó,
resultaba inevitable.
Estos asuntos son de gran actualidad. Mientras los novatos miembros
del equipo de transición del presidente electo Vicente Fox tratan de aprender
aceleradamente los secretos de las finanzas públicas, los funcionarios de la
Secretaría de Hacienda, como lo hizo Aspe, se creen indispensables y apuestan
a que Fox los ratifique. De nuevo, en este México sin suficiente memoria,
el gran error del nuevo presidente puede ser creer que la economía está bien,
como lo pregona Zedillo.
CAPÍTULO 2
EL DEBATE SOBRE EL FOBAPROA
169
El pasado mes de marzo, el Ejecutivo envió al Congreso dos paquetes
de iniciativas para reformar la legislación en materia financiera. En
esos paquetes destacan cinco asuntos:
• Mejorar la supervisión en materia financiera por medio de la Comisión
Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), la cual pasará a depender del
Banco de México
• Reforzar la autonomía y poder del Banco de México, al pasarle la supervisión
financiera (vía CNBV), y dejarle la responsabilidad de la
política cambiaria
• Aumentar hasta cien por ciento la autorización para la inversión
extranjera en las instituciones financieras
• Crear el Fondo de Garantía de Depósitos (Fogade), mediante el cual,
el gobierno garantizará los depósitos bancarios hasta por un millón
de pesos
• Crear la Comisión para la Recuperación de Bienes (Corebi), asumiendo
como deuda pública los pasivos del Fondo Bancario de Protección
al Ahorro (Fobaproa) y el Fondo de Apoyo al Mercado de Valores
(Fameval), que actualmente representan más de 14 por ciento del
producto interno bruto (PIB)
Según la interpretación del gobierno, la crisis que estalló a fines de 1994
fue producto de una inadecuada supervisión de los bancos, los cuales realizaron
muchos préstamos sin hacer un cálculo adecuado de los riesgos que
PRIMERAS REFLEXIONES RESPECTO
A LAS INICIATIVAS EN MATERIA FINANCIERA
ENVIADAS POR EL EJECUTIVO AL CONGRESO
EN MARZO DE 1998
16 DE ABRIL DE 1998
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
170
estaban asumiendo, y confiando en la garantía implícita que daba el gobierno
a todos los depósitos bancarios.
Cuando la mayoría de los deudores no pudieron cumplir sus compromisos
en 1995, el gobierno tuvo dos opciones: dejar quebrar los bancos, con
grandes pérdidas para los ahorradores, colapso del sistema de pagos, y
posible quiebra de media economía; o apoyar a los bancos para permitir su
saneamiento y recapitalización, protegiendo a los ahorradores, y distribuyendo
los inevitables costos a través del tiempo.
El gobierno optó por la segunda opción, “salvando” a los ahorradores e
impidiendo la quiebra de media economía. Ahora, con las iniciativas enviadas
al Congreso, pretende finiquitar todo ese asunto registrando como deuda
pública los compromisos ya asumidos por el gobierno. Además, busca adecuar
el marco legal para impedir que una situación similar vuelva a suceder,
mejorando la supervisión bancaria y reforzando la autonomía del Banco de
México. Por último, también busca permitir una adecuada recapitalización
de los bancos, mediante la total apertura hacia la inversión extranjera.
El gran problema con esta interpretación del gobierno es que es falsa, y
que pretende encubrir un enorme crimen contra la economía nacional, así
como eludir su responsabilidad en la generación y consumación del mismo.
Otro crimen de esta magnitud resulta verdaderamente difícil de encontrar
en la historia de México.
Comprender cómo opera y ha operado el sistema financiero mexicano
no es un asunto fácil, debido a su propia complejidad, a la falta de transparencia
en la información, y al deliberado encubrimiento de muchas de sus
operaciones. Sin embargo, es posible desentrañar sus rasgos más importantes,
con la información disponible.
Actualmente estoy trabajando en la construcción de un modelo de saldos
y flujos financieros de la economía mexicana, el cual permitirá medir con
precisión cómo se generó la crisis que estalló a fines de 1994, cómo se enfrentó
entre 1995 y 1997, y cómo se generaron los actuales resultados que
significan cargar al pueblo mexicano las enormes ganancias de una minoría
absoluta.
Lo que sigue son las primeras reflexiones sobre lo que realmente sucedió.
Estas reflexiones son preliminares, deben tomarse con cautela, pero creo
que apuntan hacia una interpretación bastante apegada a los hechos.
PRIMER AS REFLEXIONES RESPECTO A LAS INICIATIVAS EN MATERIA FINANCIER A ENVIADAS POR EL EJECUTIVO...
171
La concepción que estaba detrás de las decisiones en materia financiera
tomadas por el gobierno a principios de los años noventa es bastante simple:
se trataba de privatizar la banca y liberalizar todo el sistema financiero, con
el fin de que el propio mercado permitiera generar montos crecientes de
ahorro, los cuales serían aplicados libremente a los proyectos de inversión
más rentables. Así se conseguirían dos objetivos de manera simultánea:
aumentar el ahorro y asignarlo de manera más eficiente.
Para que una política de esa naturaleza funcionara, eran indispensables
varios prerrequisitos que no sólo no existían, sino que ni siquiera se consideraron:
adecuada supervisión bancaria, reglas explícitas en materia de
garantías gubernamentales, y total transparencia en las operaciones financieras.
En una palabra, lo que se necesitaba (y se necesita si se piensa realmente
en una economía moderna) era un auténtico Estado de derecho, el
cual sólo es posible en una auténtica democracia.
Los bancos fueron privatizados de manera poco transparente, quedando
muchos en manos de gente poco escrupulosa que sólo buscaba la ganancia
fácil y rápida, al amparo de las garantías implícitas ofrecidas por el gobierno.
Las reglas de hecho, después de la privatización, fueron que los bancos
privados podían asumir todo tipo de posiciones riesgosas. Si ganaban, resultaba
un buen negocio. Pero si perdían, el gobierno respondía socializando
las pérdidas. Este es un típico caso de riesgo moral (moral hazard).
Así, entre 1991 y 1994 se dio un fenómeno interesante: mientras el
ahorro macro (ingreso menos consumo) disminuía de manera alarmante,
el ahorro financiero se incrementaba aceleradamente. La clave del proceso
era la política económica del gobierno, en especial la política monetaria y
financiera.
En esos años, el gobierno logró estabilizar la economía, disminuyendo
la inflación, reduciendo el déficit fiscal (logrando incluso superávit gracias
a los ingresos por privatización) y propiciando enormes entradas de capital
del exterior.
Un elemento clave de esa política económica fue mantener estable el
tipo de cambio, el cual se fue sobrevaluando paulatinamente, con el consecuente
incremento del déficit con el exterior. Tal situación se pudo
sostener mientras siguieron entrando capitales suficientes para financiar
ese déficit.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
172
La apreciación cambiaria real propició una distorsión en la estructura
de precios relativos, aumentando más los precios de los bienes no comerciables
con el exterior, en relación con los precios de los comerciables. Esa
estructura de precios distorsionada dio señales equivocadas a los mercados,
haciendo más atractivas las inversiones no comerciables, como servicios y
bienes inmobiliarios.
El crédito bancario se incrementó, en especial hacia las inversiones en
servicios y bienes inmobiliarios, los cuales iban aumentando sus precios.
Los créditos al consumo también aumentaron fuertemente, reflejando la
citada caída en el ahorro macro.
La expansión del crédito bancario fue de hecho inducida por la política
del gobierno. En un principio, la disminución del déficit fiscal dejó más recursos
disponibles para ser prestados al sector privado. Luego, los ingresos
fiscales producto de las privatizaciones permitieron reducir la deuda del
gobierno con el Banco de México, el cual canalizó esos fondos liberados
hacia la banca comercial (de manera directa o mediante la banca de desarrollo
y los fideicomisos), la que finalmente los prestó al sector privado.
Entre 1993 y 1994, el proceso descrito se llevó al extremo. El gobierno,
con déficit cercano a cero, es decir, sin necesitar financiar ningún déficit,
aumentó sus colocaciones de valores. Primero fueron papeles en moneda
nacional, los cuales se sustituyeron aceleradamente por los famosos tesobonos,
denominados en dólares. Lo grave fue que un monto creciente se
colocó en inversionistas extranjeros, en especial durante 1994.
La pregunta obligada era, ¿para qué necesitaba el gobierno colocar
montos crecientes de deuda, si su déficit era cero? La respuesta es sencilla:
para impulsar la expansión del crédito bancario al sector privado, la cual,
como se dijo antes, fue básicamente inducida por la política económica.
El mecanismo no es tan obvio, y sólo se puede detectar con un modelo
que haga transparentes los flujos interbancarios. La colocación de tesobonos
permitía reducir la deuda del gobierno con el Banco de México, y éste (ya
siendo autónomo en 1994) transfería los recursos liberados a la banca comercial,
la cual los prestaba al sector privado.
La citada expansión crediticia de la banca se dio sin calcular adecuadamente
los riesgos que estaba asumiendo. Esa actitud fue resultado no sólo
de la falta de adecuada supervisión, sino de la garantía implícita que estaba
PRIMER AS REFLEXIONES RESPECTO A LAS INICIATIVAS EN MATERIA FINANCIER A ENVIADAS POR EL EJECUTIVO...
173
ofreciendo el gobierno, quien además inducía todo el proceso por medio del
mecanismo descrito.
La realidad, o las fuerzas del mercado (como dirían algunos), se impuso
a fines de 1994. El tipo de cambio se hizo insostenible y el ajuste se produjo.
La devaluación significó para muchos pasar de la ficción a la realidad. Muchas
deudas que se habían contratado considerando precios inflados de activos
(en especial bienes inmuebles), de pronto se enfrentaron a activos devaluados,
ya que esos precios no se ajustaron en la magnitud de la devaluación
cambiaria.
La auténtica solución de mercado hubiera sido que a la depreciación de
los activos hubiera correspondido también una depreciación de los pasivos,
es decir, de los instrumentos de ahorro financiero, empezando por los tesobonos,
que eran el principio de la larga cadena. Eso hubiera llevado sin duda
a quiebras bancarias y a pérdidas de los ahorradores. Una intervención
responsable del gobierno pudiera haber atenuado las pérdidas de los pequeños
y medianos ahorradores, dejando a los grandes que asumieran las
pérdidas resultado de la adopción de posiciones altamente riesgosas.
Pero no fue así, el gobierno decidió garantizar cien por ciento del ahorro
financiero, del cual, 56 por ciento estaba concentrado en el 0.25 por
ciento más rico de los ahorradores, y en buena parte era producto de la
irresponsable expansión crediticia. El primer paso fue garantizar que los
tenedores extranjeros de tesobonos no tuvieran ninguna pérdida. Esa
actitud llevó a garantizar los demás ahorros, impidiendo que el sistema
se ajustara como lo exigía el ajuste en precios relativos propiciado por la
devaluación del peso.
Lo demás fue ir poniendo parches a una situación que se deterioraba
aceleradamente. En un principio se buscó obligar a los deudores a cumplir
los compromisos adquiridos. Lo dramático fue que muchos proyectos
rentables, dejaron de serlo de manera abrupta. Así, muchas deudas se
contrataron tomando en cuenta la estructura de precios relativos, el nivel
de las tasas de interés, y las señales del gobierno de que se mantendría la
estabilidad.
De pronto, sin tener realmente responsabilidad, muchos de los deudores
se encontraron con que sus activos se habían devaluado, sus ingresos disminuyeron
como producto de la contracción económica, y las tasas de interés
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
174
se elevaron fuertemente, conduciéndolos a una situación de insolvencia por
completo inesperada. La política del gobierno, que antes fue inducirlos a
endeudarse, después fue de obligarlos a pagar en esas circunstancias, o perder
sus patrimonios.
Los grandes ganadores serían, en primer lugar, los inversionistas extranjeros
que habían recuperado sus inversiones sin incurrir en pérdidas; en segundo
lugar, los grandes ricos, 0.25 por ciento de los ahorradores que poseían
(y poseen) 56 por ciento del ahorro financiero, garantizado 100 por ciento por
el gobierno. Esos ganadores podrían (y pueden) apropiarse de los activos de
los perdedores (El Barzón) a precios de ganga.
El gobierno instrumentó varios programas para facilitar a los deudores el
pago en leoninas condiciones, y para ayudar a los bancos a realizar el ajuste
buscado. El fracaso de esos programas se tradujo en las conocidas obligaciones
adquiridas por el gobierno, que a la fecha ascienden a más de 14 por
ciento del PIB, y que ahora se pretende socializarlas.
Un crimen de esta magnitud no debe quedar impune. Es una responsabilidad
denunciarlo. El primer paso es desnudar todos los mecanismos escondidos,
hacerlos explícitos y señalar responsables; que toda la población sepa
lo sucedido, y por qué es indispensable construir un auténtico Estado de
derecho, el cual sólo es posible en una verdadera democracia.
175
El margen financiero de la banca representa la diferencia entre sus
ingresos y sus costos financieros, es decir, la diferencia entre los
intereses que paga a los ahorradores que depositan su dinero en la
banca (sus costos), y los intereses que cobra a quienes les presta el dinero
depositado (ingresos). Ese margen constituye lo que la banca cobra por
servir como intermediario entre los ahorradores y los demandantes de
crédito.
En teoría, en presencia de monopolio u oligopolio, ese margen puede ser
muy alto y fijado de manera arbitraria. En situación de competencia, por
contraste, ese margen se reduce. Se dice que una banca es eficiente cuando
ese margen es reducido, y se cree que eso sólo es posible si se deja funcionar
el mercado, es decir, si existe competencia. En el cuadro 1 se muestra
el comportamiento de ese margen durante los últimos 16 años.
En el cuadro 2 se puede observar el margen financiero de los ocho bancos
escogidos como muestra representativa de lo que sucede en toda la
banca. Es importante destacar que esos ocho bancos concentraron 77.5 por
ciento de los activos totales de la banca en 1982, y 76.8 por ciento en 1992.
Entre 1982 y 1997 se distinguen claramente cuatro periodos. El primero
va de 1982 a 1988, cuando la banca estaba nacionalizada y dedicaba la mayor
parte de sus recursos a financiar el déficit fiscal. El margen era bajo debido
a que las tasas de interés de la deuda pública, el mayor componente de los
activos bancarios, eran determinadas por el gobierno.
El segundo periodo comprende de 1989 a 1991, cuando se liberalizaron las
tasas de interés, se eliminó el encaje legal y se redujo el déficit fiscal, lo cual
COMPORTAMIENTO DEL MARGEN FINANCIERO
DE LA BANCA COMERCIAL
21 DE ABRIL DE 1998
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
176
liberó recursos de manera creciente para financiar al sector privado. Ese periodo
se puede calificar como preparatorio para la privatización de la banca.
El tercer periodo va de 1992 a 1994, es el de la banca privatizada que
trata de recuperar en el menor lapso posible los recursos invertidos en los
anteriores bancos nacionalizados. Mediante una política inducida por el
gobierno (y con su garantía implícita), la banca expandió el crédito de manera
acelerada y con márgenes crecientes, constituyendo el negocio del
siglo, mientras durara.
El último periodo identificado empieza en 1995 y aún no termina. La
notable disminución en el margen financiero no representa mayor eficiencia
o competencia de la banca. Lo que refleja es la crisis, la necesidad de seguir
pagando intereses a los ahorradores, sin conseguir cobrar los intereses que
quisiera la banca, a los usuarios del crédito.
Para 1997, casi 80 por ciento de la cartera de crédito de la banca se encuentra
vencida o intervenida mediante los diferentes mecanismos diseñados
por el Fobaproa. En el caso de la cartera vendida al Fobaproa, lo que
CUADRO 1
MARGEN FINANCIERO DE LA BANCA COMERCIAL*
(MILLONES DE PESOS)
Ingresos
financieros
(1)
Costos
financieros
(2)
Margen
financiero
(2-1)
Margen
financiero
(%)
1982 615.9 537.1 78.8 14.66
1983 1 391.4 1 270.1 121.3 9.55
1984 2 274.1 2 024.9 249.2 12.31
1985 3 787.9 3 400.8 387.1 11.38
1986 8 810.1 8 005.0 805.1 10.06
1987 22 758.7 20 921.5 1 837.2 8.78
1988 30 777.0 26 742.2 4 034.8 15.09
1989 28 954.2 23 211.7 5 742.5 24.74
1990 48 758.5 38 786.4 9 972.1 25.71
1991 55 235.2 40 632.4 14 602.8 35.94
1992 65 961.5 44 252.1 21 709.4 49.06
1993 83 401.5 56 868.8 26 532.7 46.66
1994 88 686.7 62 674.8 26 011.9 41.50
1995 250 957.5 210 245.0 40 712.5 19.36
1996 186 615.8 155 481.8 31 134.0 20.02
1997 160 245.6 128 119.9 32 125.7 25.07
* Banamex, Bancomer, Serfín, Bital, Santander, Atlántico, Banorte
y Bilbao Vizcaya representan casi 80 por ciento de los
activos de la banca.
COMPORTAMIENTO DEL MARGEN FINANCIERO DE LA BANCA COMERCIAL
177
quedó en los activos de los bancos fueron unos bonos del gobierno que
pagan tasas de interés cercanas a la de cetes, en contraste con las leoninas
tasas activas a que se habían contratado originalmente y que los deudores
fueron incapaces de pagar. Esa situación se refleja con toda claridad en
menores ingresos, y por tanto, bajo margen financiero.
Según la visión de las autoridades, en el segundo periodo señalado (1989-
1991), el margen financiero iba a disminuir como resultado de la liberalización
del mercado financiero, lo cual no sucedió.
Después, las autoridades aseguraron que ese margen disminuiría con la
competencia de los bancos privatizados (1992-1994). La realidad es que los
márgenes financieros alcanzaron niveles nunca antes imaginados, y en 1995,
cuando estalló la crisis, llevaron a los deudores a una situación de insolvencia.
Ahora, las autoridades insisten en que ese margen se reducirá de manera
permanente si se permite una mayor inversión extranjera en los bancos,
lo cual inducirá una mayor competencia. Los primeros resultados, con un
creciente número de bancos extranjeros, no parecen alentadores.
CUADRO 2
MARGEN FINANCIERO DE LA BANCA COMERCIAL
(PORCENTAJE)
Banamex Bancomer Serfín Bital*
Santander
Mexicano** Atlántico
Mercantil
del Norte
Bilbao
Vizcaya***
1982 14.22 15.82 15.58 28.94 2.25 21.16 20.00 17.12
1983 8.14 8.44 8.88 17.39 9.82 15.20 14.32 12.57
1984 9.53 13.42 13.13 17.09 9.49 16.15 18.33 15.18
1985 7.69 13.74 13.07 14.75 7.34 15.38 18.10 9.28
1986 8.82 12.95 7.66 13.31 3.97 9.87 15.33 12.52
1987 9.70 9.31 5.09 21.59 2.90 8.71 17.25 8.56
1988 18.39 13.91 9.54 27.09 12.40 12.63 28.01 17.89
1989 28.01 24.29 15.43 39.64 25.05 27.90 42.60 32.24
1990 33.94 30.60 15.57 35.55 16.97 10.77 53.50 13.17
1991 45.21 39.62 24.57 33.73 27.71 26.12 78.80 25.58
1992 69.78 51.43 33.72 45.67 25.55 33.71 78.00 40.64
1993 71.14 52.42 36.44 44.36 16.95 23.22 79.19 42.75
1994 70.13 43.34 37.32 37.48 17.88 21.00 56.62 26.01
1995 42.83 21.13 7.53 8.18 11.38 5.34 24.36 45.09
1996 33.05 27.56 10.64 18.79 -0.84 9.91 31.03 57.47
1997 30.06 34.27 13.06 47.48 11.81 15.11 33.11 22.75
* Antes Banco Internacional.
** Antes Banco Mexicano.
*** Antes Banco Mercantil Probursa.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
178
Para 1997, el margen financiero promedio de los bancos operando (no
se incluyen los intervenidos) es de 24.40 por ciento, ligeramente inferior al
de la muestra de ocho bancos (25.07 por ciento).
Algunos bancos extranjeros están prestando con márgenes elevados,
como Citibank (42.03 por ciento), J.P. Morgan (43.20), ING Bank (52.18) y
Tokyo-Mitsubishi (62.64). Otros están mostrando márgenes menores, como
Banco de Boston (23.38), Bank of America (19.72), Société Générale (14.58)
y Chase Manhattan Bank (12.76 por ciento).
179
El pasado 11 de junio, la Presidencia del PRD dio a conocer un documento
denominado “Propuesta de la Presidencia del Partido con relación
al Fobaproa”. Dicho documento está dividido en cuatro partes.
En la primera, “Consideraciones generales”, se hace un comentario general
sobre el problema del Fobaproa, sin incluir ningún elemento que permita
explicar las causas que generaron este problema.
En la segunda parte, “El impacto del Fobaproa en el gasto social”, se
plantean cuatro posibles escenarios, simulando los efectos que tendría cada
uno sobre el comportamiento del gasto público social. En los cuatro escenarios
se supone una aceptación de la propuesta del Ejecutivo Federal en el
sentido de convertir los actuales pagarés del Fobaproa en deuda pública
oficial. Las diferencias se basan en dos distintos niveles de recuperación de
cartera, y en dos diferentes ritmos de crecimiento del producto interno
bruto (PIB).
En la parte tercera del documento, “La propuesta”, se plantea la realización
de un plebiscito para que el pueblo mexicano “decida” si acepta
esa enorme deuda que le quiere imponer el Ejecutivo Federal. Aunque la
idea de realizar consultas públicas y estimular todo tipo de debates respecto
a este problema, es no sólo correcta, sino altamente recomendable,
la forma en que se pretende organizar este plebiscito podría resultar contraproducente.
El gran problema es la formulación de las preguntas, la cual
induce claramente las respuestas. Nadie en su sano juicio puede contestar
afirmativamente a la pregunta de si acepta mayor pobreza y sufrimiento a
cambio de nada.
COMENTARIOS A LA PROPUESTA
DE LA PRESIDENCIA DEL PARTIDO
DE LA REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA
CON RELACIÓN AL FOBAPROA
16 DE JUNIO DE 1998
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
180
Pero lo más grave es que se plantea incluir en el plebiscito la propuesta
de “convertir en deuda pública 100 mil millones de pesos trimestrales” del
adeudo del Fobaproa, después de depurar esos pasivos. Se propone aceptar
ese atentado contra la economía de la absoluta mayoría de la población, a
cambio de que el gobierno se comprometa a avanzar en materia democrática
y a implantar una política social de Estado. Una propuesta de esta naturaleza
refleja un profundo desconocimiento del problema generado por el
Fobaproa, sus consecuencias y posibles soluciones.
Además del plebiscito, se proponen una serie de medidas en materia
legislativa como: depurar el adeudo del Fobaproa, obligando a banqueros y
funcionarios a pagar con dinero y cárcel los fraudes que hayan cometido;
elevar a rango constitucional el combate a la corrupción en el sistema financiero;
penalizar más el uso de recursos públicos para inducir el voto; instaurar
una política social de Estado, supervisada por el Legislativo.
De esas medidas, la propuesta de depurar el adeudo del Fobaproa antes
de decidir qué se hace con lo que quede, requiere todo el apoyo posible.
Después de los escándalos que han ido apareciendo en relación con este
asunto, las auditorías al Fobaproa resultan una necesidad, casi de salud
pública. Si se garantiza impunidad a los responsables de este desfalco a la
nación, aunque se reformen todas las leyes, estamos condenados a que
hechos de este tipo se repitan.
La cuarta parte del documento, “Anexo técnico”, es la más problemática.
En él se describe la “metodología” utilizada en la elaboración de las cuatro
simulaciones, y los resultados de las mismas. Los procedimientos utilizados
reflejan no sólo una profunda ignorancia en materia económica, sino incluso
una falta de comprensión de los más elementales principios de contabilidad.
Además, se incluyen una serie de supuestos respecto al comportamiento de
los pagarés del Fobaproa que no tienen nada que ver con los mismos. Por lo
tanto, las simulaciones no tienen prácticamente ninguna utilidad para el
propósito de evaluar el posible impacto de la conversión de esos pagarés en
deuda pública oficial.
Como cualquier auxiliar de contador lo sabe, la deuda de una empresa se
incrementa si sus gastos resultan superiores a sus ingresos. En este caso, resulta
un déficit que es preciso compensar financiándolo de algún modo, es decir,
aumentando deuda. Lo contrario sucede cuando sus ingresos son superiores a
COMENTARIOS A LA PROPUESTA DE LA PRESIDENCIA DEL PARTIDO DE LA REVOLUCIÓN DEMOCR ÁTICA...
181
sus gastos. En este caso resulta una disponibilidad que se puede usar para
disminuir la deuda, o depositarse en el banco, con lo que la deuda neta (pasivos
menos disponibilidades) de todos modos disminuye.
Con el gobierno sucede lo mismo, su balance financiero representa
exactamente el cambio en la deuda pública. Esto es una identidad contable.
Si el gasto es mayor que los ingresos fiscales, el balance financiero
público resultante es un déficit, es decir, la deuda pública aumenta en esa
magnitud. Si los ingresos del gobierno son mayores que los gastos, el
resultado es un superávit público y, necesariamente, la deuda disminuye
en ese monto.
En las simulaciones presentadas en el documento, este principio elemental
de contabilidad no se cumple. Como se supone un déficit financiero de
1.25 por ciento del PIB entre 1999 y 2008, cualquiera esperaría que el aumento
anual de la deuda pública fuera precisamente ese 1.25 por ciento del PIB.
Pero no es así, como se puede apreciar en el cuadro 1.
ESCENARIO ÓPTIMO DEL DOCUMENTO
(PROPORCIONES RESPECTO AL PIB)
Años
Variación de la
deuda interna*
Déficit
financiero Diferencia
1999 -14.88 -1.25 -13.63
2000 -0.75 -1.25 0.50
2001 -0.67 -1.25 0.58
2002 -2.34 -1.25 -1.09
2003 -2.22 -1.25 -0.97
2004 -2.10 -1.25 -0.85
2005 -2.11 -1.25 -0.86
2006 -2.11 -1.25 -0.86
2007 -1.72 -1.25 -0.47
2008 -1.96 -1.25 -0.71
* En las simulaciones se supone una deuda externa constante.
La razón de esta aberración se encuentra en las definiciones incluidas
en la “metodología”. Según una frase incluida en la página 22 del documento:
“La deuda interna distinta de Fobaproa crece por el monto de intereses que
genera. Es decir, al igual que la deuda de Fobaproa, el Banco de México recoge
la liquidez que causa el pago de intereses mediante la colocación de más
deuda”. Así, en las simulaciones, el aumento en la deuda no depende de la
magnitud del déficit financiero, sino del monto de intereses pagados.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
182
Aquí se confunde la forma como opera un mecanismo básico de la política
monetaria. Efectivamente, el Banco de México inyecta o retira liquidez
a la economía mediante la venta o compra de bonos gubernamentales, pero
no existe ninguna regla que lo obligue a retirar siempre los fondos que resulten
del pago de intereses de la deuda pública. El manejo de papeles del
gobierno por razones de regulación monetaria, puede tener como contrapartida
movimientos en las reservas internacionales o cambios en la cuenta
del Banco de México con la Tesorería de la Federación, pero nunca se basa
en una norma como la supuesta en el documento.
En la misma página 22 del documento se agregan otras frases que son
verdaderas joyas, como: “...la reducción de la deuda interna sólo puede
hacerse mediante el intercambio de deuda por activos reales, es decir, empresas
productivas o riqueza material”; o la siguiente: “Sin privatización o
entrega de riqueza material, no puede bajar la deuda interna”. Afirmaciones
de ese tipo reflejan una total ignorancia en materia económica.
La deuda pública, como la deuda de cualquier empresa o persona, se
puede disminuir sólo si sus gastos resultan menores que sus ingresos. En la
historia de México y de cualquier país existen múltiples ejemplos de cómo
los gobiernos realizaron un esfuerzo fiscal para bajar sus deudas (gastaron
menos de lo que les permitían sus ingresos). Aunque, efectivamente, existen
otros medios para disminuir la deuda, como es la venta de activos reales,
definitivamente ésa no es la única manera de hacerlo, ni la más utilizada. Tal
vez el medio más usado por los gobiernos para disminuir su deuda interna
(y el menos recomendable) es la inflación, mediante la cual es amortizada en
términos reales, llegando en casos de hiperinflación a diluirla rápidamente.
Para poder tener una respuesta eficaz al grave problema del Fobaproa,
lo primero que se necesita es entenderlo correctamente. El actual debate
muestra una enorme confusión, la cual resulta gravísima, dada la enorme
importancia y trascendencia del asunto. El daño a la sociedad está hecho.
Ahora, de lo que se trata es de aclararlo, de fincar responsabilidades, y de
buscar alguna fórmula que genere los menores costos posibles a la mayoría
de la población, sin atentar contra la estabilidad general de la economía, en
la medida de lo posible.
La clave de toda la discusión está en lo que se hará con los pagarés
emitidos por el Fobaproa, los famosos 552 mil millones de pesos que el
COMENTARIOS A LA PROPUESTA DE LA PRESIDENCIA DEL PARTIDO DE LA REVOLUCIÓN DEMOCR ÁTICA...
183
Ejecutivo Federal pretende convertir a deuda pública oficial. Esos pagarés
representan todos los pasivos conocidos en que el gobierno ha incurrido
para compensar las pérdidas de los bancos, y que les ha permitido mantenerse
a flote. Para los defensores del Ejecutivo Federal, los pagarés ya son
deuda pública. Sin embargo, si ya son deuda pública, ¿por qué se propone
reconocerlos como tal?
La esencia del asunto es que los pagarés emitidos por el Fobaproa sí son
deuda pública, pero de un tipo especial: son papeles con vencimiento a 10
años, con intereses capitalizables, es decir que no se pagan sino hasta el
vencimiento del papel, que sólo son teóricos e incrementan paulatinamente
el valor nominal de los pagarés (como los bonos “cupón cero” de los Esta dos
Unidos, que sólo se amortizan al final tanto el principal como los inte re ses
acumulados), que no tienen un mercado secundario, y por lo tanto, los bancos
no los pueden transformar en liquidez. Pero lo más importante es el
valor real de estos pagarés, el cual está determinado por su valor nominal,
pero ajustado por la confianza que se tenga en que el gobierno finalmente
los redimirá conforme a lo pactado.
La propuesta del Ejecutivo Federal, de convertir esos pagarés (deuda pública
especial) en deuda pública oficial, busca transformarlos en papeles negociables,
como los cetes, que proporcionen una enorme liquidez a los bancos, lo cual
significaría una gigantesca transferencia de riqueza a los mismos, que sería pagada
por toda la sociedad, a partir de la fecha en que se hiciera la conversión.
Con ese canje, los bancos, por fin, se liberarían de los enormes costos acumulados
por su ineficiencia, fraudes y corruptelas de todo tipo, los cuales serían
endosados a toda la sociedad. Ésa es la razón por la que los banqueros pugnan
por todos los medios por que se acepte la propuesta del Ejecutivo.
Lo ideal para los banqueros hubiera sido que la conversión se hiciera
sin mayor discusión en el Congreso, y de una sola vez. Sin embargo, dada la
actual composición plural del Congreso, el escándalo que ya se ha suscitado,
y la próxima aplicación de auditorías, cualquier salida les puede resultar
aceptable, siempre y cuando se efectúe la conversión de la totalidad o parte
de esos pasivos, a deuda pública oficial. Así, la propuesta del documento
de “convertir en deuda pública 100 mil millones de pesos trimestrales”, aun
después de haber sido depurada, puede resultar atractiva para los banqueros,
dadas las circunstancias.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
184
Hacer esa conversión (con independencia de que se convierta toda o sólo
una parte, o de que se haga de una sola vez, o trimestralmente) no sólo significaría
una inmensa transferencia de riqueza a los bancos, sino que tendría
un enorme impacto presupuestario a partir de 1999, al tenerse que pagar los
intereses (que se dejarían de capitalizar). Así, un cálculo rápido nos llevaría
a que una nueva deuda por 550 mil millones a una tasa de interés de 20 por
ciento, significaría un gasto anual por intereses de 110 mil millones de pesos,
13.1 por ciento del recortado Presupuesto de Egresos de la Federación para
el presente año.
Con los precios del petróleo por los suelos y la persistencia de un verdadero
estancamiento en buena parte de la economía (la de la mayoría de
la población), resulta difícil esperar un aumento importante en la recaudación
del gobierno. En esa circunstancia, el aumento en el pago de intereses se
tendría que ajustar con una disminución proporcional en el gasto programable,
el cual (dadas las prioridades del gobierno) se concentraría en el
gasto social. El gobierno podría también tratar de aumentar algún impuesto,
como el IVA, o incrementar aún más los precios de la gasolina, para aumentar
ingresos y recortar menos el gasto social. Pero, con cualquier combinación
de ese tipo, la mayoría de la población terminaría pagando la riqueza
transferida a los bancos.
Una alternativa para atenuar un poco el impacto presupuestario, sería
que los nuevos bonos que se canjearan por los actuales pagarés, se emitieran
a una tasa de interés sustancialmente inferior a la actual tasa teórica de
los pagarés, de manera que compensara la subida en el valor de esa deuda,
al tenerse la certeza de su futura redención. Sin embargo, existen otras opciones,
por ejemplo, el reconocer los actuales pagarés como deuda pública
oficial (después de ser depurados por las auditorías), pero dejarlos como
están, con sus características actuales. Con esa opción, se evitaría totalmente
el impacto presupuestario para los próximos ocho años, y al llegar la fecha
de la redención, se podría hacer lo que usualmente se hace con la deuda
externa: renegociarla, ampliarla a mayores plazos, etcétera.
Pero el dejar los pagarés como están (aunque reconocidos oficialmente
como deuda pública por el Congreso), significaría una inmediata disminución
en su valor real. Algunos de los bancos (los que tienen una proporción menor
de esos pagarés respecto a sus activos totales) podrían sobrevivir, pero
COMENTARIOS A LA PROPUESTA DE LA PRESIDENCIA DEL PARTIDO DE LA REVOLUCIÓN DEMOCR ÁTICA...
185
otros se declararían en quiebra. A estos últimos (que en realidad están quebrados
hace tiempo y el Fobaproa los mantiene vivos de manera artificial),
el gobierno los podría intervenir y liquidar de manera ordenada, protegiendo
a los ahorradores y recuperando lo que fuera posible. En todo caso, esas
intervenciones serían más baratas para la sociedad que la multicitada conversión
propuesta por el Ejecutivo Federal.
Es necesaria una reflexión adicional respecto a las gravísimas implicaciones
políticas de la forma como se resuelva este embrollo. Es im portante
no olvidar que en la gestación del problema estuvo una política económica
totalmente irresponsable que impulsó un sobrendeudamiento de la economía.
Los bancos fueron inducidos a prestar y prestar, sin calcular adecuadamente
los riesgos en que estaban incurriendo. El proceso se mantuvo debido a
la garantía implícita de que el gobierno podría socializar las pérdidas, en caso
que ocurrieran.
Ese proceso se llevó al absurdo en 1994, cuando el gobierno colocó una
enorme cantidad de tesobonos en inversionistas extranjeros, sin aparente
necesidad de hacerlo, debido a la inexistencia de un déficit fiscal que financiar.
La razón de ello fue sostener un tipo de cambio ficticio, mantener la
ilusión de una economía en expansión, y liberar recursos de la banca privada
(cancelando deuda con ella en un monto similar al recaudado mediante
los tesobonos) para continuar la derrama de dinero que alcanzó niveles
incontrolables, pero permitió que el PRI ganara las elecciones. No hay que
olvidar que lo sucedido en Tabasco, en realidad pasó en el nivel nacional.
Si el gobierno consigue la multicitada conversión de los pagarés del
Fobaproa en deuda pública oficial (aunque sea trimestralmente), la enorme
transferencia de recursos a los banqueros podrá ponerlos en condiciones
de repetir una derrama de dinero en el año 2000, similar a la de 1994. Pero
si el Congreso decide mantener esa deuda como está, el gobierno perderá
(o no podrá utilizar con la misma eficacia) uno de sus recursos más socorridos
para ganar elecciones.
Los persistentes errores en materia de política económica, han estado
acumulando múltiples factores que conducirán necesariamente a otro ajuste,
y la conversión de los citados pagarés a deuda pública sólo logrará posponer
ese ajuste, pero no evitarlo. Si el PRI gana las elecciones en el año 2000, el
mejor momento para el ajuste puede ser después de la fecha de la elección.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
186
Pero si la oposición ganara, recibiría una economía con problemas tan graves
que tal vez necesitaría dedicar todo el siguiente sexenio para corregirlos.
En esa perspectiva, la decisión de no convertir los pagarés en deuda
pública oficial, sino sólo reconocerlos como deuda pública (después de ser
depurados por las auditorías), pero manteniendo sus actuales características
de no poder ser transformados en liquidez, tener intereses capitalizables,
ser redimibles a 10 años, etcétera, llevaría a algunas quiebras bancarias,
como se dijo. También podría generar fugas de capitales y posiblemente una
devaluación, la cual se atribuiría al Congreso y podría tener un costo político
si no se responde con la suficiente eficacia. Una situación así podría
obligar al gobierno federal a realizar antes del año 2000 el ajuste económico
que se necesita, pero también podría dejar al posible nuevo gobierno democrático
en una mejor situación para enfrentar los problemas acumulados.
Como anexo de este texto, se incluyen algunos cuadros con simulaciones
de lo que podría pasar en los dos escenarios de conversión o no conversión de
los pagarés en deuda pública oficial. Para las simulaciones, se utilizaron los
formatos y supuestos restrictivos incluidos en el documento comentado. Sólo
se corrigieron algunos supuestos de partida (1998) para los conceptos de finanzas
públicas, reflejando la situación actual después de los dos recortes. Por lo
tanto, no constituyen proyecciones alternativas, sólo se trata de ejercicios
numéricos haciendo los cálculos correctos, derivados de los supuestos originales
del documento comentado.
En el escenario “A” (conversión de deuda), la deuda del Fobaproa se
mantendría constante a valor nominal, ya que los intereses dejarían de
capitalizarse y se incluirían en el presupuesto de egresos de cada año, es
decir, se convertirían en una erogación más. Ese pago adicional de intereses
se compensaría con una disminución en el gasto programable. El cambio
que se observa en 1999 se explica no sólo por el efecto que se trata de
simular, sino por la desaparición del concepto “saneamiento financiero”,
que representa uno por ciento del PIB en 1998, así como los ajustes de otros
conceptos como ingresos y déficit.
Con el escenario “B” (no conversión de deuda), la deuda del Fobaproa
crecería, como resultado de la capitalización de los intereses (como sucede
en la actualidad), desde los 600 millones de pesos de partida (1998) hasta 2 155
millones en el año 2008, fecha en que esos papeles se tendrían que redimir o
COMENTARIOS A LA PROPUESTA DE LA PRESIDENCIA DEL PARTIDO DE LA REVOLUCIÓN DEMOCR ÁTICA...
187
renegociar. El impacto presupuestario sería nulo, ya que se seguiría sin hacer
ninguna erogación efectiva por los intereses de dicha deuda.
El nivel del gasto programable sería mayor en el escenario “B” propuesto,
que en el “A” impulsado por el Ejecutivo Federal y los banqueros. El
gasto programable real per capita en el escenario “A” se colocaría en 1999,
15 por ciento por encima del que resultaría del escenario “B”. Dicha diferencia
iría disminuyendo a lo largo de los años hasta situarse en 2.9 por
ciento en el año 2008. Este efecto se explica porque se supone un crecimiento
constante del PIB.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
188
ESTIMACIÓN ALTERNATIVA / ESCENARIO “A” (CONVERSIÓN DE DEUDA)
1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008
PIB (mm, precios corrientes) 3 788 4 462 5 183 6 015 6 916 7 881 8 979 10 231 11 657 13 282 15 133
Tasa de interés Cete 28 días (%) 18.8 16.5 16.0 15.0 14.0 13.0 13.0 13.0 12.0 12.0 12.0
Deuda interna por Fobaproa (mm) 600 600 600 600 600 600 600 600 600 600 600
Intereses (mm) 0 99 96 90 84 78 78 78 72 72 72
Intereses (% PIB) 0.0 2.2 1.9 1.5 1.2 1.0 0.9 0.8 0.6 0.5 0.5
Deuda interna por Fobaproa (promedio) 0 600 600 600 600 600 600 600 600 600 600
Finanzas públicas (% PIB)
Ingreso público con recortes (% PIB) 20.6 21.4 21.4 21.4 21.4 21.4 21.4 21.4 21.4 21.4 21.4
Gasto público con recortes (% PIB) 22.2 22.7 22.7 22.7 22.7 22.7 22.7 22.7 22.7 22.7 22.7
Programable (% PIB) 15.9 14.7 15.1 15.5 15.8 16.1 16.2 16.2 16.4 16.5 16.5
No programable (% PIB) 6.2 7.9 7.6 7.2 6.8 6.6 6.5 6.4 6.2 6.2 6.1
Intereses total (% PIB) 2.4 4.6 4.3 3.9 3.5 3.3 3.2 3.1 2.9 2.9 2.8
Intereses Fobaproa (% PIB) 0.0 2.2 1.9 1.5 1.2 1.0 0.9 0.8 0.6 0.5 0.5
Otros intereses (% PIB) 2.4 2.4 2.4 2.4 2.3 2.3 2.3 2.4 2.3 2.3 2.3
Participaciones (% PIB) 2.6 3.0 3.0 3.0 3.0 3.0 3.0 3.0 3.0 3.0 3.0
Adefas (% PIB) 0.3 0.3 0.3 0.3 0.3 0.3 0.3 0.3 0.3 0.3 0.3
Saneamiento financiero (% PIB) 1.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0
Déficit público (% PIB) -1.6 -1.25 -1.25 -1.25 -1.25 -1.25 -1.25 -1.25 -1.25 -1.25 -1.25
Deuda pública interna, excluye Fobaproa (mm) 271 327 392 467 553 652 764 892 1 038 1 204 1 393
Déficit público (mm) (60) (56) (65) (75) (86) (99) (112) (128) (146) (166) (189)
Deuda pública interna, excluye Fobaproa (promedio) 299 359 429 510 602 708 828 965 1 121 1 298
% del PIB 6.7 6.9 7.1 7.4 7.6 7.9 8.1 8.3 8.4 8.6
Intereses deuda interna sin Fobaproa (mm) 42 49 57 64 71 78 92 108 116 134 156
Intereses deuda interna sin Fobaproa (% PIB) 1.1 1.1 1.1 1.1 1.0 1.0 1.0 1.1 1.0 1.0 1.0
Intereses deuda externa (% PIB) 1.3 1.3 1.3 1.3 1.3 1.3 1.3 1.3 1.3 1.3 1.3
Deuda interna total (mm) 871 927 992 1 067 1 153 1 252 1 364 1 492 1 638 1 804 1 993
Deuda interna total (promedio) 899 959 1 029 1 110 1 202 1 308 1 428 1 565 1 721 1 898
% del PIB 20.1 18.5 17.1 16.0 15.3 14.6 14.0 13.4 13.0 12.5
Intereses deuda interna total (mm) 42 148 153 154 155 156 170 186 188 206 228
Intereses deuda interna total (% PIB) 1.1 3.3 3.0 2.6 2.2 2.0 1.9 1.8 1.6 1.6 1.5
Intereses deuda interna + externa (% PIB) 2.4 4.6 4.3 3.9 3.5 3.3 3.2 3.1 2.9 2.9 2.8
ANEXO
COMENTARIOS A LA PROPUESTA DE LA PRESIDENCIA DEL PARTIDO DE LA REVOLUCIÓN DEMOCR ÁTICA...
189
ESTIMACIÓN ALTERNATIVA / ESCENARIO “B” (SIN CONVERSIÓN DE DEUDA)
1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008
PIB (mm, precios corrientes) 3 788 4 462 5 183 6 015 6 916 7 881 8 979 10 231 11 657 13 282 15 133
Tasa de interés Cete 28 días (%) 18.8 16.5 16.0 15.0 14.0 13.0 13.0 13.0 12.0 12.0 12.0
Deuda interna por Fobaproa (mm) 600 699 811 932 1 063 1 201 1 357 1 534 1 718 1 924 2 155
Intereses capitalizables (mm) 0 99 112 122 131 138 156 176 184 206 231
Intereses (% PIB) 0.0 2.2 2.2 2.0 1.9 1.8 1.7 1.7 1.6 1.6 1.5
Deuda interna por Fobaproa (promedio) 0 650 755 872 998 1 132 1 279 1 446 1 626 1 821 2 039
Finanzas Públicas (% PIB)
Ingreso público con recortes (% PIB) 20.6 21.4 21.4 21.4 21.4 21.4 21.4 21.4 21.4 21.4 21.4
Gasto público con recortes (% PIB) 22.2 22.7 22.7 22.7 22.7 22.7 22.7 22.7 22.7 22.7 22.7
Programable (% PIB) 15.9 16.9 16.9 17.0 17.0 17.1 17.0 17.0 17.1 17.0 17.0
No programable (% PIB) 6.2 5.7 5.7 5.7 5.6 5.6 5.6 5.7 5.6 5.6 5.6
Intereses total (% PIB) 2.4 2.4 2.4 2.4 2.3 2.3 2.3 2.4 2.3 2.3 2.3
Intereses Fobaproa (% PIB) 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0
Otros intereses (% PIB) 2.4 2.4 2.4 2.4 2.3 2.3 2.3 2.4 2.3 2.3 2.3
Participaciones (% PIB) 2.6 3.0 3.0 3.0 3.0 3.0 3.0 3.0 3.0 3.0 3.0
Adefas (% PIB) 0.3 0.3 0.3 0.3 0.3 0.3 0.3 0.3 0.3 0.3 0.3
Saneamiento financiero (% PIB) 1.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0
Déficit público (% PIB) -1.6 -1.25 -1.25 -1.25 -1.25 -1.25 -1.25 -1.25 -1.25 -1.25 -1.25
Deuda pública interna, excluye Fobaproa (mm) 271 327 392 467 553 652 764 892 1 038 1 204 1 393
Déficit público (mm) (60) (56) (65) (75) (86) (99) (112) (128) (146) (166) (189)
Deuda pública interna, excluye Fobaproa (promedio) 299 359 429 510 602 708 828 965 1 121 1 298
% del PIB 6.7 6.9 7.1 7.4 7.6 7.9 8.1 8.3 8.4 8.6
Intereses deuda interna sin Fobaproa (mm) 42 49 57 64 71 78 92 108 116 134 156
Intereses deuda interna sin Fobaproa (% PIB) 1.1 1.1 1.1 1.1 1.0 1.0 1.0 1.1 1.0 1.0 1.0
Intereses deuda externa (% PIB) 1.3 1.3 1.3 1.3 1.3 1.3 1.3 1.3 1.3 1.3 1.3
Deuda interna total (mm) 871 1 026 1 202 1 399 1 616 1 853 2 121 2 426 2 755 3 128 3 548
Deuda interna total (promedio) 948 1 114 1 301 1 508 1 735 1 987 2 273 2 591 2 942 3 338
% del PIB 21.3 21.5 21.6 21.8 22.0 22.1 22.2 22.2 22.1 22.1
Intereses deuda interna total (mm) 42 49 57 64 71 78 92 108 116 134 156
Intereses deuda interna total (% PIB) 1.1 1.1 1.1 1.1 1.0 1.0 1.0 1.1 1.0 1.0 1.0
Intereses deuda interna + externa (% PIB) 2.4 2.4 2.4 2.4 2.3 2.3 2.3 2.4 2.3 2.3 2.3
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
190
GASTO PROGRAMABLE PER CAPITA
1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008
PIB (mm, precios corrientes) 3 788 4 462 5 183 6 015 6 916 7 881 8 979 10 231 11 657 13 282 15 133
PIB (mm, precios de 1998) 3 788 3 996 4 216 4 448 4 693 4 951 5 223 5 510 5 813 6 133 6 470
Deflactor (1998=100) 100.0 111.7 122.9 135.2 147.4 159.2 171.9 185.7 200.5 216.6 233.9
Población (millones) 94.2 95.8 97.4 99.1 100.8 102.4 104.0 105.7 107.3 108.9 110.5
Escenario “A” (conversión de deuda)
Gasto programable (mm) 603 657 782 931 1 093 1 266 1 451 1 661 1 916 2 191 2 504
% del PIB 15.9 14.7 15.1 15.5 15.8 16.1 16.2 16.2 16.4 16.5 16.5
Gasto programable (mm de 1998) 603 589 636 689 742 795 844 895 956 1 012 1 071
Gasto real per capita 6.40 6.14 6.53 6.95 7.36 7.77 8.11 8.47 8.91 9.29 9.69
Tasa de crecimiento anual (%) -4.0 6.3 6.4 5.9 5.6 4.4 4.3 5.2 4.3 4.3
Escenario “B” (sin conversión de deuda)
Gasto programable (mm) 603 756 878 1 021 1 177 1 344 1 529 1 739 1 988 2 263 2 576
% del PIB 15.91 16.94 16.94 16.98 17.02 17.06 17.03 17.00 17.06 17.04 17.02
Gasto programable (mm de 1998) 603 677 714 755 799 844 889 937 992 1 045 1 101
Gasto real per capita 6.40 7.07 7.33 7.62 7.92 8.25 8.55 8.86 9.24 9.60 9.97
Tasa de crecimiento anual (%) 10.5 3.7 4.0 4.0 4.1 3.6 3.7 4.3 3.8 3.8
Escenario “B” / Escenario “A”
Gasto real per capita 100.0 115.1 112.3 109.7 107.7 106.2 105.4 104.7 103.8 103.3 102.9
191
El pasado mes de marzo, el Ejecutivo envió al Congreso dos paquetes
de iniciativas para reformar la legislación vigente en materia finan ciera.
En esos paquetes destacan cinco asuntos:
• Mejorar la supervisión en materia financiera por medio de la Comisión
Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), la cual pasaría a depender del
Banco de México (Banxico)
• Reforzar la autonomía y poder del Banxico, al pasarle la supervisión
financiera (vía CNBV) y dejarle la responsabilidad de la política
cambiaria
• Aumentar hasta cien por ciento la posibilidad de autorización para
la inversión extranjera en las instituciones financieras
• Crear el Fondo de Garantía de Depósitos (Fogade), mediante el cual,
el gobierno garantizará los depósitos bancarios hasta por 500 mil
udis (aproximadamente un millón de pesos)
• Crear la Comisión para la Recuperación de Bienes (Corebi), asumiendo
como deuda pública directa los pasivos del Fobaproa y el Fondo de
Apoyo al Mercado de Valores (Fameval), que al 28 de febrero representaban
552 300 millones de pesos (alrededor de 14 por ciento del PIB)
Según la interpretación del gobierno, la crisis financiera que estalló a
principios de 1995 fue producto de una inadecuada supervisión de los bancos,
los cuales realizaron muchos préstamos sin hacer un cálculo adecuado
de los riesgos que estaban asumiendo, y confiando en la garantía implícita
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA:
CAUSAS Y ALTERNATIVAS DE SOLUCIÓN
22 DE JUNIO DE 1998
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
192
que daba el gobierno a todos los depósitos bancarios. Por ello, al producirse
la devaluación del peso a fines de 1994, y elevarse abruptamente las tasas
de interés a principios de 1995, el sistema financiero mostró la gran vulnerabilidad
que había alcanzado.
Como un porcentaje elevado de los deudores no pudo cumplir sus
compromisos en 1995, el gobierno supuestamente sólo tuvo dos opciones:
dejar quebrar a los bancos, con grandes pérdidas para los ahorradores,
colapso del sistema de pagos, y contracción económica de grandes proporciones;
o apoyar a los bancos para permitir su saneamiento y recapitalización,
protegiendo a los ahorradores, y distribuyendo los inevitables
costos fiscales a lo largo del tiempo.
El gobierno obviamente optó por la segunda opción, salvando a los
ahorradores e impidiendo un desastre económico. Ahora, con las iniciativas
de ley enviadas al Congreso, se pretende finiquitar todo ese asunto registrando
como deuda pública directa los compromisos ya asumidos por el
gobierno. Además, se busca adecuar el marco legal para impedir que una
situación similar vuelva a suceder, mejorando la supervisión bancaria y
reforzando la autonomía del Banxico. Por último, también se busca permitir
una adecuada recapitalización de los bancos, mediante su total apertura a
la inversión extranjera.
El gran problema de esta interpretación del gobierno es que es falsa, y
que pretende encubrir un enorme atentado contra la economía de la mayoría
de la población, eludiendo la responsabilidad gubernamental en la generación
y consumación del mismo.
Comprender cómo opera y ha operado el sistema financiero mexicano
no es un asunto fácil, debido a su propia complejidad, a la falta de transparencia
en la información, y al deliberado encubrimiento de muchas de sus
operaciones. Sin embargo, con la información disponible es posible desentrañar
sus rasgos más importantes. En el presente trabajo se presentan las
primeras reflexiones sobre lo que realmente sucedió, sus causas, las alternativas
para resolver este grave problema, y las posibles consecuencias de
cómo sea solucionado.
El trabajo está dividido en cinco partes. En la primera se describe como
se gestó la crisis financiera de 1995, la cual no fue resultado de circunstancias
fortuitas (como pretende hacer creer el gobierno), sino de la aplicación
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA: CAUSAS Y ALTERNATIVAS DE SOLUCIÓN
193
de una política económica francamente irresponsable En la segunda parte
se analizan las alternativas que tuvo el gobierno para enfrentar la crisis, y
cómo, la alternativa escogida (que no era la única posible), resultó una de
las más costosas para la sociedad. En la tercera parte se comentan las terribles
consecuencias de esa política, después de más de tres años de su
aplicación. En la cuarta parte se exploran varias alternativas para conseguir
una salida responsable al enorme problema heredado. En la última parte
se comentan las posibles implicaciones, no sólo económicas, sino también
políticas, de la opción que se escoja.
■ LA GESTACIÓN DE LA CRISIS FINANCIERA DE 1995
La concepción que estaba detrás de las decisiones en materia financiera
tomadas por el gobierno a principios de los años noventa era bastante simple.
Se trataba de privatizar la banca y liberalizar todo el sistema financiero,
con el fin de que el propio mercado permitiera generar montos crecientes
de ahorro, los cuales serían aplicados libremente a los proyectos de inversión
más rentables. Así se conseguirían dos objetivos de manera simultánea:
aumentar el ahorro, y asignarlo de manera más eficiente.
Para que una política de esa naturaleza funcionara, eran indispensables
varios prerrequisitos que no sólo no existían, sino que ni siquiera se consideraron:
adecuada supervisión bancaria, reglas explícitas en materia de
garantías gubernamentales, y total transparencia en las operaciones financieras.
En una palabra, lo que se necesitaba (y se necesita si se piensa realmente
en una economía moderna) era un auténtico Estado de derecho, el
cual sólo es posible en una verdadera democracia.
Los bancos fueron privatizados de una manera poco transparente, quedando
muchos de ellos en manos de gente poco escrupulosa que sólo buscaba
la ganancia fácil y rápida, al amparo de las garantías implícitas ofrecidas
por el gobierno. Las reglas de hecho, después de la privatización, fueron que
los bancos privados podían asumir todo tipo de posiciones riesgosas. Si
ganaban, sería un buen negocio. Pero si perdían, el gobierno respondería
socializando las pérdidas. Este es un típico caso de riesgo moral (moral
hazard), debido a que el gobierno introdujo incentivos perversos.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
194
Así, entre 1991 y 1994 se observó un fenómeno interesante: mientras el
ahorro macro (ingreso menos consumo) disminuía de manera alarmante,
el ahorro financiero se incrementaba de manera acelerada. La clave del
proceso era la política económica del gobierno, en especial la política monetaria
y financiera. En esos años, el gobierno logró estabilizar la economía,
disminuyendo la inflación, reduciendo el déficit fiscal (logrando incluso
superávit gracias a los ingresos por las privatizaciones efectuadas), y propiciando
enormes entradas de capital del exterior.
Un elemento clave de esa política económica fue mantener estable el tipo
de cambio, el cual se fue sobrevaluando paulatinamente, con el conse cu ente
incremento del déficit con el exterior. Tal situación se pudo sostener
mientras siguieron entrando capitales suficientes para fi nan ciar ese déficit.
La apreciación cambiaria real propició una distorsión en la estructura
de precios relativos, aumentando más los precios de los bienes y servicios
no comerciables con el exterior, en relación con los precios de los bienes
comerciables. Esa estructura de precios distorsionada dio señales equivocadas
a los mercados, haciendo más atractivas las in ver sio nes en no
comerciables, como servicios y bienes inmobiliarios, cuyas accio nes se
inflaron provocando la ilusión de un enriquecimiento súbito de sus
tenedores.
El crédito bancario se incrementó, en especial hacia los sectores que
iban aumentando sus precios relativos. Los créditos al consumo también se
aumentaron fuertemente, reflejando la citada caída en el ahorro macro. La
expansión del crédito bancario fue de hecho inducida por la política del
gobierno. En un principio, la disminución del déficit fiscal dejó más recursos
disponibles para ser prestados al sector privado. Luego, los ingresos fiscales
producto de las privatizaciones permitieron reducir la deuda del gobierno
con el Banxico, el cual canalizó esos fondos liberados hacia la banca comercial
(directamente o por medio de la banca de desarrollo y los fideicomisos),
la que finalmente los prestó al sector privado.
Entre 1993 y 1994, cuando las presiones devaluatorias eran evidentes,
el proceso descrito se llevó al extremo. El gobierno, con un déficit
cercano a cero, es decir, sin necesitar financiar ningún déficit, aumentó
su colocación de valores. Primero fueron papeles en moneda nacional
(como los cetes), los cuales se sustituyeron aceleradamente por los
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA: CAUSAS Y ALTERNATIVAS DE SOLUCIÓN
195
famosos tesobonos, denominados en dólares. Lo grave fue que un monto
creciente se colocó en inversionistas extranjeros, en especial du rante
1994. La pregunta obligada era, ¿para qué necesitaba el gobierno colocar
montos crecientes de deuda, si su déficit era cercano a cero? La
respuesta es sencilla: para sostener un tipo de cambio ficticio, mantener
la ficción de una economía en expansión en un año electoral (1994) y
seguir impulsando el crecimiento del crédito bancario al sector privado,
el cual, como se dijo antes, fue básicamente inducido por la política
económica.
El mecanismo no es tan obvio, y sólo se puede detectar identificando
los flujos interbancarios. La colocación de tesobonos permitía reducir la
deuda del gobierno con el Banxico, quien (ya siendo autónomo en 1994)
transfería los recursos liberados a la banca comercial, la cual los prestaba
al sector privado. Otro mecanismo era la reducción directa de la deuda del
gobierno con la banca comercial (gracias a la colocación de papel gubernamental),
liberando fondos para ser prestados. La multicitada expansión
crediticia de la banca se efectuó sin calcular adecuadamente los riesgos
que se estaban asumiendo. Esa actitud fue resultado no sólo de la falta de
adecuada supervisión, sino de la garantía implícita que estaba ofreciendo
el gobierno, quien además inducía todo el proceso por medio del mecanismo
descrito.
Ese desbordado incremento en la cartera crediticia de los bancos, se
transformó en una auténtica borrachera irresponsable, donde muchos banqueros
se otorgaron autopréstamos, o los dieron a empresas asociadas a
ellos, sin que fueran garantizados de manera adecuada. Pareciera ser que
lo que buscaba el gobierno en ese año de 1994, era mantener la ficción de
una economía en franca expansión, a la vez que inducía una derrama enorme
de recursos para ganar las elecciones.
La realidad, o las fuerzas del mercado (como dirían algunos), se impuso
a fines de 1994. El tipo de cambio se hizo insostenible y el ajuste se produjo.
La devaluación significó para muchos pasar de la ficción a la realidad.
Muchas deudas que se habían contratado considerando precios inflados
de activos (en especial muchas acciones y bienes inmuebles), de pronto se
enfrentaron a activos devaluados, ya que esos precios no se ajustaron en
la misma magnitud que la devaluación cambiaria.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
196
■ LA POLÍTICA APLICADA PARA ENFRENTAR LA CRISIS
Desde enero de 1995, muchos bancos empezaron a tener problemas para
mantener al día sus carteras crediticias. El Fobaproa empezó a apoyarlos
con líneas de crédito para compensar esa situación, considerada de corto
plazo. La primera gran deficiencia del gobierno fue no tener un diagnóstico
correcto de la magnitud de la crisis que se venía. Para el gobierno, se trataba
de una crisis de confianza de corto plazo, la cual se podía revertir aplicando
un programa de ajuste que mantuviera los equilibrios macroeconómicos
básicos. Por esa vía, se pensaba, se restauraría la confianza, los capitales
regresarían y todo se arreglaría.
Para febrero de ese año, fue evidente que la crisis era de una mayor
magnitud, y que estaba manifestando muchos problemas de fondo. La preocupación
inmediata del gobierno fue garantizar, costara lo que costara,
que los inversionistas y acreedores extranjeros no sólo no incurrieran en
ninguna pérdida, sino que recibieran de manera puntual sus ganancias o
su capital, si decidían retirarlo. La gran prioridad fueron los tenedores extranjeros
de tesobonos y los bancos extranjeros que habían otorgado créditos
a corto plazo.
Aquí vale una breve reflexión. Los inversionistas extranjeros, por ejemplo
los fondos de pensiones de los Estados Unidos (importantes tenedores de
tesobonos a fines de 1994), tenían dos grandes opciones: invertir sus fondos
en los propios Estados Unidos, con poco riesgo pero a una tasa de interés
baja; o invertirlos en países como México, que ofrecían tasas de rendimiento
en dólares sustancialmente más elevadas, aunque con el riesgo de que la
estabilidad cambiaria no se mantuviera. En toda operación financiera, si se
busca un mayor rendimiento, asumiendo un mayor riesgo, no se vale exigir
a toda costa que ese riesgo sea cero. Lo que hizo el gobierno, con ayuda del
Tesoro de los Estados Unidos, fue garantizar que ese riesgo fuera cero, y un
pésimo negocio para México.
La auténtica solución de mercado, en las circunstancias de principios de
1995, hubiera sido que a la depreciación de los activos hubiera correspondido
también una depreciación de los pasivos, es decir, de los instrumentos de
ahorro financiero, empezando por los tesobonos, que eran el principio de la
larga cadena. Eso hubiera llevado sin duda a quiebras bancarias y a pérdidas
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA: CAUSAS Y ALTERNATIVAS DE SOLUCIÓN
197
de los ahorradores. Pero una intervención responsable del gobierno podría
haber atenuado las pérdidas de los pequeños y medianos ahorradores, dejando
a los grandes que asumieran las pérdidas, resultado de haber adoptado
posiciones altamente riesgosas.
La interpretación del gobierno en el sentido de que si no se hubiera
hecho lo que se hizo, la crisis hubiera alcanzado proporciones apocalípticas,
es totalmente falsa. Otras experiencias que ha vivido México muestran lo
contrario. En 1982, el gobierno convirtió deudas en dólares a pesos (los famosos
“mex-dólares”), y llegó incluso al extremo de estatizar la banca, y el
país no se acabó. Otras experiencias como la de 1938, cuando el presidente
Cárdenas expropió el petróleo y se enfrentó a los más poderosos intereses
extranjeros; o cuando el presidente Carranza, en 1916, decidió liquidar todos
los bancos (muchos de ellos extranjeros), tuvieron costos altos, pero no
acabaron con la economía.
Un gobierno que pensara no sólo en los intereses de los grandes inversionistas,
sino en los de la gran mayoría del pueblo mexicano, podría
haber aplicado una serie de programas para atenuar el impacto del ajuste
desde la ficción hasta la realidad. Mediante intervenciones inteligentes
en los bancos, aceptando quiebras, garantizando los depósitos de 99.75
de los ahorradores (sólo 44 por ciento del ahorro financiero), y organizando
subastas de los créditos vencidos, para recuperarlos a su verdadero
valor, podría haber logrado resultados más rápidos y, sobre todo,
menos costosos para la economía del país.
Pero no fue así, el gobierno decidió mantener la garantía de cien por
ciento del ahorro financiero, del cual, 56 por ciento estaba concentrado
en el 0.25 por ciento más rico de los ahorradores y en buena parte era la
contrapartida de la irresponsable expansión crediticia. El primer paso fue
garantizar que los tenedores extranjeros de tesobonos no tuvieran ninguna
pérdida. Esa actitud llevó a garantizar los demás ahorros, impidiendo
que el sistema se ajustara como lo exigía el enorme cambio en los precios
relativos propiciado por la devaluación del peso. Así, el gobierno “campeón
del mercado”, impidió que el mercado funcionara, forzando una ficción
que se ha mantenido por tres años y medio, y que ahora pretende que se
transforme en realidad, pasando la enorme factura acumulada a la mayoría
de la población.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
198
Tomada la decisión de privilegiar los intereses de los inversionistas extranjeros,
de los banqueros y de los grandes ahorradores (deudores), lo demás fue
ir poniendo parches a una situación que se deterioraba aceleradamente. En
un principio se buscó obligar a los deudores a cumplir con los compromisos
adquiridos. Lo dramático fue que muchos proyectos que eran rentables, dejaron
de serlo de manera abrupta. Así, muchos deudores, que adquirieron sus pasivos
tomando en cuenta la estructura de precios relativos, el nivel de las tasas
de interés, y las señales del gobierno de que se mantendría la estabilidad, de
pronto, sin tener realmente responsabilidad en lo que estaba pasando, se encontraron
con que sus activos se habían devaluado, sus ingresos habían disminuido
como resultado de la contracción económica inducida por el
gobierno, y las tasas de interés se habían elevado fuertemente, conduciéndolos
a una situación de insolvencia por completo inesperada. La política del gobierno,
que antes consistió en inducirlos a endeudarse, después fue de obligarlos
a pagar en esas circunstancias, o perder sus patrimonios.
El tratamiento del gobierno hacia los millones de pequeños y me dianos
deudores contrastó con el dado a los grandes deudores y ahorradores
(los mismos). Así, mientras presionaba por todos los medios para que los
pequeños y medianos deudores pagaran a como diera lugar, protegía a
los grandes ahorradores, quienes eran al mismo tiempo los principales deudores
de la banca, empezando por los banqueros mismos. Los programas de
“capitalización” y de “saneamiento financiero” se aplicaron caso por caso,
sin reglas generales y ocultando a la opinión pública lo que realmente sucedía.
Esta política totalmente discrecional permitió favorecer arbitrariamente
a algunos banqueros sobre otros. Así, algunos banqueros que se habían
otorgado todo tipo de autopréstamos, perdieron sus acciones bancarias
(aunque no los recursos obtenidos de ese endeudamiento), pero otros, que
aparentemente hicieron lo mismo, continúan controlando sus bancos con
todo el apoyo del Fobaproa.
El gobierno instrumentó varios programas para facilitar a los deudores
el pago en leoninas condiciones (como las restructuraciones en udis), los
cuales fracasaron, y muchos deudores volvieron a caer en situación de insolvencia.
Las autoridades argumentaron una y otra vez que no se debía
fomentar “la cultura del no pago”, pero lo que fomentó dicha “cultura” fue
precisamente el gran contraste en el trato dado a los pequeños y medianos
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA: CAUSAS Y ALTERNATIVAS DE SOLUCIÓN
199
deudores por un lado, y las enormes facilidades y apoyos ofrecidos a los
banqueros y a los grandes deudores.
La aplicación discrecional y encubierta de todo tipo de apoyos a los
bancos se fue transformando lentamente en una deuda pública especial
creciente. Pareciera ser que los responsables de los apoyos a los bancos
experimentaron con todo tipo de arreglos financieros, sin ninguna responsabilidad,
olvidando que estaban comprometiendo no su propio dinero, sino
fondos públicos. El reiterado fracaso de esos programas de “saneamiento”
financiero se tradujo en los ahora famosos pagarés emitidos por el Fobaproa
(“con el apoyo solidario del gobierno federal”), que a la fecha ascienden
a más de 14 por ciento del PIB, y que ahora el Ejecutivo Federal pretende
convertirlos en deuda pública oficial.
■ LAS CONSECUENCIAS DE LA POLÍTICA ADOPTADA
A tres años y medio de estarse aplicando la política descrita, los resultados
sólo son un gran éxito para el gobierno (con sus manipuladas cifras), así
como para la minoría beneficiada (nacional y extranjera), la cual pugna por
el mantenimiento del “modelo” a toda costa. Pero esos resultados no pueden
ser más desastrosos para la mayoría del pueblo mexicano, cuyo nivel de
vida ha disminuido de manera alarmante, y ahora se le quiere pasar el costoso
resultado de tantos errores e irresponsabilidades.
Desde principios de 1995, México prácticamente carece de sistema
bancario. Los bancos se definen por su capacidad para captar los ahorros
del público y prestarlos a las actividades más rentables, después de evaluarlas
de manera adecuada. La gran función de la banca consiste precisamente
en evaluar y asumir de modo correcto esos riesgos. Pero en los
últimos tres años y medio podemos ver una banca que capta cada vez menos
ahorro, y que no otorga ningún crédito. La banca actual sólo se dedica
a sobrevivir, esperando que el gobierno, o más bien, la sociedad, le resuelva
sus problemas.
La ausencia de crédito y la falta de soluciones viables para los millones
de endeudados, ha propiciado la aparición de dos economías sustancialmente
distintas, que conviven en México. Por un lado existen las
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
200
grandes empresas, en especial las exportadoras, que tienen ingresos en
dólares y se pueden fondear en el exterior. A este sector también pertenece
la industria maquiladora, la cual ha registrado una gran expansión
durante los últimos años, y que depende básicamente de lo que suceda
fuera del país. Esta primera economía es la que se refleja de manera inflada
en las estadísticas oficiales, mostrando la tan pregonada “recuperación”
económica.
La otra economía, en la que sobrevive la inmensa mayoría del pueblo
mexicano, está integrada por miles y miles de pequeñas y medianas empresas
ahogadas por las deudas y por la persistente estrechez del mercado interno.
En esa economía se ubica la enorme clase “media” ahora empobrecida, la
mayoría de los trabajadores, campesinos, vendedores informales, prestadores
de servicios con bajos ingresos, etcétera. Esta economía es la que lleva
los dos últimos años esperando que se refleje “en los bolsillos” la recuperación
observada en la primera economía.
Otra consecuencia desastrosa ha sido el impacto de los programas
de “saneamiento” financiero sobre el comportamiento de las finanzas
públicas. En términos de erogaciones directas, dichos costos han sido
crecientes durante los últimos cuatro años. Pero de modo virtual, escondido,
su impacto fiscal ha sido mucho mayor, y hasta fechas recientes
empieza a aparecer en toda su magnitud (los famosos 552 mil millones
que el Ejecutivo Federal propone transformar en deuda pública oficial).
Si se mide correctamente el déficit fiscal, definido como el cambio en la
deuda pública, los muy publicitados resultados de los últimos años se
transforman en déficit crecientes y una relación de deuda pública a PIB
también creciente.
Otro costo, aún no evaluado correctamente, de la política aplicada, es
que ha generado una profunda desconfianza hacia las soluciones de mercado,
haciendo que mucha gente vuelva a pensar en esquemas estatistas.
Una política económica, supuestamente a favor del mercado, que obliga a
los empobrecidos campesinos mexicanos a competir con los muy productivos
y tecnificados agricultores norteamericanos, y al mismo tiempo sobreprotege
a los banqueros “privados”, permitiéndoles enormes ganancias
sin incurrir en verdaderos riesgos, y socializando los resultados de sus
ineficiencias, es la mayor propaganda contra la economía de mercado.
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA: CAUSAS Y ALTERNATIVAS DE SOLUCIÓN
201
Como no se ha hecho un verdadero balance de la desastrosa política
aplicada, y el gobierno sigue ocultando muchos de los peores resultados
(por ejemplo, la Encuesta Ingreso-Gasto levantada en 1996 se mantiene
oculta para no mostrar lo sucedido con la distribución del ingreso), tampoco
se ha efectuado un debate serio para corregirla. Así como el gobierno
escondió en 1995 a la sociedad la verdadera magnitud de la crisis, y los
costos de los programas de apoyo a la banca se mantuvieron ocultos, ahora
pretende convencer de que todo lo que hizo fue correcto, o al menos, lo
menos costoso, lo cual es totalmente falso.
■ LAS ALTERNATIVAS ANTE LA SITUACIÓN ACTUAL
Al presentar sus iniciativas de ley en materia financiera a fines de marzo, el
Ejecutivo trató de que se aprobaran en abril, sin mucha discusión. Por ello,
también envió para su discusión otras iniciativas importantes, como la de
reforma constitucional en materia indígena. Así, con un congreso atiborrado
de iniciativas, esperaba una aprobación sin mayores problemas. Sin embargo,
la nueva realidad de una mayoría opositora en la Cámara de Diputados
permitió no sólo posponer la posible aprobación de esas iniciativas, sino
iniciar una verdadera discusión nacional sobre estos asuntos, la cual se ha
convertido en un verdadero escándalo al comenzar a aparecer mucha información
que se había mantenido oculta.
La Cámara de Diputados ha solicitado todo tipo de información, que ha
empezado a fluir, a pesar de las enormes resistencias de las autoridades
financieras, las cuales aducen todo tipo de pretextos para limitar la entrega
de la documentación necesaria. Se ha anunciado también la próxima aplicación
de las auditorías que sean necesarias, para aclarar todo lo que se
ha hecho y se ha mantenido en secreto, antes de decidir qué se aprueba y
qué se rechaza de las propuestas del Ejecutivo. El debate está abierto, y la
sociedad reclama que se aclare todo.
El gobierno, los banqueros, los grandes empresarios y algunos voceros de
los inversionistas extranjeros, es decir, los beneficiarios de las políticas aplicadas
durante los últimos años, han manifestado que las propu es tas del
Ejecutivo son las únicas viables, y que de no aceptarse se propiciará una crisis
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
202
“peor” que la de 1995. Estas señales alarmistas se han multiplicado y el
propio Ejecutivo ha estado presionando por todos los medios para que las
reformas se aprueben antes de septiembre, en un periodo extraordinario
de sesiones, antes de que se envíe el proyecto de Presupuesto y de Ley de
Ingresos para 1999.
Los voceros de los partidos de oposición han respondido con todo tipo
de posiciones, contradictorias muchas de ellas. El actual debate muestra
una enorme confusión, la cual resulta gravísima, dada la enorme importancia
y trascendencia del asunto. El daño a la sociedad está hecho. Ahora, de
lo que se trata es de aclararlo, fincar responsabilidades, y buscar alguna
fórmula que genere los menores costos posibles a la mayoría de la población,
sin atentar contra la estabilidad general de la economía, en la medida de lo
posible.
La clave de toda la discusión está en lo que se hará con los pagarés
emitidos por el Fobaproa, los famosos 552 mil millones de pesos que el
Ejecutivo Federal propone convertir en deuda pública oficial. Esos pagarés
representan todos los pasivos conocidos hasta el pasado día 28 de febrero,
en que el gobierno ha incurrido para compensar las pérdidas de los bancos,
y que les ha permitido mantenerse a flote. Para los defensores del Ejecutivo
los pagarés ya son deuda pública. Sin embargo, si ya son deuda pública, ¿por
qué se propone reconocerlos como tal?
La esencia del asunto es que los pagarés emitidos por el Fobaproa sí
son deuda pública, pero de un tipo especial: son papeles con vencimiento
a 10 años, con intereses capitalizables, es decir que no se pagan sino hasta
el vencimiento del papel, que sólo son teóricos e incrementan paulatinamente
el valor nominal de los pagarés (como los bonos “cupón cero” de los
Estados Unidos, que sólo se amortizan al final tanto el principal como
los intereses acumulados), que no tienen un mercado secundario, y por lo
tanto, los bancos no los pueden transformar en liquidez. Pero lo más importante
es el valor real de estos pagarés, el cual está determinado por su
valor nominal, pero ajustado por la confianza que se tenga en que el gobierno
finalmente los redimirá conforme a lo pactado.
La propuesta del Ejecutivo Federal de convertir esos pagarés (deuda
pública especial) en deuda pública oficial, busca transformarlos en papeles
negociables, como los cetes, que proporcionen una enorme liquidez a los
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA: CAUSAS Y ALTERNATIVAS DE SOLUCIÓN
203
bancos, lo cual significaría una enorme transferencia de riqueza a los mismos,
que sería pagada por toda la sociedad, a partir de la fecha en que se
hiciera la conversión. Con ese canje, los bancos, por fin, se liberarían de
los enormes costos acumulados por su ineficiencia, fraudes y corruptelas
de todo tipo, los cuales serían endosados a toda la sociedad. Ésa es la razón
por la que los banqueros pugnan por todos los medios por que se acepte
la propuesta del Ejecutivo.
Hacer esa conversión no sólo significaría una inmensa transferencia de riqueza
a los bancos, sino que tendría un enorme impacto presupuestario a partir
de 1999, al tenerse que pagar los intereses (que se dejarían de capitalizar). Así,
un cálculo rápido nos llevaría a que una nueva deuda por 550 mil millones a una
tasa de interés de 20 por ciento, significaría un gasto anual por intereses de 110
mil millones de pesos, 13.1 por ciento del recortado Presupuesto de Egresos de
la Federación para 1998.
Con los precios del petróleo por los suelos y la comentada existencia de
la segunda economía (la de la mayoría de la población), estancada, resulta
difícil esperar un aumento importante en la recaudación del gobierno. En
esa circunstancia, el aumento en el pago de intereses se tendría que ajustar
con una disminución proporcional en el gasto programable, el cual (dadas
las prioridades mostradas por el gobierno en los dos recortes de este año)
se concentraría en el gasto social. El gobierno podría también tratar de
aumentar algún impuesto, como el IVA, o incrementar aún más los precios
de la gasolina, para aumentar ingresos y recortar menos el gasto social. Pero
con cualquier combinación de ese tipo, la mayoría de la población terminaría
pagando la riqueza transferida a los bancos.
Una alternativa para atenuar un poco el impacto presupuestario, sería
que los nuevos bonos que se canjearan por los actuales pagarés, se emitieran
a una tasa de interés sustancialmente inferior a la tasa teórica de los
pagarés, de manera que compensara la subida de valor de esa deuda, al
tenerse la certeza de su futura redención. Otra opción podría ser convertir
esa deuda en udibonos, los cuales sólo pagan una tasa de interés “real”,
manteniéndose el valor real de esos papeles hasta su redención. Con esta
alternativa, la erogación presupuestaria anual podría ser de sólo unos 25 mil
millones de pesos (cinco por ciento de interés real anual), pero la transferencia
de riqueza a los banqueros se podría dar de inmediato si dichos
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
204
udibonos se pudieran negociar en el mercado secundario, es decir, se pudieran
convertir en liquidez.
Sin embargo, existen otras opciones, por ejemplo, reconocer los actuales
pagarés como deuda pública oficial, pero dejarlos como están, con
sus características actuales: vencimiento a largo plazo, intereses capitalizables,
no ser transformables en liquidez, etcétera. Con esta opción se
evitaría totalmente el impacto presupuestario para los próximos años, y
al llegar la fecha de la redención, se podría hacer lo que usualmente se
hace con la deuda externa: renegociarla, ampliarla a mayores plazos, etcétera.
Un esquema así, se podría combinar con arreglos que crearan incentivos
a los bancos para que trataran de recuperar sus créditos en las
mejores condiciones posibles, evitando que endosaran esa responsabilidad
al resto de la sociedad.
Sin embargo, dejar los pagarés como están (aunque reconocidos oficialmente
como deuda pública por el Congreso), no tendría un efecto neutro,
sino que significaría una inmediata disminución en su valor real. Algunos de
los bancos (los que tienen una proporción menor de esos pagarés respecto
a sus activos totales) podrían sobrevivir, pero otros se declararían en quiebra.
A estos últimos (que en realidad están quebrados desde hace tiempo y
el Fobaproa los mantiene vivos de manera artificial), el gobierno los podría
intervenir y liquidar de manera ordenada, protegiendo a los ahorradores y
recuperando lo que fuera posible. En todo caso, esas intervenciones serían
más baratas para la sociedad que la multicitada conversión propuesta por
el Ejecutivo Federal.
Otro punto clave de la discusión actual es el tipo de sistema financiero
que se busca construir para México. Las iniciativas de ley presentadas
por el Ejecutivo buscan adecuar y atenuar las deficiencias que condujeron
a la terrible crisis de 1995, pero manteniendo un régimen paternalista con
la banca: en lugar de garantizar cien por ciento de los depósitos, el gobierno
propone que el nuevo Fogade garantice sólo los depósitos hasta
500 mil udis, sin tener capital y emitiendo deuda pública cuando sea necesario;
para reforzar la supervisión (que fracasó estrepitosamente después
de haberse adecuado la ley varias veces), se busca sólo cambiar la
ley y mantener el actual ineficaz sistema, sólo que dependiendo del Banxico;
para alcanzar mayor competencia, se propone abrirse totalmente a la
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA: CAUSAS Y ALTERNATIVAS DE SOLUCIÓN
205
inversión extranjera, pero sin considerar nuevas reglas, y partiendo de
los actuales acuerdos leoninos firmados por el Fobaproa con algunos
bancos extranjeros.
■ LAS CONSECUENCIAS DE LA SOLUCIÓN QUE SE ADOPTE
Es necesaria una reflexión adicional respecto a las gravísimas implicaciones
políticas de la forma como se resuelva este embrollo. Es importante
no olvidar que en la gestación del problema estuvo una política económica
totalmente irresponsable que impulsó un sobrendeudamiento de la
economía. Esta política se llevó al absurdo en 1994, cuando la derrama de
dinero alcanzó niveles incontrolables, pero permitió que el PRI ganara las
elecciones. No hay que olvidar que lo sucedido en Tabasco, en realidad
pasó en el nivel nacional. Si el gobierno consigue la multicitada conversión
de los pagarés del Fobaproa en deuda pública oficial, la enorme transferencia
de recursos a los banqueros podrá ponerlos en condiciones de repetir
una derrama de dinero en el año 2000, similar a la de 1994. Pero si el
Congreso decide mantener esa deuda como está, el gobierno perderá (o
no podrá utilizar con la misma eficacia) uno de sus recursos más socorridos
para ganar elecciones.
Los persistentes errores en materia de política económica han estado
acumulando múltiples factores que conducirán necesariamente a otro ajuste,
y la conversión de los citados pagarés en deuda pública sólo logrará
posponer ese ajuste, pero no evitarlo. Si el PRI gana las elecciones en el año
2000, el mejor momento para el ajuste puede ser después de la fecha de la
elección. Pero si la oposición ganara, recibiría una economía con problemas
tan graves que tal vez necesitaría dedicar todo el siguiente sexenio para
corregirlos.
En esa perspectiva, la decisión de no convertir los pagarés en deuda
pública oficial, sino sólo reconocerlos como deuda pública (después de
ser depurados por las auditorías), pero manteniendo sus actuales características
de no poder ser transformados en liquidez, tener intereses capitalizables,
ser redimibles a 10 años, etcétera, llevaría a algunas quiebras
bancarias, como se dijo. También podría generar fugas de capitales y
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
206
posiblemente una devaluación, la cual se atribuiría al Congreso y podría
tener un costo político si no se responde con la suficiente eficacia. El
impacto negativo se podría atenuar si se presentan simultáneamente
iniciativas para construir un nuevo sistema financiero moderno, con reglas
claras y transparentes. En todo caso, una situación así podría obligar al
gobierno federal a realizar antes del año 2000 el ajuste económico que se
necesita, pero también podría dejar al posible nuevo gobierno democrático
en una mejor situación para enfrentar los problemas acumulados.
207
Las presentes notas sólo pretenden hacer un primer ordenamiento de ideas
respecto al tipo de sistema financiero que se debe tratar de construir
en México. Estas ideas son un punto de partida para de sarro llar mayores
reflexiones sobre este importante asunto. El tipo de solución que se
dé al problema del Fobaproa tiene grandes implicaciones de todo tipo. En
materia financiera, la solución que se proponga debe estar necesariamente
vinculada de manera estrecha a un proyecto de sistema financiero para el
México del futuro.
Este proyecto de sistema financiero también debe estar directamente
asociado al tipo de economía y de país que el PRD propondrá en el año 2000,
como parte de su plataforma política. Por ello, resulta preocupante la actual
con fu sión que se observa en algunos sectores del PRD, a este respecto.
En algunos de esos sectores se percibe nostalgia respecto a la época
de principios de los años setenta, cuando había en México un sistema financiero
altamente controlado por el Estado, cerrado a la competencia
con el exterior, con elevados niveles de encaje, y tasas de interés determinadas
de manera directa por el Banco de México. Estos enfoques parecen
olvidar que ese sistema financiero existía bajo un gobierno autoritario
y corrupto en extremo.
Ese modelo de sistema financiero altamente controlado entró en crisis
en 1982. La nacionalización de la banca privada se llevó a cabo por una situación
de emergencia. Dicha medida significó, entre otras cosas, la socialización
de la abultada deuda externa que habían acumulado los bancos
privados, la cual pasó a ser responsabilidad del gobierno. Esa fue una de las
CONSIDERACIONES SOBRE
EL TIPO DE SISTEMA FINANCIERO
QUE SE DEBE CONSTRUIR EN MÉXICO
29 DE JUNIO DE 1998
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
208
razones por las que los acreedores externos no opusieran mucha resistencia
a una medida que atentaba contra sus principios de propiedad privada, pero
les garantizaba el pago de las obligaciones adquiridas por los banqueros
privados.
El proyecto gubernamental de Miguel de la Madrid en materia financiera,
fue iniciar la reprivatización de la banca, pero hacerlo de una manera
paulatina, hasta que el gobierno pudiera resolver los problemas heredados
por los bancos nacionalizados. Al mismo tiempo, en ese gobierno se avanzó
en el saneamiento de las finanzas públicas, en la apertura hacia el exterior,
y en la desregulación de muchas actividades económicas, para la
creación de un entorno macroeconómico favorable –entre otros objetivos–
a una reprivatización bancaria total.
Dentro de esa política de cambio estructural profundo, se observó una
notable ausencia, la cual se mantiene hasta la fecha: que para lograr el cambio
hacia una economía moderna y de mercado, se necesita construir un
verdadero Estado de derecho, el cual sólo es factible, a su vez, en una auténtica
democracia. El gran fracaso histórico de esa transición se dio en
1988, cuando el pueblo mexicano fue incapaz de hacer valer su voto, por lo
que prosiguió con vida el viejo sistema autoritario.
El proyecto del gobierno de Carlos Salinas de Gortari fue continuar por
la senda trazada por Miguel de la Madrid, llevándola hasta el extremo, de
manera autoritaria. Así, abrió totalmente la economía hacia el exterior, reprivatizó
los bancos y desreguló toda la actividad financiera. La política financiera
que llevó a cabo resultó totalmente irresponsable, ya que se basó
en una sola apuesta: que se mantendrían de manera indefinida los flujos de
capital del exterior.
La lógica más general de la política que propició el sobrendeudamiento
de la economía –la cual estalló a principios en 1995, y que ahora se refleja en
los enormes pasivos del Fobaproa–, fue la creación de una nueva clase de
banqueros privados vinculados al Estado autoritario. Esos banqueros, apoyados
en todo tipo de garantías por parte del gobierno, se convirtieron en
1994 en un factor fundamental para que el PRI ganara las elecciones.
El proyecto del actual gobierno de Ernesto Zedillo ha sido tratar de recuperar
y continuar el proyecto de Salinas, propiciando el regreso de los
capitales del exterior y manteniendo el sistema autoritario. La crisis ha sido
CONSIDER ACIONES SOBRE EL TIPO DE SISTEMA FINANCIERO QUE SE DEBE CONSTRUIR EN MÉXICO
209
de tal magnitud que ha llevado al gobierno a ocultar y falsificar información,
apostando (al igual que lo hizo Salinas) a un mantenimiento de los flujos del
exterior por un tiempo suficiente para que la economía se ajuste y entre en
una nueva senda de crecimiento.
Sin embargo, los grandes problemas acumulados han llegado a un nivel
que los ha hecho inmanejables, a menos que se les haga explícitos. Por ello,
en pocos meses, Zedillo ha pasado de ser el ejemplo a seguir, tratando de
dar lecciones a los países de Asia (Davos, enero de 1998), a representar un
gobierno de corruptos y narcotraficantes que echaron a perder una política
correcta (Casablanca, mayo de 1998).
La propuesta de Zedillo para solucionar el problema del Fobaproa va
acompañada de una serie de reformas en materia financiera que evidencian
el tipo de sistema financiero que se propone mantener. El propósito del
gobierno se puede resumir así: mantener el sistema paternalista de protección
gubernamental al sistema financiero, el cual no sólo ha fracasado, sino
que atenta contra el declarado propósito de construir una economía moderna,
de mercado, y vinculada eficientemente al exterior.
Pero el objetivo del gobierno no es sólo mantener esa ineficiente e injusta
protección a los bancos privados, sino continuar con el sistema autoritario
y corrupto que ha hundido a México. Para ello, requiere transferir
un monto gigantesco de riqueza a los banqueros (liberándolos de los costos
en que incurrieron al apoyar la victoria del PRI en 1994), mediante la conversión
de los pagarés del Fobaproa en deuda pública oficial, y así ponerlos
en condiciones de repetir en el año 2000, la experiencia de 1994.
Por ello, la respuesta que se dé al problema del Fobaproa tiene enormes
implicaciones, no siempre evidentes a primera vista. Esos alcances
no sólo tienen que ver con el tipo de sistema financiero que se propone,
sino con el tipo de economía y de país que se busca construir, y con la
posibilidad de un tránsito pacífico hacia una auténtica democracia en el
año 2000.
Por lo pronto, la posición del PRD respecto al problema del Fobaproa
debe considerar necesariamente tres aspectos estratégicos: una posición
clara respecto al sistema financiero que se desea; que esa posición refleje
la postura propia de un nuevo gobierno responsable, que busca la estabilidad
de la economía; y que esa posición sea negociable con el PAN, para
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
210
poder alcanzar la mayoría en el Congreso. Olvidar lo anterior, puede resultar
trágico para las perspectivas políticas del PRD.
Respecto al primer aspecto, la propuesta de convertir 100 mil millones de
pesos trimestrales a deuda pública (como lo propone la Presidencia del PRD),
no sólo puede ser aceptable para el gobierno (dadas las actuales circunstancias),
sino que ayudaría a perpetuar el sistema financiero actual, y facilitaría
a los banqueros (con más dificultades que las que quisieran) estar en condiciones
de volver a apuntalar al sistema autoritario en el año 2000.
La propuesta alternativa, de reconocer los pasivos del Fobaproa como
deuda pública (después de ser limpiados por las auditorías), pero que se
quede como está, con vencimientos a largo plazo, con intereses capitalizables
(sin impacto presupuestario directo), sin mercado secundario (es decir, sin
impacto en la liquidez general de la economía), etcétera, tendría que ser
acompañada con una postura clara y precisa respecto al tipo de sistema
financiero que se propone construir.
Las posibles propuestas a este respecto se pueden clasificar en cuatro:
estatizar la banca y cerrar el mercado financiero a la competencia con el
exterior; regresar a los años setenta, con una banca privada altamente controlada
por el Estado, con elevados encajes y tasas de interés determinadas
directamente por el banco central, con limitada apertura al exterior; mantener
el actual sistema paternalista y corrupto, con algunas adecuaciones
de imagen, y ampliando el negocio a los extranjeros, tal como lo propone
Zedillo; o actuar acorde a los vientos que soplan en el mundo, congruentes
con una economía moderna, vinculada eficientemente al exterior, en un
México de verdad democrático, lo cual significa pasar a un mercado financiero
regido por mecanismos de mercado, pero con una regulación y supervisión
gubernamental estricta, transparente y eficaz.
Las dos primeras propuestas, difícilmente son compatibles con una
auténtica democracia, van a contracorriente de lo que está sucediendo en
el mundo, y sería imposible negociarlas con el PAN, por lo que estarían condenadas
de antemano a ser derrotadas en el Congreso. La tercera es inaceptable
si se quiere avanzar hacia una verdadera democracia. La cuarta
propuesta es la más viable, con posibilidades de negociarse con el PAN, y
representaría un gran triunfo para el PRD, si este partido fuera el que la
planteara.
CONSIDER ACIONES SOBRE EL TIPO DE SISTEMA FINANCIERO QUE SE DEBE CONSTRUIR EN MÉXICO
211
Las actuales propuestas del gobierno, además de la conversión de los
pasivos del Fobaproa en deuda pública oficial, van en cuatro sentidos: reforzar
la autonomía del Banco de México, dejándole la responsabilidad de
la política cambiaria; mejorar los mecanismos de supervisión, pasando a la
Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) a depender del Banco de
México; abrir totalmente el sistema financiero a la inversión extranjera (con
las actuales reglas paternalistas); y disminuir paulatinamente la garantía
gubernamental a los depósitos bancarios.
Respecto a la propuesta de fortalecer la autonomía del banco central,
los vientos del mundo soplan en esa dirección, y las experiencias de muchos
países muestran las grandes ventajas de contar con un instituto central
realmente autónomo respecto al poder ejecutivo. Pero no hay que olvidar
que esas experiencias se refieren a países que cuentan con sistemas democráticos
modernos, donde los gobiernos, los banqueros privados y las autoridades
del banco central difícilmente se pueden coludir para mantener
un sistema que atenta contra la mayoría de su población, como sucede en
México.
En nuestro caso, proponer copiar en la forma a los países avanzados,
sin modificar sustancialmente la esencia del sistema en que se opera, puede
significar facilitar posibles nuevos atentados contra la economía nacional,
como es el caso del Fobaproa. Por ello, la propuesta del PRD en este
sentido, no debe ser en contra de la autonomía del banco central, como
principio, sino a favor de esa autonomía respecto al poder ejecutivo, pero
siendo supervisado estrechamente por el poder legislativo.
Respecto al fortalecimiento de las funciones de supervisión de la CNBV,
se pueden explorar varias alternativas: que siga dependiendo de la Secretaría
de Hacienda, que pase a depender del Banco de México (como propone el
gobierno) o que pase a ser una entidad más autónoma. Lo importante aquí
no es su dependencia orgánica, sino su verdadera capacidad para realizar
eficazmente sus tareas de supervisión. Para ello, lo importante, en este periodo
de transición a una verdadera democracia, es que ese organismo sea,
a su vez, vigilado y supervisado estrechamente por el poder legislativo.
La propuesta del gobierno, en el sentido de abrir ya totalmente la inversión
extranjera en los intermediarios financieros, puede ser funesta en
las actuales condiciones. Si la política a seguir en este sentido se basa en los
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
212
“convenios” firmados por el Fobaproa con algunos bancos extranjeros para
“capitalizar” a algunos bancos nacionales, se está planteando un pésimo
negocio para el país. Esos “convenios”, basados en la actual política paternalista
del gobierno, han “garantizado” el valor de las inversiones de dichos
bancos extranjeros durante los próximos 10 años, comprometiendo al gobierno
a compensar cualquier pérdida en que incurran.
La posibilidad de construir un verdadero sistema financiero moderno
para México, pasa necesariamente por la apertura a la inversión extranjera,
y por su vinculación eficiente con los mercados financieros internacionales.
Pero esa apertura debe hacerse en condiciones de mercado, es decir, creando
un entorno para que los bancos extranjeros inviertan adoptando posturas
de riesgo, sin garantizarles nada más que lo que ofrezca la ley, y
rechazando cualquier tipo de “convenio” leonino, como los firmados por
el Fobaproa.
En conclusión, junto a la propuesta de reconocer los pasivos del Fobaproa
(después de ser limpiados por las auditorías), pero manteniendo sus actuales
características, se debe proponer una serie de modificaciones a las
otras iniciativas de ley en materia financiera, las cuales deben perfilar el
tipo de sistema financiero que se busca. Ese sistema debe ser moderno,
con reglas de mercado y abierto al exterior. Pero ese sistema no se puede
construir por decre to, o con la simple modificación de las leyes. Para ello se
requiere, antes, transitar a una verdadera democracia.
Los cambios en las iniciativas de ley se deben enfocar para un periodo
de transición hacia esa auténtica democracia, y sólo contando con ese entorno,
es decir, con un verdadero Estado de derecho que impida abusos
como los del Fobaproa, se puede pensar en ese sistema financiero moderno
y competitivo. Por ello, las propuestas actuales deben enfatizar el control
del poder legislativo sobre el banco central y la CNBV, así como detener por
el momento una mayor apertura a la inversión extranjera, hasta que se creen
las condiciones para que la misma sea benéfica para la construcción del
nuevo sistema financiero.
213
■ EL PROBLEMA
Apartir de 1995 el Poder Ejecutivo Federal operó un fondo para el
rescate de bancos en riesgo de quebrar por sus excesivas carteras
vencidas, por su mala administración, y porque en muchos casos sus accionistas realizaron múltiples operaciones irregulares, destacadamente
autopréstamos para invertir en otros negocios de su propiedad, sin importarles
el perjuicio ocasionado a las instituciones financieras y al país. Este
fondo se conoce como Fobaproa, es decir, el Fondo Bancario de Protección
al Ahorro.
Sin atender las verdaderas causas de la crisis del sistema bancario, el
Ejecutivo instrumentó su labor de rescate avalando pagarés de capitalización,
interviniendo bancos y canalizándole otros apoyos que a la fecha suman 552
mil millones de pesos. Como dichos avales, compras de cartera y apoyos
han continuado, para efectos prácticos a inicio de 1999, el monto ascenderá
FOBAPROA: EL GRAN ATENTADO CONTRA
LA ECONOMÍA NACIONAL
ALTERNATIVAS PARA IMPEDIRLO■
15 DE JULIO DE 1998
■ La elaboración de este documento estuvo a cargo de una comisión integrada por tres representantes
del Grupo Parlamentario del Senado –Jorge Calderón, Rosa Albina Garavito y Ernesto
Navarro–; cinco representantes del Grupo Parlamentario de la Cámara de Diputados
–Ricardo García Sáinz, Pablo Gómez, Carlos Heredia, Dolores Padierna y Alfonso Ramírez
Cuéllar–; tres representantes del CEN del PRD –Asa Cristina Laurell, Jesús Ortega y Manuel
Ortega–; e Ifigenia Martínez, representante del Consejo Político Consultivo del PRD. Asimismo,
participaron activamente en la discusión el presidente del PRD Andrés Manuel López Obrador,
el coordinador del Grupo Parlamentario –Porfirio Muñoz Ledo– y los diputados de las comisiones
económicas de la Cámara de Diputados –Álvaro Arceo, José Luis Sánchez, Jorge Silva,
Demetrio Sodi y Cuauhtémoc Velasco.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
214
a 600 mil millones de pesos, o el equivalente a 15.8 por ciento del producto
interno bruto (PIB), para 1998. El PIB es la riqueza que como país generamos
cada año.
El Ejecutivo violó la Constitución de la República al usar este fondo para
avalar y adquirir deuda, ya que estas acciones sólo pueden ser autorizadas
por el Congreso de la Unión. Ahora el Ejecutivo exige al Congreso convertir
esos pasivos, contraídos de manera administrativa pero ilegal, a deuda pública
interna. El gobierno pretende con ello que el rescate bancario sea pagado
por todos los mexicanos a lo largo de cuando menos dos generaciones.
Propuesta que tiene la agravante de que esta deuda gigantesca deteriorará
aún más las precarias condiciones de vida que padecen unos 40 millones de
compatriotas.
Inexplicablemente, el Fobaproa no rescató a los deudores de la banca,
particulares y empresarios, quienes deben cada vez mayores cantidades por
el cobro de intereses sobre intereses. El gobierno prefirió rescatar a los
bancos, en particular a un grupo selecto de banqueros, a los que entregó
recursos en efectivo, compró carteras de crédito vencidas y firmó como aval
bonos de capitalización.
Al final de cuentas, los deudores de la crisis nunca obtuvieron ni obtendrán
beneficio alguno del Fobaproa, han perdido sus bienes, quebrado sus
empresas y quedado en la pobreza, en tanto los bancos se quedaron con los
recursos gubernamentales. Ahora, en lugar de exigir a éstos su pago, el
Ejecutivo pretende que el Congreso convierta 600 mil millones de pesos, o
unos 65 mil millones de dólares, en deuda pública. Esta nueva deuda, sumada
a la existente, colocará a nuestro país al borde del colapso económico y
social, ya que los intereses de ambas habrán de crecer a niveles sencillamente
inmanejables.
Los mexicanos demandan conocer las verdaderas causas que ocasionaron
la insolvencia bancaria, particularmente todo lo relacionado con autopréstamos
y diversas operaciones cruzadas. Exigen también conocer los criterios y
el grado de involucramiento de funcionarios públicos en la asignación de recursos
federales a los bancos, ya que todo indica que los beneficiados por el
Fobaproa sólo fueron unas cuantas instituciones y personas privilegiadas.
Ante la pretensión del Ejecutivo de que la sociedad asuma el costo del
rescate bancario, resulta indispensable conocer por qué el Ejecutivo tomó
FOBAPROA: EL GR AN ATENTADO CONTR A LA ECONOMÍA NACIONAL / ALTERNATIVAS PAR A IMPEDIRLO
215
atribuciones que corresponden al Congreso, conocer la justificación económica
y ética de los montos entregados a bancos y banqueros, y sobre todo
obtener la respuesta a preguntas sencillas: ¿Por qué se destinaron 600 mil
millones de pesos al rescate si el capital contable de todos los bancos juntos
es de unos 80 mil millones de pesos? ¿Por qué el gobierno adquirió pasivos
siete veces más altos que el valor de todos los bancos? ¿Por qué en su segundo
informe de 1996, el presidente Zedillo dijo que el rescate sería de 180
mil millones de pesos y ahora resulta que serán 600 mil millones a inicios
de 1999?
¿Por qué con nuestra pobreza vamos a pagar 600 mil millones de pesos,
si los banqueros seguirán autosaqueándose, y no pasará mucho tiempo para
que se tenga que instrumentar un nuevo rescate con un Fobaproa-II? ¿Qué
sentido económico y ético tiene este esfuerzo que profundizará aún más la
miseria de millones de mexicanos? ¿Es justo? ¿Es moral?
Al margen de otras graves desviaciones económicas, políticas y sociales
en que ha incurrido el gobierno del presidente Ernesto Zedillo, dos años y
medio antes de terminar su mandato sucedió lo mismo que en los últimos
cuatro sexenios: el país ha sido nuevamente saqueado por un grupo de especuladores
vinculados al poder público. La llamada crisis de diciembre de
1994 se queda pálida ante la gigantesca deuda que se destinó al Fobaproa.
En vista del saqueo del erario nacional perpetrado por funcionarios y banqueros,
es evidente que Zedillo no sólo profundizó el neoliberalismo salinista,
sino que auspició o toleró la corrupción en niveles insospechados.
El presidente ofreció en su toma de posesión la terminación de las crisis
recurrentes pero resultó una falacia. En su cuarto año de gobierno estamos
debatiéndonos en otra crisis que quizá es la más profunda de todas. Amenaza
no sólo la economía, sino también la estabilidad política y la paz social de
la nación. En México, las crisis aumentan la descompo sición política porque
padecemos un sistema autoritario, antidemocrático y corrupto donde impera
la impunidad y se generan aberraciones como el Fobaproa, para beneficiar
a una casta privilegiada de especuladores, los hijos predilectos del sistema.
Si el neoliberalismo de los últimos 16 años ha generado miseria y desorden
político y social, la conversión en deuda pública de 65 mil millones de dólares
a costa de mayor pobreza y menor bienestar pone en peligro la viabilidad
misma de México como nación soberana, regida por instituciones y leyes.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
216
■ ¿CÓMO SE GESTÓ LA CRISIS?
Los responsables de la crisis son efectivamente éste y los anteriores gobiernos,
y los núcleos duros ligados al capitalismo trasnacional, que han implantado
un modelo económico incompatible con el desarrollo de la economía
mexicana. Esta crisis se gestó el sexenio anterior con los elevadísimos déficit
externos (100 mil millones de dólares entre 1990 y 1994), con el financiamiento
insano de esos déficit con capitales especulativos y sobrendeudamiento
externo de bancos y empresas, y con la sobrevaluación del peso. Estalló en
diciembre de 1994 con una devaluación descontrolada que debió ser de 30
por ciento y se fue a más de 100 por ciento, lo cual disparó la inflación y las
tasas de interés, y colocó en imposibilidad de pagar a infinidad de deudores.
Fue agravada con una política “estabilizadora” que causó una recesión sin
precedente contemporáneo por su magnitud, su costo económico y su costo
social y por llevar a la quiebra a millones de personas, miles de empresas
y al sistema financiero. A los deudores se les había vendido la idea de una
economía que crecía a 4 por ciento (cayó en 7 por ciento), con inflación de
un dígito (aumentó a 50 por ciento), con el dólar a 3.50 (se elevó a 6 pesos),
con tasas de interés de 10 por ciento (que se multiplicaron por siete). En
este marco de culpabilidad compartida y de complicidad con el capital financiero,
el gobierno asumió el riesgo y la responsabilidad de comprometer
cientos de miles de millones de pesos del erario público, sin autorización
del Congreso, en una estrategia de salvamento bancario costosa y fallida. El
gobierno pretende hoy cargar sobre todos los mexicanos sus saldos: una
gran deuda pública que será una bomba de tiempo de 3.5 billones que estallará
en 2005 así como bancos entrampados y deudores sin solución.
Según la interpretación del gobierno, la crisis financiera que estalló en
diciembre de 1994 fue producto de una inadecuada supervisión de los
bancos, los cuales realizaron muchos préstamos sin hacer un cálculo adecuado
de los riesgos asumidos y confiaron en la garantía implícita del
gobierno a todos los depósitos bancarios. Como muchísimos deudores no
pudieron cumplir sus compromisos en 1995, el gobierno sostiene que sólo
tuvo dos opciones: o dejaba a los bancos quebrar –con grandes pérdidas
para los ahorradores, colapso del sistema de pagos, y contracción económica
de grandes proporciones– o apoyaba a los bancos para sanearlos y
FOBAPROA: EL GR AN ATENTADO CONTR A LA ECONOMÍA NACIONAL / ALTERNATIVAS PAR A IMPEDIRLO
217
recapitalizarlos, protegiendo a los ahorradores y distribuyendo los inevitables
costos fiscales a lo largo del tiempo. El gobierno optó por la segunda
alternativa. Esta interpretación del gobierno es falsa y pretende encubrir
un enorme atentado contra la economía de la mayoría de la población,
eludiendo la responsabilidad gubernamental y la complicidad de los grupos
financieros en la generación y consumación del mismo. Pudo haber optado
por otra solución como, por ejemplo, resolver el problema de los pequeños
deudores directamente y no mediante los bancos. Con esta medida se
hubiera impedido que millones de familias perdieran su patrimonio y al
mismo tiempo recapitalizar a los bancos.
■ PRIVATIZAR Y DESREGULAR PARA ENRIQUECER
A UNOS CUANTOS
La idea detrás de las decisiones financieras del gobierno a principios de los
años noventa, era que la privatización de la banca y la liberalización del
sistema financiero desatarían las fuerzas positivas del mercado. Con ello se
conseguirían, según el gobierno, dos objetivos de manera simultánea: aumentar
el ahorro y asignarlo de manera más eficiente. No resultó cierto, ya
que el ahorro interno disminuyó de 21.2 por ciento respecto al PIB en 1988
a 14.6 por ciento en 1994, mientras que la dependencia de recursos externos
aumentó siete veces en el mismo periodo.
Para que una política de esa naturaleza funcionara, eran indispensables
varios prerrequisitos que no sólo no existían, sino que ni siquiera se consideraron:
adecuada supervisión bancaria, reglas explícitas en materia de
garantías gubernamentales de los depósitos, y total transparencia en las
operaciones financieras. En una palabra, lo que se necesitaba y se necesita,
si se quiere una economía moderna, es un auténtico Estado de derecho y un
real contrapeso para el equilibrio entre los poderes.
Los bancos fueron privatizados de una manera poco transparente, quedando
muchos de ellos en manos de gente inescrupulosa que sólo buscaba la ganancia
fácil y rápida, al amparo de las garantías implícitas ofrecidas por el
gobierno. De hecho, la regla fue otorgar una patente de corso para que los
bancos reprivatizados pudieran aumentar sus ganancias y asumir todo tipo de
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
218
posiciones riesgosas. Si ganaban, sus resultados iban a cuenta de la mayor
concentración de la riqueza nacional; si perdían, el gobierno respondería socializando
las pérdidas. De aprobarse la iniciativa del Ejecutivo sobre el Fobaproa,
la socialización de pérdidas se añadirá a la concentración de la riqueza y a la
profundización de la impunidad que caracteriza al régimen político actual.
La privatización y desregulación del sistema bancario y financiero permitió
además aumentar el margen financiero de la banca comercial en niveles
insospechados. El margen financiero de la banca representa la diferencia
entre los intereses que ésta paga a los ahorradores que depositan su dinero
(sus costos financieros) y los intereses que cobra por prestar el dinero depositado
(ingresos). Ese margen representa lo que la banca cobra por servir
como intermediario entre los ahorradores y los demandantes de crédito, y
es un buen indicador de las ganancias de los bancos. En relación con este
indicador, entre 1982 y 1997 se pueden distinguir claramente cuatro periodos,
tal como se aprecia en el cuadro.
MARGEN FINANCIERO DE LA BANCA COMERCIAL*
(MILLONES DE PESOS)
Ingresos
financieros
(1)
Costos
financieros
(2)
Margen
financiero
(2) - (1)
%
1982 615.9 537.1 78.8 14.66
I
1983 1 391.4 1 270.1 121.3 9.55
1984 2 274.1 2 024.9 249.2 12.31
1985 3 787.9 3 400.8 387.1 11.38
1986 8 810.1 8 005.0 805.1 10.06
1987 22 758.7 20 921.5 1 837.2 8.78
1988 30 777.0 26 742.2 4 034.8 15.09
1989 28 954.2 23 211.7 5 742.5 24.74
1990 48 758.5 38 786.4 9 972.1 25.71 II
1991 55 235.2 40 632.4 14 602.8 35.94
1992 65 961.5 44 252.1 21 709.4 49.06
1993 83 401.5 56 868.8 26 532.7 49.68 III
1994 88 686.7 62 674.8 26 011.9 41.50
1995 250 957.5 210 245.0 40 712.5 19.36
1996 186 615.8 155 481.8 31 134.0 20.06 IV
1997 160 245.6 128 119.9 32 125.7 25.07
* Banamex, Bancomer, Serfín, Bital, Santander, Atlántico, Banorte y Bilbao
Vizcaya representan casi 80% de los activos de la banca.
Fuente: PRD, Fobaproa: el gran atentado contra la economía nacional / Alternativas
para impedirlo.
FOBAPROA: EL GR AN ATENTADO CONTR A LA ECONOMÍA NACIONAL / ALTERNATIVAS PAR A IMPEDIRLO
219
El primer periodo abarca de 1982 a 1988, cuando la banca estaba nacionalizada
y dedicaba la mayor parte de sus recursos a financiar el déficit
fiscal. El margen era bajo debido a que las tasas de interés de la deuda pública,
el mayor componente de los activos bancarios, estaban determinadas
por el gobierno.
El segundo periodo comprende de 1989 a 1991, cuando se liberalizaron
las tasas de interés, se eliminó el encaje legal y se redujo el déficit fiscal,
libe rándose recursos de manera creciente para financiar al sector privado.
Ese periodo se puede calificar como preparatorio para la privatización de
la banca.
El tercer periodo ocurre de 1992 a 1994, cuando la banca privatizada
trató de recuperar en el menor lapso posible los recursos invertidos en la
compra de los bancos nacionalizados. Mediante una política inducida por
el gobierno y con su garantía implícita, la banca expandió el crédito de manera
acelerada y con márgenes crecientes. Se constituyó así el negocio del
siglo mientras durara.
El último periodo identificado empieza en 1995 y aún no termina. La
notable disminución en el margen financiero no representa mayor eficiencia
o competencia de la banca. Lo que refleja es la crisis, la necesidad de seguir
pagando intereses a los ahorradores, sin conseguir cobrar los intereses que
quisiera la banca a los usuarios del crédito
Para 1997, casi 80 por ciento de la cartera de crédito de la banca se
encuentra vencida o intervenida mediante los diferentes mecanismos
diseñados por el Fobaproa. En el caso de la cartera vendida al Fobaproa,
lo que en los activos de los bancos quedó fueron unos bonos del gobierno
que pagan tasas de interés cercanas a la de cetes, en contraste con las
leoninas tasas activas a que se habían contratado originalmente y que los
deudores fueron incapaces de pagar. Esa situación se refleja con toda
claridad en menores ingresos y, por tanto, bajo margen financiero.
Según la visión de las autoridades, en el segundo periodo señalado (1989-
1991), el margen financiero iba a disminuir como resultado de la liberalización
del mercado financiero. Esto, como podemos apreciar en el cuadro anterior,
no sucedió. Después, las autoridades aseguraron que ese margen disminuiría
con la competencia de los bancos privatizados (1992-1994). La realidad
es que los márgenes financieros alcanzaron niveles nunca antes imaginados
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
220
y llevaron a los deudores a una situación de insolvencia en 1995, cuando
estalló la crisis. Ahora, las autoridades insisten en que ese margen se reducirá
de manera permanente si se permite una mayor inversión extranjera en
los bancos, lo cual inducirá una mayor competencia. Sin embargo, los primeros
resultados, con un creciente número de bancos extranjeros, no parecen
alentadores. Para 1997, el margen financiero promedio de los bancos,
sin incluir los intervenidos, es de alrededor de 25 por ciento.
■ DERROCHE DE RECURSOS CREDITICIOS
Entre 1991 y 1994 ocurrió un fenómeno interesante. Mientras el ahorro macro
(ingreso menos consumo) disminuía de manera alarmante, el ahorro financiero
se incrementaba de manera acelerada. La clave del proceso era la
política económica del gobierno, en especial la política monetaria y financiera.
En esos años, el gobierno logró estabilizar la economía, disminuyendo
la inflación, reduciendo el déficit fiscal y propiciando enormes entradas de
capital del exterior.
El elemento crucial de esa política económica fue mantener estable el
tipo de cambio con la sobrevaluación paulatina del peso que provocó el incremento
del déficit con el exterior. Tal situación se pudo sostener mientras
siguieron entrando capitales suficientes para financiar ese déficit. La apreciación
cambiaria real propició la distorsión en la estructura de precios relativos,
aumentando más los precios de los bienes y servicios no comerciables
con el exterior, en relación con los precios de los bienes comerciables. Esa
estructura de precios distorsionada dio señales equivocadas a los mercados,
haciendo más atractivas las inversiones en empresas de servicios y bienes
inmobiliarios, cuyas acciones se inflaron y provocaron la ilusión de enriquecimiento
súbito a sus tenedores.
El crédito bancario se incrementó, en especial hacia los sectores que
iban aumentando sus precios relativos. Los créditos al consumo también
aumentaron fuertemente, propiciando la mencionada caída en el ahorro
interno. La expansión del crédito bancario fue de hecho inducida por la
política del gobierno. En un principio, la disminución del déficit fiscal dejó
más recursos disponibles para ser prestados al sector privado. Luego, los
FOBAPROA: EL GR AN ATENTADO CONTR A LA ECONOMÍA NACIONAL / ALTERNATIVAS PAR A IMPEDIRLO
221
ingresos fiscales producto de las privatizaciones permitieron reducir la
deuda del gobi erno con el Banco de México, el cual canalizó los fondos liberados
hacia la ban ca co mer cial (de modo directo o por medio de la banca
de desarrollo y los fideicomisos), la que finalmente los prestó a los privados.
■ LA ECONOMÍA: REHÉN DE LOS INTERESES
ELECTORALES DEL GOBIERNO
Entre 1993 y 1994, cuando las presiones devaluatorias eran evidentes, el
proceso descrito se llevó al extremo. El gobierno, con un déficit cercano a
cero, es decir, sin necesidad de financiar ningún déficit, aumentó su colocación
de valores. Primero fueron papeles en moneda nacional (como los cetes),
los cuales se sustituyeron aceleradamente por los famosos tesobonos, denominados
en dólares. Lo grave fue que un monto creciente se colocó en
inversionistas extranjeros, en especial durante 1994. La pregunta obligada
es, ¿para qué necesitaba el gobierno colocar montos crecientes de deuda,
si su déficit era cercano a cero? La respuesta es sencilla: para sostener un
tipo de cambio ficticio, mantener la simulación de una economía en expansión
en un año electoral (1994) y seguir impulsando el crecimiento del crédito
bancario al sector privado. Una vez más la economía nacional fue rehén
de los intereses políticos del grupo en el poder.
El mecanismo para lograrlo se operó por diversas vías: la colocación de
tesobonos permitía reducir la deuda del gobierno con el Banco de México,
quien (ya siendo autónomo en 1994) transfería los recursos liberados a la
banca comercial, la cual los prestaba al sector privado. Otra vía fue la reducción
directa de la deuda del gobierno con la banca comercial –gracias a
la colocación de papel gubernamental–, liberando fondos para ser prestados.
La multicitada expansión crediticia de la banca se efectuó sin calcular adecuadamente
los riesgos que se estaban asumiendo. Esa actitud fue resultado
no sólo de la falta de adecuada supervisión, sino de la garantía implícita que
estaba ofreciendo el gobierno, quien además inducía todo el proceso por
medio del mecanismo descrito.
Ese desbordado incremento en la cartera crediticia de los bancos, se
transformó en una auténtica “borrachera” irresponsable, donde muchos
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
222
banqueros se otorgaron autopréstamos, o los dieron a empresas asociadas
a ellos, sin que fueran garantizados de manera adecuada. Pareciera que lo
que buscaba el gobierno en 1994, era mantener la ficción de una economía
en franca expansión, a la vez que inducía una derrama enorme de recursos
para ganar las elecciones.
■ PARCHAR SIN RESOLVER
El primer gran error del gobierno fue no tener un diagnóstico correcto de la
magnitud de la crisis que venía. Estallada la crisis, a partir de enero de 1995,
muchos bancos empezaron a tener problemas para mantener al día sus
carteras crediticias. Mediante el Fobaproa el gobierno empezó a apoyar a
los bancos con líneas de crédito para compensar esa situación. Creía que
se trataba de una crisis de confianza de corto plazo, la cual se podía revertir
aplicando un programa de ajuste que mantuviera los equilibrios macroeconómicos
básicos. Pensaba que por esa vía se restauraría la confianza, los
capitales regresarían y todo se arreglaría.
La afirmación del Ejecutivo Federal, en el sentido de que si no se hubiera
actuado como se hizo, la crisis hubiera alcanzado proporciones apocalípticas,
es totalmente falsa. Otras experiencias que ha vivido México
muestran lo contrario. Frente a la crisis financiera de 1982, el gobierno
convirtió deudas en dólares a pesos (los famosos “mex-dólares”), y llegó
incluso al extremo de estatizar la banca, y el país no se acabó. Otras experiencias
como la de 1938, cuando el presidente Cárdenas expropió el petróleo
y se enfrentó a los más poderosos intereses extranjeros; o cuando el
presidente Carranza, en 1916, decidió liquidar todos los bancos (muchos
de ellos extranjeros), tuvieron costos altos, pero de ninguna manera acabaron
con la economía, por el contrario, contribuyeron a sentar las bases
de un desarrollo sano.
Un gobierno que pensara no sólo en los intereses de los grandes inversionistas,
sino en los de la gran mayoría del pueblo mexicano, podría haber
aplicado una serie de programas para atenuar el impacto del ajuste. Mediante
intervenciones inteligentes en los bancos, dando apoyos reales a los pequeños
deudores, aceptando quiebras, garantizando los depósitos de 99.75
FOBAPROA: EL GR AN ATENTADO CONTR A LA ECONOMÍA NACIONAL / ALTERNATIVAS PAR A IMPEDIRLO
223
por ciento de los ahorradores (sólo 44 por ciento del ahorro financiero), y
organizando subastas de los créditos vencidos, para recuperarlos a su verdadero
valor, podrían haberse logrado resultados más rápidos, y sobre todo
menos costosos para la economía del país.
Pero no fue así, el gobierno decidió mantener la garantía sobre cien por
ciento del ahorro financiero, del cual, 56 por ciento estaba concentrado en
0.25 por ciento más rico de los ahorradores y en buena medida era la contraparte
de la irresponsable expansión crediticia. El primer paso fue garantizar
que los tenedores extranjeros de tesobonos no tuvieran ninguna
pérdida. Esa actitud llevó a garantizar los demás ahorros, impidiendo que
el sistema se ajustara como lo exigía el enorme cambio en los precios relativos
propiciado por la devaluación del peso. Así, el gobierno campeón del
mercado impidió que el mercado funcionara. Impidió que los pasivos se
depreciaran como lo hicieron los activos. La ficción se ha mantenido, por
tres años y medio, y ahora se pretende hacerla realidad, pasando la enorme
factura acumulada a la mayoría de la población.
El tratamiento del gobierno hacia los millones de pequeños y medianos
deudores, contrastó con el dado a los grandes deudores y ahorradores.
Así, mientras presionaba por todos los medios para que los pequeños y
medianos deudores pagaran a como diera lugar, protegía a los grandes
ahorradores, quienes eran al mismo tiempo los principales deudores de la
banca, empezando por los banqueros mismos. Los programas de “capitalización”
y de “saneamiento financiero” para éstos se hicieron caso por
caso, sin reglas generales y ocultando a la opinión pública lo que realmente
sucedía. Esta política totalmente discrecional permitió favorecer a algunos
banqueros sobre otros. Así, algunos de ellos que se habían otorgado
todo tipo de autopréstamos, perdieron sus acciones bancarias (aunque no
los recursos obtenidos de ese endeudamiento), pero otros, que aparentemente
hicieron lo mismo, continúan controlando sus bancos con todo el
apoyo del Fobaproa.
El gobierno instrumentó varios programas para facilitar a los deudores
pequeños y medianos el pago en condiciones tan leoninas (como las restructuraciones
en udis), que provocaron que la mayoría de ellos volvieran
a caer en situación de insolvencia. Las autoridades argumentaron una y otra
vez que no se debía fomentar “la cultura del no pago”, pero lo que fomentó
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
224
dicha “cultura” fue precisamente el gran contraste entre el trato dado a los
pequeños y medianos deudores por un lado, y las enormes facilidades y
apoyos ofrecidos a los banqueros y a los grandes deudores.
La aplicación discrecional y encubierta de todo tipo de apoyos a los
bancos se fue transformando lentamente en una deuda pública especial e
ilegal creciente. Todo parece indicar que los responsables de los apoyos a
los bancos experimentaron con todo tipo de arreglos financieros, sin ninguna
responsabilidad y olvidando que estaban comprometiendo fondos públicos.
El reiterado fracaso de esos programas de “saneamiento” financiero se
tradujo en la emisión de los ahora famosos pagarés firmados por el Fobaproa
“con el apoyo solidario del gobierno federal”. Su monto asciende a la fecha
a más de 14 por ciento del PIB y ahora el Ejecutivo Federal pretende convertirlos
en deuda pública oficial.
■ LOS COSTOS DE LA POLÍTICA ADOPTADA
PAR PARALIZACIÓN BANCARIA
Ahora, a tres años y medio de estarse aplicando la política descrita, y a pesar
de los cuantiosos recursos públicos dedicados al rescate bancario, persiste
el problema de cartera vencida y los bancos se encuentran además paralizados.
En los hechos la economía mexicana está funcionando sin sistema
bancario. Este es uno de los costos de continuar con la misma política bancaria
y financiera.
De acuerdo con cifras del Banco de México, a diciembre de 1996, la banca
comercial contaba con 735 mil millones de pesos captados del público,
de los cuales, sólo 530 mil millones (72 por ciento) se habían convertido en
financiamiento sano a sectores no bancarios; para diciembre de 1997, la
banca tenía captados recursos del público por 914 mil millones de pesos,
pero su financiamiento sano a sectores no bancarios fue de sólo 549 mil millones
(60.1 por ciento); del 40 por ciento restante, una parte eran créditos
vencidos y estaban en el Fobaproa y otra parte casi igual eran inversiones
en cetes especiales (valores resultantes de la transferencia de cartera a los
fideicomisos en udis), es decir, un inmenso lastre que impide el buen funcionamiento
del sistema bancario.
FOBAPROA: EL GR AN ATENTADO CONTR A LA ECONOMÍA NACIONAL / ALTERNATIVAS PAR A IMPEDIRLO
225
Aparte de sólo convertir en crédito sano a la planta productiva y a particulares
seis de cada diez pesos captados del público, las empresas y particulares
que logran acceso a este crédito tienen que pagar tasas de interés desproporcionadamente
altas. De esta manera, el dinero que capta la banca del público
tiene para ella un costo de 17 por ciento y lo presta a una clientela selecta con
una tasa de interés mínimamente de 30.5 por ciento. Esto es, el diferencial por
intermediación es de 13.5 por ciento, o cerca de tres veces superior a los diferenciales
de la banca en países avanzados, donde difícilmente excede de los 3
a los 5 puntos porcentuales. Este costo financiero del crédito otorgado por la
banca mexicana coloca a las empresas en gran desventaja frente a la competencia
internacional; no se diga a los usuarios de tarjetas de crédito, en cuyo
caso el margen de intermediación es de 32 por ciento.
POL ARIZ ACIÓN DE L A ECONOMÍA
La ausencia de crédito y la falta de soluciones viables para los millones de
deudores han profundizado el abismo entre dos economías que conviven
en México. Este es otro de los costos de la política gubernamental.
Por un lado, están las grandes empresas, en especial las exportadoras, que
tienen ingresos en dólares y se pueden financiar en el exterior. A este sector
también pertenece la industria maquiladora, que depende básicamente de lo
que suceda fuera del país y que ha registrado una gran expansión durante los
últimos años. Esta primera economía se refleja de manera inflada en las estadísticas
oficiales, mostrando la tan pregonada “recuperación” económica.
La otra economía, en la que sobrevive la inmensa mayoría del pueblo
mexicano, está integrada por miles y miles de pequeñas y medianas empresas
ahogadas por las deudas y por la persistente estrechez del mercado
interno. En esa economía se ubica la enorme clase “media” ahora empobrecida,
la mayoría de los trabajadores, campesinos, vendedores informales,
prestadores de servicios con bajos ingresos, etcétera. Esta economía es la
que ha estado esperando que la recuperación, observada en la primera
economía, se refleje en sus hogares.
IMPACTO SOBRE L AS FINANZ AS PÚBLICAS
Otra consecuencia desastrosa ha sido el impacto de los programas de “saneamiento”
financiero sobre el comportamiento de las finanzas públicas.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
226
Con un discurso falaz, en el documento Criterios Generales de Política Económica
para 1998, en el apartado “Financiamiento de los costos fiscales de
los programas de saneamiento financiero”, el Ejecutivo Federal señalaba:
“Dado que la mayor parte de los costos derivados de los programas se devengarán
de manera gradual en el tiempo, el gobierno no se verá obligado
a hacer frente a estos compromisos de manera inmediata”. Esto fue apenas
en diciembre de 1997, pero hoy urge al Congreso a aprobar una deuda por
552 mil millones de pesos.
En el mismo documento reconoce haber utilizado para los programas
de apoyo a deudores el superávit fiscal de 1995 (25 120 millones de pesos
a precios de 1997), el remanente de operaciones del Banco de México en
1996 (24 383 millones de pesos a precios de 1997), 18 700 millones de pesos
obtenidos de créditos del Banco Mundial y del Banco Interamericano de
Desarro llo, y otros 3 067 millones de pesos. En total, a diciembre de 1997,
el gobierno había erogado recursos frescos por 72 270 millones de pesos,
o el equivalente a 2.2 por ciento del PIB. A ello hay que agregar los 552 mil
millones de pesos (febrero de 1998) que el gobierno pretende convertir hoy
en deuda pública.
Si se mide correctamente el déficit fiscal, definido como el cambio en la
deuda pública, los muy publicitados resultados de los últimos años se transforman
en déficit crecientes y una relación de deuda pública a PIB también
creciente. De la misma manera como el gobierno ocultó a la sociedad la
verdadera magnitud de la crisis en 1995 y los costos de los programas de
apoyo a la banca, ahora pretende convencer de que su opción fue la menos
costosa, lo cual es totalmente falso.
PROFUNDIZ ACIÓN DE L A CRISIS SOCIAL
Como resultado de la política instrumentada de cara a la crisis de 1994, la
inmensa mayoría de los mexicanos han visto deteriorarse sus condiciones
de vida y de trabajo. Pagaron los costos de la recesión con sus empleos y
con una caída estrepitosa de sus ingresos. Mientras que el gobierno dedicaba
los recursos públicos al rescate de los bancos y grandes deudores, el
gasto social resultaba totalmente insuficiente para garantizar la satisfacción
de las necesidades en educación, salud, nutrición, vivienda, etcétera, desde
antes rezagadas por los sucesivos ajustes. De 1982 a la fecha, la pobreza en
FOBAPROA: EL GR AN ATENTADO CONTR A LA ECONOMÍA NACIONAL / ALTERNATIVAS PAR A IMPEDIRLO
227
el país ha crecido sostenidamente, a tal grado que hasta el Banco Mundial
se preocupa, como resultado de una política económica incapaz de crear
fuentes de trabajo e ingresos suficientes y más orientada a abrir la administración
de los fondos sociales y la prestación de servicios a la iniciativa
privada que a resolver las carencias de la población empobrecida.
■ LA ILEGALIDAD DEL FOBAPROA
Al costo económico y social del rescate bancario, se agrega la ilegalidad con
la que ha operado el Fobaproa. Para cometer esta ilegalidad, seguramente
el Ejecutivo Federal hizo el cálculo erróneo de que su impunidad sería, una
vez más, garantizada por la mayoría que a lo largo de décadas detentó el
partido oficial en el Poder Legislativo. Por fortuna, la ciudadanía hizo patente
su voluntad de cambio, y hoy –a reserva de la posición que finalmente
asuma el PAN– difícilmente podrá consumarse un nuevo acto de impunidad
contra el pueblo de México.
Una revisión de la naturaleza jurídica del Fobaproa y de la normatividad
bajo la cual operó, permite esclarecer el carácter ilegal de la operación de
dicho fondo, así como las irregularidades y la discrecionalidad administrativa
con las cuales ha funcionado.
EN CONTR A DE L A CONSTITUCIÓN
De esta revisión, lo primero que se desprende es la inconstitucionalidad de
la asunción de pagarés para el rescate bancario ejercido por el Ejecutivo
Federal por medio del Fobaproa. Al respecto, cabe señalar que el artículo
73 constitucional establece claramente en su fracción VIII los cuatro criterios
básicos a partir de los cuales el Ejecutivo Federal puede celebrar empréstitos
sobre el crédito de la nación:
l. Ningún empréstito podrá celebrarse sino para la ejecución de
obras que directamente produzcan un incremento en los ingresos
públicos.
2. Salvo los que se realicen con propósitos de regulación monetaria.
3. Para las operaciones de conversión.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
228
4. Los que se contraten durante alguna emergencia declarada por el
presidente de la República en los términos del artículo 29 constitucional.
1
Ninguno de estos cuatro criterios se cumplió en el caso del Fobaproa,
por lo cual su funcionamiento es anticonstitucional.
Por otra parte, de los artículos 25 y 26 constitucionales se desprende
que los recursos públicos deben destinarse a lo estipulado en el presupuesto
y que es posible apoyar económicamente a las empresas privadas y sociales,
pero sólo bajo criterios de equidad social y productiva. Es obvio que
las operaciones del Fobaproa tal como se han realizado no cumplen ni con
uno ni con otro de estos criterios.
ILEGALIDAD
Además de inconstitucional, la operación del Fobaproa es ilegal. Basta citar
la Ley General de Deuda Pública en su artículo 4°, fracción V, para hacer
patente esa ilegalidad:
[Son facultades de la Secretaría de Hacienda]... Contratar y manejar la deuda pública
del gobierno federal y otorgar la garantía del mismo para la realización de operaciones
crediticias que se celebren con organismos internacionales de los cuales
México sea miembro o con las entidades públicas o privadas nacionales o de países
extranjeros, siempre que los créditos estén destinados a la realización de proyectos
de inversión o actividades productivas que estén acordes con las políticas
de desarro llo económico y social aprobadas por el Ejecutivo, y que generen los
recursos suficientes para el pago del crédito y tengan las garantías adecuadas.
NATUR ALEZ A JURÍDICA E IRREGUL ARIDADES
EN L A OPER ACIÓN DEL FOBAPROA
Por otra parte, si se analiza la naturaleza jurídica del Fobaproa, se verá que
se constituye de conformidad con el artículo 122 de la Ley de Instituciones de
1 En los casos de invasión, perturbación grave de la paz pública, o de cualquier otro que ponga a
la sociedad en grave peligro o conflicto.
FOBAPROA: EL GR AN ATENTADO CONTR A LA ECONOMÍA NACIONAL / ALTERNATIVAS PAR A IMPEDIRLO
229
Crédito expedida en 1990, en el que se dispone que el Banco de México administrará
un fideicomiso denominado Fondo Bancario de Protección al Ahorro
(Fobaproa), cuya finalidad “es la realización de operaciones preventivas
tendentes a evitar problemas financieros que pudieran presentar las instituciones
de banca múltiple, así como procurar el cumplimiento de obligaciones
a cargo de dichas instituciones, objeto de protección expresa del
Fondo”.
En este fideicomiso se prevé la participación del Banco de México como
fiduciario, de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público como fideicomitente,
y de las instituciones de banca múltiple como fideicomisarias.2 La
misma ley establece que la constitución del fideicomiso por el gobierno
federal, no le dará el carácter de entidad de la Administración Pública Federal.
Esto significa que las disposiciones referentes a las entidades paraestatales
no se aplican al Fobaproa, y por tanto no es sujeto de presupuesto
y tampoco de asignación de recursos públicos. Es decir, mediante este
fondo no se pueden empeñar recursos presupuestarios.
Por otra parte, la misma ley obliga al Banco de México a informar en
el Diario Oficial, cada mes de diciembre, “el importe máximo de las obligaciones
que serán objeto de protección expresa del Fondo durante el año
inmediato siguiente”. Sin embargo, la información publicada por el Banco
de México en 1995, 1996 y 1997, no cumplió con dicha obligación al señalar
que el Fondo procuraría “el cumplimiento de todas sus obligaciones”, siempre
y cuando derivaran de su operación propia, “a excepción de pasivos
provenientes de obligaciones subordinadas, los que sean resultado de opera
ciones ilícitas, irregulares o de mala fe, así como los derivados de créditos
otorgados entre instituciones bancarias participantes en sistemas de
transferencias de fondos administrados por el Banco de México, para respaldar
obligaciones a favor del propio Banco de México”.
Además, si se compara el convenio vigente con el que rigió la operación
del Fondo hasta el 2 de mayo de 1996, se observan una serie de cambios que
2 El fiduciario es la institución legalmente autorizada que tiene la titularidad de los bienes y que
se encarga de su administración; el fideicomitente es la autoridad administrativa competente de
la Administración Pública Centralizada; y el fideicomisario, quien tiene la capacidad jurídica para
recibir el provecho del fideicomiso.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
230
tendrían que llevar a la nulidad legal del convenio vigente para el funcionamiento
del Fobaproa.
En suma, en unos cuantos años y a partir de criterios discrecionales
administrativos y del no-cumplimiento de la ley, se fue facilitando la dilapidación
ilegal de recursos utilizados por el gobierno federal para el rescate
bancario. ¿Pueden los legisladores asumir como deuda pública los pasivos
de un fondo que ha operado fuera de la ley?
■ LA PROPUESTA DEL EJECUTIVO
El gobierno, los banqueros, los grandes empresarios y algunos voceros de los
inversionistas extranjeros, es decir, los beneficiarios de las políticas aplicadas
durante los últimos años, han manifestado que las propuestas del Poder Ejecutivo
son las únicas viables, y que, de no aceptarse, se propiciará una crisis
“peor” que la de 1995. Estas señales alarmistas se han multiplicado y el propio
Ejecutivo ha estado presionando por todos los medios para que las reformas
se aprueben antes de septiembre, en un periodo extraordinario de sesiones.
Según las últimas cifras disponibles, contenidas en un documento entregado
por el director del Fobaproa a la Comisión de Hacienda de la Cámara
de Diputados, el 28 de febrero de 1998 los pasivos (adeudos) del Fobaproa
ascendían a 552 300 millones de pesos.
Esta deuda –que incluye los pasivos del Fobaproa, del Fameval (Fondo
de Apoyo al Mercado de Valores, que también propone desaparecer el gobierno)
y de las instituciones intervenidas– es la que el gobierno pretende
convertir en deuda pública formal, pues por ahora se trata de una obligación
anómala, informal, contraída por el gobierno al margen de los cauces legales
(véase el cuadro en la página siguiente).
Como contraparte, el Fobaproa (más el Fameval y las instituciones intervenidas)
tiene(n) activos (valores a su favor, documentos por cobrar,
inmuebles, etcétera) por 218 700 millones de pesos. Contablemente, si todos
los pasivos (552.3 mmp) se pagaran y todos los activos (218.7 mmp) se recuperaran,
el costo fiscal sería por la diferencia de 333.6 mmp, monto que
se pagaría con recursos fiscales en varios años. Cabe aclarar que en la realidad
este costo fiscal será más alto, pues se estima que de los 218.7 mmp
FOBAPROA: EL GR AN ATENTADO CONTR A LA ECONOMÍA NACIONAL / ALTERNATIVAS PAR A IMPEDIRLO
231
de activos sólo se podrá recuperar realmente 30 por ciento, es decir, unos
65 mmp, que restados de los 552.3 mmp de pasivos, arroja una deuda real
final de unos 487 mil millones de pesos.
La clave de toda la discusión está en lo que se hará con los pagarés
emitidos ilegalmente por el Fobaproa. Esos pagarés representan todo el
adeudo, hasta el pasado día 28 de febrero, en que el gobierno ha incurrido
para compensar las pérdidas de los bancos, y que les ha permitido mantenerse
a flote. Para los defensores del Poder Ejecutivo, los pagarés ya son
deuda pública. Sin embargo, si ya son deuda pública, ¿por qué se propone
reconocerlos como tal?
FOBAPROA, FAMEVAL E INSTITUCIONES INTERVENIDAS
(CIFRAS EN MILES DE MILLONES DE PESOS AL 28 DE FEBRERO DE 1998)
Activos
Activos líquidos comprometidos 19.8
Acciones y valores 8.2
Créditos y bancos intervenidos 3.0
Cartera programa y capitalización 47.2
Recursos por recibir por participación
de pérdidas 34.1
Activos de operaciones de sanea -
miento de instituciones 46.7
Recursos por recibir por venta
de instituciones 5.2
Programa de daciones en pago 12.9
Otros activos 7.2
Subtotal 184.3
Activos de instituciones apoyadas
y/o intervenidas
Cartera 26.1
Activos 5
Otros activos 3.3
Subtotal 34.4
Total activo 218.7
Pasivos
Pasivos directos de Fobaproa y Fameval
con garantía explícita o riesgo del gobierno
federal
Créditos del Banco de México
a Fobaproa y Fameval en m.n.
y en udis 46.5
Préstamo de Nafin a Fobaproa 8.0
Pagarés programa de capitalización 160.4
Pagarés de saneamiento financiero 202.1
Programa de daciones en pago 12.9
Programa de Fopyme
Finape, planta productiva 15.7
Otros pasivos 1.9
Subtotal 447.5
Pasivos directos de instituciones
intervenidas
Pagarés en venta de sucursales 20.1
Captación 82.3
Subtotal 102.4
Pasivos contingentes
Pasivos contingentes de instituciones
intervenidas 2.4
Total pasivo 552.3
Tipo de cambio en dólares de EE.UU., 8.5832; valor de udi, 2.075476.
Fuente: Resumen ejecutivo de las operaciones del Fobaproa.
La esencia del asunto es que estos pagarés son papeles con vencimiento
a 10 años con intereses capitalizables, es decir, los intereses no se pagan
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
232
hasta el vencimiento pero incrementan paulatinamente el valor nominal de
los pagarés. Estos pagarés no pueden ser vendidos y, por lo tanto, los bancos
no pueden transformarlos en liquidez. Pero lo más importante es el valor
real de estos pagarés, que está determinado por su valor nominal pero ajustado
por el grado de confianza que se tenga en que el gobierno finalmente
los pagará conforme a lo pactado.
Con la conversión de esos pagarés en deuda pública oficial, el Ejecutivo
Federal busca transformarlos en títulos negociables, como los cetes, para
proporcionarle liquidez a los bancos. Esto significaría una enorme transferencia
de riqueza a los bancos, pagada por toda la sociedad a partir de la
fecha en que se hiciera la conversión. Con ese canje, los bancos por fin se
liberarían de los enormes costos acumulados por su ineficiencia, fraudes y
corruptelas de todo tipo, los cuales serían endosados a toda la sociedad.
Ésa es la razón por la que los banqueros pugnan por todos los medios por
que se acepte la propuesta del Ejecutivo.
En concreto, el proyecto del Ejecutivo consiste en convertir los pagarés
en udibonos, los cuales sólo pagan una tasa de interés real –o sea, por encima
de la inflación–, manteniéndose el valor real de esos papeles hasta su redención.
Con esta alternativa, la erogación presupuestaria anual podría ser de
alrededor de 30 mil millones de pesos (5 por ciento de interés real anual),
pero la transferencia de riqueza a los banqueros se podría dar de inmediato
si dichos udibonos se negocian en el mercado secundario, es decir, se convierten
en liquidez. Esta alternativa significa comprometer el pago de intereses
durante muchos años por venir ya que la deuda crece al ritmo de la
inflación. De esta manera correrá a cargo de nosotros, nuestros hijos y nuestros
nietos.
Hacer esa conversión no sólo significaría una inmensa transferencia de
riqueza a los bancos, sino que tendría un enorme impacto presupuestario
a partir de 1999, en menoscabo del bienestar de la población.
Con los precios del petróleo por los suelos y con la economía de la que
depende la mayoría de la población estancada, resulta difícil esperar un
aumento importante en la recaudación del gobierno. En esas circunstancias,
el aumento en el pago de intereses de la deuda pública se tendría que ajustar
con una disminución proporcional en el gasto público programable. En
el mejor de los casos el gasto social bajaría en 9 por ciento y el resto del
FOBAPROA: EL GR AN ATENTADO CONTR A LA ECONOMÍA NACIONAL / ALTERNATIVAS PAR A IMPEDIRLO
233
gasto público en 8 por ciento; y en un escenario pesimista pero sin recesión,
ambos bajarían en 13 por ciento. Como el gobierno ya comprometió cerca
de 11 por ciento del gasto clasificado como “social” en el financiamiento de
la privatización de las pensiones –que es un subsidio a las afores cuyos
dueños son los grupos financieros beneficiados por el Fobaproa–, el recorte
se cargaría sobre otros programas sociales.
El gobierno podría también tratar de aumentar algún impuesto, como el
IVA, o incrementar aún más los precios de la gasolina, para aumentar sus
ingresos y recortar menos el gasto social. Pero, en cualquier caso, la mayoría
de la población terminaría pagando la riqueza transferida a los bancos a
costa de sus de por sí precarias condiciones de sobrevivencia.
Por último, pero no menos importante, una vez que los bancos cuenten
nuevamente con liquidez, ¿quién garantizará que a la vuelta de muy
poco tiempo, no provoquen de nuevo fuga de capitales y una nueva crisis
financiera? ¿Cuánto tiempo transcurriría para la creación de un Fobaproa-
II? La solución propuesta no es tal porque no ataca el fondo del problema,
que está, en primer lugar, en el hecho de que una economía que no crece
armónicamente no genera ni demanda de crédito ni condiciones para su
pago.
Junto con la conversión de la deuda del Fobaproa en deuda pública, el
Ejecutivo pretende desaparecerla y crear dos nuevos organismos, la Comisión
de Recuperación de Bienes (Corebi) para vender sus activos y el
Fondo de Garantía de Depósitos (Fogade) para garantizar los depósitos de
los ahorradores hasta un monto de 500 mil udis. El traspaso del patrimonio
del Fobaproa a la Corebi y su posterior venta abre la posibilidad de más
irregularidades y encubrimiento de responsabilidades así como ventas a
precio de remate con ganancias para unos pocos a costa del crecimiento
de la deuda pública.
En el paquete financiero presentado al Congreso se incluye, además,
la liberalización de los límites de inversión extranjera en la banca, la
transferencia de la política cambiaria y la Comisión Nacional Bancaria y
de Valores al Banco de México. Ninguna de estas medidas garantiza la
solución a fondo de los graves problemas que aquejan al sistema financiero
mexicano y, en cambio, pueden tener efectos negativos para la
economía del país.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
234
■ SOLUCIÓN A FONDO
La solución que se dé sobre los pasivos del Fobaproa, tiene que cumplir
cuatro objetivos fundamentales:
Objetivo I. Brindar una salida real, definitiva, justa y amplia, a los deudores
de la crisis, bajo el siguiente esquema:
l. Se rechaza la conversión de los pasivos del Fobaproa en deuda pública
por no cumplir con los requisitos marcados por la Constitución y
la Ley de Deuda Pública. El PRD propone que se restablezca la legalidad
y que se busque una salida justa. Esto requiere analizar detalladamente
la situación de los grandes deudores, precisar el valor de la cartera,
establecer reglas generales para el rescate de las genuinas empresas
productivas y familias afectadas en su patrimonio con objeto de diseñar
una política de quitas y subsidios a las tasas de interés que les
permita pagar su deuda y recuperar su calidad de sujetos de crédito.
2. Se exceptúan de la protección del Fondo los pasivos provenientes de
obligaciones subordinadas, los que sean resultados de operaciones
ilícitas, irregulares o de mala fe, los derivados de créditos que se
otorguen entre instituciones bancarias participantes en el sistema de
transferencias de fondos administrados por el Banco de México, así
como las obligaciones a favor de intermediarios que formen parte
del grupo financiero del cual el banco respectivo sea integrante.
3. Se exceptúan de cualquier trato preferente los pasivos pertenecientes
a los aproximadamente 500 grupos económicos de mayor solvencia
con adeudos de 50 millones de pesos en adelante que se han beneficiado
del trato privilegiado recibido de las autoridades. El Congreso
determinará la forma de recuperar estos bienes conforme a la ley. El
objetivo es la restitución inmediata de estos recursos y la disminución
del quebranto bancario.
4. Se diseñará un programa para pequeños y medianos deudores con las
siguientes características: a) se considerarían los créditos otorgados
hasta diciembre de 1994; b) los montos de crédito originalmente contratados
serían los siguientes: crédito al consumo hasta 10 mil pesos;
FOBAPROA: EL GR AN ATENTADO CONTR A LA ECONOMÍA NACIONAL / ALTERNATIVAS PAR A IMPEDIRLO
235
plan auto, hasta 50 mil; transporte público, hasta 150 mil; créditos
hipotecarios hasta 500 mil; agropecuarios, hasta 700 mil; industriales
y comerciales hasta 800 mil; c) se incluirán los créditos vigentes y en
cartera vencida, contemplando todos los créditos de la banca comercial
y la de fomento; d) en la venta de cartera se establecerá el derecho
al tanto.
Los criterios serían:
• Depuración de saldos en función del precio de mercado
• Subsidio a la tasa de interés teniendo como base un tope anual
convenido y estableciendo tasas diferenciadas según el tipo de
crédito
• Establecimiento de un sistema de pago en función del ingreso del
usuario del crédito
• Programa especial para jubilados, pensionados y sectores económicos
siniestrados
5. El conjunto patrimonial del Fobaproa no puede ser desmantelado,
pues equivaldría a aprobar una operación de borrón y cuenta nueva.
Del análisis de su patrimonio bajo la vigilancia del Congreso de la
Unión se decidirá si se revierte, se consolida, se administra, se vende
o se permuta por acciones, considerando, en primer término, la defensa
de la planta productiva y de los auténticos empresarios y familias
que resultaron afectados por la ruinosa política económica de
1994 y 1995.
Adicionalmente debe formarse un nuevo organismo, que garantizará los
depósitos de los ahorradores hasta por un monto de 250 mil udis con vigencia
inmediata.
Objetivo II. Asegurar que todos los causantes del descalabro bancario paguen
la responsabilidad penal, civil, administrativa y política que les corresponde
Dada la gravedad de los actos ilegales incluyendo violaciones constitucionales,
la negligencia en la vigilancia y supervisión de los bancos y la complicidad
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
236
de los funcionarios en las operaciones irregulares, es una exigencia irrenunciable
proceder a fincar las responsabilidades penales, civiles, administrativas
y políticas. Esto incluye a funcionarios y exfuncionarios públicos del
gobierno federal, del Banco de México, de Nafinsa, de la CNBV, del Fobaproa
y de otros fideicomisos, organismos y programas relacionados con el rescate,
así como a los funcionarios bancarios, empresarios, e integrantes de sus
consejos de administración. Quien malversa los recursos de la nación debe
ser castigado.
Para dar esta seguridad, exigimos la entrega completa de la relación de
las operaciones efectuadas, del inventario de los pasivos y activos del Fobaproa
y la realización de las auditorías en proceso. La condición de imparcialidad
en estos procesos son las renuncias inmediatas del gobernador del
Banco de México, el presidente de la CNBV y el director del Fobaproa.
Objetivo III. Saneamiento y reforma del sistema bancario y financiero
Para lograr que la banca recupere su papel de pieza clave en el desarrollo
de México, es necesario, además, reformar el sistema bancario y financiero
con: a) el reforzamiento de la vigilancia y supervisión bancaria; b) la
conversión de la CNBV en un organismo público descentralizado y autónomo
de la SHCP y del Banco de México; c) garantías para que la banca sirva
al desarrollo nacional mediante tasas de interés y márgenes de intermediación
accesibles y con inversión hacia las actividades productivas; d) el
fortalecimiento de la banca de desarrollo; e) el mantenimiento de las restricciones
de la inversión extranjera en la banca; f) la construcción de una
afore nacional, que sustituya a las actuales privadas, lo que permitiría
eliminar los altos gastos de administración y canalizar los fondos de pensiones
hacia la inversión social y productiva estratégica en beneficio del
desarrollo del país y los pensionados.
Objetivo IV. Reducir el costo fiscal del rescate bancario
En vista de la incertidumbre sobre la dimensión del quebranto y los efectos
del Fobaproa, se requiere revisar su volumen banco por banco, expediente
por expediente, y programar las soluciones durante un periodo largo para
profundizar en las auditorías, depurar pasivos, realizar los activos que constituyen
las garantías otorgadas, eliminar los créditos ilegales y fraudulentos,
FOBAPROA: EL GR AN ATENTADO CONTR A LA ECONOMÍA NACIONAL / ALTERNATIVAS PAR A IMPEDIRLO
237
renegociar los pagarés e instrumentar el programa de rescate a deudores.
Por tanto, sólo se autorizará para el ejercicio presupuestal de 1999 la parte
relativa a este último programa.
■ CONSULTA PÚBLICA
El Partido de la Revolución Democrática considera que la conversión en
deuda pública de los 600 mil millones de pesos que ha destinado el Fobaproa
al rescate bancario es un asunto de trascendencia histórica, que rebasa sus
posibilidades de decisión como partido y como fracción parlamentaria. Si
bien nuestros legisladores representan al pueblo y a la nación, esta decisión
no podemos tomarla sobre la base de datos estadísticos, argumentos técnicos
y bajo la presión de que si no somos propositivos estamos dejando de
cumplir nuestros deberes ante el pueblo mexicano.
Ser patriotas no es hacer más ricos a los banqueros. Ser propositivos no
es ignorar y apoyar la corrupción de funcionarios públicos que manipularon
el Fobaproa. Pensar en los intereses superiores de México no es pensar en los
banqueros ni en los funcionarios corruptos, sino en los mexicanos, en sus
condiciones de vida y en el país. Exigir que se respete la Constitución y que
los banqueros respondan por sus delitos donde los haya, no significa ser radicales
o irreductibles, sino ser consecuentes con los principios democráticos
y justicieros que el PRD postula y defiende. Tener un sistema financiero sano
no obliga a empobrecer aún más a los mexicanos, sino a ser eficaces y honrados
en el manejo de las instituciones bancarias.
Es cierto que el rescate bancario y el Fobaproa son temas que el pueblo
desconoce; peor aún, ignora que convertir esos pasivos en deuda pública
le traerá más pobreza, desempleo, desintegración familiar y delincuencia.
Por ello, la única manera de ser consecuentes con nuestro compromiso de
democratizar al país es realizar una consulta pública. No se trata de sacar
ganancias electorales o políticas. No se trata de oportunismo político. Se
trata de informar al pueblo de México sobre la propuesta del gobierno y la
alternativa del PRD, y consultar a la ciudadanía sobre cuál de las dos deben
defender nuestros legisladores en el Congreso.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
238
Propuesta del gobierno Propuesta del PRD
1. Se convierten los 552 mil millones de
pesos del Fobaproa en deuda de todos
los mexicanos.
1. Se rechaza convertir los 552 mil millones
de pesos del Fobaproa en deuda de
todos los mexicanos, porque es ilegal y
viola la Constitución y la Ley de Deuda
Pública.
2. Se entrega a los banqueros bonos que
pueden vender en el mercado y recibir
dinero.
2. Se castiga a todos los altos funcionarios
públicos, banqueros y empresarios
que causaron el descalabro bancario,
para que paguen la responsabilidad
penal, civil, administrativa y política que
les corresponde.
3. Se entrega además, cada año, 32 mil
millones de pesos a los dueños de esos
bonos, como pago de intereses.
3. Se exige la entrega de toda la información
sobre los negocios del Fobaproa
y se realizan las auditorías de los grandes
créditos.
4. Se aumenta el pago de intereses de la
deuda pública en la misma cantidad, que
pagarán todos los mexicanos con sus
impuestos.
4. Se aplica un programa para resolver
definitivamente el problema de los pequeños
y medianos deudores, destinando
los recursos necesarios.
5. Se disminuye el gasto social; el gobierno
gasta menos en salud, educación,
vivienda, o aumenta impuestos, como
el IVA, o los precios de la gasolina, el gas
y la electricidad de los hogares.
5. Se exceptúan de este programa y de
cualquier favoritismo a los créditos de los
500 grandes grupos económicos.
6. Dentro de veinte años todos los mexicanos
pagarán el valor de los bonos que
se entregaron a los banqueros.
6. Se constituye un organismo de protección
de los depósitos de los pequeños
ahorradores.
7. Se rematan los bienes incautados
como garantía de los créditos de los
deudores de la banca al mejor postor.
7. Se sanea y reforma el sistema bancario
de México para que sirva al desarrollo
nacional, y para que no haya más
fraudes y corrupción.
8. Se crea un nuevo organismo de protección
al ahorro, llamado Fogade, para
proteger los depósitos de pequeños y
grandes ahorradores.
8. Se sustituyen las afores privadas por
una afore nacional, para beneficiar el
desarrollo del país y a los pensionados,
en vez de enriquecer a sus dueños.
9. Se incorpora la Comisión Nacional Bancaria
y de Valores al Banco de México.
9. Se convierte la Comisión Nacional
Bancaria y de Valores en un organismo
público descentralizado y autónomo,
para garantizar la transparencia y honradez
en el funcionamiento de los bancos.
10. Se liberaliza la inversión extranjera en
los bancos mexicanos para poder ven derlos
a grupos financieros tras nacionales.
10. Se mantienen las restricciones legales
de inversión extranjera en los bancos.
CONSULTA NACIONAL SOBRE EL FOBAPROA
239
La actual discusión entre los distintos partidos políticos representados
en el Congreso y el gobierno, ha conducido a un primer acuerdo sobre
los principios que deberán orientar las propuestas para solucionar
los problemas que enfrenta el sistema financiero. Dichos principios se resumen
en los nueve puntos dados a conocer el pasado 14 de septiembre. En
congruencia con esos principios, se presenta esta propuesta, la cual además
se concilia con el mandato de los millones de mexicanos que participaron
en la Consulta Nacional auspiciada por el Partido de la Revolución Democrática
el pasado 31 de agosto.
Ese mandato rechaza la conversión de todos los pasivos del Fobaproa
en deuda pública oficial, tal como lo propone el Ejecutivo. Exige además
transparentar todo el proceso que llevó a la generación de dichos pasivos
y sancionar a los responsables de ese descalabro. También se busca aplicar
un programa para solucionar de manera definitiva el problema de los pequeños
y medianos deudores, destinando los recursos necesarios para ese
fin y exceptuando de ese programa a los grandes deudores. Dichas medidas
se deben combinar con reformas legales que permitan la protección de los
depósitos de los pequeños ahorradores, prevengan una nueva crisis como
la actual, y transformen al sistema bancario para que vuelva a ser un soporte
del desarrollo nacional.
La propuesta básica está integrada por los siguientes puntos:
1. Depuración del total de los pasivos generados por las operaciones del Fobaproa.
Se rechaza la pretensión de dividir el tratamiento de los pasivos
totales del Fobaproa, separándolos entre los destinados a apoyar a los
PROPUESTA DEL PARTIDO
DE LA REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA
PARA RESOLVER EL PROBLEMA
DEL FOBAPROA
21 DE SEPTIEMBRE DE 1998
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
240
bancos considerados “vivos” (los que no fueron “intervenidos” ni revendidos
por el gobierno), de los pasivos por recursos utilizados para “sanear”
y vender los bancos “intervenidos”.
Aceptar esa separación significaría reconocer la legitimidad de las múltiples
operaciones realizadas por el Fobaproa para ocultar o desaparecer
un gran número de créditos probablemente fraudulentos. Tan responsable
es un banco que aceptó “vender” cartera problemática al Fobaproa a cambio
de pagarés emitidos ilegalmente por el mismo, como el banco que aceptó la
cartera de otro banco supuestamente “saneada” por el Fobaproa, a cambio
de los mismos pagarés ilegales.
La solución al problema generado por el Fobaproa debe partir de su
origen, es decir, de los créditos originales, de la forma en que se otorgaron.
Por ello, el tratamiento y la solución que se dé al problema debe partir de
los pasivos del Fobaproa como un todo.
2. Separación del total de los pasivos del Fobaproa, en función de los beneficiarios
originales de los créditos amparados. En primer lugar, los créditos
originales otorgados tanto por los bancos denominados “vivos”, como
por los “intervenidos” o vendidos, se deben dividir en dos grandes grupos:
a) Los destinados a los pequeños y medianos deudores, las auténticas
víctimas de la crisis financiera, tal como se definen en los puntos 4 y 5; y
b) Todos los demás créditos destinados a los grandes deudores.
En segundo lugar, los créditos a los grandes deudores se deben, a su vez,
subdividir en otros dos grupos: a) Los créditos legítimos, contratados con
las reglas prevalecientes y con garantías adecuadas; y b) Los créditos ilegítimos
y fraudulentos. Aquí se incluyen todos los créditos resultado de componendas
entre banqueros, grandes deudores y autoridades, violando la ley
y/o abusando de la debilidad institucional y de las grandes lagunas de la
legislación vigente.
La separación de los pasivos originados por el Fobaproa, que tienen
como sustento los créditos a grandes deudores, sólo será posible si se dispone
de la información detallada y suficiente de los mismos, la cual se sigue
exigiendo a las autoridades responsables.
3. Evitar la quiebra del sistema bancario e iniciar su reforma para que sea de
nuevo un soporte del desarrollo nacional. Separados los pasivos totales del
Fobaproa en los tres grandes grupos señalados en el punto anterior, en
PROPUESTA DEL PARTIDO DE LA REVOLUCIÓN DEMOCR ÁTICA PAR A RESOLVER EL PROBLEMA DEL FOBAPROA
241
función del deudor original, se dará una solución diferente a la problemática
de cada grupo, garantizando lo siguiente:
• Que la solución evite la quiebra del sistema bancario, proteja los
depósitos de los ahorradores, y constituya el punto de partida para
la creación de un nuevo sistema financiero transparente, eficiente y
competitivo
• Que la solución abata el costo fiscal, asociando de manera clara y
transparente la utilización de recursos públicos al rescate de los
pequeños y medianos deudores
• Que la solución impida la consumación de los múltiples fraudes y
abusos que generaron buena parte de los pasivos del Fobaproa
• Que la solución incluya la posibilidad de situaciones transitorias para
evitar la quiebra de los bancos mientras se aplican las medidas conducentes
a resolver totalmente el problema generado
4. Programa de Restructuración para los Pequeños Deudores. Para los propósitos
de este programa, se considera pequeños deudores a los que tenían
un crédito otorgado o autorizado hasta el último día del mes de diciembre
de 1994, con un monto original de hasta:
Crédito de tarjeta y consumo $40 000.00
Crédito Plan Auto $60 000.00
Crédito de transporte público $150 000.00
Crédito hipotecario $550 000.00
Crédito agropecuario $700 000.00
Crédito industrial y comercial $1’000 000.00
Todos los pequeños deudores así definidos serán elegibles de manera
automática para el presente programa, consistente en:
• Fijar como saldo inicial el vigente de cada crédito al 30 de noviembre
de 1994
• Tomar como tasa de interés aplicable la vigente a esa fecha, actualizada
con los movimientos del salario mínimo hasta la fecha
• Calcular con esa tasa de interés, aplicable al saldo inicial y sin capitalizar
intereses, el saldo base a la fecha con propósitos de restructuración
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
242
• A este saldo base se le descontarán los pagos realizados en el periodo
por el deudor (si los hay), y se le sumará el 10 por ciento del sobrecosto
para obtener el saldo final para restructuración
• Este sobrecosto es la diferencia entre el saldo base así calculado a tasa
fija y el saldo que reclamaría el banco habiendo aplicado al mismo saldo
inicial las tasas de interés del mercado, sin considerar moratorios
• De ese sobrecosto, el banco deberá absorber al menos 50 por ciento, el
deudor absorberá el 10 por ciento señalado, y el restante 40 por ciento
se compensará con recursos presupuestarios destinados a ese fin
• Todos los deudores elegibles podrán restructurar sus créditos sobre
el saldo final de restructuración así definido, al plazo y tasa de interés
que permita la viabilidad de su pago, y usando las mismas garantías
de su crédito original u otras
• Los deudores que no deseen restructurar su crédito en las condiciones
señaladas, perderán automáticamente sus garantías; si el préstamo
fue bien otorgado por el banco, deberán cubrir el monto
“restructurado” de su adeudo
5. Programa de Restructuración para los Medianos Deudores. Para los propósitos
de este programa, se consideran medianos deudores los que tenían un
crédito otorgado o autorizado hasta el último día del mes de diciembre de
1994, con un monto original de más de un millón de pesos y menos de 50
millones de pesos. Todos los medianos deudores serán objeto de una revisión
rápida por auditores, en función de cuatro o cinco elementos (autocréditos
de los accionistas, créditos a empresas relacionadas, garantías adecuadas,
etcétera). De ahí, los créditos dudosos pasarán a auditoría formal y el resto
pasará a ser elegible para el Programa de Restructuración para los Medianos
Deudores, consistente en:
• Fijar como saldo inicial, el vigente de cada crédito al 30 de noviembre
de 1994
• Tomar una tasa de interés corrida para esas deudas desde diciembre
de 1994 hasta la fecha, sin considerar intereses moratorios
• Calcular con esa tasa de interés, aplicable al saldo inicial y sin capitalizar
intereses, el saldo base a la fecha con propósitos de restructuración
PROPUESTA DEL PARTIDO DE LA REVOLUCIÓN DEMOCR ÁTICA PAR A RESOLVER EL PROBLEMA DEL FOBAPROA
243
• A este saldo base se le descontarán los pagos realizados en el periodo
por el deudor (si los hay), y se le sumará 20 por ciento del sobrecosto
para obtener el saldo final para restructuración
• Este sobrecosto es la diferencia entre el saldo base así calculado a
tasa fija y el saldo que reclamaría el banco habiendo aplicado al mismo
saldo inicial las tasas de interés del mercado, sin considerar intereses
moratorios
• El restante 80 por ciento del sobrecosto estimado deberá ser asumido
por el banco; esa pérdida podrá registrarse en términos contables
(sin representar ninguna erogación efectiva) como crédito del gobierno
a los bancos, dándoles el mismo plazo para su pago que a los
deudores, con garantía sobre acciones bancarias
• Los créditos, valuados al citado saldo final para restructuración, se
traspasarán a un Fondo de Fomento a la Mediana Empresa, quedando
como contrapartida en los bancos parte de los pagarés emitidos por
el Fobaproa, de manera transitoria, mientras el citado fondo obtiene
recursos para liquidar ese adeudo
• El citado fondo determinará caso por caso, la viabilidad de cada empresa,
y propondrá los plazos y tasas de interés para recuperar los
créditos, incluyendo la posible capitalización total o parcial de ellos
• Los deudores que no deseen restructurar su crédito, perderán automáticamente
sus garantías, las cuales serán rematadas por el citado
fondo
• El Fondo emitirá deuda con garantía en los créditos ya restructurados,
la cual se colocará en el mercado a fin de obtener de manera rápida
recursos suficientes para liquidar los adeudos con los bancos a cambio
de los pagarés del Fobaproa mantenidos de manera transitoria,
y así inyectarles liquidez
• Se determinará a las sociedades de inversión la obligatoriedad de
invertir parte de sus recursos en la deuda emitida por el Fondo; como
fuentes adicionales de recursos se podrán utilizar una nueva afore
pública y la banca de desarrollo
• La deuda emitida por el Fondo se irá amortizando conforme se recuperen
los créditos restructurados, pagando a los tenedores de dicha
deuda los intereses cobrados a los deudores
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
244
6. Tratamiento para los grandes deudores. Se consideran grandes deudores
todos los que tienen contratados créditos de 50 millones de pesos o más.
Después de una revisión a fondo, mediante auditorías formales, estos créditos
se deben separar en dos grandes grupos: los legítimos, es decir, los
que se compruebe que fueron otorgados respetando las normas vigentes y
con garantías adecuadas; y los ilegítimos, los resultados tanto de violar la
ley, como de abusar de la debilidad institucional y de las grandes lagunas
de la legislación vigente.
Grandes deudores legítimos. El tratamiento para los créditos identificados en
esta categoría, después de ser practicadas las auditorías correspondientes,
será el siguiente:
• Se regresará la responsabilidad de renegociar y recuperar esos créditos
a los bancos que los otorgaron, y a los bancos que aceptaron
esa cartera (originada en otros bancos) bajo el amparo de los pagarés
emitidos ilegalmente por el Fobaproa
• La diferencia entre el valor de recuperación de los créditos estimado
por los bancos, y lo que se pacte con los deudores originales, se
podrá compensar en términos contables con parte de los pagarés
emitidos por el Fobaproa, a condición de que no cambien sus actuales
características; lo mismo aplicará para los casos en que no
haya acuerdo entre los bancos y los deudores originales, y la citada
diferencia se determine por el valor de recuperación y el monto de
las garantías después de que sean rematadas.
Grandes deudores ilegítimos. Para recuperar los créditos identificados en
esta categoría, se seguirá el siguiente procedimiento:
• Se establecerán procedimientos legales, administrativos y fiscales de
excepción, y se utilizarán todo tipo de recursos políticos y morales
para que se regresen los recursos obtenidos mediante estos créditos
• Para evitar la quiebra de los bancos involucrados, se permitirá de
manera transitoria, que mantengan en su poder los pagarés emitidos
por el Fobaproa, con sus actuales características, en un monto suficiente
para compensar de manera contable la diferencia existente
245
El pasado 1º de septiembre, el presidente Zedillo, al hablar de la situación
de la economía, hizo una suerte de balance de lo realizado durante
los primeros cuatro años de su gobierno. En dicho balance, el
presidente presentó una imagen totalmente falseada de la realidad, eludiendo
hablar de los verdaderamente grandes problemas económicos del país,
y mostrando no sólo la visión pequeña, cerrada y dogmática que lo caracteriza,
sino las verdaderas prioridades de su gobierno, lo cual, además, puso
de manifiesto los intereses reales que su gobierno representa.
Durante su campaña electoral de 1994, Zedillo ofreció, como objetivo
básico de su gobierno, el conseguir “bienestar para la familia”. En su 4º
Informe de Gobierno afirmó que la política económica aplicada durante
los últimos cuatro años “ha tenido el propósito de alcanzar y preservar las condiciones
que permitan a la economía nacional no sólo crecer en el cor to
plazo, sino hacerlo firmemente a lo largo del tiempo”. Este objetivo, como resulta
obvio, no sólo no se ha alcanzado, sino que ahora estamos mucho
más lejos que en 1994 de conseguir una verdadera dinámica de crecimiento
económico sostenido.
En lugar de presentar un balance honesto, reconociendo los grandes
errores que ha cometido, y convocando a la sociedad para intentar corregirlos,
el presidente Zedillo prefirió formular un patético ejercicio de autojustificación.
En su estrecha visión, todos los problemas económicos de los
últimos años deben atribuirse a la crisis que se manifestó a fines de 1994. La
forma en que se enfrentó dicha crisis, fue supuestamente la “única” posible,
por lo que los mexicanos debemos agradecerle que nos salvó de algo peor.
POSICIÓN DEL PARTIDO
DE LA REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA
RESPECTO A LA PARTE ECONÓMICA
DEL 4O INFORME DE GOBIERNO
23 DE SEPTIEMBRE DE 1998
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
246
En su simplista diagnóstico, el presidente Zedillo señaló que “la política
económica enfrentó un enorme desafío con la severa emergencia que se
manifestó claramente a fines de 1994, justo al inicio del sexenio”. Dicha
emergencia “presentó tres grandes problemas”. El primero consistió en que
“el país estaba gastando considerablemente más que el valor de lo que producía,
lo que se manifestaba en un enorme déficit de la cuenta corriente de
la balanza de pagos, que en 1994 alcanzó casi 30 mil millones de dólares”.
El segundo gran problema “era el vencimiento inmediato de deudas” en
dólares por 41 mil millones. El tercer gran problema “era el riesgo de quiebra
del sistema bancario”.
Para enfrentar el primer gran problema señalado, se decidió aplicar “un
severo, aunque indispensable, ajuste fiscal y monetario” en 1995, que se
manifestó en la mayor contracción de la economía mexicana desde los años
treinta. Aquí, el presidente Zedillo olvidó que siendo él parte del gabinete
económico del pasado gobierno, mantuvo de manera dogmática la idea de
que en ausencia de un déficit fiscal elevado, el creciente déficit en la cuenta
corriente supuestamente no significaba ningún problema, ya que tenía
como contrapartida inversión privada y no un exceso de gasto público.
El presidente Zedillo cómodamente olvidó que él mantuvo ese dogma
hasta que prácticamente le estalló entre las manos. Es necesario recordar
que en diciembre de 1994, en el documento de Criterios Generales de Política
Económica para 1995, el presidente Zedillo ofreció para su primer año
de gobierno un crecimiento económico de 4 por ciento, con inflación de sólo
5.4 por ciento, y manteniendo el tipo de cambio en 3.50 pesos por dólar.
Para lograr ese objetivo, propuso en ese documento lograr un déficit en
cuenta corriente de 31 mil millones de dólares, monto incluso superior a los
30 mil millones de dólares observados en 1994, los cuales ahora descubre
como uno de los tres grandes problemas que enfrentó su gobierno al empezar
el sexenio. Ese enorme déficit programado para 1995, siguiendo la visión
dogmática que lo caracteriza, supuestamente se financiaría sin problemas,
ya que el déficit fiscal programado para 1995 sería cero.
En enero de 1995, cuando la economía mexicana ya se debatía en la
crisis, el presidente Zedillo aún se mantenía en el dogma heredado del gobierno
de Salinas. En ese mes, presentó un ajuste a sus metas económicas,
donde el crecimiento esperado para 1995 se reducía a sólo 1.5 por ciento,
POSICIÓN DEL PARTIDO DE LA REVOLUCIÓN DEMOCR ÁTICA RESPECTO A LA PARTE ECONÓMICA...
247
con inflación de 16 por ciento, tipo de cambio de 4.50 pesos por dólar y
déficit en cuenta corriente de 14 mil millones de dólares (la mitad de lo
proyectado un mes antes).
Los resultados son bien conocidos: en 1995 el producto interno bruto
cayó más de 6 por ciento en términos reales, la inflación repuntó hasta
alcanzar 52 por ciento anual, el tipo de cambio llegó a casi 7 pesos por
dólar y el déficit con el exterior se redujo a sólo 1 300 millones de dólares.
El impacto de la contracción económica sobre los niveles de ingreso, empleo
y bienestar de la inmensa mayoría del pueblo mexicano resultó enorme,
al grado de que a la fecha no se alcanzan a recuperar los niveles que
se tenían a fines de 1994.
El segundo gran problema a fines de 1994, según lo señalado por el presidente
Zedillo, se refiere al vencimiento inmediato de deudas “en dólares,
por 41 mil millones”. Para enfrentar ese problema “y evitar un estado de insolvencia
que hubiese acarreado gravísimas consecuencias para la economía
nacional”, decidió contratar financiamientos en el exterior para cumplir estrictamente
con los pagos pactados con los acreedores extranjeros.
Aquí se percibe de nuevo el dogmatismo olvidadizo de Zedillo, ahora
transformado en un problema ajeno a su voluntad, el cual fue enfrentado supuestamente
por la única vía posible. Recordemos de nuevo. En diciembre de
1994, los enormes vencimientos ahora reconocidos como gran problema, no
lo eran entonces para el presidente Zedillo, ya que según el dogma que sostenía
en ese tiempo, como el financiamiento externo no era resultado de un
gasto público excesivo, el sector privado se encargaría de mantenerlos en los
mon tos que requiriera. Por ello, el presidente Zedillo programó en los Crite -
rios Generales de Política Económica para 1995 un déficit en la cuenta corriente
de 31 mil millones de dólares, con financiamiento externo superior a esa
cifra, ya que incluso esperaba una acumulación de reservas internacionales.
Cuando la realidad se impuso a los dogmas imperantes, como siempre
suele hacerlo, de manera abrupta y violenta, el presidente Zedillo no se
enfrentó a una sola opción posible, como ahora afirma. En realidad se enfrentó
a dos grandes opciones: priorizar los intereses de la absoluta mayoría
del pueblo mexicano, o los de la minoría de inversionistas extranjeros que
exigían el oportuno cumplimiento de los plazos pactados, al mismo tiempo
que huían del país con todos sus capitales líquidos.
249
■ INTRODUCCIÓN
El problema del Fobaproa se ha convertido en el asunto de mayor debate
nacional en la actualidad. El anuncio del presidente Zedillo de que
el gobierno había acumulado, a partir de 1995, una deuda de 552 mil
millones de pesos para rescatar a la banca, y su propuesta de convertirla en
de uda de todos los mexicanos, ha causado alarma e indignación generalizadas.
La excusa del gobierno en el sentido de que “no había de otra”, y de
que el costo fue menor al que hubiera sido de aplicar otras alternativas, ha
perdido toda credibilidad.
Sin embargo, el problema del Fobaproa no ha sido aún bien comprendido
por la mayoría de la gente. Las razones que explican esa escasa comprensión
son básicamente dos. En primer lugar se encuentra la responsabilidad
del propio gobierno, el cual no sólo no ha informado adecuadamente a la
sociedad, sino que ha puesto en práctica una gigantesca operación de encubrimiento
y falsificación del asunto. Esa operación ha incluido una costosa
campaña de propaganda (a costa de los contribuyentes) donde sólo
enfatiza lo que podría haber sucedido si el gobierno no hubiera hecho nada
para impedir la quiebra del sistema bancario a principios de 1995, y elude
los puntos importantes de la discusión: qué se hizo, cómo se hizo, a quién
benefició y a quién perjudicó lo que se hizo, y cómo podría haberse hecho
de una manera más justa y, sobre todo, con menor costo para la sociedad. El
segundo elemento que explica la insuficiente comprensión del problema del
Fobaproa, es la propia complejidad del mismo. Un entendimiento adecuado
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA:
ELEMENTOS PARA ENTENDERLO
Y POSIBLES ALTERNATIVAS PARA SU SOLUCIÓN
10 DE OCTUBRE DE 1998
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
250
de los asuntos financieros es ajena a la mayoría de la población, incluyendo
a la mayor parte de los economistas.
La complejidad del problema ha llevado al gobierno a difundir el argumento,
totalmente falaz, de que como este asunto sólo puede ser bien comprendido
por algunos pocos “iniciados”, debe ser sólo discutido entre ellos, los
cuales deben ponerse de acuerdo en cómo resolverlo. Para ello, los representantes
del gobierno han usado como metáfora, para eludir la discusión pública
de este problema, el caso de un enfermo de cáncer y la discusión que podría
haber entre varios médicos especialistas sobre el tratamiento por aplicarle.
En ese caso, como resulta obvio, las posibles soluciones no se podrían de batir
con toda la población, ignorante en medicina, y mucho menos someter a
plebiscito nacional las posibles alternativas.
Ese argumento del gobierno es totalmente falso, y se inscribe en la costumbre
autoritaria de tratar a los ciudadanos como si fueran retrasados
mentales, capaces de creer todo tipo de mentiras, y de aceptar toda clase de
abusos, sin quejarse. El presente trabajo está dirigido a la inmensa mayoría
de los “no iniciados”. Busca ser útil para comprender el problema, y ayudar
a generar opiniones sobre el mismo, partiendo del principio democrático de
que todo asunto de interés nacional puede ser comprendido por cualquier
persona, si se hace un esfuerzo por explicarlo, y no por encubrirlo.
El trabajo está dividido en doce partes. En la primera se plantea de manera
general el problema y cómo ha sido enfrentado. En la segunda parte se
describe brevemente cómo funciona un banco, distinguiendo entre “activos”
y “pasivos”, términos que han confundido a más de uno. Luego se hace una
descripción de los principales indicadores del sistema bancario mexicano
hasta 1993, es decir, hasta antes de que estallara la crisis. En la cuarta parte
se describe la interpretación del gobierno respecto a cómo se generó el
problema del Fobaproa. Luego se intenta un análisis de cómo se gestó realmente
la crisis financiera de 1995, seguido de una discusión sobre la política
aplicada por el gobierno para enfrentarla.
En la séptima parte se analizan las consecuencias de la política adoptada
para tratar de resolver la crisis. Enseguida se describe el debate que se
generó respecto al Fobaproa, hasta llegar al documento del Partido de la
Revolución Democrática (PRD), publicado el 15 de julio, que fue también
la base de la Consulta Nacional efectuada el 31 de agosto. A continuación se
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA: ELEMENTOS PAR A ENTENDERLO Y POSIBLES ALTERNATIVAS PAR A SU SOLUCIÓN
251
comentan las nuevas posiciones de otros partidos como el Partido Acción
Nacional (PAN) y el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Las últimas
partes se dedican a comentar el debate actual, las alternativas existentes y
las posibles consecuencias de la solución que se adopte, sobre el sistema
financiero del futuro.
■ EL PROBLEMA DEL FOBAPROA
A fines de marzo de 1998, el presidente Ernesto Zedillo envió al Congreso dos
paquetes de iniciativas, o sea, de propuestas, para reformar algunas leyes en
materia financiera. Dentro de esos paquetes destacan cinco asuntos:
1. Mejorar la supervisión de las operaciones de los bancos, haciendo
que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), el organismo
del gobierno encargado de realizar esa vigilancia, pase, de ser actualmente
un órgano de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público
(SHCP), a depender del Banco de México (Banxico).
2. Reforzar la autonomía y poder del Banxico, al pasarle la supervisión
financiera (a través de la CNBV), y dejándole además la responsabilidad
exclusiva de la política cambiaria, la cual, hasta ahora comparte
con la SHCP.
3. Aumentar hasta el 100 por ciento la autorización para que los inversionistas
extranjeros puedan adquirir bancos, incluso los de mayor
tamaño, y así facilitar la capitalización que requieran.
4. Crear un Fondo de Garantía de Depósitos (Fogade), mediante el cual,
el gobierno garantizará los depósitos bancarios hasta por 500 mil
unidades de inversión (udis), que representan aproximadamente un
millón de pesos actuales (los cuales irán aumentando con la inflación),
sustituyendo la actual garantía gubernamental sobre el 100 por ciento
de los depósitos.
5. Crear una Comisión para la Recuperación de Bienes (Corebi), asumiendo
como deuda pública directa los pasivos del Fondo Bancario de
Protección al Ahorro (Fobaproa) y del Fondo de Apoyo al Mer cado
de Valores (Fameval), que al 28 de febrero de 1998 representaban
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
252
552 300 millones de pesos, aproximadamente 14 por ciento del producto
ducto interno bruto (PIB).
La intención del presidente Zedillo era que esas iniciativas se aprobaran
sin mayor discusión durante el mes de abril, antes de que terminara el periodo
ordinario de sesiones del Congreso de la Unión. Pero los diputados de
los partidos de oposición, que a partir de septiembre de 1997 alcanzaron la
mayoría en la Cámara (gracias al voto de los mexicanos), decidieron posponer
el dictamen de dichas iniciativas hasta el segundo periodo de sesiones
(que se inició en septiembre) siempre que el gobierno proporcionara toda
la información necesaria. La primera derrota del gobierno en el asunto del
Fobaproa se presentó cuando esa mayoría opositora en la Cámara de Diputados
se opuso a considerar este problema como algo sólo para “iniciados”,
exigió mayor información y se decidió a revisar todo el problema a fondo,
antes de decidir sobre el mismo.
Entre abril y agosto, el gobierno dio a conocer alguna información sobre
las operaciones del Fobaproa, siempre en forma resumida y fragmentaria,
a la vez que presionaba de manera inusual al Congreso para que se decidiera
a tener un periodo extraordinario de sesiones donde resolviera sobre
ese conjunto de iniciativas de ley. Las presiones del gobierno se dieron en
todas las formas, llegando incluso a alarmar a la población sobre las posibles
consecuencias funestas para la economía, en caso de que se siguiera posponiendo
la conversión de los pasivos del Fobaproa en deuda pública oficial.
La segunda derrota del gobierno se produjo el 15 de julio, cuando el PRD
publicó un análisis completo del problema del Fobaproa y puso al descubierto
que se trataba de un fraude de gigantescas proporciones, cuyo costo
se quería cargar a la mayoría de la población. Además, el PRD llevó la discusión
a toda la población, al realizar una consulta nacional sobre este asunto
el 31 de agosto. El resultado de ese ejercicio democrático, fue la oposición
de la inmensa mayoría de los consultados (más de tres y medio millones de
personas) de aceptar la propuesta de conversión de los pasi vos del Fobaproa
en deuda pública oficial.
La respuesta del gobierno fue inmediata. En un principio, mediante un
violento comunicado firmado conjuntamente por las secretarías de Gobernación
y de Hacienda, trataron de descalificar el documento del PRD,
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA: ELEMENTOS PAR A ENTENDERLO Y POSIBLES ALTERNATIVAS PAR A SU SOLUCIÓN
253
acusándolo de contener muchas “falsedades”, además de no proponer soluciones.
Pero el PRD había logrado poner el asunto en su verdadera dimensión,
y obligó al gobierno a iniciar, de algún modo, una verdadera discusión.
Por lo pronto, el gobierno respondió con una histérica campaña de propaganda,
repitiendo el mensaje de que “sobre Fobaproa se han dicho muchas
mentiras”, y de que sin el Fobaproa casi se hubiera acabado el país. El resultado
de esa campaña fue que mucha gente, que no se había enterado del
asunto, lo hiciera, se preguntara qué trataba de ocultar el gobierno y participara
luego en la consulta organizada por el PRD. Es posible que gracias a
esa campaña publicitaria, la respuesta a la consulta haya sido mucho mayor
a lo inicialmente esperado.
La tercera derrota del gobierno en este asunto se materializó el 20 de
agosto, cuando el PAN dio a conocer su propuesta para la solución de la
crisis bancaria, coincidiendo en muchos aspectos con las posiciones del
PRD. A diferencia del trato dado al PRD, la respuesta del gobierno al documento
del PAN se dio en términos más suaves, calificándola de “propositiva”
y afirmando que contiene muchas “coincidencias” con el gobierno. El 26 de
agosto el PRI también dio a conocer su “propuesta”, básicamente la del gobierno,
pero disfrazada y con algunos cambios menores. A partir de ese
momento, se percibió con claridad que las propuestas originales del presidente
Zedillo, difícilmente serían aprobadas en la Cámara de Diputados, con
lo cual quedó abierto el debate hacia soluciones alternativas.
A mediados del mes de septiembre se iniciaron una serie de discusiones
entre representantes del gobierno federal y legisladores de los distintos
partidos políticos representados en el Congreso de la Unión. El tema del
Fobaproa es uno de los principales asuntos en la agenda de discusión. Al
escribir estas notas, sólo se ha avanzado en la definición de una serie de
“principios básicos” para buscar una solución al problema. El acuerdo logrado
respecto a estos “principios”, ha sido explotado de manera publicitaria
por el gobierno, haciendo creer que el problema del Fobaproa ya está en
vías de solución, lo cual es falso, ya que la discusión de los problemas de
fondo apenas se ha iniciado.
Ahora, el gobierno está de nuevo tratando de esconder sus verdaderas
intenciones. Al igual que con su política respecto al conflicto de Chiapas, el
gobierno maneja un doble lenguaje respecto al Fobaproa. Por un lado, dice
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
254
que quiere resolver a fondo el problema y castigar a los responsables, pero
por el otro, intenta que se acepte la propuesta original del presidente Zedillo,
con sólo algunos cambios aparentes, sin modificar lo fundamental, y
manteniendo el encubrimiento de las operaciones fraudulentas.
En un intento por mantener el control de la “negociación” sobre el Fobaproa,
los representantes del gobierno han vuelto a aducir su falaz argumento
de que se trata de un asunto propio de “iniciados”, y han acusado a algunos
representantes de los partidos de oposición de no entender ni siquiera algunos
conceptos básicos. Desafortunadamente, las declaraciones de algunos
de esos representantes, así como las opiniones de muchos críticos, parecen
reflejar que la esencia del problema aún no ha sido bien comprendida por
mucha gente. Por ello, es bueno empezar por el principio, por repasar lo que
es un activo y un pasivo y recordar cómo funciona un banco.
■ ¿CÓMO FUNCIONA UN BANCO?
Para entender cómo funciona un banco, conviene repasar algunos principios
de contabilidad básica. Empecemos por el caso de una familia cualquiera.
Supongamos que una familia hace una estimación monetaria de los bienes
materiales que posee, es decir, de sus activos. Así, encuentra que tiene una
casa (600 mil pesos), un automóvil (60 mil pesos), unos muebles (200 mil
pesos) y un depósito en un banco (40 mil pesos), los cuales, sumados, le
dan una cifra de 900 mil pesos.
Para saber a cuánto asciende su patrimonio efectivo, debe restar a sus
activos, los pasivos, es decir, lo que debe, sus deudas. Supongamos que la
familia debe el total del valor de su casa, de su automóvil y de sus muebles,
entonces, su patrimonio efectivo sólo está constituido por el depósito que
tiene en un banco por 40 mil pesos, ya que lo demás es un pasivo, es decir,
lo debe. En un caso intermedio, la familia ya pagó su automóvil y los muebles,
así como la mitad del valor de la casa. En este caso, a sus activos por 900
mil pesos, le debe restar sus pasivos por 300 mil pesos (lo que debe de la
casa), para llegar al patrimonio efectivo de 600 mil pesos que posee la familia.
Un caso extremo sería donde la familia no debe nada y sus activos
resultarían exactamente iguales a su patrimonio efectivo.
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA: ELEMENTOS PAR A ENTENDERLO Y POSIBLES ALTERNATIVAS PAR A SU SOLUCIÓN
255
Cuando una familia acude a una casa comercial solicitando crédito para
comprar un mueble, o a algún banco para buscar financiamiento con el fin
de adquirir vivienda, lo primero que le investigan son las propiedades que
tiene, así como sus deudas. En la medida que la familia tenga más activos y
menos pasivos, es más fácil que le presten dinero. Pero si la familia debe
todo, difícilmente le prestan más. Aquí nos encontramos con un concepto
básico: la solvencia económica, es decir, la capacidad para adquirir deudas
y responder adecuadamente a ellas.
Lo mismo sucede con una empresa. Sus activos representan el valor
de sus edificios, de su maquinaria y de las herramientas que posee, de las
materias primas y de los productos terminados en existencia en el almacén
(que no han sido vendidos aún), de las cuentas que le deben por productos
ya entregados, y de los depósitos que tiene en los bancos. Pero la empresa
también registra unos pasivos, los cuales representan todas sus deudas,
es decir, lo que debe por la maquinaria comprada, por las materias primas
adquiridas, o por los financiamientos obtenidos en bancos para pagar todo
tipo de gastos como la nómina de los trabajadores o la adquisición de
materiales.
Al igual que se hizo con el ejemplo de la familia, la empresa resta a sus
activos, los pasivos, para llegar al concepto de capital contable, o patrimonio
efectivo de los accionistas, es decir, de los dueños de la empresa. El
capital contable, a su vez, se subdivide entre el capital social, que significa
la aportación original de los accionistas, más otros conceptos, como reservas
acumuladas y utilidades generadas. En el nivel contable, los activos son
siempre iguales a la suma de los pasivos más el capital contable, ya que
los segundos son la contrapartida de los primeros, o sea que el valor de los
activos está representado por una parte que la empresa debe a alguien, y
por otra que posee de manera efectiva.
La comparación del valor de los pasivos de una empresa con lo que vale
su capital contable, es un indicador de su nivel de endeudamiento. Cuando
los pasivos son muy superiores a su capital contable (o lo que es lo mismo,
representan un porcentaje elevado de sus activos), se considera que la empresa
está sobrendeudada, y difícilmente le prestan más dinero, ya que se
duda de su solvencia, es decir, de su capacidad para pagar sus deudas. Lo
contrario sucede cuando una empresa tiene pocos pasivos, en comparación
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
256
con su capital contable, o con sus activos, lo cual la hace atractiva para
obtener préstamos.
Por ejemplo, cuando una empresa que elabora una mercancía específica,
adquiere maquinaria y materias primas, contrata personal para transformar
esas materias primas en productos, normalmente obtiene financiamientos
(pasivos) para llevar a cabo todo ese proceso, pero debe guardar una proporción
adecuada entre sus pasivos y su capital contable. El caso de los
bancos es diferente al de un tipo de empresa como el descrito antes. Su
función primordial es recibir los ahorros de muchas familias y empresas, y
prestarlos a otras familias y empresas. Los bancos sólo ofrecen un servicio:
la intermediación de los ahorros que les depositan.
Un banco recibe depósitos de familias y empresas, los cuales registra
como pasivo, ya que debe ese dinero a los que lo depositaron. Los mismos
depósitos son un activo de sus dueños, las familias o empresas que metieron
estos depósitos al banco. Pero el banco no se queda con el dinero guardado,
ya que requiere pagar un interés a los depositantes, situación que hace
atractivo poner el dinero disponible en los bancos. Para ello, los bancos
prestan ese dinero a las familias y empresas que lo requieren, cobrándoles
un interés mayor al que paga a los depositantes. La diferencia entre los intereses
que cobra a quienes presta el dinero, y los intereses que paga a los
que depositaron ese dinero, se conoce como margen de intermediación, y
es lo que cobra el banco por realizar su labor de intermediario entre los
ahorradores y los deudores.
Este margen de intermediación es el que permite la existencia de un
banco, para que sea negocio. Los accionistas del banco, los dueños del
mismo, aportan, al igual que sucede con otras empresas, un capital, llamado
capital social, con el cual se adquieren los primeros activos del banco,
en la forma de sucursales, equipos de cómputo, cajas de seguridad, etcétera.
Sin embargo, el conjunto del dinero prestado por los bancos constituye
la principal parte de sus activos. Estos activos de los bancos son al
mismo tiempo pasivos de las familias o empresas que se endeudaron con
los bancos.
A diferencia de otras empresas, los bancos tienen normalmente unos
pasivos muy superiores a su capital contable, ya que su labor, como se
dijo, es intermediar los ahorros de otras familias y empresas. En cualquier
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA: ELEMENTOS PAR A ENTENDERLO Y POSIBLES ALTERNATIVAS PAR A SU SOLUCIÓN
257
empresa, los pasivos normalmente no alcanzan a ser muy superiores a su
capital contable. Pero en los bancos, resulta normal tener unos pasivos 10
veces superiores a su capital contable. Por esa razón, la labor de los bancos
en la correcta utilización de sus pasivos (los ahorros de los depositantes)
resulta crucial, ya que el capital no alcanza a cubrir más que una pequeña
parte de aquéllos.
La función de los bancos no sólo es de primordial importancia económica,
sino que resulta vital e indispensable en una economía moderna. Sin
bancos, el dinero que en un momento no están usando muchas familias y
empresas, no podría prestarse a las familias y empresas que lo necesitan, a
menos que se conocieran directamente. En una situación así, el nivel de
actividad económica general sería menor que en presencia de los bancos,
por la sencilla razón de que muchos ahorros (dinero que no se gasta en ese
momento), no estarían disponibles para proyectos que requieren de esos
ahorros de la sociedad.
Pero la labor de los bancos no se reduce exclusivamente a prestar de
manera arbitraria el dinero que le depositan. La función más importante
de los bancos es decidir cómo y a quién le prestan ese dinero, que no es
suyo, sino de quienes se lo depositaron. La principal tarea de los bancos
es el cálculo de riesgos, es decir, de investigar a los que le piden prestado,
de revisar si sus proyectos son viables, si estarán en capacidad de devolver
en el tiempo pactado el dinero que les preste, con sus respectivos intereses.
Así, antes de prestar parte del dinero que le confiaron los depositantes,
el banco debe calcular adecuadamente los riesgos en que está incurriendo
al otorgar ese crédito. Después de asegurarse de que la persona o
empresa a quien pretende prestar ese dinero es solvente, el banco debe
solicitar garantías, a las cuales puede acudir si el deudor finalmente no
puede pagar. Además, el banco debe constituir reservas en prevención
de que algún deudor no cumpla con las obligaciones contraídas, es decir,
con los pagos por el préstamo adquirido, para que la institución bancaria
tenga la capacidad de responder a cualquier solicitud de retiro de los
depósitos efectuados.
Por ejemplo, si una familia solicita un crédito hipotecario para adquirir su
vivienda, lo primero que hace el banco es investigarla y constatar que está
en capacidad de pagar el crédito, de acuerdo con sus ingresos comprobados.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
258
Además, le pide que deje como garantía de pago del crédito recibido, la vivienda
que se está financiando. Si la familia deudora no puede pagar, el
banco se queda con la vivienda, la cual vende a otra familia o empresa inmobiliaria,
y el dinero prestado se recupera.
Lo mismo sucede con una empresa. Supongamos que una empresa decide
construir una nueva planta, para lo cual solicita al banco un préstamo
para comprar la nueva maquinaria. En este caso, el banco estudia el proyecto
de la nueva empresa, investiga si es viable, si hay mercado para los nuevos
productos que planea elaborar, etcétera. Luego, el banco solicita
garantías de pago, que en este caso pueden ser la nueva maquinaria o parte
de los activos propiedad de la empresa. Si la empresa deudora no puede
pagar el crédito recibido, el banco se apodera de las garantías y las vende,
recuperando el dinero prestado.
Esta labor de cálculo de riesgos es clave, ya que el banco está prestando
dinero que no es suyo, sino de los ahorradores que lo depositaron, y que
confiaron en que el banco les devolvería el dinero depositado y además les
pagaría intereses. Cuando un banco realiza bien esta función, está efectuando
una labor altamente positiva para la sociedad, ya que hace que los ahorros
estén disponibles para quienes los necesitan. Esta función de los bancos
resulta, como se dijo antes, en una mayor actividad económica, ya que sin
crédito, muchas viviendas se quedarían sin construir, no se crearían nuevas
empresas, y no se venderían infinidad de mercancías. Esto se reflejaría en
menores empleos y menor actividad económica en general.
Otro factor también muy importante en el funcionamiento de un banco,
es la eficiencia con que realiza su labor de intermediación. Si el banco capta
los ahorros de muchas familias y empresas, y los presta a otras familias y
empresas que los necesitan, calculando correctamente los riesgos y habiendo
solicitado las suficientes garantías, puede cobrar intereses no muy superiores
a los que paga a los ahorradores, es decir, puede tener un margen
de intermediación bajo. En este caso, el banco agrega a su actividad normal
de intermediación, la capacidad para proporcionar crédito barato, lo
cual estimula y beneficia la actividad económica.
Si el banco, por ejemplo, presta sin garantías suficientes o a tasas de
interés inferiores a las del mercado a empresas relacionadas con él, o llega
al extremo de prestar dinero sin garantías a sus propios accionistas, está
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA: ELEMENTOS PAR A ENTENDERLO Y POSIBLES ALTERNATIVAS PAR A SU SOLUCIÓN
259
incurriendo en riesgos excesivos, poniendo en peligro el dinero que le confiaron
los ahorradores. Normalmente, estos bancos prestan al resto de los
deudores a tasas de interés muy elevadas, buscando un margen de intermediación
alto, que les compense el riesgo excesivo que están asumiendo.
Por esta razón, se han expedido leyes que prohíben las prácticas bancarias
que ponen en riesgo excesivo los ahorros de los depositantes. También
existen instituciones del gobierno encargadas de vigilar continuamente las
actividades de los bancos, como es el caso de la Comisión Nacional Bancaria
y de Valores. Para prevenir posibles problemas en la recuperación de los
créditos, y no poner en riesgo los depósitos recibidos, los bancos no sólo
piden garantías para hacer préstamos y crean reservas preventivas, sino
que participan algunas veces en fondos de ayuda en caso de que aparezcan
problemas, como es el caso del Fondo Bancario de Protección al Ahorro,
el ya famoso Fobaproa.
El Fobaproa fue creado originalmente por los diferentes bancos, con aportaciones
de éstos. El objetivo del Fondo era contar con recursos para enfrentar
una situación adversa que se presentara de manera imprevista. Para ello, los
bancos reunieron lo que popularmente se conoce como un “guardadito”. Cuando
empezó la crisis a principios de 1995, los recursos disponibles en ese fondo
se agotaron rápidamente. Fue entonces, cuando el gobierno empezó a utilizar
al Fobaproa de manera ilegal, como si fuera un organismo público, canalizando
fondos a los bancos a través del mismo. Luego, el gobierno intervino bancos
y acumuló una deuda enorme resultado de los apoyos a los bancos, utilizando
siempre al Fobaproa como instrumento.
Regresando al asunto de los riesgos que pueden asumir los bancos, los
gobiernos suelen ofrecer garantías para los depósitos bancarios, con lo que
buscan ayudar al mantenimiento de condiciones de estabilidad y confianza
en el sistema bancario. En México, tradicionalmente el gobierno ha garantizado
100 por ciento de los depósitos. Esa protección no generaba problemas
excesivos cuando la banca privada estaba muy controlada por el gobierno,
a través del banco central. Pero cuando se aflojaron esos controles y se liberalizó
totalmente el mercado financiero, ese tipo de garantías se convirtieron
en un estímulo, de hecho, para que los banqueros realizaran préstamos
muy riesgosos, ya que en última instancia, el gobierno los respondería si
existía el peligro de que se perdiera el dinero de los depositantes.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
260
■ EL SISTEMA BANCARIO MEXICANO ANTES DE LA CRISIS
Con el fin de contar con una idea de las características generales del sistema
bancario, que entró en crisis a principios de 1995, y que luego fue “rescatado”
por el gobierno mediante el Fobaproa, se presentan en este apartado
algunos indicadores sobre su situación a fines de 1993, es decir, antes de
que estallara la crisis.
En el cuadro 1 se puede observar un resumen del balance de todos los
bancos que existían en México a diciembre de 1993. Aquí se pueden observar
los tres conceptos básicos de los que se habló en el apartado anterior:
los activos, los pasivos y el capital contable. Como se puede ver, en 1993 los
CUADRO 1
BALANCE DE LA BANCA PRIVADA EN 1993
(SALDOS EN ALDOS MILLONES DE PESOS)
Activos Pasivos Capital
contable
Total 627 727 588 191 39 536
1. Banamex 133 591 123 183 10 408
2. Bancomer 112 228 103 172 9 056
3. Serfín 66 434 62 414 4 020
4. Comermex 37 870 36 345 1 525
5. Internacional 36 348 34 763 1 585
6. Mexicano 43 388 41 665 1 723
7. Atlántico 24 532 22 928 1 604
8. Unión 21 556 20 274 1 282
9. Mercantil Probursa 27 131 26 294 837
10. Cremi 15 465 14 594 871
11. Banco del Centro 8 003 7 533 470
12. Banca Promex 11 918 11 151 767
13. Mercantil del Norte 12 714 11 669 1 045
14. Banca Confía 12 542 11 861 681
15. Banoro 4 983 4 252 731
16. Banpaís 26 713 25 594 1 119
17. Bancrecer 16 020 15 257 763
18. Banco de Oriente 3 521 3 348 173
19. Banco Obrero 3 522 3 266 256
20. Citibank 8 691 8 469 222
21. Interestatal 272 143 129
22. Interacciones 285 16 269
Fuente: CNBV, Boletín Estadístico de Banca Múltiple.
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA: ELEMENTOS PAR A ENTENDERLO Y POSIBLES ALTERNATIVAS PAR A SU SOLUCIÓN
261
bancos habían acumulado un total de 627.7 miles de millones de pesos, de los
cuales, 588.2 eran pasivos, es decir, deuda de los bancos, y los restantes 39.5
miles de millones de pesos representaban su capital contable, o sea, lo que
verdaderamente pertenecía a los dueños de los bancos, o, lo que es lo mismo,
el valor de los bancos.
En el cuadro 2 se puede ver la participación de cada banco en el valor
total de los tres distintos conceptos. Banamex, el banco más grande, acumulaba
poco más de la quinta parte de todos los activos, y más de la cuarta
parte del capital de todo el sistema bancario. En importancia lo seguían
Bancomer y Serfín, los que junto con Banamex, constituían la mitad del
mercado bancario del país. En orden de importancia, seguían otros tres
bancos: Mexicano, Comermex e Internacional. Los seis bancos más grandes
CUADRO 2
BALANCE DE LA BANCA PRIVADA EN 1993
(ESTRUCTURA STRUCTURA PORCENTUAL)
Activos Pasivos Capital
contable
Total 100.00 100.00 100.00
1. Banamex 21.28 20.94 26.33
2. Bancomer 17.88 17.54 22.91
3. Serfín 10.58 10.61 10.17
4. Comermex 6.03 6.18 3.86
5. Internacional 5.79 5.91 4.01
6. Mexicano 6.91 7.08 4.36
7. Atlántico 3.91 3.90 4.06
8. Unión 3.43 3.45 3.24
9. Mercantil Probursa 4.32 4.47 2.12
10. Cremi 2.46 2.48 2.20
11. Banco del Centro 1.27 1.28 1.19
12. Banca Promex 1.90 1.90 1.94
13. Mercantil del Norte 2.03 1.98 2.64
14. Banca Confía 2.00 2.02 1.72
15. Banoro 0.79 0.72 1.85
16. Banpaís 4.26 4.35 2.83
17. Bancrecer 2.55 2.59 1.93
18. Banco de Oriente 0.56 0.57 0.44
19. Banco Obrero 0.56 0.56 0.65
20. Citibank 1.38 1.44 0.56
21. Interestatal 0.04 0.02 0.33
22. Interacciones 0.05 0.00 0.68
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
262
acumulaban casi 70 por ciento de los activos. Así, se puede observar que la
concentración era (y aún es) una de las características básicas del sistema
bancario mexicano.
El cuadro 3 nos muestra que la banca tenía 4 763 sucursales y daba empleo
a 161 457 personas a fines de 1993. Con estos dos indicadores, Bancomer
desplaza a Banamex, siendo el banco con más sucursales y personal.
CUADRO 3
INDICADORES DE LA BANCA COMERCIAL EN 1993
Sucursales % Personal %
Total 4 763 100.00 161 457 100.00
1. Banamex 691 14.51 33 385 20.68
2. Bancomer 855 17.95 35 028 21.69
3. Serfín 595 12.49 18 766 11.62
4. Comermex 361 7.58 10 943 6.78
5. Internacional 348 7.31 9 451 5.85
6. Mexicano 237 4.98 7 138 4.42
7. Atlántico 208 4.37 6 186 3.83
8. Unión 145 3.04 5 662 3.51
9. Mercantil Probursa 125 2.62 4 069 2.52
10. Cremi 121 2.54 3 911 2.42
11. Banco del Centro 127 2.67 2 655 1.64
12. Banca Promex 162 3.40 3 864 2.39
13. Mercantil del Norte 147 3.09 4 158 2.58
14. Banca Confía 149 3.13 3 860 2.39
15. Banoro 71 1.49 2 075 1.29
16. Banpaís 149 3.13 4 409 2.73
17. Bancrecer 169 3.55 2 529 1.57
18. Banco de Oriente 50 1.05 1 011 0.63
19. Banco Obrero 23 0.48 1 126 0.70
20. Citibank 6 0.13 727 0.45
21. Interestatal 22 0.46 366 0.23
22. Interacciones 2 0.04 138 0.09
Fuente: CNBV, Boletín Estadístico de Banca Múltiple.
Nota: Los datos de Interestatal e Interacciones corresponden a 1994.
El cuadro 4 nos permite conocer la magnitud de otro indicador clave
señalado en la sección anterior: el margen de intermediación de la banca.
Este margen resulta de comparar los intereses que cobra la banca a quienes
les ha prestado dinero (ingresos financieros), con los intereses que paga a
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA: ELEMENTOS PAR A ENTENDERLO Y POSIBLES ALTERNATIVAS PAR A SU SOLUCIÓN
263
los que le depositaron dinero (costos financieros). El margen de Intermediación
registrado en promedio en 1993, alcanzó 45.32 por ciento, lo que significa
que a la tasa de interés que pagaba a los ahorradores, le cargaba en
promedio ese porcentaje al prestar el dinero.
CUADRO 4
MARGEN DE INTERMEDIACIÓN DE LA BANCA PRIVADA EN 1993
(FLUJOS EN LUJOS MILLONES DE PESOS)
Ingresos
financieros
(1)
Gastos
financieros
(2)
Margen de
intermediación
(1/2)
Total 112 336 77 308 45.32
1. Banamex 21 525 12 577 71.15
2. Bancomer 22 983 15 079 52.42
3. Serfín 13 069 9 579 36.43
4. Comermex 6 094 4 104 48.49
5. Internacional 5 775 4 001 44.34
6. Mexicano 7 860 6 721 16.95
7. Atlántico 6 267 5 086 23.22
8. Unión 3 727 2 627 41.87
9. Mercantil Probursa 3 592 2 639 36.11
10. Cremi 3 300 2 546 29.62
11. Banco del Centro 1 071 789 35.74
12. Banca Promex 1 965 1 268 54.97
13. Mercantil del Norte 2 331 1 301 79.17
14. Banca Confía 2 561 1 684 52.08
15. Banoro 1 232 792 55.55
16. Banpaís 3 680 2 669 37.88
17. Bancrecer 2 713 1 720 57.73
18. Banco de Oriente 762 527 44.59
19. Banco Obrero 609 470 29.57
20. Citibank 1 109 1 056 5.02
21. Interestatal 107 73 46.58
22. Interacciones 4 0 0
Fuente: CNBV, Boletín Estadístico de Banca Múltiple.
Se observan en el cuadro dos anomalías, el bajo margen de Citibank y el
gigantesco de Interacciones. Las razones que explican esos extremos son
las siguientes. Citibank era el único banco extranjero que existía entonces
en México, manteniendo muchas restricciones en sus actividades, por lo
que realizaba la gran mayoría de sus operaciones con el mercado internacional,
lo que se reflejaba en ese margen. El banco Interacciones apenas
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
264
estaba iniciando sus operaciones a fines de 1993, por lo que casi todos los
ingresos financieros que reportaba provenían de inversiones de su capital
y no de sus aún muy pequeños pasivos (como se puede ver en el cuadro 1),
por lo que ese gigantesco margen puede considerarse ficticio.
CUADRO 5
INDICADORES EN LA BANCA COMERCIAL EN 1993
(RAZONES)
Pasivos/
capital
Activos/
sucursales
Activos/
personal
Personal/
sucursales
Total 14.88 131.8 3.9 34
1. Banamex 11.84 193.3 4.0 48
2. Bancomer 11.39 131.3 3.2 41
3. Serfín 15.52 111.7 3.5 32
4. Comermex 23.84 104.9 3.5 30
5. Internacional 21.93 104.4 3.8 27
6. Mexicano 24.18 183.1 6.1 30
7. Atlántico 14.29 117.9 4.0 30
8. Unión 15.82 148.7 3.8 39
9. Mercantil Probursa 31.41 217.1 6.7 33
10. Cremi 16.75 127.8 4.0 32
11. Banco del Centro 16.04 63.0 3.0 21
12. Banca Promex 14.52 73.6 3.1 24
13. Mercantil del Norte 11.17 86.5 3.1 28
14. Banca Confía 17.43 84.2 3.2 26
15. Banoro 5.82 70.2 2.4 29
16. Banpaís 22.89 179.3 6.1 30
17. Bancrecer 20.01 94.8 6.3 15
18. Banco de Oriente 19.27 70.4 3.5 20
19. Banco Obrero 12.77 153.1 3.1 49
20. Citibank 38.12 1 448.5 12.0 121
21. Interestatal 1.11 12.4 0.7 17
22. Interacciones 0.06 142.3 2.1 69
El cuadro 5 completa la primera visión general sobre los principales indicadores
de la banca antes de que estallara la crisis. La primera columna
indica que los pasivos eran en promedio casi 15 veces más grandes que el
capital de los bancos. Este indicador muestra una de las principales características
de los bancos, el tener pasivos muy superiores a su capital, debido
a que su labor es precisamente intermediar los ahorros de otros, como
fue comentado en la sección anterior. El desconocimiento de este hecho ha
llevado a muchas personas a preguntarse cómo es posible que el rescate de
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA: ELEMENTOS PAR A ENTENDERLO Y POSIBLES ALTERNATIVAS PAR A SU SOLUCIÓN
265
los bancos (los famosos pasivos del Fobaproa) sea varias veces más grande
que el valor de los bancos (su capital). Este indicador también nos muestra
por qué, ante una pérdida del dinero prestado por los bancos, su capital
nunca alcanza a compensarla, y los lleva a la quiebra, a menos que el gobierno
los “rescate”.
Este es el sistema bancario que entró en crisis a principios de 1995,
cuando la devaluación del peso propició que las tasas de interés subieran
aceleradamente, lo que combinado con la fuerte caída registrada en los niveles
de actividad económica, y con ella de los ingresos de los deudores,
condujo a muchos de éstos a una situación de insolvencia, y puso en riesgo
de quiebra a la banca.
■ LA INTERPRETACIÓN DEL GOBIERNO
SOBRE EL PROBLEMA DEL FOBAPROA
El problema del Fobaproa se generó, según la visión del gobierno, por una
inadecuada supervisión del comportamiento de los bancos, los cuales
otorgaron créditos de manera excesiva, sin calcular correctamente la viabilidad
de muchos de los proyectos que estaban financiando, y sin asegurarse
que éstos tuvieran suficientes garantías que los respaldaran. A esa
insuficiente vigilancia por parte de las autoridades encargadas de ello,
sobre todo la CNBV, se agregó el mantenimiento de la garantía gubernamental
sobre cien por ciento de los depósitos bancarios, lo cual facilitó ese
comportamiento de los bancos.
Según la interpretación presentada por el presidente Zedillo en su 4o
Informe de Gobierno, “la política económica enfrentó un enorme desafío con
la severa emergencia que se manifestó claramente a fines de 1994, justo al
inicio del sexenio”. Dicha emergencia “presentó tres grandes problemas”. El
primero consistió en que “el país estaba gastando considerablemente más
que el valor de lo que producía, lo que se manifestaba en un enorme déficit
de la Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos, que en 1994 alcanzó casi 30
mil millones de dólares”. El segundo gran problema señalado “era el vencimiento
inmediato de deudas” en dólares por 41 mil millones. El tercer gran
problema destacado “era el riesgo de quiebra del Sistema Bancario”.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
266
Según el presidente Zedillo, para enfrentar el nivel que había alcanzado
el déficit en la Cuenta Corriente con el exterior, se tuvo que realizar un severo
ajuste fiscal y monetario en 1995. Para resolver el segundo problema, fue
necesario contratar financiamientos en el exterior, para cumplir estrictamente
los pagos pactados con los acreedores externos. El tercer problema, el del
riesgo de quiebra del sistema bancario, se presentó cuando, después de la
devaluación del peso, se empezó la aplicación de la señalada política fiscal
y monetaria recesiva. Esa política se manifestó en una abrupta elevación en
las tasas de interés, la cual se combinó con una caída en los niveles de actividad
económica. Ambos factores condujeron a una cantidad creciente de
deudores, a una situación de insolvencia, lo que puso de manifiesto la gran
vulnerabilidad que habían alcanzado los bancos, como producto de esa inadecuada
supervisión.
Cuando muchos de los bancos se enfrentaron al problema de no poder
recuperar un monto creciente de los créditos otorgados, se presentó el
riesgo de una quiebra bancaria en cadena. En ese momento, el gobierno
tuvo, supuestamente, sólo dos opciones: dejar que los bancos quebraran,
aceptando grandes pérdidas para los ahorradores, y permitiendo con ello
que el sistema de pagos se interrumpiera, lo que hubiera impedido el funcionamiento
normal de la economía (“se hubiera puesto en riesgo hasta el
pago de los salarios”) y hubiera propiciado una contracción de grandes
proporciones en la actividad económica; o apoyar a los bancos para evitar
su quiebra, facilitar su saneamiento y ayudar a su capitalización, protegiendo
ante todo a los ahorradores, y distribuyendo durante muchos años los
inevitables costos en que se incurriría.
El gobierno, en palabras del presidente Zedillo, “no tuvo otra opción”,
y decidió defender el ahorro de los mexicanos y rescatar a la banca, usando
al Fobaproa como vía para canalizar sus apoyos. Ahora, con las iniciativas
de ley en materia financiera enviadas al Congreso en marzo de 1998,
sólo se busca acabar de sanear al sistema bancario, registrando los pasivos
asumidos por el Fobaproa, garantizados por el gobierno, como deuda pública
oficial. Adicionalmente, se persigue una adecuación del marco legal
vigente, para reforzar las labores de supervisión, lograr una mayor autonomía
del Banxico, y disminuir paulatinamente el excesivo nivel de las garantías
gubernamentales a los depósitos bancarios. También se busca facilitar
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA: ELEMENTOS PAR A ENTENDERLO Y POSIBLES ALTERNATIVAS PAR A SU SOLUCIÓN
267
la recapitalización de los bancos, permitiendo una mayor inversión extranjera
en los mismos.
■ CÓMO SE GESTÓ LA CRISIS FINANCIERA DE 1995
Entre 1940 y 1982, es decir, durante más de cuatro décadas, el sistema financiero
mexicano vivió un proceso de continua expansión, y se convirtió en
un factor clave que ayudó al crecimiento económico, el cual alcanzó 6 por
ciento anual en promedio durante ese periodo. La banca privada estaba
controlada estrechamente por el Banco de México, quien determinaba el
destino de buena parte del crédito que se otorgaba, así como el nivel de las
tasas de interés. Además, la banca de desarrollo, propiedad del gobierno,
recibió un gran impulso durante ese periodo, pudiendo canalizar enormes
cantidades de recursos financieros hacia las actividades económicas consideradas
prioritarias.
Ese modelo de sistema financiero altamente controlado entró en crisis
en 1982. La nacionalización de la banca privada se llevó a cabo por una situación
de emergencia. Dicha medida significó, entre otras cosas, la socialización
de la abultada deuda externa que habían acumulado los bancos, la
cual pasó a ser responsabilidad del gobierno. Esa fue una de las razones por
las que los acreedores externos no opusieran mucha resistencia a una medida
que atentaba contra sus principios, pero que les garantizaba el pago
de las obligaciones adquiridas por los anteriores banqueros privados.
El proyecto de Miguel de la Madrid, en materia financiera, fue iniciar la
reprivatización de la banca, pero de manera paulatina, hasta que el gobierno
pudiera amortizar la abultada deuda externa de los bancos nacionalizados.
Al mismo tiempo, en ese gobierno se avanzó en el saneamiento de las finanzas
públicas, la apertura de la economía nacional hacia el exterior y la desregulación
de muchas actividades económicas, para la creación de un
entorno macroeconómico favorable a una reprivatización total.
El proyecto de Carlos Salinas de Gortari fue continuar por la senda
trazada por Miguel de la Madrid, llevándola hasta el extremo, de manera
autoritaria. La política financiera aplicada por el equipo tecnocrático en
el gobierno, partía de una idea muy simple. Si se privatizaba la banca y,
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
268
al mismo tiempo, se liberalizaba el mercado financiero, se podrían conseguir
tres objetivos de manera simultánea: aumentar el ahorro interno de
la economía, asignarlo de manera más eficiente, y abaratarlo consiguiendo
menores tasas de interés.
El primer objetivo, aumentar el ahorro de la economía, se conseguiría
dejando operar libremente al mercado, el cual definiría el nivel de tasas de
interés necesario para generar niveles de ahorro interno crecientes. El segundo
objetivo también se conseguiría dejando operar libremente al mer cado,
el cual señalaría cuáles serían los proyectos más rentables, a los que se les
asignarían los recursos disponibles. Finalmente, el tercer objetivo se alcanzaría
mediante la libre competencia de los bancos privados, la que se reflejaría
en menores márgenes de intermediación, con la disminución en las tasas
de interés aplicables a los créditos.
Ese tipo de política hubiera tenido muy buenos resultados en un país
como Suiza, por ejemplo. Pero, para que este tipo de política realmente
funcionara en un país como México, se requerían otros elementos que entonces
no se consideraron. Uno de ellos fue el contar con una eficaz y adecuada
supervisión bancaria, que evitara cualquier tipo de complicidad entre
autoridades y banqueros deshonestos, y garantizara al mercado una total
transparencia de las operaciones bancarias.
Otro elemento también ausente, fue el contar con unas reglas explícitas
que limitaran las garantías gubernamentales a los depósitos bancarios, induciendo
un comportamiento prudente y responsable entre los banqueros.
En una palabra, lo que se necesitaba y se sigue necesitando, si se piensa en
una economía verdaderamente moderna, era un verdadero Estado de derecho,
el cual sólo es posible en una auténtica democracia.
En 1991, los bancos fueron privatizados. Esta importante operación se
realizó de manera poco transparente. Aunque se anunció que los bancos
habían sido vendidos a personas responsables y conocedoras de la banca,
la realidad fue que muchos bancos fueron asignados a gente de dudosa reputación
y escasa experiencia en la materia. Además, aunque se anunció que
los bancos habían sido vendidos al “mejor postor”, se ocultó el hecho de
que muchos bancos fueron adquiridos mediante préstamos otorgados por
los mismos bancos, es decir, por gente que no contaba con suficiente capital
para pagarlos, pero tenía suficientes conexiones en el gobierno.
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA: ELEMENTOS PAR A ENTENDERLO Y POSIBLES ALTERNATIVAS PAR A SU SOLUCIÓN
269
Pero el hecho más grave, que se constituyó en una de las principales
causas de la crisis que estalló en 1995, fue el mantenimiento de las garantías
del gobierno a cien por ciento de los depósitos bancarios, al tiempo que se
sostenía un tipo de supervisión complaciente, proclive a todo tipo de complicidades
con banqueros deshonestos, en especial con los comprometidos
políticamente con el grupo en el poder.
Las reglas de hecho, para los nuevos banqueros, fueron que podían realizar
todo tipo de operaciones riesgosas, sin preocuparse de una supervisión
seria, y sin tener que informar al mercado de una manera totalmente transparente.
Si los banqueros ganaban en esas condiciones, pues habían demostrado
que el mercado bancario era un buen negocio. Pero si perdían, el gobierno
se comprometía a rescatarlos, socializando las pérdidas, es decir, convirtiendo
esas pérdidas en deuda pública, en deuda de todos los mexicanos.
Este es el verdadero origen del problema del Fobaproa. Las reglas
adoptadas constituyen un típico caso de riesgo moral (moral hazard), ya
que el gobierno, con ese entorno institucional distorsionado y permisivo,
indujo a todo tipo de incentivos perversos en el comportamiento de los
banqueros. Así, una política que podría haber sido correcta en otras circunstancias,
se convirtió en un gigantesco riesgo para la estabilidad general
de la economía.
A ese marco institucional deficiente, se agregó una política económica
que impulsó un sobrendeudamiento de la economía. Después de “estabilizar”
la economía, reduciendo los niveles de inflación y disminuyendo el déficit
de las finanzas públicas (logrando incluso superávit en algunos años como
resultado de los ingresos derivados de las privatizaciones), el gobierno consiguió
un ambiente muy favorable a la inversión extranjera y propició enormes
entradas de capital del exterior.
Un elemento básico de esa política económica fue el mantenimiento de
un tipo de cambio estable respecto al dólar, que sirviera como ancla para
seguir disminuyendo la inflación, y diera hacia el exterior una imagen de estabilidad
que ofreciera “certidumbre” a los rendimientos esperados por los
inversionistas extranjeros. Como la inflación mexicana continuó siendo superior
a la del exterior (en especial la de los Estados Unidos), el tipo de cambio
se fue sobrevaluando, es decir, no se ajustó en la misma proporción que la
diferencia entre nuestra inflación y la extranjera, sino en un nivel menor.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
270
La sobrevaluación del peso respecto al dólar propició que las exportaciones
se encarecieran, a la vez que las importaciones se abarataban. Esa
situación produjo un déficit creciente en el comercio con el exterior (que
las importaciones crecieran más rápido que las exportaciones), el cual se
pudo financiar con entradas, también crecientes, de capital, atraído por la
ilusión de estabilidad de la economía, cuyos “fundamentos” supuestamente
estaban bien, con un déficit fiscal cercano a cero, una inflación a la baja, y
la aplicación de políticas “favorables al mercado”.
Otro efecto de la sobrevaluación cambiaria fue la distorsión de los precios
relativos. Como los precios en pesos de los productos de exportación
(los co mer ciables en el exterior) subieron más lentamente que los demás
pre cios (los de los bienes y servicios no comerciables en el exterior), se produjo
una distorsión entre esos dos tipos de precios, que generó señales equivocadas
y engañosas a los mercados. Así, los precios de los bienes inmuebles
subieron de manera desproporcionada y a mucha gente le generaron la ilusión
de que era más rica, y por tanto, podía gastar más y endeudarse más. El mismo
fenómeno ocurrió con muchos empresarios ubicados en toda clase de
bienes y servicios no comerciables. Esa equivocada percepción, inducida por
la política cambiaria, fue fortalecida por la política financiera del gobierno, la
cual indujo a los bancos a prestar más y más dinero, en condiciones cada vez
más fáciles, sin ningún control.
Así, los tres objetivos que esperaban los tecnócratas con la privatización
bancaria y la liberalización de los mercados financieros, no se consiguieron.
El ahorro interno de la economía no sólo no se incrementó, sino que se redujo
de manera alarmante, como resultado de la comentada política que
indujo un mayor gasto y endeudamiento. Lo que sí aumentó fue el monto de
ahorro intermediado por los bancos, gran parte de éste no se generó internamente,
sino que provino del exterior.
La asignación del ahorro disponible tampoco se produjo de la manera
más eficiente, como lo esperaban los tecnócratas, sino que se orientó hacia
las actividades de bienes y servicios no comerciables, las que iban aumentando
sus precios en mayor proporción que los de las actividades exportadoras,
como resultado de la sobrevaluación cambiaria. Esas actividades, eran
aparentemente las más rentables, por efecto de la señalada distorsión inducida
por la política económica. Los créditos bancarios al consumo también
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA: ELEMENTOS PAR A ENTENDERLO Y POSIBLES ALTERNATIVAS PAR A SU SOLUCIÓN
271
aumentaron de manera acelerada. Todo mundo recuerda cuando en las calles,
los representantes de los bancos se peleaban al ofrecer tarjetas de crédito
de manera indiscriminada.
CUADRO 6
MARGEN FINANCIERO DE LA BANCA COMERCIAL*
(MILLONES DE PESOS)
Ingresos
financieros
(1)
Costos
financieros
(2)
Margen
financiero
(2) - (1)
%
1982 615.9 537.1 78.8 14.66
I
1983 1 391.4 1 270.1 121.3 9.55
1984 2 274.1 2 024.9 249.2 12.31
1985 3 787.9 3 400.8 387.1 11.38
1986 8 810.1 8 005.0 805.1 10.06
1987 22 758.7 20 921.5 1 837.2 8.78
1988 30 777.0 26 742.2 4 034.8 15.09
1989 28 954.2 23 211.7 5 742.5 24.74
1990 48 758.5 38 786.4 9 972.1 25.71 II
1991 55 235.2 40 632.4 14 602.8 35.94
1992 65 961.5 44 252.1 21 709.4 49.06
1993 83 401.5 56 868.8 26 532.7 49.68 III
1994 88 686.7 62 674.8 26 011.9 41.50
1995 250 957.5 210 245.0 40 712.5 19.36
1996 186 615.8 155 481.8 31 134.0 20.06 IV
1997 160 245.6 128 119.9 32 125.7 25.07
* Banamex, Bancomer, Serfín, Bital, Santander, Atlántico, Banorte y Bilbao
Vizcaya representan casi 80% de los activos de la banca.
Fuente: PRD, Fobaproa: el gran atentado contra la economía nacional / Alternativas
para impedirlo.
El tercer objetivo esperado por los tecnócratas tampoco se logró. Entre
1993 y 1994, como se puede apreciar en el cuadro 6, el margen de intermediación
de los bancos alcanzó casi 50 por ciento (frente a un promedio de
alrededor de 10 por ciento entre 1983 y 1987). La finalidad de los nuevos
banqueros fue recuperar de manera acelerada las inversiones efectuadas
para adquirir los bancos, ya que en buena parte se realizó a través de préstamos,
otorgados por otros banqueros. Ese elevado margen se reflejó en un
encarecimiento del crédito, cuyas tasas de interés alcanzaron un nivel que
hacía previsible un incumplimiento de los deudores, ante cualquier cambio
importante en el entorno económico.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
272
No hay que olvidar que la fuerte expansión del crédito bancario y el
consecuente sobrendeudamiento de la economía fueron inducidos por la
política económica del gobierno. Como el ahorro interno de la economía se
fue reduciendo, los recursos a disposición de los bancos fueron incrementados,
para mantener el crecimiento de los préstamos, mediante dos mecanismos.
Primero, mediante la amortización de deuda pública, resultado de
la disminución del déficit fiscal, y segundo, mediante la colocación de deuda
pública en el exterior.
El primer mecanismo operó de la siguiente manera. En principio, la sola
disminución del déficit del gobierno liberó recursos para ser prestados al
sector privado. Luego, los ingresos fiscales producto de las privatizaciones
permitieron reducir la deuda del gobierno con Banxico, el cual canalizó
esos recursos liberados, directamente o a través de la banca de desarrollo
o los fideicomisos del gobierno, hacia la banca comercial, la que finalmente
los prestó al sector privado.
Entre 1993 y 1994, el gasto excesivo de la economía se fue reflejando en un
saldo negativo creciente en la cuenta corriente con el exterior. Los tecnócratas
del gabinete económico mantuvieron a toda costa el dogma de que, en ausencia
de un déficit fiscal elevado, el creciente déficit con el exterior supuestamente
no significaba ningún problema, ya que tenía como contrapartida inversión
privada, y no un exceso de gasto público. Ahora, en su 4o Informe de Gobierno,
el presidente Zedillo nos quiere hacer creer que ese problema se presentó de
manera imprevista al inicio de su sexenio, el cual tuvo que enfrentar aplicando
medidas dolorosas, y olvidando que él perteneció al selecto grupo de tecnócratas
que sostuvo por años el dogma señalado anteriormente.
La comentada política de sobrevaluación cambiaria, junto con la expansión
crediticia, se llevó al absurdo durante 1994. El gobierno, con un balance
fiscal reportado como cercano a cero, es decir, sin tener necesidad de
financiar ningún déficit, aumentó su colocación de deuda por medio de valores.
Primero aumentó la emisión de papeles en pesos, como los cetes y
bondes. Pero después, los sustituyó aceleradamente por valores denominados
en dólares, en particular los famosos tesobonos, los cuales fueron adquiridos
por muchos inversionistas extranjeros.
La pregunta que se hizo mucha gente fue: ¿para qué necesitaba el gobierno
colocar cada vez mayores montos de deuda si no tenía ningún déficit
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA: ELEMENTOS PAR A ENTENDERLO Y POSIBLES ALTERNATIVAS PAR A SU SOLUCIÓN
273
que financiar, ya que su balance fiscal era cero? La respuesta a esta pregunta
es que esa deuda se emitió para mantener un tipo de cambio cada vez
más sobrevaluado, para sostener la ficción de una economía sana y en expansión
en el año electoral de 1994, y seguir impulsando el crecimiento del
crédito de la banca comercial al sector privado, situación que se convirtió
también en un factor para “ganar” las elecciones.
El mecanismo para transformar los recursos obtenidos mediante los
tesobonos en financiamiento al sector privado, operaba de la siguiente forma.
La colocación de tesobonos entre inversionistas extranjeros permitía al
gobierno usar esos recursos para reducir su deuda con Banxico, que (ya
siendo “autónomo” en 1994) transfería los recursos liberados a la banca
comercial, y ésta los prestaba finalmente al sector privado. Otro mecanismo
más directo era utilizar parte de los recursos obtenidos mediante los tesobonos
para disminuir directamente la deuda del gobierno con la banca comercial,
que terminaba prestando esos fondos al sector privado.
La política económica del gobierno no sólo inducía una expansión crediticia
cada vez mayor, sino que la reforzaba relajando la supervisión en el
otorgamiento bancario de créditos, y lo peor, garantizando cien por ciento
de los depósitos que la banca iba prestando de manera cada vez más irresponsable.
Por ello, muchos banqueros otorgaron préstamos sin garantías
adecuadas a empresas relacionadas con ellos, y otros de plano se otorgaron
créditos a sí mismos, o a sus familiares, sin las garantías correspondientes.
Estas prácticas ilegales, fraudulentas y deshonestas de muchos banqueros,
tuvieron que ser conocidas por las autoridades, quienes las permitieron,
si no es que las autorizaron y alentaron. Aunque aún no se conoce
el verdadero alcance que tuvieron estas prácticas, sobre todo en 1994,
existen fuertes sospechas de que muchas se utilizaron para financiar la
campaña electoral de ese año, lo cual les dio una “garantía” de impunidad,
asumiendo el gobierno el compromiso de convertir a futuro en deuda pública
los saldos que resultaran de las mismas.
A fines de 1994, cuando se inició el presente sexenio del presidente
Zedillo, se impuso la realidad –o las fuerzas del mercado, como dirían algunos.
El tipo de cambio se hizo insostenible y la devaluación del peso se
produjo. Para muchos, la devaluación significó pasar abruptamente de la
ficción a la realidad. Muchas deudas que se habían contratado considerando
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
274
precios inflados de activos (en especial muchas acciones y bienes inmuebles),
de pronto se enfrentaron a activos devaluados, ya que sus precios
no se ajustaron en la misma proporción que el tipo de cambio, lo que
a una do a la contracción económica que siguió, los condujo a una situación
de insolvencia.
■ LA POLÍTICA APLICADA PARA ENFRENTAR LA CRISIS
Al iniciarse 1995, el notable repunte en las tasas de interés condujo a una
gran cantidad de deudores a una situación de insolvencia, quienes dejaron
de pagar sus deudas con los bancos. Ante el riesgo de inminente quiebra de
muchos bancos, el gobierno empezó su política de apoyos por medio del
Fobaproa, otorgando líneas de crédito para compensar su falta de recuperación
de cartera. Entonces fue cuando se inició el uso del Fobaproa de
manera ilegal, ya que ese fondo pasó de ser un organismo privado (de los
bancos), a transformarse en un instrumento del gobierno, sin existencia
como tal en ninguna ley, pero mediante el cual el gobierno adquirió todo
tipo de compromisos que terminaron en una deuda creciente.
Hasta ese momento, el gobierno mantenía un diagnóstico equivocado
de la crisis que ya se venía encima. Para el gobierno se trataba sólo de una
crisis de confianza de corto plazo, la cual se podría revertir con una política
de ajuste que mantuviera los equilibrios macroeconómicos básicos. Mediante
la aplicación de una política de esa naturaleza, la confianza se vería restaurada,
los capitales que se estaban fugando hacia el exterior empezarían
a regresar, y todo se arreglaría, permitiendo estabilizar el mercado cambiario
y disminuir de nuevo las tasas de interés.
El gobierno apostó de tal manera a su hipótesis de crisis de confianza
de corto plazo, que pensó que arreglando el problema de Chiapas, la confianza
se restauraría. Así, a principios del mes de febrero, el presidente Zedillo
decidió iniciar una operación militar en Chiapas, sin éxito, ya que el
problema financiero de la economía no se encontraba ahí. Para fines del mes
de febrero, la situación financiera se deterioró aceleradamente, mostrando que
la crisis estaba manifestando problemas de mucha mayor profundidad
que lo que se había pensado.
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA: ELEMENTOS PAR A ENTENDERLO Y POSIBLES ALTERNATIVAS PAR A SU SOLUCIÓN
275
La primera preocupación del gobierno fue garantizar, al costo que fuera,
los intereses de los inversionistas y acreedores extranjeros. Aquí vale una
breve reflexión. Los inversionistas extranjeros, por ejemplo, los fondos de
pensiones de los Estados Unidos, importantes tenedores de tesobonos a
fines de 1994, tenían dos grandes opciones: invertir sus fondos en los Estados
Unidos, con poco riesgo pero con una tasa de interés baja; o invertirlos
en países como México, que ofrecían tasas de rendimiento en dólares sustancialmente
más elevadas, pero con el riesgo de que la estabilidad cambiaria
no se mantuviera. En toda operación financiera, si se busca un mayor
rendimiento, y se asume un mayor riesgo, no se vale exigir a toda costa que
ese riesgo sea cero. Lo que hizo el gobierno, con “ayuda” del Tesoro de los
Estados Unidos, fue garantizar que ese riesgo fuera cero, y un pésimo negocio
para México.
La auténtica solución de mercado, en las circunstancias de principios
de 1995, hubiera sido que a la depreciación de los activos hubiera correspondido
también una depreciación de los pasivos, es decir, de los instrumentos
de ahorro financiero, empezando por los tesobonos, que eran el
principio de la larga cadena. Sin embargo, la garantía gubernamental para
cien por ciento de los depósitos bancarios, obligaba a una intervención del
gobierno para evitar cualquier pérdida de los ahorradores que mantenían
depósitos en los bancos. Pero en el caso de los inversionistas extranjeros,
lo recomendable era hacer lo que siempre se ha hecho en circunstancias
similares: renegociar y recalendarizar el pago de esas obligaciones. Esa renegociación
hubiera dado mejor margen de maniobra al gobierno para enfrentar
con mayor eficacia los problemas de los deudores que no podían
pagar los créditos que les habían otorgado los bancos, sobre todo al inicio
de la crisis, cuando era más fácil y barato solucionar el gigantesco problema
que se estaba gestando.
El argumento manejado por el gobierno, de que si no se hubieran llevado
a cabo las acciones de política económica que decidió, se habría
producido una crisis mucho mayor a la observada en 1995, es muy cuestionable.
La experiencia de otras crisis vividas por nuestro país muestra
que siempre existen varias alternativas para enfrentarlas. Por ejemplo,
durante la crisis estallada en 1982, el gobierno decidió pagar en pesos los
depósitos que se habían contratado en dólares, y tomó además la decisión
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
276
de nacionalizar la banca privada. La respuesta de los acreedores externos
fue aceptar la renegociación de los adeudos, y ni siquiera se perdió el
apoyo del Fon do Monetario Internacional. Existen otros ejemplos, como
el de 1938, cuan do el presidente Cárdenas decidió expropiar a las empresas
petroleras. Algunos recomendaban entonces no afectar esos intereses,
porque las consecuencias para el país podrían ser funestas. Sin embargo,
después de esa medida se inició un periodo de crecimiento económico que
se sostuvo por varias décadas.
El gobierno, en realidad, se comportó como un administrador de los intereses
de los grandes inversionistas, en especial de los extranjeros, y no como
un auténtico representante de los intereses de la mayoría del pueblo mexicano.
Desde ese enfoque, por supuesto que resulta razonable lo hecho por el
gobierno, y justificable la frase del presidente Zedillo de que “no tenía opción”.
Pero la alternativa hubiera sido convocar a toda la sociedad para enfrentar
eficazmente la crisis, priorizando la protección de los depósitos de 99.75 de
los ahorradores, que representa sólo 44 por ciento del ahorro financiero. Sin
embargo, no fue así, el gobierno decidió que los tenedores extranjeros de
tesobonos no tuvieran ninguna pérdida, acudiendo a financiamientos extraordinarios
en el exterior para conseguirlo, lo cual fue muy festinado por el
gobierno de los Estados Unidos. Ese fue el inicio de la cadena que impidió un
ajuste diferente. Así, el gobierno, que profesa un dogmatismo a favor del mercado,
impidió que el mercado funcionara, e impuso una situación que ha sido
ficticia desde el principio hasta la fecha.
Tomada la decisión de privilegiar los intereses de los inversionistas
extranjeros, de los banqueros y de los grandes ahorradores (muchos de
ellos también grandes deudores), lo demás fue ir poniendo parches a una
situación que se deterioraba aceleradamente. En un principio se buscó
obligar a los deudores a cumplir con los compromisos “adquiridos”. Lo
dramático fue que muchos proyectos que eran rentables, dejaron de serlo
de manera abrupta. Así, muchos deudores, que adquirieron sus pasivos
tomando en cuenta la estructura de precios relativos, el nivel de las tasas
de interés, y las señales del gobierno de que se mantendría la esta bilidad, de
pronto, sin tener realmente responsabilidad en lo que estaba pasando, se
encontraron con que sus activos se habían devaluado y sus ingresos habían
disminuido como resultado de la contracción económica inducida por el
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA: ELEMENTOS PAR A ENTENDERLO Y POSIBLES ALTERNATIVAS PAR A SU SOLUCIÓN
277
gobierno, y las tasas de interés se habían elevado fuertemente, lo cual los
condujo a una situación de insolvencia totalmente inesperada. La política
del gobierno, que antes fue inducirlos a endeudarse, después fue de obligarlos
a pagar en esas circunstancias, o perder sus patrimonios.
La actitud del gobierno respecto a los millones de pequeños y medianos
deudores mostró un fuerte contraste, al compararla con el tratamiento ofrecido
a los grandes deudores. Mientras los pequeños y medianos deudores fueron
presionados por todos los medios posibles para que “pagaran” sus deudas en
las onerosas e injustas nuevas condiciones, las autoridades protegían a los
grandes deudores de la banca, muchos de ellos banqueros con fuertes ligas
con el grupo en el poder. Los programas de apoyo a la banca se aplicaron sin
que hubiera reglas claras y generales, de manera totalmente discrecional,
lo que favoreció de manera arbitraria a unos banqueros sobre otros.
Desde 1994, los bancos Cremi y Unión fueron intervenidos. En 1995, las
autoridades intervinieron a otros cinco bancos: Comermex (ahora Inverlat),
Banco del Centro, Banpaís, Banco de Oriente y Banco Obrero. Serfín, que
presentaba problemas similares o peores que estos cinco bancos, fue también
intervenido, pero de manera simulada. Para evitar que Inverlat quebrara, el
Fobaproa le consiguió un socio extranjero, el Bank of Nova Scotia, de Canadá.
Este banco aceptó adquirir parte del capital de Inverlat y hacerse cargo
de su administración, a cambio de que el Fobaproa firmara un convenio que
le favoreciera totalmente de una manera leonina. Lo mismo hizo el Fobaproa
con Serfín, al cual le consiguió su socio extranjero, en este caso el Hong Kong
Shangai Bank, con el que firmó también un convenio “garantizando” su inversión
ante cualquier pérdida que tenga durante los próximos años.
El Banco Mexicano fue vendido al Banco Santander, de España. Lo mismo
se hizo con el Banco Mercantil Probursa, que fue adquirido por el Banco
Bilbao Vizcaya, también de España. En ambos casos, el gobierno, por
medio del Fobaproa, firmó condiciones muy ventajosas para los bancos
extranjeros. El Banco del Centro y Banpaís fueron vendidos por el Fobaproa
al Banco Mercantil del Norte (ahora Banorte). El Banco de Oriente y Cremi
fueron vendidos al Banco Bilbao Vizcaya. Las ventas y fusiones continuaron,
hasta llegar a la reciente venta de Banca Confía al Citibank. Los resultados
de la crisis se pueden ver en el cuadro 7: de los 22 bancos que existían
antes de la crisis, ahora sólo sobreviven nueve.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
278
CUADRO 7
SITUACIÓN DE LA BANCA PRIVADA DESPUÉS DE LA CRISIS
Bancos en 1993 Situación en 1998
1. Banamex 1. Banamex
2. Bancomer 2. Bancomer
3. Serfín 3. Serfín
4. Comermex (Inverlat) Intervenido (bajo control de Bank of Nova Scotia)
5. Internacional 4. Bital
6. Mexicano 5. Banco Santander Mexicano
7. Atlántico Intervenido (en proceso de venta a Bital)
8. Unión Vendido (a Promex)
9. Mercantil Probursa 6. Banco Bilbao Vizcaya (BBV)
10. Cremi Vendido (a BBV)
11. Banco del Centro Vendido (a Banorte)
12. Banca Promex Intervenido (en proceso de venta a Bancomer)
13. Mercantil del Norte 7. Banorte
14. Banca Confía Vendido (a Citibank)
15. Banoro Intervenido (fusionado con Bancrecer)
16. Banpaís Vendido (a Banorte)
17. Bancrecer Intervenido (posible venta a Bank of America)
18. Banco de Oriente Vendido (a BBV)
19. Banco Obrero Vendido (a Banco Afirme)
20. Citibank 8. Citibank
21. Interestatal Vendido (a Atlántico)
22. Interacciones 9. Interacciones
Nota: En 1993 sólo existían los 22 bancos enlistados; después se crearon otros. En 1998, además
de los 9 bancos sobrevivientes, existen otros 7 bancos mexicanos y 18 nuevos bancos extranjeros.
Otros 4 bancos mexicanos pequeños están intervenidos.
La aún muy escasa información que ha entregado el gobierno respecto a
las operaciones que provocaron el problema del Fobaproa, nos permite empezar
a tener una idea de sus principales rasgos. Por ejemplo, la concentración
de muchos créditos en pocos deudores que luego no pagaron, constituye
uno de esos rasgos. En el cuadro 8 se puede ver cómo sólo 271 créditos de
los bancos “no intervenidos”, ahora en el Fobaproa, acumularon más de 34
mil millones de pesos. Los 333 créditos mayores a 50 millones de pesos, que
se encuentran en el Fobaproa, provenientes de los bancos intervenidos, se
muestran en el cuadro 9.
El resultado final de la política aplicada por el gobierno para enfrentar
la crisis del sistema bancario se puede observar en el cuadro 10, en el cual
se presenta un resumen de los activos y pasivos del Fobaproa y del Fameval
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA: ELEMENTOS PAR A ENTENDERLO Y POSIBLES ALTERNATIVAS PAR A SU SOLUCIÓN
279
CUADRO 8
CRÉDITOS EN FOBAPROA MAYORES A 50 MILLONES
DE PESOS / BANCOS “NO INTERVENIDOS”
(SALDOS EN ALDOS MILLONES DE PESOS)
Créditos Monto % Monto promedio
Total 271 34 120.3 100.00 125.9
Banamex 28 4 605.8 13.50 164.5
Bancomer 29 2 738.6 8.03 94.4
Serfín 63 7 525.5 22.06 119.3
Bital 8 795.4 2.33 99.4
Santander 82 11 884.8 34.83 144.7
Atlántico 5 763.3 2.24 152.7
BBV 22 1 886.1 5.53 85.7
Banorte 5 507.8 1.49 101.6
Confía 24 3 082.3 9.03 128.4
Bancrecer 4 243.2 0.71 60.8
Banoro 1 87.5 0.26 87.5
Fuente: Resumen ejecutivo de las operaciones del Fobaproa.
Nota: Se trata de “los créditos adquiridos a partir del programa de capitalización
y que tenían un monto mayor de 50 millones por adeudo, al momento de la
operación de compra de cartera”.
CUADRO 9
CRÉDITOS EN FOBAPROA MAYORES A 50 MILLONES DE PESOS / BANCOS
INTERVENIDOS Y/O APOYADOS POR FOBAPROA
(SALDOS EN MILLONES DE PESOS)
Créditos Monto % Monto
promedio
Total 333 58 793.7 100.00 176.6
Cremi 15 11 099.1 18.88 739.9
Unión 159 26 648.3 45.33 167.6
Capital 12 2 960.9 5.04 246.7
Banpaís 71 10 539.6 17.93 148.4
Oriente 21 2 262.2 3.85 107.7
Obrero 20 1 880.0 3.20 94.0
Centro 33 3 274.3 5.57 99.2
Promotor 1 66.8 0.11 66.8
Sureste 1 62.5 0.11 62.5
Fuente: Resumen ejecutivo de las operaciones del Fobaproa.
Nota: Se trata de “los créditos adquiridos a partir del programa de capitalización
y que tenían un monto mayor de 50 millones por adeudo, al momento de la
operación de compra de cartera”.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
280
al 28 de febrero de 1998. Los pasivos alcanzan los famosos 552.3 miles de millones
de pesos que el presidente Zedillo pretende convertir en deuda de todos
los mexicanos. El gobierno argumenta que el costo fiscal “neto” es menor, al
considerar los activos que también se aprecian en el cuadro 10, los cuales, si
se restan a los pasivos, dan una deuda “neta” de sólo 333.6 miles de millo nes
de pesos. Ese cálculo es correcto sólo en el supuesto de que la valuación de
esos activos se corresponda con lo que finalmente se recupere con la venta
de los mismos, lo cual es bastante dudoso.
CUADRO 10
FOBAPROA, FAMEVAL E INSTITUCIONES INTERVENIDAS
(CIFRAS EN MILES DE MILLONES DE PESOS AL 28 DE FEBRERO DE 1998)
Activos
Activos líquidos comprometidos 19.8
Acciones y valores 8.2
Créditos y bancos intervenidos 3.0
Cartera programa y capitalización 47.2
Recursos por recibir por participación
de pérdidas 34.1
Activos de operaciones de sanea -
miento de instituciones 46.7
Recursos por recibir por venta
de instituciones 5.2
Programa de daciones en pago 12.9
Otros activos 7.2
Subtotal 184.3
Activos de instituciones apoyadas
y/o intervenidas
Cartera 26.1
Activos 5
Otros activos 3.3
Subtotal 34.4
Total activo 218.7
Pasivos
Pasivos directos de Fobaproa y Fameval
con garantía explícita o riesgo del gobierno
federal
Créditos del Banco de México
a Fobaproa y Fameval en m.n.
y en udis 46.5
Préstamo de Nafin a Fobaproa 8.0
Pagarés programa de capitalización 160.4
Pagarés de saneamiento financiero 202.1
Programa de daciones en pago 12.9
Programa de Fopyme
Finape, planta productiva 15.7
Otros pasivos 1.9
Subtotal 447.5
Pasivos directos de instituciones
intervenidas
Pagarés en venta de sucursales 20.1
Captación 82.3
Subtotal 102.4
Pasivos contingentes
Pasivos contingentes de instituciones
intervenidas 2.4
Total pasivo 552.3
Tipo de cambio en dólares de EE.UU., 8.5832; valor de udi, 2.075476.
Fuente: Resumen ejecutivo de las operaciones del Fobaproa.
Dentro de los pasivos del Fobaproa se incluyen los famosos pagarés
entregados a los bancos, para evitar que quebraran, los cuales ascendían a
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA: ELEMENTOS PAR A ENTENDERLO Y POSIBLES ALTERNATIVAS PAR A SU SOLUCIÓN
281
casi 362 mil millones de pesos el 28 de febrero de 1998. En el cuadro 11 se
presenta la distribución de esos pagarés entre los distintos bancos.
CUADRO 11
PAGARÉS DEL FOBAPROA AL 28 DE FEBRERO DE 1998
(SALDOS EN MILES DE MILLONES DE PESOS)
Saldos %
Total 361.9 100.00
Programa de capitalización 160.4 44.32
Banamex 34.6 9.56
Bancomer 36.6 10.11
Serfín 58.3 16.11
Bital 13.5 3.73
Bilbao Vizcaya 11.9 3.29
Banorte 5.5 1.52
Saneamiento financiero 201.5 55.68
Inverlat 5.0 1.38
Santander 29.8 8.23
Atlántico 17.2 4.75
Bancen 19.5 5.39
Promex 15.7 4.34
Confía 26.9 7.43
Banpaís 21.2 5.86
Bancrecer 65.0 17.96
Pronorte 0.2 0.06
Anáhuac 1.0 0.28
Fuente: Resumen ejecutivo de las operaciones del Fobaproa.
La información entregada hasta ahora por las autoridades encubre todavía
muchas de las operaciones realizadas por el Fobaproa. Por ejemplo,
el dato de sólo 5 mil millones de pagarés de Inverlat, encubre la deuda de
27.9 mil millones de pesos registrada por el Fobaproa dentro de los créditos
obtenidos del Banco de México (los 46.5 mil millones del cuadro 10) y que
corresponde a los compromisos asumidos por el Fobaproa con el Bank of
Nova Scotia, para mantener capitalizado a Inverlat. Entre otros muchos
ejemplos, se puede señalar el caso del Banco Obrero, que fue vendido por
el Fobaproa al nuevo banco Afirme, convirtiendo en deuda pública oficial
(no en pagarés) todo el quebranto generado por los “dirigentes” sindicales
(famosos por su enorme corrupción) que poseían ese banco.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
282
■ LAS CONSECUENCIAS DE LA POLÍTICA APLICADA
A casi cuatro años de estarse aplicando la política descrita, los resultados
sólo son un gran éxito para el gobierno (con sus manipuladas cifras), así
como para la minoría beneficiada (nacional y extranjera), la cual pugna por
el mantenimiento del “modelo” a toda costa. Pero esos resultados no pueden
ser más desastrosos para la mayoría del pueblo mexicano, el que ha visto
disminuir su nivel de vida de manera alarmante, y ahora se le quiere pasar
el costoso resultado de tantos errores e irresponsabilidades.
Desde principios de 1995, México prácticamente carece de sistema bancario.
Los bancos se definen por su capacidad para captar los ahorros del
público y prestarlos a las actividades más rentables, después de evaluarlas
adecuadamente. La gran función de la banca consiste precisamente en evaluar
y asumir correctamente esos riesgos. Pero entre 1994 y 1998 podemos
ver una banca que capta cada vez menos ahorro, y que no otorga ningún
crédito. La “banca” actual sólo se dedica a “sobrevivir”, esperando que el
gobierno, o más bien, la sociedad, le resuelva sus problemas.
La incapacidad del gobierno para reconocer que detrás de la insolvencia
de millones de pequeños y medianos deudores no está operando una supuesta
“cultura del no pago”, sino una situación de profunda injusticia que pretende
que las verdaderas víctimas de la crisis paguen los costos de la misma, ha
llevado a la aparición de dos economías totalmente distintas. Por un lado se
encuentra la economía de las grandes empresas, en particular las exportadoras,
que venden en dólares y pueden financiarse en el extranjero. Esta economía
se encuentra reflejada de manera exagerada en las estimaciones del producto
interno bruto, registrando la tan festinada “recuperación” de la economía. La
segunda economía corresponde a la mayoría del pueblo mexicano, y se encuentra
deprimida por las deudas, el desempleo y los bajos ingresos, en espera
de que la supuesta recuperación económica se refleje “en sus bolsillos”.
Otro grave problema ha sido el efecto del rescate de la banca sobre las finanzas
públicas. En cuanto a erogaciones directas, dichos costos han sido
crecientes durante los últimos cuatro años. Pero de modo virtual, escondido,
el verdadero impacto fiscal ha sido mucho mayor, y hasta fechas recientes
empieza salir en toda su magnitud (los famosos 552 mil millones que el Ejecutivo
Federal propone transformar en deuda pública oficial). Si el déficit fiscal,
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA: ELEMENTOS PAR A ENTENDERLO Y POSIBLES ALTERNATIVAS PAR A SU SOLUCIÓN
283
definido como el cambio en la deuda pública, es calculado de manera correcta,
los resultados publicados durante los últimos años se convierten en déficit
crecientes.
Otro costo de la política aplicada, aún no evaluado correctamente, es
que se ha generado una profunda desconfianza hacia las soluciones de mercado,
haciendo que mucha gente vuelva a pensar en esquemas estatistas.
Una política económica, supuestamente a favor del mercado, que obliga a
los empobrecidos campesinos mexicanos a competir con los altamente
productivos y tecnificados agricultores norteamericanos, y al mismo tiempo
sobreprotege a los banqueros “privados”, permitiéndoles enormes ganancias
sin incurrir en verdaderos riesgos, y socializando los resultados de sus ineficiencias,
es la mejor propaganda contra la economía de mercado.
■ EL DEBATE SOBRE EL FOBAPROA Y LA PROPUESTA
DEL PARTIDO DE LA REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA
Al presentar sus iniciativas de ley en materia financiera a fines de marzo, el
presidente Zedillo intentó que se aprobaran durante el mes de abril, sin mayor
discusión. Por ello, también envió para su debate y aprobación otras iniciativas
de ley importantes, como la reforma constitucional en materia indígena.
Así, con un Congreso atiborrado de iniciativas, esperaba que la conversión
de los pasivos del Fobaproa en deuda pública oficial se aprobara sin ninguna
dificultad. En caso de que hubiera alguna oposición, el Ejecutivo esperaba
que se repitiera la experiencia de diciembre de 1997, cuando los diputados
del PAN se aliaron a los del PRI, conformando la mayoría que aprobó el Presupuesto
de Egresos para 1998.
Afortunadamente para el país, por esas fechas el gobernador de Puebla
impulsó una reforma en la legislación local que anuló algunas de las “ganancias”
obtenidas por el PAN mediante su complicidad con el PRI, al aprobar
el presupuesto para el presente año. Ese hecho, y la incapacidad del presidente
Zedillo para “garantizar las ganancias” obtenidas por el PAN, sensibilizó
a los diputados de ese partido, los cuales se negaron a aliarse de nuevo
con el PRI, y se unieron a los demás diputados de oposición en su demanda
de que el asunto del Fobaproa se aclarara antes de ser dictaminado.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
284
El Congreso solicitó al Ejecutivo que proporcionara todo tipo de información
detallada respecto al Fobaproa y los distintos programas aplicados
para rescatar a la banca de la quiebra, posponiendo la decisión sobre este
asunto hasta el segundo periodo de sesiones a iniciarse en septiembre. La
información empezó a fluir de manera lenta e incompleta, pero suficiente
para que se percibiera que se ocultaba un gigantesco fraude contra la nación.
La discusión dentro de la Cámara de Diputados, poco a poco se fue transformando
en un debate que alcanzó una dimensión nacional, y al empezar
a conocerse las operaciones poco transparentes del Fobaproa, este problema
se ha convertido en el mayor escándalo del sexenio.
Durante el mes de mayo, la Presidencia del Partido de la Revolución
Democrática invitó a los miembros de ese partido a profundizar en la discusión
de ese asunto, proponiendo como punto de partida el autorizar al
Ejecutivo la conversión de sólo 100 mil millones de los pasivos del Fobaproa
en deuda pública oficial, cada trimestre, previa revisión de los mismos.
Además, propuso realizar una consulta nacional sobre el tema, y presionar
al gobierno para que aprobara una nueva política en materia social. La respuesta
del gobierno a esta propuesta fue el silencio, lo que indicó que podría
ser aceptable, si las circunstancias lo imponían.
Esa propuesta dio inicio a una interesante y compleja discusión dentro
del PRD, la cual se llevó a cabo durante el mes de junio y la primera mitad de
julio. Esta discusión permitió aclarar la verdadera esencia del problema del
Fobaproa, definir una política coherente de oposición a la conversión de los
pasivos del Fobaproa en deuda pública oficial, y llevar la discusión a toda la
nación mediante la consulta nacional que luego se realizó el 31 de agosto.
La discusión partió de analizar la verdadera naturaleza de los pasivos
del Fobaproa, los cuales, según el gobierno, ya son deuda pública, pero al
mismo tiempo propone que se conviertan en deuda pública oficial. Pero, si
ya son deuda pública, ¿para qué proponer convertirlos en tal? La esencia
de todo el asunto es que esos pasivos, la mayoría en la forma de pagarés
avalados por el gobierno federal, representan una deuda asumida ilegalmente
por el gobierno, a espaldas del Congreso y sin su autorización, como lo
exige la Constitución.
Pero los pagarés emitidos por el Fobaproa son también una clase de
deuda diferente a todas las demás. Son tres las características básicas que
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA: ELEMENTOS PAR A ENTENDERLO Y POSIBLES ALTERNATIVAS PAR A SU SOLUCIÓN
285
hacen diferentes a estos pagarés, de los otros instrumentos de deuda pública,
como los cetes, bondes, ajustabonos y udibonos:
a) Tienen un vencimiento a 10 años, es decir que antes de esa fecha el
gobierno no tiene que pagar nada.
b) Sus intereses son capitalizables, es decir que el gobierno no tiene
que pagarlos sino hasta el vencimiento del papel, aumentando cada
trimestre el valor nominal de los pagarés en el monto de los intereses
ganados de manera teórica, como los bonos “cupón cero” de los
Estados Unidos que pagan al vencimiento tanto el principal como
los intereses acumulados.
c) Que no son negociables, es decir que los bancos que los poseen no
los pueden vender en el mercado (en la bolsa de valores) y transformarlos
en liquidez, en dinero contante y sonante.
Esas tres características convierten a los pagarés del Fobaproa en simples
asientos contables en los activos de los bancos, los cuales les permiten
“cerrar” sus balances, o sea, compensar las brechas entre sus activos y
pasivos, y evitar que se declaren en quiebra.
Un ejemplo muy simple puede ilustrar esta situación. Supongamos que
un banco recibió un depósito por 100 pesos de un ahorrador, el cual está
registrado en el pasivo del banco, ya que se lo debe al que hizo el depósito.
El banco prestó 50 pesos a la empresa “A” y los otros 50 pesos a la empresa
“B”, y registró los dos créditos, los 100 pesos, en el activo del banco, ya que
las dos empresas le deben ese dinero. En este caso, el pasivo del banco
tiene como contrapartida un activo del mismo valor, es decir, su balance
está equilibrado y no tiene problemas.
Pero, con la crisis, la empresa “A” no puede pagar, y sólo la empresa “B”
continúa haciéndolo. Como el banco debe responder por los 100 pesos que
le depositó el ahorrador, acude a sus reservas (si las tiene), y en caso extremo
a su capital (que normalmente representa sólo 10 por ciento de sus
pasivos). Aun así, el banco no puede compensar la pérdida por no poder
recuperar los 50 pesos que le prestó a la empresa “A”, ya que descubre que
las “garantías” que le aceptó por ese crédito sólo valen 15 pesos (30 por
ciento del valor del crédito), por ejemplo, y la empresa no puede pagar lo
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
286
demás. El banco está a punto de declararse en quiebra, cargando al depositante
parte de las pérdidas incurridas, aun después de vender y recuperar
los 15 pesos de las garantías.
Entonces aparece el gobierno, por medio del Fobaproa. Como el gobierno
“garantiza” cien por ciento de los depósitos bancarios, se decide a evitar
la quiebra del banco, para que el ahorrador (el depositante de los 100 pesos,
en este caso) no pierda su dinero. El Fobaproa le “compra” la cartera de
crédito de la empresa “A”, con su valor original de 50 pesos, y a cambio le
da un pagaré por esos 50 pesos, con la promesa de que se lo pagará dentro
de 10 años. El banco sustituye ese crédito en su contabilidad (en sus activos),
por el pagaré del Fobaproa, el cual registra como crédito otorgado al Fobaproa,
es decir, como si se le hubieran prestado los 50 pesos, no a la empresa
“A”, sino al Fobaproa, al gobierno, quien se comprometió a pagar ese dinero
en 10 años. Con ese asiento contable, el balance del banco queda equilibrado,
no quiebra, y el depósito del ahorrador queda a salvo, siempre y cuando
el gobierno cumpla su promesa de pagar a futuro los 50 pesos del pagaré.
Ese pagaré, registrado como activo del banco, es un pasivo del Fobaproa,
ya que lo ha reconocido como deuda, y se ha comprometido a pagarlo. A
cambio del pagaré, el banco le traspasa al Fobaproa las garantías del crédito
a la empresa “A”, los 15 pesos antes señalados, los cuales registra como
activo, ya que los puede vender, y recuperar parte de la deuda asumida al
emitir el pagaré por 50 pesos. También, el Fobaproa adquiere el derecho de
recibir lo que se pueda recuperar del crédito original de 50 pesos, en caso
de que se pueda. Si sólo recupera los 15 pesos de las garantías, o menos, la
diferencia respecto a los 50 pesos la termina pagando el gobierno, es decir,
toda la sociedad, ya que el gobierno se verá precisado a aumentar impuestos
para pagar esa suma.
Con las iniciativas de ley presentadas por el presidente Zedillo en marzo
de 1998, se propone convertir los pagarés del Fobaproa en deuda pública
oficial, es decir, en papeles como los cetes o los udibonos, que sí reciben
cada trimestre un pago por intereses, y sobre todo, que se pueden vender
en el mercado y convertirse en liquidez. Con esa conversión, los bancos ya
no tienen que estar esperanzados a que el gobierno cumpla su promesa de
pagar los pagarés dentro de 10 años, y se liberan del problema ocasionado
por no poder recuperar los créditos en problemas.
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA: ELEMENTOS PAR A ENTENDERLO Y POSIBLES ALTERNATIVAS PAR A SU SOLUCIÓN
287
Pero el problema es la enorme magnitud de los pasivos del Fobaproa, los
cuales alcanzaban, al 28 de febrero, la suma de 552 300 millones de pesos, representando
más de 14 por ciento del producto interno bruto, es decir, de lo
que produce cada año la economía nacional. Una deuda de ese tamaño tendría
un enorme impacto sobre el bienestar de la mayoría del pueblo mexicano, ya
que para pagarla, sería preciso aumentar impuestos y disminuir el gasto destinado
a programas sociales, durante muchos años, por varias generaciones,
sin duda.
Otro aspecto de crucial importancia es la legitimidad de esa deuda,
asumida sin respetar la Constitución, la cual ordena que toda deuda del
gobierno sea autorizada por el Congreso. Además de ese importantísimo
problema legal, queda la pregunta sobre la legitimidad de convertir esa
enorme suma de dinero en deuda pública, para compensar las deudas no
pagadas a los bancos. Si quienes no pagaron fueron las víctimas de la crisis,
los millones de pequeños y medianos deudores, se podría justificar el uso
de recursos públicos para rescatarlos, para llevar a cabo un acto de justicia
que les permitiera recuperar sus patrimonios y los pusiera en posibilidad
de seguir trabajando.
Pero, qué se debe hacer con los grandes empresarios que, coludidos
con los banqueros y con las autoridades que estaban obligadas a supervisarlos,
adquirieron enormes deudas de los bancos, otorgando escasas garantías,
o incluso sin garantías, y luego no las pagaron, haciéndose más
ricos de lo que ya eran; con los banqueros que prestaron enormes sumas
a empresas relacionadas con ellos, sin exigirles garantías; con los banqueros
que se prestaron a sí mismos o a sus familiares, abusando de su condición
de banqueros, sin recordar que estaban administrando dinero, no de
ellos, sino de los que de buena fe lo habían depositado en sus bancos.
Además, se empieza a conocer lo que pudo haber sido una operación
fraudulenta de gigantescas proporciones, en la que pudieron estar involucrados
grandes empresarios, banqueros y representantes del gobierno. Esta
operación, a partir de la muy insuficiente información de que ahora se dispone,
aparentemente consistió en permitir todo tipo de créditos sin garantías
suficientes, con la condición de que parte de ese dinero se donara a la campaña
del PRI para que pudiera ganar las elecciones de 1994, repartiendo
dinero por todos lados. Ese dinero, aparentemente se encuentra ahora en
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
288
los pasivos del Fobaproa, y el gobierno pretende que lo paguemos todos los
mexicanos.
La única manera de saber con certeza la parte de los pasivos del Fobaproa
que representan los créditos legítimos, los de auténticos deudores
víctimas de la crisis, y cuánto corresponde a operaciones fraudulentas, es
haciendo pública toda la información al respecto. A pesar de que el Congreso
ha solicitado esa información al Ejecutivo, éste se niega a proporcionarla
de manera detallada y suficiente, aduciendo como argumento el “secreto
bancario”. El Ejecutivo olvida que ese secreto se refiere exclusivamente a
las operaciones bancarias privadas. Cuando alguien busca que parte de su
deuda se la pague la sociedad, lo menos que puede reclamar la sociedad es
conocer el nombre del beneficiario.
Aceptar la conversión de los pasivos del Fobaproa en deuda pública
oficial, sin revisar su origen o legitimidad, como lo propone el presidente
Zedillo, significa dar carpetazo a lo que puede ser un fraude de gigantescas
proporciones, y lo que es peor, aceptar una enorme injusticia, al cargar a la
mayoría de la población con los costos del mismo, condenándola a padecer
más privaciones de las que ahora ya tiene, y además, por muchos años. Por
ello, la conclusión fundamental del debate llevado a cabo dentro del PRD fue
precisamente ésa, rechazar tal conversión.
En el documento denominado “Fobaproa: el gran atentado contra la economía
nacional. Alternativas para impedirlo”, dado a conocer el pasado 15 de
julio, el Comité Ejecutivo Nacional del PRD y los grupos parlamentarios
de éste en el Congreso de la Unión fijaron su posición respecto al problema
del Fobaproa y propusieron una solución a fondo del mismo. La solución
propuesta debe cumplir los siguientes cuatro objetivos fundamentales:
OBJETIVO I: BRINDAR UNA SALIDA REAL, DEFINITIVA, JUSTA
Y AMPLIA A LOS DEUDORES DE L A CRISIS
1. Se rechaza la conversión de los pasivos del Fobaproa en deuda pública
oficial y se exige una revisión detallada de todas las operaciones
que los generaron.
2. Se exceptúan de cualquier protección las operaciones ilícitas, irregulares
o de mala fe.
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA: ELEMENTOS PAR A ENTENDERLO Y POSIBLES ALTERNATIVAS PAR A SU SOLUCIÓN
289
3. Se exceptúan de cualquier trato preferencial los pasivos de los 500
grupos económicos de mayor solvencia, con adeudos de 50 millones
de pesos o más.
4. Se diseñará un programa para pequeños y medianos deudores, que
considere los créditos otorgados hasta diciembre de 1994, incluyendo
los que están vencidos, con depuración de saldos, subsidio a las
tasas de interés y sistema de pago en función del ingreso del usuario
del crédito.
5. Se mantendrá por lo pronto el conjunto patrimonial del Fobaproa
y el Congreso decidirá qué uso darle, priorizando la defensa de la
planta productiva y de los auténticos empresarios y familias víctimas
de la crisis. Adicionalmente, deberá formarse un nuevo organismo
que garantice los depósitos de los ahorradores hasta 250
mil udis.
OBJETIVO II: ASEGUR AR QUE TODOS LOS CAUSANTES
DEL DESCAL ABRO BANCARIO PAGUEN L A RESPONSABILIDAD
PENAL, CIVIL, ADMINISTR ATIVA Y POLÍTICA
QUE LES CORRESPONDA
Se exige fincar responsabilidades penales, civiles, administrativas y políticas
a todos los responsables de la crisis bancaria. Esto incluye a funcionarios y
exfuncionarios públicos, funcionarios bancarios, empresarios y miembros
de los consejos de administración de los bancos, que hayan participado en
las operaciones ilegales, fraudulentas e irregulares que están en el origen
del problema.
Para lograr lo anterior, se exige la entrega completa de la relación de
operaciones realizadas, del inventario de los pasivos y activos del Fobaproa
y la realización de las auditorías necesarias. Para garantizar la condición de
imparcialidad, se exigen las renuncias inmediatas del gobernador del Banco
de México, el presidente de la CNBV y el director del Fobaproa.
OBJETIVO III: SANEAMIENTO Y REFORMA
DEL SISTEMA FINANCIERO
Para lograr que la banca vuelva a ser una pieza clave en el desarrollo, se propone
reformar el sistema bancario y financiero con las siguientes medidas:
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
290
a) El reforzamiento de la vigilancia y supervisión bancaria.
b) Conversión de la CNBV en un organismo autónomo, tanto respecto a
la Secretaría de Hacienda, como respecto al Banco de México.
c) Garantías de que la banca sirva al desarrollo nacional, con tasas de
interés y márgenes de intermediación accesibles e inversión hacia
las actividades productivas.
d) Fortalecimiento de la banca de desarrollo.
e) Mantenimiento de las restricciones a la inversión extranjera en la
banca.
f) Construcción de una afore nacional que sustituya a las actuales privadas,
en beneficio del desarrollo del país y de los pensionados.
OBJETIVO IV: REDUCIR EL COSTO FISCAL DEL RESCATE BANCARIO
En vista de la incertidumbre sobre la dimensión del quebranto y los
efectos del Fobaproa, se requiere revisar su volumen banco por banco,
expediente por expediente, y programar las soluciones durante un periodo
largo para profundizar en las auditorías, depurar pasivos, realizar
los activos que constituyen las garantías otorgadas, eliminar los créditos
ilegales y fraudulentos, renegociar los pagarés e instrumentar el programa
de rescate a deudores. Por tanto, sólo se autorizará para el ejercicio
presupuestario de 1999 la parte relativa a este último programa.
Además, el mismo día 15 de julio se anunció la realización de una consulta
nacional para informar a la ciudadanía sobre el problema y preguntarle su
opinión al respecto. El gobierno respondió con una campaña de publicidad
histérica y mentirosa, insistiendo de manera machacona en que si no hubiera
sido por el Fobaproa, el país se habría hundido y estaríamos viviendo
en una verdadera catástrofe. El gobierno eludió la discusión de lo importante,
escudándose en lo que podría haber pasado si no se hubiera hecho
nada para evitar la quiebra de la banca. El gobierno olvidó que la discusión
no es entre si se debió hacer algo o no se debió hacer nada, sino sobre lo
que se hizo, cómo se hizo y cómo podría haber sido menos costoso y más
justo. La consulta se realizó el 31 de agosto, con más éxito del esperado,
dado el breve tiempo con que se organizó; participaron más de tres millones
de personas a lo largo y ancho del país, de las cuales, la inmensa mayoría
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA: ELEMENTOS PAR A ENTENDERLO Y POSIBLES ALTERNATIVAS PAR A SU SOLUCIÓN
291
se pronunció por rechazar la conversión de los pasivos del Fobaproa en
deuda pública oficial.
■ LA PROPUESTA DEL PARTIDO ACCIÓN NACIONAL
El día 20 de agosto, el PAN fijó finalmente su posición respecto al debatido
asunto del Fobaproa, y dio a conocer su propuesta de solución al mismo.
Tanto el diagnóstico sobre la generación del problema, como las vías para
solucionarlo, muestran notables coincidencias con el documento presentado
por el PRD. Incluso, parece que el documento del PRD hubiera sido
tomado como base para la elaboración de la propuesta del PAN, sólo que
manejando un tono más conciliador y planteando las mismas vías de solución,
pero de manera más ambigua.
En la primera parte del documento, referida a “Las causas de la crisis
bancaria”, el PAN presenta un diagnóstico muy similar al del PRD, aunque
sin la riqueza de análisis de éste. Pero las conclusiones son las mismas: la
política económica del gobierno, y la forma como se llevó a cabo la privatización
bancaria, explican la generación del descalabro bancario. La única
“aportación” panista en esta parte, es destacar que la ineficiente administración
de la banca se observó no sólo cuando ya estaba privatizada, sino
desde que estaba estatizada.
En la segunda parte del documento, “Programas de saneamiento y rescate
bancario”, el PAN coincide ampliamente con el PRD al acusar al gobierno
de haber actuado de manera ilegal al contraer los famosos 552 300
millones de pesos de deuda, a través del Fobaproa.
En la tercera parte, “Alternativas inconvenientes para México”, el PAN
debate con el gobierno, por un lado, y con un fantasma inventado por él
(pretendiendo, aparentemente, que sea el PRD), por el otro.
Respecto a la propuesta del gobierno, el PAN la rechaza aduciendo tres
razones básicas: porque “lleva al máximo posible los costos fiscales para
la sociedad”, porque “no resuelve el sistema de incentivos perversos que
ha generado el rescate del sistema bancario”, y porque “tampoco resuelve
los problemas de los pequeños deudores”. Aquí también se nota la
influencia del análisis presentado por el PRD. La única aportación panista
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
292
se refiere a la importancia de la reproducción de los incentivos perversos
que generaron el problema, si se llega a aceptar la propuesta del gobierno.
Este aspecto es de mucha importancia y no está suficientemente desarrollado
en el documento del PRD.
El fantasma inventado por el PAN (pretendiendo en apariencia que algunos
mal informados lo asocien con el PRD, a quien nunca llama por su
nombre) hace una “propuesta inaceptable”, la cual supuestamente consiste
en “desconocer por completo la necesidad de dar una solución a los
graves problemas en que se encuentra el sistema bancario”. A continuación,
el PAN se deslinda tanto del gobierno como del fantasma inventado, y se
coloca como la alternativa responsable. Así, el PAN “considera que ni el
traslado liso y llano de la irresponsabilidad del Ejecutivo al pueblo de México,
ni la alternativa del repudio y el caos pueden ser opciones viables que
ofrecer a los ciudadanos”. Como alternativa, ofrece “una propuesta responsable
e integral al problema de la crisis bancaria, que ponga por delante el
interés nacional”.
En la cuarta parte del documento panista, denominada “Objetivos”, se
destaca que en la construcción de su propuesta participaron legisladores, funcionarios
públicos, integrantes del Comité Ejecutivo Nacional y otros miembros
del PAN, además de “consultores internacionales con amplia experiencia en la
solución de problemas similares en otros países del mundo”. Lo notable es que
todos ellos llegaron exactamente a las mismas conclusiones incluidas en el
documento del PRD. La única diferencia con la propuesta del PRD, respecto a
los “Objetivos”, es la búsqueda de “interlocución con todos los actores políticos
y económicos involucrados, para que, en consecuencia, sea no sólo una alternativa
viable e integral, sino que cuente con el más amplio consenso posible”.
En la quinta parte del documento, “Propuesta de Acción Nacional”, se
presentan los siguientes seis puntos:
1. GAR ANTÍA DE PROTECCIÓN AL AHORRO
Y A LOS DEPÓSITOS BANCARIOS
En este punto se propone “crear el Instituto para el Seguro de Depó sitos
Bancarios”, el cual tendría como objetivo: “El respaldo de los depósitos bancarios
del sistema, la recuperación de los activos ahora en poder de Fobaproa
de los bancos que han sido intervenidos y vendidos y la supervisión de las
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA: ELEMENTOS PAR A ENTENDERLO Y POSIBLES ALTERNATIVAS PAR A SU SOLUCIÓN
293
gestiones que realicen los bancos para la recuperación de los créditos que
fueron materia de la compra de cartera”. Este instituto estaría plenamente
supervisado por el Congreso.
Aquí, el PAN propone juntar en un mismo organismo las funciones que
en la propuesta del gobierno se dividirían entre el Fondo de Garantía de
Depósitos (Fogade) y la Comisión para la Recuperación de Bienes (Corebi).
Lo preocupante es que aparentemente se propone el mantenimiento de la
garantía gubernamental para cien por ciento de los depósitos, la cual fue
una de las causas principales del descalabro. Si el PAN propone un límite a
esta garantía, no lo hace explícito.
2. PROGR AMA DE SOLUCIÓN DEFINITIVA A L A CARTER A
DE LOS PEQUEÑOS DEUDORES
Se propone “un programa de descuentos substanciales al monto actual de
los créditos hipotecarios para la construcción o compra de vivienda, para
la pequeña y mediana industria y para los sectores agropecuario y pesquero”.
Los descuentos fluctuarían “entre el treinta y cinco y hasta el sesenta por
ciento del total de los créditos menores a medio millón de pesos, y se determinaría
en función del comportamiento observado por el deudor, a fin de
auxiliar de manera más amplia a quien actuó de buena fe en el cumplimiento
de sus obligaciones”.
Aquí se observan algunas ausencias y muchas ambigüedades. Las ausencias
se refieren a los créditos al consumo, los cuales afectan a muchas
personas, y el PAN no los incorpora en su propuesta. Lo mismo sucede con
los créditos superiores a 500 mil pesos. Entre las ambigüedades, se destaca
la indefinición sobre la aplicación de descuentos, que se puede interpretar
de muchas maneras.
3. AUDITORÍAS A FONDO Y CASTIGO A LOS RESPONSABLES
En este punto, el PAN “afirma categóricamente que los créditos otorgados
de manera fraudulenta y vendidos posteriormente a Fobaproa no deben ser
pagados por el pueblo de México; menos aun aquellos que subrepticiamente
y de manera ilegal financiaron campañas políticas”.
En este punto, el Partido de Acción Nacional parece coincidir totalmente
con el Partido de la Revolución Democrática.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
294
4. REFORMAS LEGALES QUE EVITEN EL INCUMPLIMIENTO
FR AUDULENTO POR PARTE DE DEUDORES QUE SÍ PUEDEN PAGAR
Para evitar que en el futuro se vuelvan a presentar situaciones como la actual,
el Partido Acción Nacional propone “reformas a la Ley de Quiebras y Suspensión
de Pagos, a la legislación en materia de Amparo y a la legislación
penal, mercantil y civil”.
5. ASIGNACIÓN EQUITATIVA DE LOS COSTOS DEL PROBLEMA
CON APEGO A DERECHO
En este punto, el PAN propone “una solución que esté plenamente apegada
a la Constitución y a la Ley, que establezca incentivos de mercado adecuados
para maximizar la cobranza de la cartera y asigne la máxima responsabilidad
posible a los bancos y a los deudores dolosamente incumplidos en
la recuperación de los créditos y en consecuencia en las pérdidas causadas
por su deterioro”. Más adelante se destaca: “La asignación de recursos
fiscales que eviten la quiebra del sistema debe darse de manera equitativa,
en función del esfuerzo que realicen los banqueros para la cobranza”. A
continuación, se señalan los tres mecanismos que se propone utilizar:
a) “El establecimiento de aportaciones ordinarias y extraordinarias, por
parte de los bancos al Instituto, uniformes o diferenciadas, de tal
manera que estén asociadas al comportamiento observado por dichas
instituciones en la recuperación de cartera”.
b) “El establecimiento de contribuciones especiales a los servicios bancarios,
vinculadas a dicha recuperación”.
c) “El canje de títulos en poder de los bancos por otros que sean negociables
o de mejor calidad, a cambio de una participación substancialmente
mayor en las pérdidas de cartera”.
Los dos primeros mecanismos significan obtener recursos de los ahorros
que capten a futuro los bancos, los cuales podrían ser repercutidos en el
costo de los créditos. Aunque el asunto de los incentivos para recuperar
cartera resulta interesante.
El tercer mecanismo es muy preocupante, ya que propone, aunque de
manera ambigua, la conversión de los pagarés del Fobaproa en deuda pública
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA: ELEMENTOS PAR A ENTENDERLO Y POSIBLES ALTERNATIVAS PAR A SU SOLUCIÓN
295
oficial, siempre que los bancos acepten una mayor participación en las pérdidas
de cartera. En este punto, la propuesta del PAN es diametralmente
opuesta a la del PRD.
6. REFORMA INTEGR AL DEL SISTEMA FINANCIERO
Al respecto se propone “reformar a fondo el sistema financiero”, agregando
que se quiere “una banca que pague bien a quien ahorra, y cobre sin exceso
a quien presta, es decir, con márgenes de intermediación cada vez más reducidos”,
anunciando que “elaboraremos y propondremos las reformas a la
legislación correspondiente”.
El documento del PAN concluye diciendo: “La nuestra es sólo una propuesta,
una propuesta que queremos compartir, analizar, enriquecer, con
todos aquellos que en mayor o menor medida podemos y debemos contribuir
a la solución del problema que aquí se aborda”.
En síntesis, la propuesta del PAN retoma el análisis y los objetivos planteados
por el PRD casi de manera textual, aunque sin reconocerlo. Pero, de manera
ambigua, se aleja de la propuesta del PRD en cuando menos dos puntos:
a) En su programa de rescate a los deudores, excluye los créditos al
consumo y las deudas mayores a medio millón de pesos. La determinación
de los descuentos se hace depender del comportamiento observado
por los deudores, lo que podría significar menores
descuentos para los que están en cartera vencida y que son quienes
más los necesitan.
b) Propone, de manera ambigua, aceptar la propuesta esencial del gobierno, la
conversión de los pagarés del Fobaproa en deuda pública oficial, a cambio
de que los bancos asuman una mayor parte de las pérdidas de cartera.
■ LA POSICIÓN DEL PARTIDO REVOLUCIONARIO INSTITUCIONAL
El día 26 de agosto se dio a conocer el documento denominado “Posición del
Partido Revolucionario Institucional y sus grupos parlamentarios en el Congreso
de la Unión, sobre las iniciativas financieras”. Luego de hacer una apología
de las acciones del gobierno, organiza sus propuestas en siete apartados:
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
296
1. CONVERSIÓN DE L A DEUDA CONTINGENTE
EN DEUDA PÚBLICA DIRECTA
Después de afirmar que “[e]l Gobierno Federal actuó con fundamento en la
Constitución y en las leyes”, en el documento se señala:
Respaldamos la asunción de los pasivos del Fobaproa como deuda directa,
sujeta a las siguientes medidas: Que la deuda pública derivada de las operaciones
de protección al ahorro sea reducida en cuando menos 30 por ciento. Esta
reducción puede provenir de varias fuentes: que los bancos asuman de inmediato
el porcentaje de riesgo a que se comprometieron en las compras de cartera;
de la venta, en condiciones óptimas y transparentes, de los bienes que
están en poder del Fobaproa; y de las aportaciones de los bancos a la nueva
institución de seguro a los depósitos.
Luego agregan: “exigimos que el pago de intereses no afecte los programas
sociales ni de inversión en infraestructura”.
En este punto, el PRI apoya la propuesta fundamental del gobierno de
convertir los pasivos del Fobaproa en deuda pública oficial. La supuesta
reducción de 30 por ciento resulta de la propuesta original, donde los activos
en poder del Fobaproa representan una recuperación de la cartera adquirida,
por alrededor de ese porcentaje.
2. APOYOS A LOS DEUDORES DE L A BANCA Y REACTIVACIÓN
DEL CRÉDITO PAR A CREAR MÁS OPCIONES DE INGRESO Y EMPLEO
En este apartado se propone “la adopción de programas específicos de
quitas y descuentos en proporciones suficientes para que los deudores
puedan enfrentar sus compromisos”. Los programas se destinarán a tres
sectores: deudores hipotecarios, del sector agropecuario y pesquero, y de
las empresas pequeñas y medianas, de la siguiente forma:
Medidas de “apoyo a los deudores hipotecarios cuyo crédito no exceda
de un millón de pesos, con descuentos de hasta 45 por ciento sobre su
saldo. Se otorgaría este beneficio a todos los deudores al corriente de sus
pagos y para aquellos que no hayan podido pagar, se les daría un plazo
hasta el 30 de junio de 1999 para regularizar su situación y obtener el
beneficio”.
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA: ELEMENTOS PAR A ENTENDERLO Y POSIBLES ALTERNATIVAS PAR A SU SOLUCIÓN
297
Para los sectores agropecuario y pesquero se propone que “los deudores
de estos sectores acreditados antes del 30 de junio de 1996, reciban
descuentos de hasta un 60 por ciento sobre pagos, anticipos y liquidaciones
sobre los primeros 500 mil pesos de saldo, con un plazo para obtener el
beneficio al 30 de junio de 1999”.
Por último, se propone:
Que las empresas pequeñas y medianas, industriales, comerciales o de servicios,
reciban descuentos, sobre su adeudo bancario, de hasta 45 por ciento sobre los
primeros 500 mil pesos de su saldo. Este beneficio sería aprovechable para las
empresas cuyo adeudo no sea mayor a 10 millones de pesos y que hayan contratado
su crédito antes del 31 de julio de 1996. De igual forma, dispondrán de un plazo
hasta el 30 de junio de 1999 para cumplir las condiciones de este beneficio.
El rescate de deudores propuesto por el PRI muestra algunas ausencias,
es restringido y tramposo. La gran ausencia es que no incluye los créditos
al consumo. El programa para los hipotecarios es muy restringido, ya que
considera sólo a los deudores al corriente, y pone como condición a los
que se encuentran en cartera vencida, que primero se pongan al corriente,
es decir, que primero reconozcan y paguen los adeudos que calcula el
banco, para poder obtener, después, la quita ofrecida de 45 por ciento
sobre ese saldo ya inflado. El programa propuesto para los sectores agropecuario
y pesquero y de la pequeña y mediana empresa, se restringe a
créditos obtenidos antes del 31 de julio de 1996, y las quitas ofrecidas sólo
se refieren a los primeros 500 mil pesos del saldo. Por ejemplo, si una
empresa tiene un adeudo de un millón de pesos, la quita efectiva sería de
sólo 22.5 por ciento, ya que la ofrecida de 45 por ciento sólo aplica a la
mitad de esa deuda.
3. CUENTAS CL AR AS EN L AS OPER ACIONES DE SANEAMIENTO
FINANCIERO
En este punto proponen llevar adelante “un Programa Integral de Auditorías”,
señalando que “la asunción de los pasivos no implicará, ni impunidad, ni un
borrón y cuenta nueva”, y agregan que no se permitirá “que incumplan sus
obligaciones quienes puedan pagar sus deudas”.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
298
4. FORTALECIMIENTO DEL SISTEMA BANCARIO
En esta parte, el Partido Revolucionario Institucional apoya las propuestas
del gobierno en el sentido de crear el Fogade y la Corebi. Respecto a la Comisión
Nacional Bancaria y de Valores, se propone fortalecerla, sin ratificar
la propuesta del Ejecutivo de que pase a depender del Banco de México.
Respecto a la propuesta del gobierno de abrir al 100 por ciento la inversión
extranjera en todos los bancos, se propone, de manera ambigua, “analizar
esta situación”.
5. AMPLIAR L AS FACULTADES DEL H. CONGRESO DE L A UNIÓN
EN MATERIA DE DEUDA PÚBLICA
Aquí se propone modificar la Ley General de Deuda Pública, para que el
Congreso intervenga en la autorización de la deuda contingente que pueda
adquirir el gobierno.
6. FORTALECIMIENTO DEL MARCO JURÍDICO FINANCIERO
En esta parte se propone hacer modificaciones a la legislación vigente
en varios aspectos. Que vuelvan a considerarse “graves” los delitos financieros
y se aumente la penalización a los mismos; que se vuelva al
“régimen de concesión” en materia de Servicio de Banca y Crédito; que
se modifiquen la Ley de Quiebras y Suspensión de Pagos y el Código de
Comercio; y que “se modifique el alcance de las excepciones al secreto
bancario”, ya que es “insostenible, cuando el incumplimiento en las obligaciones
crediticias ha dado lugar a rescates con recursos públicos”.
7. FORTALECIMIENTO DEL BANCO CENTRAL
En este apartado se propone “[e]stablecer la comparecencia del gobernador
del Banco Central ante las comisiones de Hacienda de ambas cámaras, en
los meses de febrero, mayo y octubre”.
■ LAS DISCUSIONES DEL GRUPO “DE ALTO NIVEL”
En el mes de septiembre se iniciaron una serie de reuniones entre representantes
del gobierno federal, encabezados por los secretarios de Gobernación
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA: ELEMENTOS PAR A ENTENDERLO Y POSIBLES ALTERNATIVAS PAR A SU SOLUCIÓN
299
y de Hacienda, y legisladores de los diferentes partidos políticos. El objetivo
de las reuniones de ese grupo, al que se empezó a denominar “de Alto Nivel”,
es discutir los asuntos más importantes considerados dentro de la agenda
nacional.
El 14 de septiembre, el citado grupo discutió por primera vez el tema del
Fobaproa. En esa reunión, se lograron definir por consenso los siguientes
nueve “principios básicos” para buscar la solución a ese problema:
1. Proporcionar certidumbre jurídica, proteger la economía nacional y
el ahorro y sanear el sistema bancario y financiero mediante reformas
legales que lo fortalezcan y orienten en beneficio de la inversión y la
creación de empleos.
2. Dar transparencia al manejo del Fobaproa, no a la impunidad, y castigo
con todo el peso de las normas vigentes rectamente atendidas o
aplicadas a quienes se hayan beneficiado o hayan permitido irregularidad
de las operaciones de saneamiento bancario.
3. Abatir el costo fiscal de la solución del quebranto bancario a través
de la depuración de sus pasivos y de la recuperación al máximo de
la venta de sus activos.
4. Apoyar a los pequeños y medianos deudores tanto hipotecarios como
a las pequeñas y medianas empresas de los diversos sectores de la
economía.
5. Realizar en forma transparente y eficaz la venta de los bienes hoy en
poder del Fobaproa en el marco institucional más adecuado.
6. Fortalecer las políticas financiera, cambiaria, monetaria, así como la
regulación y supervisión bancaria.
7. Buscar la mayor equidad en la distribución de los costos en el marco
de la sanción moral y legal del rescate bancario con pleno respeto a
los derechos de los involucrados.
8. Reformar el marco jurídico para asegurar el mejor desarrollo de los
negocios financieros.
9. Integrar una comisión plural (que de inmediato se formó), que analice
y contraste las posiciones sobre la constitucionalidad y la legalidad
de las operaciones realizadas por el Fobaproa para evitar
la quiebra del sistema bancario.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
300
Como resultado de ese acuerdo, se integraron dos comisiones, una para
discutir la parte legal del asunto, y la otra para la parte técnico-económica.
El gobierno festinó de inmediato el acuerdo, afirmando que la solución del
problema del Fobaproa ya estaba en marcha, cuando lo único que se había
logrado eran los puntos generales antes señalados.
Al iniciarse las reuniones de la comisión técnica, los representantes
del gobierno presentaron una “nueva” propuesta, que consiste en la misma
que originalmente planteó el presidente Zedillo, con cambios menores,
sobre todo de forma. Dicha propuesta consiste en dividir los pagarés del
Fobaproa en dos grandes grupos: los que están en poder de los cinco bancos
considerados “vivos” (Banamex, Bancomer, Serfín, Bital y Banorte), y
todos los demás. El gobierno considera que sólo los pagarés del primer
grupo se pueden modificar, ya que los del segundo grupo tuvieron como
origen cartera de bancos que ya no existen, de bancos que fueron liquidados
o vendidos, por lo que no hay a quién reclamar, excepto al mismo
gobierno.
El PRD decidió suspender su participación en las reuniones de la citada
comisión, debido a que el gobierno se negó sistemáticamente a incluir sus
propuestas en la discusión para resolver el problema. Finalmente, el 30 de
septiembre (al momento de escribirse estas notas), los representantes del
gobierno, junto con legisladores de los diferentes partidos políticos, con
excepción del PRD, anunciaron 13 nuevos puntos de acuerdo, los cuales se
enumeran a continuación:
1. Avanzar en la definición de soluciones por consenso a la reforma del
sistema financiero que proteja la economía nacional y el ahorro y
establezca fundamentos sólidos para el fortalecimiento del sistema
bancario, a fin de que contribuya en forma eficiente y decidida al
desarrollo nacional.
2. Estudiar con detalle la opción de devolver a la banca los créditos
mayores a 5 millones de pesos, adquiridos mediante el programa de
compras de cartera y sustituirlos por créditos de pequeños deu dores.
De esta forma, serán los bancos los que directamente tendrán que
manejar estos grandes créditos corporativos y asumir la totalidad de
sus pérdidas y de los quebrantos que se pudieran generar.
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA: ELEMENTOS PAR A ENTENDERLO Y POSIBLES ALTERNATIVAS PAR A SU SOLUCIÓN
301
3. Diseñar un nuevo programa de apoyo a deudores que beneficie a los
deudores cumplidos y permita que quienes no han podido pagar se
regularicen, para lo cual se creará un grupo de trabajo con representantes
del Ejecutivo y de los partidos, que analice las diversas propuestas
sobre los programas de apoyo a los deudores.
4. Crear uno o dos organismos responsables de realizar dos funciones:
manejar un seguro de depósito limitado que reduzca de manera gradual
y proteja a los pequeños depositantes, y administrar y vender
en forma transparente y eficaz los activos en poder del Fobaproa. Se
trataría de organismos públicos con autonomía técnica, personalidad
jurídica y patrimonio propios.
5. Los pasivos a cargo del Fobaproa no se consolidarán como deuda
pública directa. En consecuencia, quedarán a cargo del organismo que
desempeñe las funciones de recuperación de activos, y se pagarán con
el producto de la venta de los activos del Fobaproa, las recuperaciones
de los créditos, así como con las aportaciones que realice la propia
banca por concepto de participación en las pérdidas y al seguro de
depósito, y los recursos presupuestarios que autorice el Congreso. Lo
anterior, en los términos y condiciones que se determinen, con el objeto
de abatir el costo fiscal del saneamiento del sistema bancario.
6. No a la impunidad. Avanzar en el proceso de auditoría de las operaciones
del Fobaproa. Proceder con apego y con todo el peso de la ley
contra quienes hayan actuado de forma ilícita.
7. Entregar con apego a derecho toda la información que se requiere
para el desarrollo de las auditorías del Fobaproa.
8. Encomendar al grupo de trabajo jurídico revisar el régimen constitucional
y legal para la contratación de deuda pública, para que proponga, en su
caso, las reformas necesarias para darle mayor claridad y certeza.
9. Reformar la Ley de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y del
Banco de México, a fin de que se consolide el sistema financiero, y
se fortalezca su regulación y supervisión.
10. Crear un organismo encargado de la defensa de los usuarios de los
servicios financieros, que evite abusos por parte de las instituciones
de crédito y contribuya a establecer una cultura financiera
justa y equitativa.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
302
11. Revisar el marco jurídico para la prestación de los servicios bancarios,
en particular la Ley de Quiebras y Suspensión de Pagos, así
como el régimen de la constitución y ejecución de garantías con
objeto de mejorar los servicios bancarios y facilitar el acceso a
crédito en condiciones favorables.
12. Las acciones propuestas se instrumentarían con pleno respeto a
los derechos de los involucrados. El contenido de estos docu mentos
se hará del conocimiento de los legisladores que participan en las
comisiones correspondientes del H. Congreso, a fin de que previa
discusión y, en su caso, aprobación de sus respectivos grupos
parlamentarios, se avance en la elaboración de los dictámenes
correspondientes.
13. Se exhorta a todos los partidos políticos a continuar participando
activamente en estos trabajos a fin de lograr el consenso amplio
que requiere una reforma de esta trascendencia.
El debate, al parecer, se centrará en los puntos 2, 3 y 5. Respecto al punto
2, la propuesta parece aceptable, pero debería ampliarse hasta cubrir todos
los bancos, no sólo los cinco más grandes (Banamex, Bancomer, Serfín, Bital
y Banorte), como lo informa la prensa. En especial debería incluir al Banco
Santander, ya que registra créditos en el Fobaproa mayores a 50 millones de
pesos, por un monto de casi 12 mil millones de pesos, el cual representa alrededor
de 40 por ciento de los pagarés del Fobaproa en poder de ese banco.
Los programas de apoyo a los deudores, considerados en el punto 3 del
acuerdo, sólo pretenden incluir a los deudores al corriente de sus pagos, y
dar oportunidad a los que se encuentran en cartera vencida, para que primero
se pongan al corriente y luego puedan ser elegibles. Con estas restricciones
se pretende no fomentar la llamada “cultura del no pago”. Sin
embargo, esa idea se contrapone a las propuestas del PRD y de El Barzón,
quienes incluyen en los programas de rescate a todos los deudores, considerándolos
víctimas de la crisis, y no irresponsables que no quieren cumplir
sus compromisos.
El punto 5 del acuerdo es el más complicado. Aquí se propone, de manera
tramposa, aceptar la conversión de los pasivos del Fobaproa en deuda
pública oficial, a lo cual se han opuesto el PRD y los tres y medio millones
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA: ELEMENTOS PAR A ENTENDERLO Y POSIBLES ALTERNATIVAS PAR A SU SOLUCIÓN
303
de personas que participaron en la consulta del 31 de agosto. La trampa es que
en lugar de que esos pasivos se registren como deuda pública “directa”, es
decir, del gobierno federal, se propone dejarlos como deuda del nuevo organismo
que se creará en lugar del Fobaproa, el cual será “público”, como
se acepta en el punto 4. Esta deuda pública oficial, en caso de aceptarse, será
legal, reconocida, y con derecho a pago de intereses “con los recursos presupuestales
que autorice el Congreso”, como se dice en el punto acordado.
■ HACIA UN SISTEMA FINANCIERO
VERDADERAMENTE MODERNO
El tipo de solución que se dé finalmente al problema del Fobaproa, tiene
enormes implicaciones de todo tipo. En materia financiera, la solución que
se consiga debe estar necesariamente vinculada de manera estrecha a un
proyecto del modelo de Sistema Financiero que se quiere construir para el
México del futuro.
Resulta preocupante la aparente confusión que existe en algunos sectores
democráticos a este respecto. En algunos de esos sectores, aparentemente
se percibe alguna nostalgia respecto a la época de principios de los
años setenta, cuando había un sistema financiero altamente controlado por
el Estado, cerrado a la competencia hacia el exterior, con elevados niveles
de encaje, y tasas de interés determinadas por el Banco de México. Estos
enfoques parecen olvidar que este tipo de sistema financiero existía bajo un
gobierno altamente autoritario y corrupto.
La propuesta del presidente Zedillo para solucionar el problema del
Fobaproa, va acompañada de una serie de reformas en materia financiera,
que dejan ver con claridad el tipo de sistema financiero que se propone
mantener. El propósito del gobierno se puede resumir así: Reproducir el
sistema paternalista de protección gubernamental al sector financiero, el cual
no sólo ha fracasado, sino que atenta contra el propósito de construir una
economía moderna, de mercado, y vinculada eficientemente al exterior.
El objetivo del gobierno no es sólo continuar con esa ineficiente e injusta
protección, sino mantener el sistema autoritario y corrupto que ha hundido
a México. Para ello, requiere transferir un monto gigantesco de riqueza
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
304
a los banqueros (liberando a muchos de ellos de los costos en que incurrieron
al apoyar la “victoria” del PRI en 1994), mediante la conversión de los
pagarés del Fobaproa en deuda pública oficial, y así ponerlos en condiciones
de repetir en el año 2000, la experiencia observada en 1994.
Por ello, la respuesta que se dé al problema del Fobaproa, tiene enormes
alcances, no evidentes a primera vista. Esos alcances no sólo tienen que ver
con el tipo de sistema financiero que se quiere construir, sino con el tipo de
economía y de país que se busca, y con la posibilidad de dar un tránsito
pacífico hacia una auténtica democracia en el año 2000. Por lo pronto, la
posición de los sectores democráticos respecto al problema del Fobaproa
debe ir acompañada de una postura clara y precisa respecto al tipo de sistema
financiero que se proponen construir.
Las posibles propuestas a este respecto se pueden clasificar en cuatro:
estatizar la banca y cerrar el mercado financiero a la competencia con el
exterior; regresar a los años setenta, con una banca privada altamente controlada
por el Estado, con elevados encajes, y tasas de interés determinadas
por el banco central, con limitada apertura al exterior; mantener el actual
sistema paternalista y corrupto, con algunas adecuaciones de imagen, y
ampliando el negocio a los extranjeros, tal como lo propone el presidente
Zedillo; o actuar acorde a los vientos que soplan en el mundo, congruentes
con una economía moderna, vinculada eficientemente al exterior, en un
México verdaderamente democrático, lo cual significa construir un sistema
financiero regido por verdaderos mecanismos de mercado, con una regulación
estricta y una supervisión eficaz.
Las dos primeras propuestas, difícilmente son compatibles con una auténtica
democracia y van en contracorriente de lo que está sucediendo en el mundo.
La tercera es inaceptable si se quiere avanzar a la democracia. La cuarta es
la más viable, siempre y cuando se avance hacia una verdadera democracia.
Las actuales propuestas del Ejecutivo Federal, además de la conversión
de los pasivos del Fobaproa en deuda pública oficial, van en cuatro sentidos:
reforzar la autonomía del Banco de México, dejándole la responsabilidad
de la política cambiaria; aumentar los mecanismos de supervisión, pasando
la CNBV a depender del Banxico; abrir totalmente al sistema financiero a la
inversión extranjera; y disminuir paulatinamente la garantía gubernamental
a los depósitos bancarios.
EL PROBLEMA DEL FOBAPROA: ELEMENTOS PAR A ENTENDERLO Y POSIBLES ALTERNATIVAS PAR A SU SOLUCIÓN
305
Respecto a la propuesta de fortalecer la autonomía del banco central, las
experiencias de muchos países muestran las grandes ventajas de contar con
un instituto central realmente autónomo respecto al Poder Ejecutivo. Pero
no hay que olvidar que esas experiencias se refieren a países que cuentan
con sistemas democráticos modernos, donde los gobiernos, los banqueros
privados y las autoridades del banco central difícilmente se pueden coludir
para mantener un sistema que atenta contra la mayoría de la población, como
sucede en México.
En nuestro caso, proponer copiar la forma de los países avanzados, sin
modificar sustancialmente la esencia del sistema en que se opera, puede
facilitar posibles nuevos atentados contra la economía nacional, como es el
caso del Fobaproa. Por ello, la propuesta en este sentido, no debe ser en
contra de la autonomía del banco central, como principio, sino a favor de
esa autonomía respecto al Poder Ejecutivo, pero con supervisión estrecha
por el Poder Legislativo.
Respecto al fortalecimiento de las funciones de supervisión de la CNBV,
se pueden explorar varias alternativas: que siga dependiendo de la Secretaría
de Hacienda; que pase a depender del Banxico (como propone el gobierno);
o que pase a ser una entidad con mayor autonomía. Lo importante aquí no
es su dependencia orgánica, sino su verdadera capacidad para realizar eficazmente
las tareas de supervisión. Para ello, lo importante, en este periodo
de transición a una verdadera democracia, es que ese organismo sea, a su
vez, vigilado y supervisado estrechamente por el Poder Legislativo.
La propuesta del gobierno en el sentido de abrir ya totalmente la inversión
extranjera a los intermediarios financieros, puede ser funesta en
las actuales condiciones. Si la política por seguir en este sentido se basa
en los “convenios” firmados por el Fobaproa con algunos bancos extranjeros
para “capitalizar” a algunos bancos nacionales (como Inverlat y
Serfín), se está planteando un pésimo negocio para el país. Dichos “convenios”,
basados en la actual política paternalista del gobierno, han “garantizado”,
en algunos casos, el valor de las inversiones de dichos bancos
extranjeros durante varios años, o han comprometido al gobierno a garantizar
un nivel determinado de capitalización.
La posibilidad de construir un verdadero sistema financiero moderno para
México, pasa necesariamente por una apertura a la inversión extranjera, y por
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
306
una vinculación eficiente con los mercados financieros internacionales. Pero
esa apertura debe hacerse en condiciones de mercado, es decir, creando un
entorno para que los bancos extranjeros inviertan adoptando posturas de
riesgo, sin garantizarles nada más que lo que ofrezca la ley, rechazando cualquier
tipo de “convenio” leonino, como los firmados por el Fobaproa.
En conclusión, junto a la solución que se dé directamente al problema
del Fobaproa, se deben proponer una serie de modificaciones a las otras
iniciativas de ley en materia financiera, las cuales deben perfilar el tipo de
sistema financiero que se busca. Ese sistema debe ser moderno, con reglas
de mercado, y abierto al exterior. Pero ese sistema no se puede construir
por decreto, o con la simple modificación de las leyes. Para ello, se requiere
antes transitar hacia una verdadera democracia.
Los cambios en las iniciativas de ley se deben enfocar para un periodo
de transición hacia esa auténtica democracia, y sólo contando con ese entorno,
es decir, con un verdadero Estado de derecho que impida abusos
como los del Fobaproa, se puede pensar en un sistema financiero verdaderamente
moderno y competitivo. Por ello, las propuestas actuales deben
enfatizar el control del Poder Legislativo sobre el banco central y la CNBV, así
como detener por el momento una mayor apertura a la inversión extranjera,
hasta que se creen las condiciones para que la misma sea benéfica para la
construcción de un nuevo sistema financiero.
307
El pasado 7 de octubre, los representantes del gobierno federal,
junto con legisladores de los diferentes partidos políticos (con
excepción del PRD), asistentes a la denominada “Mesa de Alto
Nivel”, anunciaron un segundo acuerdo respecto al problema del Fobaproa
(el primero consistió en los 13 puntos dados a conocer el 30 de
septiembre).
El segundo acuerdo consta de 10 puntos, en los cuales se acepta, de
hecho, la propuesta original del Ejecutivo Federal de convertir los pasivos
del Fobaproa en deuda pública oficial. Con esto, el Partido Acción Nacional
(PAN) da un paso adelante en su alianza con el gobierno para lograr
la consumación de ese gran atentado contra la economía nacional. Con
estos acuerdos también se avanza en la aceptación del programa de rescate
para los deudores cumplidos, diseñado por los banqueros, el cual
excluye a la mayoría de los deudores que son las auténticas víctimas de
la crisis. Ese programa se refuerza con la resolución adoptada por la
Suprema Corte de Justicia el mismo día que estos acuerdos (el 7 de octubre),
que legaliza las prácticas abusivas de los banqueros (el famoso
anatocismo).
Además, los acuerdos incluyen un auténtico lavado de dinero consistente
en sacar del Fobaproa (y con ello, de las auditorías), a los créditos mayores
a 5 millones de pesos (muchos de ellos probablemente fraudulentos),
sin que eso signifique ninguna disminución en el costo fiscal que puede tener
el Fobaproa, ya que se acepta que sean sustituidos por un monto similar de
créditos a pequeños deudores.
FOBAPROA: AVANZA EL GRAN ATENTADO
15 DE OCTUBRE DE 1998
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
308
Debido a que no se difundió debidamente el texto de esos acuerdos, a
continuación se transcriben sus 10 puntos, seguidos de comentarios para
ayudar a aclarar su verdadero significado.
1. Se reitera la importancia de avanzar en la construcción de soluciones de
consenso para la reforma del sistema financiero, que fortalezcan a la economía
del país, al ahorro nacional y a las instituciones financieras como
agentes comprometidos con el crecimiento económico. Para lograr los
consen sos necesarios se insiste en la conveniencia de la participación de
todos los partidos políticos en los trabajos de la Mesa de Coordinación.
Comentario. Esta invitación tiene como destinatario al PRD, quien se ha
mantenido fuera de esas reuniones, negándose a avalar la imposición de las
propuestas de los banqueros y del gobierno.
2. Se acuerda proponer que se devuelvan a la banca los créditos mayores de
cinco millones de pesos adquiridos por el Fobaproa como parte del programa
de compra de cartera y recibir de los ban cos créditos de pequeños
deudores, a efecto de que sean los pro pios bancos los que asuman las
pérdidas y quebrantos en que se podría incurrir durante el proceso de
recuperación de los grandes créditos. Se solicitó al grupo de trabajo jurídico,
que avance en el análisis de las características jurídicas inherentes
al proceso de devolución de cartera.
Comentario. Este punto esconde varias trampas. En primer lugar, sólo se aplica
a los bancos considerados “vivos” (Banamex, Bancomer, Serfín, Bital y
Banorte), por lo que se deja la mayor parte de los pasivos del Fobaproa intactos.
En segundo lugar, es falso que los bancos asumirán las pérdidas y quebrantos
que resulten de los créditos mayores a 5 millones de pesos que les
sean devueltos, ya que los canjearán por un monto similar de créditos a pequeños
deudores: es decir, el Fobaproa (o el organismo que lo sustituya)
asumirá una pérdida de la misma magnitud que ahora tiene, sólo que documentada
en créditos a pequeños deudores. En tercer lugar, la sustitución de
los créditos mayores a 5 millones de pesos impedirá que las auditorías descubran
los grandes fraudes y complicidades existentes en los grandes créditos,
FOBAPROA: AVANZA EL GR AN ATENTADO
309
ya que, como estarán fuera del Fobaproa, no podrán ser objeto de escrutinio.
En conclusión, esa sustitución significa un auténtico “lavado de dinero”, que
mantiene intacto el posible costo fiscal de los quebrantos.
3. Los recursos públicos no serán usados para apoyar a grandes deudores. Los
bancos deberán usar todos los medios jurídicos a su alcance para recibir el
pago de aquellas personas que teniendo la capacidad, han querido desconocer
sus obligaciones.
Comentario. Este punto sólo sería cierto si los bancos regresaran los pagarés
del Fobaproa a cambio de los créditos de más de 5 millones de pesos. Pero
como los sustituyen por un monto similar, con pérdidas similares, de créditos
a pequeños deudores, los quebrantos generados por los grandes créditos terminarán
siendo pagados, aunque de manera indirecta, con recursos públicos.
4. Sujeto a la aprobación del H. Congreso de la Unión, la devolución de los
grandes créditos se regirá por los siguientes criterios:
• Neutralidad financiera. Los créditos deberán entregarse a valor real, de
manera que la operación no suponga beneficios o perjuicios para el gobierno
federal o los bancos. Al respecto, se acordó que para determinar la
neutralidad financiera deberá evaluarse el costo que correspondería cubrir
a los bancos en los programas de apoyo a deudores (pasados y futuros)
por la cartera que entregarían a la nueva entidad que se encargue de la
recuperación de créditos.
• Prioridad de los sectores de crédito. Sobre los créditos que recibirá la nueva
entidad, se acordó establecer un orden en función de la prioridad de los
sectores para seleccionar los créditos que recibiría. Dicho orden sería el
siguiente:
A) Créditos hipotecarios de vivienda, partiendo de aquellos financiamientos
que registren los montos más pequeños hasta aquellos con un
saldo de un millón de pesos.
B) Créditos agropecuarios de menor a mayor saldo hasta 5 millones de
pesos, y
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
310
C) Cartera de pequeña y mediana empresa, también iniciando con los
saldos menores e incluyendo créditos hasta por montos de 5 millones
de pesos.
También se convino que sólo se reciban créditos originalmente otorgados
antes del 31 de diciembre de 1994, aunque se hayan renovado o restructurado
con posterioridad.
• Valuación de créditos. Se acordó que la cartera que la nueva entidad devuelva
a los bancos, así como la que los bancos entreguen a ésta, esté debidamente
valuada con base en los criterios establecidos por la Mesa de
Coordinación y aprobados por el H. Congreso de la Unión. La metodología
y el proceso de valuación deberán garantizar independencia, imparcialidad
y transparencia en el proceso. Para tal efecto se propone que una empresa
especializada en valuaciones y que goce de reconocido prestigio, establezca
la metodología aplicable.
• Instrumentación. Con estricto apego a los criterios acordados, el Fobaproa
celebrará un acuerdo marco con los bancos en el que se pactará de manera
general la factibilidad y los procedimientos para llevar a cabo la devolución
de cartera. Los convenios con los bancos y las acciones previas a
la devolución de la cartera se iniciarán por el Fobaproa, pero la devolución
misma será realizada por la nueva entidad que asuma la responsabilidad
de la recuperación de los activos. La nueva entidad negociará con los
bancos los aspectos específicos de la devolución con base en los criterios
referidos. También le corresponderá, en coordinación con los bancos,
contratar a la empresa que establecerá la metodología de valuación, así
como a aquellas firmas responsables de su aplicación y, en general, desarrollar
las cuestiones relacionadas con la ejecución del esquema.
• Seguimiento y vigilancia. La devolución deberá ser realizada con absoluta
transparencia. Se informará al Congreso oportunamente sobre los avances
registrados, a fin de que esa soberanía verifique el cumplimiento de los
acuerdos alcanzados el día de hoy.
Comentario. El punto clave es el de la “neutralidad financiera”, la cual permitirá
que en el proceso de sustitución de créditos mayores a 5 millones
FOBAPROA: AVANZA EL GR AN ATENTADO
311
de pesos, por créditos a pequeños deudores, “no suponga beneficios o
perjuicios para el gobierno federal o los bancos”, es decir, que la posición
financiera de los bancos (y del gobierno, por contrapartida), se mantenga
exactamente igual. Mediante este gran engaño, el gobierno hace recaer el
mismo costo de los quebrantos bancarios sobre la inmensa mayoría de la
población (por medios fiscales), y al mismo tiempo saca de las auditorías
los grandes créditos, permitiendo esconder las grandes complicidades
entre autoridades, empresarios y banqueros, que están en el origen de los
pasivos del Fobaproa.
5. Con el propósito de avanzar en la construcción de consensos para la reforma
financiera, se convino que sean dos organismos con autonomía técnica y
presupuestaria que operen dentro del ámbito del Poder Ejecutivo los responsables
de desempeñar en forma separada las funciones de Seguro de Depósitos
y de recuperación de cartera.
Comentario. La aportación en este punto es que el PAN renuncia a la única
propuesta original que tenía, la de crear el “Instituto para el Seguro de Depósitos
Bancarios”, el cual asumiría también las tareas de recuperar los
activos ahora en poder del Fobaproa. Con esto, los partidos firmantes aceptan
la propuesta original del presidente Zedillo respecto a crear dos organismos:
el Fondo de Garantía de Depósitos (Fogade) y la Comisión para la
Recuperación de Bienes (Corebi), no teniendo ninguna importancia si finalmente
les cambian el nombre.
6. El organismo encargado de la recuperación de activos emitirá bonos negociables
que sean atractivos para las instituciones tenedoras de los pagarés
emitidos por el Fobaproa, quienes podrán devolver estos pagarés y recibir
los bonos que emita el nuevo organismo.
Comentario. En este punto está la esencia de toda la discusión respecto al
Fobaproa: la conversión de sus actuales pasivos en deuda pública oficial.
Esta conversión significa que los actuales pagarés del Fobaproa en poder
de los bancos –los cuales no son negociables, tienen intereses teóricos que
se capitalizan de manera también teórica, en una frase, que son auténticos
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
312
asientos contables– sean canjeados por nuevos instrumentos de deuda
pública oficial, es decir, por bonos reconocidos legalmente, que sean negociables,
o sea, que se puedan vender y cambiar por dinero, y que reciban
intereses efectivos, para lo cual se necesitará una partida presupuestal
adicional a partir del próximo año. Para esa conversión, resulta indiferente
que los nuevos bonos sean emitidos “directamente” por el gobierno federal,
o lo sean por el nuevo organismo público que sustituirá al Fobaproa. Los
efectos económicos y fiscales serán exactamente los mismos.
7. Se refrendó el acuerdo de que los pasivos del Fobaproa no se consoliden
como deuda pública directa del gobierno federal.
Comentario. Este punto sólo está destinado a engañar a la opinión pública,
al aparentar que el gobierno aceptó no convertir los pasivos del Fobaproa
en deuda pública. Lo único que aceptó es no registrar esa conversión como
deuda “directa” del gobierno federal, pero sí registrarlos como deuda oficial,
reconocida legalmente por el Congreso, aunque en nombre del nuevo organismo
público, es decir, gubernamental, que sustituirá al Fobaproa.
8. Se reitera el acuerdo de realizar las auditorías del Fobaproa.
Comentario. Las auditorías no encontrarán mucho en los bancos “vivos”,
después de que se realice el lavado que significará la sustitución de los
créditos de más de 5 millones de pesos.
9. En los grupos de trabajo se avanza en el diseño de un nuevo programa de
deudores que beneficie a los acreditados cumplidos y permita a quienes no
han podido pagar, ponerse al corriente.
Comentario. Este punto se une a la decisión de la Suprema Corte de Justicia
sobre el anatocismo, dada a conocer el mismo día que los acuerdos que se
comentan, lo cual no parece ser una casualidad. El nuevo programa de deudores
sólo se aplicará a los “cumplidos” y a los que reconozcan las injustas y
abultadas deudas, y se pongan primero al corriente en sus pagos, para poder
ser luego elegibles. Esta “solución” al problema de millones de deudores
FOBAPROA: AVANZA EL GR AN ATENTADO
313
mantiene el enfoque original del presidente Zedillo (en contubernio con los
banqueros), para “no fomentar la cultura del no pago”, y constituye una enorme
injusticia que se reflejará (en caso de adoptarse) en una transferencia
masiva de activos desde los deudores hacia los bancos, permitiendo compensar
así parte de los quebrantos escondidos en ese enorme barril llamado
Fobaproa.
10. Se acordó iniciar los trabajos legislativos para la creación de un organismo
encargado de la defensa de los usuarios de los servicios financieros, que
evite abusos por parte de las instituciones de crédito y contribuya a establecer
una cultura financiera justa y equitativa.
Comentario. Este punto es para distraer la atención hacia el gran atentado
contra la economía de la mayoría de la población que significan los acuerdos
incluidos en los otros puntos.
Como conclusión, el gran debate sobre el Fobaproa aún no concluye. Al gobierno
le urge conseguir una salida que garantice los intereses de los banqueros
y del gran capital, mantenga la impunidad sobre los responsables de
este descalabro y pase los enormes costos a la mayoría de la población. Para
desgracia del país, hasta este momento está contando con la complicidad de
todos los partidos políticos, con la notable excepción del PRD. Si el PAN reconsidera
su actitud y regresa a los planteamientos que tenía hasta el pasado
mes de agosto, cuando enfatizaba la gran ilegalidad cometida, aún es posible
encontrar una salida menos lesiva para los intereses mayoritarios.
315
El pasado 17 de octubre, el Consejo Nacional del Partido de la Revolución
Democrática refrendó la política que ha mantenido durante
los últimos meses respecto al problema del Fobaproa, una
política de principios. Aunque dicha política quedó perfectamente definida
en el documento “Fobaproa: el gran atentado contra la economía
nacional. Alternativas para impedirlo”, dado a conocer el pasado 15 de
julio, la persistente campaña orquestada por el gobierno y los banqueros
con el objetivo de descalificarla, logró confundir no sólo a una parte de
la opinión pública, sino incluso a algunos miembros del PRD. Tal confusión
puso en riesgo la aplicación misma de esa política, riesgo que ahora se
desvanece.
El problema del Fobaproa no es de fácil comprensión. Por ello, el gobierno
y los banqueros han tenido un parcial éxito en su campaña de desinformación
y confusión. También por ello, resulta fundamental tener claridad
respecto a la real naturaleza del problema y, con ello, sus posibles vías de
solución. En esta nota se presentan algunos comentarios sobre lo sucedido
durante los últimos tres meses, con el fin de ayudar a entender por qué la
decisión de alejarse de la mesa de negociaciones, adoptada por el PRD, resulta
la única congruente con una política que realmente vaya al fondo de
este problema, con una política de principios.
En el documento del 15 de julio quedaron al desnudo todos los entretelones
de ese gigantesco fraude contra la nación, conocido como Fobaproa.
Por primera vez se presentó un diagnóstico sobre el origen del problema, sus
verdaderas causas, y las consecuencias que ha tenido la equivocada política
LA POLÍTICA DEL PRD
RESPECTO AL FOBAPROA:
UNA POLÍTICA DE PRINCIPIOS
22 DE OCTUBRE DE 1998
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
316
aplicada por el gobierno. Además, se definió con toda claridad la política a
seguir por el Partido, donde se priorizó la defensa de la legalidad, y se señalaron
cuatro objetivos fundamentales: la solución al problema de los deudores
víctimas de la crisis; el castigo a los responsables del descalabro; el
saneamiento y reforma del sistema financiero; y la reducción del costo fiscal
generado por este problema.
Es importante recordar que detrás de los ríos de tinta que han corrido
respecto al problema del Fobaproa, se puede percibir claramente el propósito
de esconder la esencia de toda la discusión: la intención del gobierno
de convertir los pasivos del Fobaproa (deuda especial contraída de manera
ilegal) en deuda pública oficial (legal). La médula del asunto quedó
precisada con toda claridad en el documento del 15 de julio, cuando se dijo
que “la clave de toda la discusión está en lo que se hará con los pagarés
emitidos ilegalmente por el Fobaproa. Esos pagarés representan todo el
adeudo [...] en que el gobierno ha incurrido para compensar las pérdidas
de los bancos, y que les ha permitido mantenerse a flote”.
A continuación, se describieron en el documento las características de
los pagarés del Fobaproa, avalados ilegalmente por el gobierno, al afirmar
que “la esencia del asunto es que esos pagarés son papeles con vencimiento
a 10 años con intereses capitalizables, es decir, los intereses no se pagan
hasta el vencimiento pero incrementan paulatinamente el valor nominal de
los pagarés. Estos pagarés no pueden ser vendidos y, por lo tanto, los bancos
no pueden transformarlos en liquidez”.
Más adelante, se señaló en el documento:
Con la conversión de esos pagarés en deuda pública oficial, el Ejecutivo Federal
busca transformarlos en títulos negociables, como los cetes, para proporcionar
liquidez a los bancos. Esto significaría una enorme transferencia de
riqueza a los bancos, pagada por toda la sociedad a partir de la fecha en que
se hiciera la conversión. Con ese canje, los bancos, por fin, se liberarían de los
enormes costos acumulados por su ineficiencia, fraudes y corruptelas de todo
tipo, los cuales serían endosados a toda la sociedad.
Por ello, el primer punto de la propuesta del PRD incluida en ese documento
fue:
LA POLÍTICA DEL PRD RESPECTO AL FOBAPROA: UNA POLÍTICA DE PRINCIPIOS
317
Se rechaza la conversión de los pasivos de Fobaproa en deuda pública por no
cumplir con los requisitos marcados por la Constitución y la Ley de Deuda Pública.
El PRD propone que se restablezca la legalidad y se busque una salida
justa. Esto requiere analizar detalladamente la situación de los grandes deudores,
precisar el valor de la cartera, establecer reglas generales para el rescate
de las genuinas empresas productivas y familias afectadas en su patrimonio,
con objeto de diseñar una política de quitas y subsidios a las tasas de interés
que les permita pagar su deuda y recuperar su calidad de sujetos de crédito.
La propuesta del PRD permite restablecer la legalidad en torno a las operaciones
del Fobaproa; ofrece una verdadera salida para rescatar a los deudores
que han sido las víctimas de la equivocada política aplicada por el
gobierno y del irresponsable comportamiento de los banqueros; evita la quiebra
de la banca, protege el ahorro y el sistema de pagos de la economía;
propone reformar el sistema financiero sobre nuevas bases verdaderamente
sanas, previniendo la aparición de un Fobaproa II; y, sobre todo, ofrece aprovechar
esta gran oportunidad histórica, convirtiendo lo que podría ser un
fraude gigantesco contra la mayoría de la población, en un proceso que ataque
a fondo las raíces de la corrupción e impunidad que han hundido a México, y
ayude a poner las bases de una sociedad en verdad democrática.
Identificada la naturaleza del problema, la primera demanda irrenunciable
fue oponerse a la conversión de los pasivos del Fobaproa en deuda
pública, ya que sería el medio para “echar tierra” al asunto, encubrir el
cúmulo de ilegalidades, garantizar la impunidad, y perpetuar los mecanismos
injustos y corruptos que generaron el quebranto. El siguiente paso fue
exigir toda la información necesaria para llegar al fondo del asunto, aclararlo
en todos sus detalles y solucionarlo de manera transparente, respetando
la legalidad y garantizando la justicia.
La respuesta inmediata del gobierno fue la descalificación, la acusación
de que el documento del PRD contenía muchas “falsedades” y no proponía
ninguna solución. Sin embargo, el gobierno fue incapaz de refutar el diagnóstico
del documento, ni de realizar un debate serio para encontrar una
solución menos lesiva a los intereses de la mayoría de la población, tal
como lo propuso el PRD. En lugar de ello, el gobierno optó por iniciar una
histérica campaña publicitaria, usando una gran cantidad de recursos
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
318
públicos, con el fin de convencer a la población de que la política aplicada
por el gobierno no sólo fue la mejor, sino la única posible.
A pesar de esa cerrazón del gobierno, el PRD continuó con la política
definida y convocó a la población para que participara en una consulta
nacional sobre el Fobaproa. Esa consulta se realizó el 31 de agosto, con
mucho mayor éxito que el esperado inicialmente, logrando la participación
de más de tres y medio millones de personas, de las cuales, la inmensa mayoría
se manifestó contra la conversión de los pasivos del Fobaproa en de uda
de todos los mexicanos. Además, el PRD hizo públicos los nom bres de algunos
de los posibles beneficiarios del Fobaproa, con lo que probó que la
sospecha de que parte de los recursos “perdidos” en realidad se utilizaron
para financiar la campaña del PRI en 1994, es un hecho.
La política principista del PRD obligó a que los más diversos sectores
políticos y sociales se manifestaran respecto a este problema, iniciándose
un verdadero debate nacional. El 20 de agosto, el PAN publicó su propuesta,
tomando como bueno casi todo el diagnóstico presentado por el PRD (aunque
sin reconocerlo), y proponiendo una salida aún más ambigua que la
planteada por el gobierno. El 26 de agosto, también el PRI dio a conocer su
posición respecto al Fobaproa, presentando la misma propuesta del gobierno,
pero con distintos disfraces.
El 1º de septiembre, el presidente Zedillo, en su 4º Informe de Gobierno,
se concretó a tratar de justificar los grandes errores en materia econó mi ca cometidos
durante su gobierno, mostrando una postura realmente patética
cuando afirmó que no había tenido otra opción; que si no hubiera hecho lo
que hizo, casi se hubiera acabado el país; y que los mexicanos, en lugar de
criticarlo, casi deberíamos agradecerle que nos hubiera salvado, aunque nos
estuviera imponiendo una enorme deuda de 552 mil millones de pesos.
Al empezar septiembre, el gobierno propuso la creación de una mesa
denominada “de Alto Nivel”, donde legisladores de cada partido político
podrían “negociar” directamente con el gobierno los principales asuntos
incluidos en la agenda nacional, el Fobaproa en primerísimo lugar. Como
interlocutores por parte del gobierno, se encontrarían los secretarios de
Gobernación y de Hacienda. En un afán constructivo, el PRD decidió participar
en esa mesa, buscando plantear una solución de acuerdo con los
principios señalados en el documento del 15 de julio.
LA POLÍTICA DEL PRD RESPECTO AL FOBAPROA: UNA POLÍTICA DE PRINCIPIOS
319
La primera reunión donde se discutió el asunto del Fobaproa tuvo lugar
el 14 de septiembre. En dicha junta, se logró un primer acuerdo sobre nueve
“principios básicos” que normarían, de manera muy general, la discusión
sobre ese complicado problema. El gobierno de inmediato festinó ese primer
paso, y anunció que la solución al problema del Fobaproa ya era casi un
hecho, lo cual era falso, pues sólo se había logrado un acuerdo sobre los
principios más generales que se pretendía aplicar. También se decidió integrar
dos comisiones, una para discutir la parte legal, y otra para la parte
técnica. El PRD participó en ambas.
Durante la primera reunión de la Comisión Técnica, efectuada el 17 de
septiembre, quedó en claro que no había ninguna voluntad negociadora por
parte del gobierno, sino sólo la intención de imponer a toda costa la propuesta
original del presidente Zedillo, aunque encubierta con otros ropajes.
Además, el gobierno mantuvo de manera obstinada su posición de negarse
a proporcionar la información completa y detallada que se le solicitó, la cual
es indispensable para evaluar todos los aspectos del problema y encontrar
las mejores soluciones. Así, la supuesta negociación se convirtió en un auténtico
diálogo de sordos.
Se llegó al extremo de que, durante la segunda reunión de la Comisión
Técnica, el 21 de septiembre, el subsecretario de Hacienda diera a conocer
un documento donde se presentaban los supuestos “puntos de convergencia
entre los partidos políticos y el Ejecutivo”, incluyendo en realidad sólo
la propuesta gubernamental, la cual se pretendía imponer como si fuera
resultado de un acuerdo. Mediante un engaño realmente grotesco, el gobierno
pretendía hacer pasar su exclusiva propuesta como si hubiera sido resultado
de una negociación con los partidos, y presionándolos para que
fueran parte de esa mascarada.
El supuesto consenso consistía en dividir los 552 mil millones de pesos
de los pasivos del Fobaproa (al 28 de febrero) en tres grandes partes: 361
mil millones, de pasivos con los bancos “intervenidos”; 160 mil millones,
con los bancos denominados “vivos”; y los restantes 31 mil millones, clasificados
como “otros pasivos”. Según el gobierno, la única parte que se
podría modificar sería la correspondiente a los bancos “vivos” (menos de
la tercera parte de los pasivos del Fobaproa), en los cuales “es factible que
si durante las auditorías, se determinara la existencia de cartera de origen
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
320
ilícito, ésta sea devuelta al banco originador, quien tendrá la obligación de
sustituirla por un monto igual de cartera legal”. Pero este criterio no se
podría aplicar a los bancos “intervenidos” (65 por ciento de los pasivos del
Fobaproa), porque “sería imposible regresar algún activo a esas instituciones,
ya que [...] son propiedad de Fobaproa o de nuevos inversionistas que
nada tienen que ver con el origen de los créditos”.
En otras palabras, lo que pretendía el gobierno con ese documento, era
que los partidos aceptaran como si hubiera sido un acuerdo, sólo revisar
la situación de los pagarés en poder de los bancos “vivos”, es decir, sólo
160 de los 552 mil millones de pesos de los pasivos del Fobaproa (menos
de una tercera parte). Así, se reconocería que para los restantes 392 mil
millones de pesos, sólo quedaba la opción de “procurar obtener la máxima
recuperación” de los activos que quedaran, y que el resto, de hecho, sería
deuda pública oficial, legalizada. Lo más grave era que se pretendía que
esos 392 mil millones ni siquiera fueran investigados por medio de las auditorías,
ya que aun en el caso de que se probara que una parte hubiera
sido fraudulenta, “sería imposible regresar algún activo a esas instituciones”
debido a que los bancos que originaron esa cartera dejaron de existir y ya
no hay a quién reclamar.
En el mismo documento se propone “crear un organismo público descentralizado”,
que sustituya al Fobaproa, y se plantea, como si hubiera sido
un acuerdo con los partidos, que “[p]or lo que se refiere a los pasivos del
Fobaproa, éstos serían asumidos por el nuevo organismo. Para cubrir las
necesidades de recursos del organismo, en la ley que lo cree se establecería
un compromiso presupuestal de aportar anualmente un monto no inferior
a 35 mil millones de pesos. De esta forma se permitirá el pago oportuno de
sus compromisos financieros”. Esta es en realidad la propuesta original del
gobierno: convertir los pasivos del Fobaproa en deuda pública oficial. Además,
incorpora lo ofrecido por el secretario de Hacienda, de convertir esa
deuda en udibonos (bonos indexados a la inflación), lo cual “minimizaría”
el impacto presupuestario del pago anual de intereses, que sería de alrededor
de los 35 mil millones de pesos propuestos.
Por último, en el mismo documento se incluía un programa de apoyo
a los deudores, pretendiendo hacer pasar las propuestas originales de los
banqueros, como resultado de un acuerdo con los partidos. Ese programa
LA POLÍTICA DEL PRD RESPECTO AL FOBAPROA: UNA POLÍTICA DE PRINCIPIOS
321
ofrecía descuentos sólo a los deudores “que estén al corriente de sus pagos
o que los regularicen antes del 31 de diciembre de 1998”. En pocas palabras,
se ignoraba totalmente la propuesta del PRD, incluida en el documento del
15 de julio, la cual se proponía diseñar un programa para pequeños y medianos
deudores, que considerara los créditos otorgados hasta diciembre
de 1994, incluyendo los que están vencidos, con depuración de saldos,
subsidio a las tasas de interés y sistema de pago en función del ingreso del
usuario.
En resumen, en el documento presentado el 21 de septiembre por el
subsecretario de Hacienda, el cual supuestamente buscaba “sintetizar las
posturas expresadas por el PAN, el PRD, el PRI, el PT y el PVE, en la reunión
de trabajo del Grupo Técnico para las Reformas en materia financiera celebrada
el pasado jueves 17”, el gobierno pretendía que los partidos representados
en esa mesa “de Alto Nivel”, reconocieran como propios una serie de
planteamientos que les eran ajenos (al menos al PRD), y que significaban en
realidad la misma propuesta del Ejecutivo, con algunos ajustes cosméticos.
Por ello, en una actitud de total congruencia, algunos de los legisladores del
PRD presentes en esa reunión se retiraron de la misma, para no convalidar
con su presencia esa auténtica farsa. A partir de ese momento, el PRD decidió
retirarse de las negociaciones hasta que el gobierno mostrara una auténtica
voluntad de discutir las propuestas que se le habían presentado, y no
sólo aparentar que estaba negociando, al tiempo que buscaba imponer su
propuesta original, haciéndola aparecer como si hubiera sido resultado de
un acuerdo con los diferentes partidos.
El 30 de septiembre, el gobierno y los demás partidos políticos (con
excepción del PRD) dieron a conocer 13 puntos “de acuerdo” para solucionar
el problema del Fobaproa. Además de repetir los planteamientos del gobierno
y los banqueros, ya incluidos en el documento del 21 de septiembre, se
observaron dos novedades: primera, la propuesta de “devolver a la banca
los créditos mayores a 5 millones de pesos, adquiridos mediante el programa
de compras de cartera, y sustituirlos por créditos de pequeños deudores”;
y segunda, la decisión de que “[l]os pasivos a cargo del Fobaproa no se
consolidarán como deuda pública directa. En consecuencia, quedarán a
cargo del organismo que desempeñe las funciones de recuperación de activos”,
es decir, del nuevo organismo público que sustituirá al Fobaproa.
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
322
Respecto a la primera novedad, con la sustitución de los créditos mayores
a 5 millones de pesos, por créditos a pequeños deudores, los bancos
quedan en la misma situación, y los pasivos por convertirse en deuda pública
se mantienen en el mismo monto. La única diferencia es que los créditos
a los grandes deudores (muchos de ellos presuntamente fraudulentos),
quedan fuera del escrutinio de las auditorías, ya que dejarían de ser parte
de los pasivos del Fobaproa. En otras palabras, lo acordado en este punto
significa un auténtico lavado de dinero.
En cuanto a la segunda novedad, la aceptación de no convertir los pasivos
del Fobaproa en deuda pública “directa”, está destinada a engañar a la opinión
pública, al aparentar que el gobierno, por fin, aceptó no realizar la tan impugnada
conversión. Pero en realidad, lo único que aceptó es no registrar esa
conversión como deuda “directa”, es decir, del gobierno federal, sino como
deuda pública oficial en nombre del nuevo organismo “público” que sus tituirá
al Fobaproa.
El 7 de octubre, el mismo día en que la Suprema Corte de Justicia emitió
su resolución favorable a los banqueros y en la que legalizaba el anatocismo,
el gobierno y los demás partidos políticos (con la excepción del PRD), anunciaron
otros 10 puntos de “acuerdo”. La única novedad aquí, fue el punto
donde se aceptó que: “El organismo encargado de la recuperación de activos
emitirá bonos negociables que sean atractivos para las instituciones de
crédito tenedoras de los pagarés emitidos por el Fobaproa, quienes podrán
devolver esos pagarés y recibir los bonos que emita el nuevo organismo”.
Con esto se acepta la conversión de todos los pagarés emitidos por el Fobaproa
(los de los bancos “vivos” y los de los “intervenidos”) en deuda pública
oficial, en bonos “negociables” y “atractivos” para los bancos. Esa
conversión se acepta sin que antes se practiquen las auditorías, antes de
que se conozca cómo se generaron realmente esos pasivos, y antes de castigar
a ninguno de los responsables de ese inmenso quebranto.
Por todo lo anterior, la resolución del Consejo Nacional del Partido de la
Revolución Democrática el pasado día 17 de octubre, en el sentido de mantener
la política definida respecto al Fobaproa, e instruir a todos los le gislado res
del PRD para que se abstengan de firmar acuerdos con el PAN hasta que ese
partido se deslinde claramente de la posición del gobierno, constituye el
refrendo de una auténtica política de principios.
323
El pasado día 27 de octubre, el diputado Ricardo García Sáinz presentó
a la discusión el documento “Posición del PRD con relación al Fobaproa”.
Dicho documento se basa en otros dos textos: “Propuestas sobre
Fobaproa”, presentado por Ifigenia Martínez el 10 de septiembre, y “Proposición
de los grupos parlamentarios del Partido de la Revolución Democrática
en el Congreso de la Unión sobre el tema del Fobaproa”, dado a conocer
el 22 de septiembre, un día antes de que el Comité Ejecutivo Nacional del
PRD decidiera que el Partido se retirara de las negociaciones a ese respecto,
posición refrendada el 17 de octubre por su Consejo Nacional
Este documento se suma a una serie de posiciones que, pretendiendo
encontrar “soluciones” al problema del Fobaproa, lo único que hacen es
confundir y poner en duda la política de principios delineada por el Comité
Ejecutivo Nacional del Partido de la Revolución Democrática, y ayudar de
hecho al gobierno en su política de confundir y dividir al PRD.
En el documento que se comenta, mediante una serie de consideraciones
confusas y difícilmente practicables, lo que en el fondo se propone es
la conversión de los pasivos del Fobaproa en deuda pública, posición a la
que se ha opuesto de manera reiterada el PRD, y cuyo rechazo, además, ha
sido avalado por 3.5 millones de mexicanos que participaron en la Consulta
Nacional llevada a cabo el 31 de agosto.
La propuesta planteada por García Sáinz parte de la aceptación del enfoque
general propuesto por el gobierno en el documento “Consideraciones
sobre los puntos de convergencia entre los partidos políticos y el Ejecutivo
respecto de las iniciativas de ley en materia financiera”, presentado por el
COMENTARIOS AL DOCUMENTO “POSICIÓN
DEL PRD CON RELACIÓN AL FOBAPROA”
PRESENTADO POR EL DIPUTADO
RICARDO GARCÍA SÁINZ
30 DE OCTUBRE DE 1998
FOBAPROA: EL COSTO DEL RESCATE BANCARIO
324
subsecretario Martín Werner el 21 de septiembre, posición que condujo al
PRD a retirarse de las negociaciones con el gobierno.
Ese enfoque del gobierno parte de dividir el tratamiento de los pasivos
del Fobaproa (valuados en 552 mil millones de pesos el pasado 28 de febrero),
en dos grandes partes: los 160 mil millones de pagarés del Fobaproa en
poder de los bancos “vivos” (Banamex, Bancomer, Serfín, Bital, BBV y Banorte),
y los restantes 392 mil millones de pasivos del Fobaproa, correspondientes
al “saneamiento” de los bancos “intervenidos” y demás obligaciones
contraídas por el Fobaproa.
Según la posición del gobierno, contenida en el documento del 21 de septiembre,
la única parte de los 552 mil millones de pesos de pasivos del Fobaproa
que se podría modificar sería la correspondiente a los bancos “vivos” (menos
de la tercera parte), en los cuales “es factible que si durante las auditorías, se determinara
la existencia de cartera de origen ilícito, ésta sea devuelta al banco
originador, quien tendrá la obligación de sustituirla por un monto igual de cartera
legal”. Pero, en la posición del gobierno, ese criterio no se podría aplicar a
los otros pasivos, correspondientes a los bancos “intervenidos” (más de las dos
terceras partes de los pasivos del Fobaproa), porque “sería imposible regresar
algún activo a esas instituciones, ya que [...] son propiedad de Fobaproa o de
nuevos inversionistas que nada tienen que ver con el origen de los créditos”.
Con este enfoque, el gobierno propone dar carpetazo a más de dos terceras
partes de los pasivos del Fobaproa (392 mil millones), para los cuales
sólo quedaría tratar de recuperar lo posible de los “activos” que subsisten,
y lo demás convertirlo en deuda pública. La aceptación de ese enfoque conduce
a concentrar la discusión en sólo los 160 mil millones de pesos correspondientes
a los pagarés en poder de los bancos “vivos”.
El documento presentado por el diputado García Sáinz parte de aceptar
este enfoque, sólo sacando al BBV de los bancos considerados “vivos”, agrupando
los pasivos del Fobaproa en 140 mil millones de pesos (bancos “vivos”
sin BBV) y los restantes 412 mil millones. Para la primera parte, propone una
con fu sa y difícilmente practicable solución que supuestamente reduciría el
costo fiscal. Para la segunda, sugiere la conversión de 150 mil millones en
deuda pública, desapareciendo el resto con medidas realmente impracticables.
En el fondo, lo que se propone es la conversión de los pasivos del Fobaproa
en deuda pública, encubriéndolos mediante muchos trucos.
http://www.profmex.org/mexicoandtheworld/volume14/3summer09/FobaproaVolI.pdf



FOBAPROA-IPAB UN GRAN SAQUEO A MEXICO