martes, 7 de agosto de 2007

Nueva década perdida en ingreso: el de 2006, similar al de 1994

Las percepciones superan apenas 1% el nivel que tenían antes de la crisis del peso

Nueva década perdida en ingreso: el de 2006, similar al de 1994

La tenue redistribución no alcanzó a los estratos pobres y paupérrimos de la población, opinan analistas de Banamex-Citigroup

Contribuyen remesas a mejorar el indicador

JUAN ANTONIO ZUÑIGA

Los habitantes de México acaban de asistir a una nueva década perdida. Esta vez fue en materia del ingreso disponible para los hogares. Después de más de una década, en 2006 el ingreso monetario de los hogares mexicanos pudo rebasar en uno por ciento al nivel que tuvo en el año previo a la crisis económica de 1995, indica un análisis del grupo financiero Banamex-Citigroup.

La crisis económica que estalló con la devaluación de diciembre de 1994, a los pocos días del cambio de poderes entre el gobierno que presidió Carlos Salinas y el encabezado por Ernesto Zedillo, implicó un desplome de 28.1 por ciento en el ingreso monetario promedio de las familias entre 1995 y 1996.

La pérdida del ingreso monetario tardó más de 10 años para alcanzar el nivel que tenía en 1994, según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2006 (ENIGH-2006), analizada por los especialistas Guillermo Rodríguez Licea y Sergio Luna Martínez.

Después de la severa afectación del ingreso, ''las cifras agregadas muestran que la recuperación ha sido lenta. Con datos de la ENIGH 2006 calculamos que el ingreso corriente monetario mensual es de 8 mil 912 pesos por hogar. En términos reales, equivale a uno por ciento por arriba del que prevaleció en 1994, año que precedió a la crisis del peso''.

El ingreso monetario representa 78.3 por ciento del total de las percepciones de los hogares y su mayor parte, 64.3 por ciento, proviene de las remuneraciones que reciben los integrantes de las familias por un trabajo subordinado.

El 21.7 por ciento restante del ingreso está considerado como no monetario y se constituye principalmente por la estimación de las personas ''del pago que tendrían que realizar por alquiler de vivienda'', la cual fue de 51.9 por ciento en 2006, precisó el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI).

Corren más y ganan menos

En la década perdida, la velocidad de recuperación del ingreso monetario fue más dinámica en el estrato que agrupa a la población más pobre del país, según la opinión de los especialistas de Banamex-Citigroup.

En este estrato, la tasa anual de aumento fue de 1.8 por ciento en términos reales entre 1994 y 1996, hasta ser 24 por ciento superior al que tenía en el año de referencia. En contraste, señalan, el ingreso monetario de los hogares más ricos registró un decrecimiento anual de 0.8 por ciento en el mismo lapso.

El estrato de las familias más ricas, apuntan, ''es el único donde los hogares reportan un ingreso promedio menor al que tenían en 1994''. Como resultado de ello, agregan, ''la participación del 10 por ciento de las familias más ricas del país en el ingreso corriente monetario disminuye de 41.2 por ciento en 1994 a 37.1 por ciento en 2006''.

Sin embargo, la disminución del ingreso monetario promedio en el estrato de las familias más acaudaladas no se reflejó en una mejoría en el de las más depauperadas de la sociedad mexicana.

Los especialistas se explican este fenómeno en los siguientes términos: ''Dado que la participación del 10 por ciento de los hogares más pobres varió muy poco -aún con la recuperación de sus ingresos, estos aún son bajos- consideramos que la mayor parte de la redistribución de 4.1 puntos porcentuales del ingreso total que previamente se contabilizaba en el estrato más rico, se dirige a los segmentos medios de los hogares''.

Brecha

Esto significa que la tenue redistribución del ingreso de los últimos 12 años no alcanzó a los estratos pobres y paupérrimos de la población mexicana, según el análisis de Guillermo Rodríguez y Sergio Luna.

Pero además, los resultados de la ENIGH 2006 revelan que entre el estrato de la población de mayor riqueza, y el que le sigue en escala descendente hay una diferencia de 119.5 por ciento en su respectivo nivel de ingresos. En el noveno estrato el ingreso trimestral por hogar es de 53 mil 135 pesos en promedio; mientras en el décimo y último asciende a 116 mil 666 pesos.

De tal manera que para llegar a la cúspide de la pirámide social, desde la novena posición de ingresos, se requeriría elevar la percepción trimestral en 63 mil 531 pesos. Los resultados indican que en la brecha es muy amplia y revela que la población de los mayores ingresos en México es un círculo estrecho y duro.

Por el lado de los pobres, explican los analistas, ''las cifras agregadas muestran que la recuperación del ingreso ha sido lenta. Los programas del gobierno dirigidos a combatir la pobreza cobran relevancia en la recuperación del ingreso entre los grupos más vulnerables. Sin embargo, éstos no son los únicos que juegan dicho papel: las remesas que envían los trabajadores del extranjero constituyen una fuente importante de recursos para un creciente número de familias''.

Las transferencias de recursos gubernamentales y por remesas constituyen 10.6 por ciento del ingreso monetario total en promedio de las familias mexicanas. En el caso de los hogares más pobres, la proporción se eleva a 39.9 por ciento, y estiman que casi 69 por ciento de las familias de este segmento reciben algún tipo de transferencia. Por decirlo de otra manera, el círculo de la pobreza es amplio y salir de éste es muy duro.



FOBAPROA-IPAB UN GRAN SAQUEO A MEXICO